✨ 30 ✨
—Eso estuvo cerca —dijo ya más calmado el padre de la muchacha. Dilan que estaba parado frente a la cama de Violet, tenía la mirada perdida mientras veía a la chica que aún no despertaba. El padre de la chica de adelanto hasta él, colocando su mano en su hombro para calmarlo. —Tienes esa misma mirada que yo hace muchos años atrás.
El chico no entendía nada de lo que pasaba, todo había pasado muy rápido y se sentía como escena anexa a esa historia, que Violet solo dormía por que tenía sueño y no porque unas horas antes de había desmayado.
—¿A qué se refiere? —inquirió el chico con la voz temblorosa. Solo quería que se lo confirmarán, que le dijeran a qué atenerse en el futuro.
—Pues...
—Papá —la voz de la chica alertó al hombre de inmediato, dejando a Dilan sin esa respuesta que tanto deseaba saber. ¿Por qué no descansaste un poco más Violet?
—Yo... Yo me tengo que ir, señor —aviso el chico sintiéndose mal. La chica se levantó como pudo para sentarse en la cama. Pidió a su padre que los dejara solos por un rato, que debía aclarar algunas cosas antes de que él se fuera.
Ya al estar solos, el silencio en el cuarto era abrumador, el nerviosismo era visible y el arrepentimiento de Dilan por querer escuchar la cruel verdad estaba por aparecer; pero eso no era lo que la chica pensaba contarle.
—¿Tienes miedo, Dilan? —pregunto Violet triste por la expresión del chico. Le desgarraba ver el mismo rostro de desesperacion y angustia que la mayoría de sus familiares tienen cada vez que la ven. Incluso a su padre lo a visto varias veces llorando a escondidas con el mismo rostro o con uno mucho peor.
—Sí —respondió. Sentía hasta que hablarle dolía.
—Yo también —dijo mirando los ojos cansados del chico. Sabía que ya era tarde, podía ver por la ventana que era de noche. Sus miradas se cruzaron por unos segundos, la necesidad de abrazarse los invadió por completo a ambos; pero no se quedaron con las ganas. Dilan se arrodilló frente a la cama, la abrazo por la cintura y ella por la cabeza. Se quedaron un par de minutos así, mientras ella le acariciaba el cabello.
—Por favor, dime que lo que te pasa no es muy grave —rogó. Las lágrimas de la chica querían salir, pero no podía solo soltar a llorar y decirle con su llanto que lo que la afecta es peor de lo que él piensa.
El chico no escucho una rápida respuesta de la muchacha, tenía que saberlo cuanto antes. Pero ella no quería hacerle más daño ese día.
—No, solo es anemia —mintió con una sonrisa en los labios. —Solo me causa agotamiento, es todo. En ese momento se odio así misma, le estaba mintiendo al chico que quería y sabía que él algún día lo descubriría todo. Le dió un beso en la frente y lo alejo para hablar con más calma. —Te contaré todo mañana, le diré a papá que llame a tus padres; te enviara en taxi.
Dilan asintió sin ganas, quería quedarse más tiempo con ella y contarle de una vez por todas lo que sentía por ella con palabras —ya que se lo expresa siempre con acciones— por que no estaba seguro si ella se daba cuenta que la quería más allá de ser una amiga. Pero no era la ocasión, no así, no así de triste.
En el camino a su casa, Dilan miraba por la ventana el paisaje gris y desolado de las calles y las aceras. Hacía frío, por lo que no muchas personas circulaban por las calles y los árboles ya no tenían hojas.
Vio que algo blanco caía del cielo y quiso saber si era nieve o no. Bajo el vidrio de la ventana, entonces saco la mano y pequeños copos de nieve cayeron en su palma.
—Dicen que habrá una fuerte nevada este invierno —comienza a hablar el conductor mirando a Dilan por el retrovisor—, debes abrigarte bien muchacho.
—Gracias, lo tendré en cuenta.
Aquí yo, espero no hayan llorado como yo ;-; pero se avecinan cosas peores.
No olvides: Si te gusta lo que escribo, Únete al grupo El Sistema Solar de Akemi para enterarte de mis futuros proyectos. También tengo más historias y relatos cortos en mi perfil, por si les interesa.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro