Octavo mes
San y Wooyoung ya tenían todo
listo para esperar la llegada de
la bebé.
El doctor les había dicho que era normal que la bebé este más activa y moviéndose constantemente, pues a partir de este mes, comenzaría a colocarse en su posición de nacimiento.
Los dolores se hacían más intensos pues el bebé ya era mucho más pesado. Cosa que Wooyoung y San estaban consientes pues los dos tenían los mismos intensos dolores.
—Mira, está dura.—Le dijo Wooyoung.
San se acercó a mirar el vientre de su esposo y luego colocó su mano para sentirlo.
Efectivamente, el vientre de Wooyoung estaba duro, pero no era nada de que preocuparse,
pues era normal, su cuerpo se estaba preparando para las próximas y reales contracciones, aunque después de eso, la bebé comenzaba a moverse mucho.
—Amor, estas haciendo que papi
Woonie se desespere. —Le habló San.
La bebé se volvió a mover un
poco más brusco. Siempre que San la hablaba ella lo hacía. En las noches que no podía dormir, le hablaba a su bebé, despertando a el menor debido a los movimientos de su niña.
—Esta bien amor, tranquila, yo estoy bien, solo ignora la voz de tu padre.—Sobó su vientre.
—No, bebé, juega conmigo.—Dijo divertido.
—¡Choi San! ¡Déjala ya!—Le reclamó.
—Pero yo quiero jugar con ella.—Puchereó.
—Lo sé Sannie, pero al moverse
se siente extraño y a veces duele
un poco, también aumentan
mis ganas de ir al baño y no quiero tener que cambiarme de ropa otra vez.—Hizo puchero también.
—Lo siento, no lo haré más.—Aceptó y luego lo besó.
Luego de eso se dirigieron al doctor pues Wooyoung tendría un último chequeó, para estar conscientes de que todo siga bien
con la bebé. Al bajar al hospital, comenzaron a caminar con las manos entrelazadas hasta la recepción para avisar que ya habían llegado, pero el menor ya no podía más, su espalda y pies
dolían, aparte se sentía muy cansado, que hasta le era difícil hablar sin sentir que se agotaba más de lo normal.
Los dos caminaron hasta el consultorio de su doctor y comenzó el chequeó, la bebé estaba bien, y justo como ya sabían, se estaba preparando para nacer. A Wooyoung le puso unas inyecciones para evitar que se enfermase y luego los dejó ir.
—¿Crees que puedas traer el
auto hasta aquí?—Le preguntó
mientras lo miraba con súplica.
—Claro que si amor, espérame
aquí, no tardo mucho.—Wooyoung asintió.
San corrió por todo el hospital hasta salir al estacionamiento, dónde tomó su auto y condujo hasta la entrada del hospital.
Wooyoung salió de ahí con ayuda de una enfermera. San le agradeció y lo ayudó a
subir a su auto.
—Estoy muy cansado, vayamos
a casa a dormir.—Suspiró
colocando una mano en su
vientre.
San besó una última vez a su
esposo y se puso en marcha hasta
su casa, el quería hacer muchas
cosas más por él, pero su dolor de espalda y pies se lo impedían, así que le vino perfecta la propuesta de su esposo.
Créditos a @Lovelyy_Jimin7
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