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Capítulo 22: Oportunidades

Capítulo dedicado a: ZaMyRr_09, por seguir esta historia. ¡Muchas gracias!

Curiosidad: le quité a Saiki sus poderes en esta historia porque, para ser sincera, creo que no muy bien cómo manejar al personaje con éstos. Sin embargo, espero al menos en un futuro escribir algo de ellos dos donde Kusuo tenga sus poderes.

¿Quieres que yo te ayudé a entender tus sentimientos? —preguntó Akechi, parpadeando un poco rápido y con la respiración cortada por sus propias palabras. Saiki notó como la sonrisa seria de siempre seguía sobre sus labios, y le fue casi imposible no sentirse desdichado porque había caído tan bajo como para pedirle ayuda a Akechi.

—Sí —respondió el de cabellos rosados, no teniendo la más mínima intención de siquiera volver a repetirlo. En esos instantes, y con esa afirmación de su amigo, Touma se cruzó de brazos y se recargó contra la pared del lavamanos que estaba en los baños de hombres, pareciendo pensarlo.

No lo pensó mucho, ya que apenas y duró como unos cinco segundos antes de llegar a su decisión.

—Me niego —soltó sin escrúpulos, sin mostrar ninguna muestra de arrepentimiento o seriedad ante lo que había dicho. ¿En serio?

—¿Por qué? —Que Kusuo se enojara ante su comportamiento era más que justificado.

—Porque no me quiero involucrar mucho —aludió, con total simpleza. Saiki chasqueó su lengua y se volvió a comer su enojo, teniendo un ligero tick en su ojo izquierdo al pestañear tan rápido.

«¿Cómo puedes decir eso después de literalmente gritarle a Kaido que yo lo quería?», pensó, descubriendo una diminuta faceta de él que decía que posiblemente sí tenía, al menos, una pequeña y diminuta paciencia hacia ciertas personas.

—Lo que dices no tiene sentido.

—Digo, es que lo que dices suena un poco raro, tú me entiendes, Saiki. Dijiste: «¿me ayudas a entender mis sentimientos?», y normalmente eso va muy ligado a un triángulo amoroso o un nuevo romance entre esa persona que quiere entender y el que quiere ayudar, creando un cliché.

«¿De qué está hablando? ¿Por qué se preocupa de eso justo ahora? Si de por está historia ya es demasiado cliché y no parece ir a ningún lado. Vaya, vaya, qué molestia, deberías de asumir tu propia responsabilidad». Quiso decir todo eso, con su habitual sarcasmo e ironía que rara vez le hacía saber a alguna de las personas con las que hablaba.

—Lo que dices no tiene sentido. —Fue lo mínimo que pudo decir ante su comportamiento.

—Sí lo tiene, estamos en una historia de Saiki x Kaido, si yo me meto, posiblemente todos irían en mi contra por interponerme. Es simple sentido común.

—Que rompas la cuarta pared no es de sentido común. Además, esto es tu culpa, debes hacerte cargo de lo que has ocasionado y date prisa —comentó, sin ninguna expresión en su rostro, pero sintiéndose ligeramente nervioso cuando mencionó a Kaido con tanta familiaridad. Esa vez, y con esas palabras, el rubio pudo pensarlo más seriamente, llegando a la vaga idea de que, en efecto, quizás sí, sólo un poco, había sido su culpa que todas las cosas se colocaran de la forma en la que estaban.

—Ya veo, en eso tienes razón, no puedo argumentar nada. Así que está bien, supongo que sí puedo ayudarte, pero debo de advertirte que no sé mucho de relaciones amorosas —aventuró a dar una advertencia que creía estaba de más dado a su situación actual y su problema del habla.

Saiki apretó sus labios y cerró sus manos, dejando que los puños se crearan sólo para darse un poco de fuerza. Sus pupilas miraron a otro lado y pareció atento a lo que fuera que le vaya a decir el rubio cenizo.

—Veamos, empecemos por lo básico para entender tus sentimientos, y creo que sería saber cómo se comporta tu cuerpo cuando estás cerca de él. —Touma sentía que lo tenía difícil, a pesar de que de alguna forma Kusuo se llegaba a sentir curioso de sus sentimientos, también sabía que tenía un orgullo, que aunque no era muy mostrado a los demás, sí era lo suficientemente grande como para que su primer amor que había tocado a su puerta sin previo aviso, o bueno, quizás Kaido sí lo hizo, pero entró a su corazón rompiendo la puerta montando un dragón... ya que, bueno, Shun estaba ligeramente loco por creerse especial, y quizás ésa fuera la mejor forma para alguien como él entrar en el corazón de alguien más—. Bueno, creo que la manera más efectiva es-... —interrumpido de golpe, por la mano de Saiki posándose sobre sus labios, impidiendo que siguiera hablando. Cuando buscó una explicación ante el comportamiento de su amigo, sólo tuvo como respuesta el gesto frío y serio de Saiki cerca de su rostro, tragándose las palabras por primera vez en su vida.

—Espera, antes que nada, debes de prometer que no le dirás a nadie sobre esto —aseguró Kusuo, con tanta seriedad, como si ambos estuvieran haciendo cosas malas en el baño. Touma se quiso reír, pero se limitó a permanecer serio, creyendo al menos que un poco de respeto a la persona que siempre había estado con él, sin abandonarlo, se lo merecía.

Apartó la mano del chico, con sumo cuidado, y cuando su boca fue liberada del agarre, ensanchó una sonrisa y asintió.

—Está bien lo prometo, no se lo diré a nadie. Aunque no lo parezca, soy muy bueno guardando secretos, como por ejemplo, esta mañana conocí a Yumehara en la entrada del colegio, y escuché por accidente que le gustaba Kaido, le prometí guardar el secreto... —Akechi hizo una pausa larga, al darse cuenta de lo que había dicho, quedándose en blanco por unos breves segundos, antes de sentirse obligado a observar como el serio rostro de Saiki mostraba unas ligeras emociones en sus cuencas oculares: no sabiendo si debía de seguir contando con su apoyo porque no sabía guardar secretos, o sentirse celoso porque alguien más estaba interesado en Shun. Qué dilema, y lo peor es que había sido su culpa—. ¡Ah, creo que acabo de decir un secreto! Pero éste no vale.

—¿Cómo que no vale? —repitió su frase sólo con una pregunta. Luego, después de ya esperarse eso de Akechi, sacudió su cabeza y suspiró. Aceptó de forma inconsciente que la idea de que Chiyo estuviera interesada en Kaido de forma romántica le había afectado un poco, también había caído en la cuenta de que a esas alturas ya no podía hacer nada contra la potente observación y análisis veloz de Akechi Touma sobre las personas—. ¿Cómo me ayudarás?

—Primero debemos de esperar a que una oportunidad se forme, no creo que pase mucho tiempo para que ésta llegue, por lo que me aseguraré de estar cerca de ti todo el tiempo para no perder la oportunidad. —Touma parecía decir eso para parecer el típico amigo de un anime de romance tan surrealista que todos querrían tener, aunque realmente no se lo merecieran; pero Kusuo alcanzó a leer entre líneas la simple idea del más bajo: «como soy nuevo y no conozco a nadie, me integraré a tu grupo de amigos. Tampoco es como si esperara que alguien me acepte, así que gracias por estar a mi lado».

Pero, bueno, realmente no importaba, no es como si esa oportunidad se fuera a presentar tan rápido, ¿verdad?

Pero sí lo hizo.

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