C a p i t u l o d o s
Algunos lo llamaban Emo, el chico raro, enviado de la muerte, y otros nombre que no valen la pena mencionar. Así Yeremi entraba al colegio todos los días, perseguido por un grupo de brabucones hasta su respectiva aula. Algunos alumnos tenían miedo de ayudar al pobre chico a no ser tan maltratado, pero Yeremi estaba fichado por los peores bandos de ese colegio: Populares y brabucones.
Si tratabas de ayudarlo, los populares te hacían la vida imposible, si trataba de impedir que lo golpearan, los brabucones te hacían cosas peores.
Ese día habían pasado muchas cosas frente a los ojos de Carlene, logrando hacerla enojar más y más.
Yeremi salió del baño de barones empapado, con la mirada perdida, sin hacerle caso a las burlas de los chicos que minutos antes lo habían sumergido dentro de un inodoro ---con agua limpia gracias a Dios---; pero aunque tuviera agua limpia seguía siendo asqueroso.
La actitud de chico más que devertirle a los brabucones, los enojaba. Las personas con personalidad como la de esos chicos, les gusta ver sufrir a los demás para llenar un vacío interno. Yeremi, de algún modo no los culpaba por su actitud, a igual que los populares, nadie sabe lo que hay dentro, lo que hizo que esas personas sean como son.
En el aula las bolas de papel eran la orden del día, Yeremi dibujaba en su cuaderno artístico ---así le llamaba él---. Más de una ocasión Carlene pasaba caminando por los lados de su pupitre para ver que dibujaba; ese día no fue la excepción. El chico dibujaba cosas normales, pero ese día hubo un dibujo que le llamo la atención; él pintaba el cabello de una linda chica pelirroja y de ojos azules iguales a los de ella, ella se le quedó mirando por un rato, inmersa en muchas preguntas.
¿Esa soy Yo? ¿Por qué me estará dibujando? ¿Acaso... yo le gustó?
Una bola de papel la sacó de su ensoñamiento, uno de los brabucones ---sin mirar si había alguien más en frente de Yeremi--- le pego en la cabeza a Carlene. Cuando el chico vio a quién le había pegado, su cara de horror no se hizo esperar.
Todo el salón se sumió en un profundo silencio.
Matías, el chico más popular del colegio vio todo junto a su grupo. Cabe recalcar que Matías gusta de Carlene, fue uno de los rechazados por la chica; pero claro que no se daría por vencido con ella. A él nadie le decía que no.
Carlene solo podía pensar en el bienestar de ese chico, el cual se llamaba Jacob. Recogió la bola de papel y fue hasta el pupitre del nervioso y tembloroso Jacob.
---Hola, creo que esta bola de papel te pertenece ---dejó la bola en la mesa del pupitre del chico y continuó---. Te disculpa por arrojarmela, no me la pegaste tan fuerte. ---Carlene habló alto para que Matías la escuchará, pero lo último que hizo condenó más al chico. Ella le dedicó una calidad sonrisa a Jacob, lo que hizo enojar más a Matías.
Carlene en su mente ingenua pensó que eso detendría a Matías, pero no había sido así. La chica se dispuso a pasar por última vez al lado del pupitre de Yeremi, el cual tenía una sonrisa divertida.
---Si crees que la del dibujo eres tú, no lo eres princesita. ---dijo Yeremi en tono muy bajo y burlón.
Carlene se quedó plasmada al escuchar al chico decir eso, la vergüenza la carcomia por dentro durante toda la clase. Al salir del salón, combinado hasta la máquina de bebidas se encontró con Yeremi.
El chico era muy alto, sus figura delgada y su cabello negro el cual le tapaba un ojo, y esa pase que traía mientras tomaba una coca-cola de lata; hizo que Carlene se sonrojara. Ella no podía dejarse ver así, pero quería su bebida de Naranja. Le dio la espalda al chico, su corazón latia tan rápido en su pecho que la lástimaba, su cara estaba tan roja, sus manos ---que sostenían su cátedra con la tapa de su anime favorito--- sudaban como locas.
Cuando escucho la lata siendo arrojada en el contenedor de basura se relajó, él ya iba y ella podría comprar lo que quería en la máquina. Pero eso no fue lo que obtuvo. Unas manos frías se colaron por su cara, una fue a parar en su mejilla y otra en su cuello.
La respiración de la chica se detuvo en ese segundo, todo parecía detenerse, y otra vez esa voz con la que tanto soñaba envolvió su tímpano.
---¿Crees que con la que hiciste librarte a ese chico de ser golpeado? ---solto una risita casi como un quejido---, que ingenua eres.
Sin más nada que decir Yeremi la soltó, salió del colegio dejando a Carlene plasmada en su sitio.
El estado de shock de Carlene fue interrumpido por gritos fuera del colegio, cuando salió vio a Matías y a su grupo golpear a Jocob sin ningún tipo de piedad. Yeremi tenía razón, ella era muy ingenua.
Capítulo 3 :D ¿Va bien No?
¿Qué les parece Yeremi?
¿Qué les parece Carlene?
🤔 Dejen sus respuestas en los comentarios ☄ y dejen su estrellita.
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