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Capítulo 30: Directo

Capítulo dedicado a: Hisoka_Calvo, por seguir esta historia.

Curiosidad: a muchos no les agradaba la participación activa de Akechi, y me disculpo por eso (aunque no pienso cambiarlo, lo siento), pero era necesario para que la historia avanzara.

—¿Te encuentras bien, pequeño amigo? —La pregunta sincera de Nendo llenó de miedo arremolinado a Kaido apenas la escuchó. Sus labios se tensaron y no pudo evitar que sus ojos se abrieran de par en par, dejando que el ramen que comía de la cafetería se resbalara de sus palillos.

—Sí, estoy bien, ¿por qué no lo estaría? —aludió, un poco nervioso, con todo su cuerpo temblando hasta más no poder. ¡Nendo lo había arruinado, ahora toda la atención estaba sobre él!

La mirada que Saiki le dirigía desde la mañana, mostrando completa preocupación sincera lo apenaba, porque se sentía halagado de que alguien tan serio como Kusuo entendiera su estado de ánimo y se preocupara por él, ¡pero también le dolía porque no era un secreto que estaba así por su culpa! ¿Cómo se había atrevido a pedir que lo besara?

«Aunque realmente no me molestaría eso», pensó sin querer, deteniendo sus pensamientos de golpe al momento de retener ese pensamiento. Y terminó por explotar en rojo, hasta parecía que echaba humo de las orejas.

Todos se preocuparon por el Kaido tomate.

—Kaido —habló Saiki, tratando de iniciar una conversación con él. Shun dio un grito apenas escuchó esa voz, de la forma más aguda posible y quiso llorar.

—¡No pasa nada, no se preocupen por favor! —pidió.

Nendo negó con completa rapidez.

—Lo siento, pero no creo poder aceptar eso. Usualmente tú eres como un loco que habla de un mundo fantástico, ahora actúas normal —comentó el mayor, dejando a Kaido un poco conmovido porque tenía a un conocido (no admitiría que lo veía como un amigo) que se preocupaba por él, pero también ofendido porque significaba que si no actuaba como un lunático no estaba bien.

Lo único que pudo rescatar es que no podía dejar sus juegos de lado.

—Les agradezco a todos por preocuparse por su jefe. La Nación Unida de Dragones Universales está muy feliz porque son así con uno de sus miembros, de verdad —admitió, mirando su plato de comida, sin querer alzar la vista para contemplarlos a todos, pero ya podía sentir sin lugar a dudas la mirada decepcionada de Aren porque ésa era una buena oportunidad para dejar sus juegos de lado, sólo ser él mismo.

—La Nación Unida de Dragones Universales debe estar feliz por tener a alguien como tú. —Akechi soltó eso sin ningún tapujo a la hora de decir eso, ampliando su fría sonrisa que siempre salía sin intención alguna. Kaido levantó la vista al oír esas palabras, y no pudo evitar mirar al rubio como si fuera la Octava Maravilla del Mundo por esa afirmación que le dijo—. Y nosotros también, así que deberías ser un poco más transparente con todos, nadie te va a juzgar, y si lo hacen, no dejes que te afecten —aventuró a responder con total neutralidad, dejando escapar de sus labios que ya entendía que Kaido era un perfecto mentiroso, pero ante su vista curiosa y que no se le escapaba nada, no podía escurrirse, siendo completamente diferente en cuanto a personalidad.

Shun no pudo evitar creer que no hablaba de su situación actual, o bueno sí, pero no del todo era su enfoque. ¿Se refería a su personalidad? ¿Cómo lo supo? ¡¿No actuaba bien!? Sin querer, la idea de que hizo el ridículo todo el tiempo frente a Saiki lo volvió potente y su rostro ardió en rojo.

—Te has sonrojado, ¿sabes por qué? —Akechi metió sus palabras sin parar en la conversación, ya no pudiendo detenerse, aunque quisiera. Era como de: una vez que abría la boca, ya no había salvación—. Científicamente el rubor es una respuesta fisiológica provocada por actividad hiperactiva del sistema simpático, ¿no es genial? Suena muy divertido ese sistema. —Hizo una pausa de segundos para tomar aire y siguió con lo suyo—. Ésta dilata los vasos sanguíneos faciales, provocando una ligera coloración de tono rojizo en los pómulos. ¿Sabes por qué ocurre esto?

—Sí. —Se limitó a contestar Kaido, un poco perdido por el tema de conversación tan desviado.

—Aun así lo diré: es asociado con sentimientos arraigados específicamente en la naturaleza humana, como lo es la vergüenza y la culpa, y vinculados a emociones relacionadas con la evaluación social, y de uno mismo como la sorpresa, ira, alegría, e incluso amor-... —Saiki ya lo había previsto todo, desde que empezó a hablar, una suerte que no dejara que siguiera hablando, al taparle la boca con una de sus manos.

Todo revolvía el interior de Saiki, y supo que antes de empezar con su intento de conquista inexperto, debía de disculparse con Kaido primero.

Cuando las clases terminaron, siendo la campana del último momento escolar del día la anunciadora de esa buena noticia, Saiki supo que debía de actuar. Touma sabía que esa vez tendría que irse a casa de los Saiki él solo, siendo un milagro que no quisiera estorbar, poniéndose de pie y dirigiéndose a la salida, no sin antes darle a Saiki un extenso discurso de despedida que se comió dos minutos de su tiempo valioso.

Para ese tiempo pasado, Aren pareció despedirse de Shun con un movimiento de manos que sólo ellos entendían y salió corriendo con Nendo, porque tendrían que pasar un examen para ver su posición en el equipo de béisbol al que se habían inscrito por un club deportivo.

Saiki, por primera vez sintió que el Cielo y todos los Dioses estaban de su lado, en su vida. ¿Eso era posible? ¿Acaso la Unión Oscura estaba detrás de eso? ¿Realmente eran malos?

—Kaido —llamó al chico, antes de que éste saliera del aula. Shun pareció detener sus pasos, mostrando muy abiertamente un ligero temblor que no se acopló bien en su cuerpo, mostrando su honesta reacción.

—¿Saiki? ¿Necesitas algo? —Fue pura suerte que no se trabara.

—Sí.

Saiki apretó sus puños, al momento de ser honesto consigo mismo, siendo un claro gesto de que debía ser directo. Ya no jugaría con rodeos, no, si quería salir de esa, debía ser honesto con su corazón al menos una vez en su vida y no guardárselo todo, como siempre lo hacía.

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