23
Jiu no había sido capaz de reconocer la extraña marca en la espalda de Yeonjun, pero sabía que le resultaba familiar. Cuando tocó ligeramente la herida Yeonjun siseó de dolor.
—Lo siento.—Dijo, sin parecer realmente arrepentida. Se acercó a la mesita de noche al lado de su cama y de allí sacó un libro.—¿Dices que es un vampiro? ¿Por qué tiene los ojos ojos violeta?
Taehyun simplemente la miró sin expresión.
—No es un vampiro exactamente.
—Entonces, ¿qué es?—Preguntó hojeando el libro.
—Algo así como un vampiro con genes dormidos.
—¿Cómo es eso posible?—Taehyun suspiró.
—Se tanto de esto como tú.
Jiu se detuvo en una pagina en particular.
Y entrecerró los ojos pensando.
—¿Crees que lo mismo que es tóxico para los vampiros lo será para él?
—¿Cómo que?
—Saliva de hombre lobo.
Soobin frunció el ceño.
—¿Perdón?
—La saliva del colmillo de los hombres lobos es tóxica para los vampiros, una mordida tuya y probablemente lo matarías.
—¿Que podemos hacer?—Preguntó Taehyun.
—Si es lo creo la herida no se curará, es más se volverá peor cada día y eventualmente morirá. Es como un veneno que tardará algunos días en matarlo. Si fuera un vampiro real, bastaría con quemar la herida, pero como técnicamente aún es un humano no estoy segura de si lo soportaría.
Taehyun negó.
—Se cura rápido, pero no como un vampiro real.
—¿Por qué no puedo quemarla?—Preguntó Yeonjun.
—¿Estas loco?
—¿Voy a curarme, verdad?
—Eventualmente, si, tal vez.—Dijo Jiu.—¿Crees que aguantarías el dolor?
Yeonjun suspiró.
—Si no hay de otra.
—Tiene que haber otra forma.
—Bueno, podría transformarse en vampiro para aguantar el dolor.—Sugirió ella.
—No es una opción.—Dijo Yeonjun.
El realmente no quería ser un vampiro.
No quería vivir para siempre y ver a todos sus queridos morir, ni tener todos esos poderes de los que tanto se hablaba, tampoco le interesaba. Todo lo que alguna vez quiso fue ser normal.
—Esta bien, quemarte será.
—Pero no esta noche.—Dijo.—¿Puede esperar hasta mañana?
Ella lo miró extrañada.
—¿Tienes algún asunto más importante que atender que salvar tu vida?
—Necesito ser capaz de moverme, ¿lo podré hacer?
—No, probablemente el dolor te haga desmayarte o si Taehyun te hace dormir mientras te quemamos igual la venda se quedaría y tu herida tardaría en cicatrizar. Tendrías que quedarte en la cama.
—No puedo hacer eso hoy, ¿hay alguna forma de disminuir el dolor?
—No iras solo y herido a donde sea que Juyeon te haya citado.—Dijo Taehyun.
—Si, lo haré y no vas a detenerme.
—Supongo que podría hacer una pequeña limpieza en la herida y vendarla para que puedas andar.—Dice ella.
—¡No!—Grita Taehyun.
—Hazlo, por favor.—Dice Yeonjun.
—Es demasiado peligroso.
—No dejaré que nada malo le pase a Beomgyu.
—Pero...
—No esta a discusión, si intentas seguirme voy tener que golpearte.—Taehyun gruñó.
—¿Crees que podrías ganarme en una pelea?
—Supongo que lo averiguaremos.
—Ugh, hombres.—La chica rodó los ojos.—Iré a traer lo que necesito.
Y salió de su propio cuarto.
****
El mensaje llegó a eso de las once de la noche.
De todos los lugares, Yeonjun no se esperaba ese.
Juyeon lo había citado en el cementerio.
Un escalofrío recorrió el cuerpo de Yeonjun mientras se alistaba.
Había convencido a Soobin transformarse y babear sobre un cuchillo, aunque no mataría al vampiro, tal vez pudiera relentizarlo lo suficiente para llevarse a Beomgyu a un lugar seguro.
Su único objetivo era traerlo con vida a casa.
Guardó el cuchillo dentro de las botas que llevaba, oculto. Se vistió completamente de negro, cubriendo la mayor cantidad de piel posible.
Y usando un cuello alto, solo por paranoia.
—Por favor, ten mucho cuidado.—Le dijo Taehyun.
El hechicero lo estrecho entre sus brazos y Yeonjun pudo sentir que estaba temblando ligeramente.
—Volveré, y traeré a Beomgyu, lo prometo.
—Tengo un mal presentimiento, Yeonjun.—susurró.—Dudó que Juyeon haya hecho esto solo.
—Tranquilo.—Dijo dándole una palma en la espalda.
Soobin también lo había abrazado, incluso por más tiempo que Taehyun.
—Tienes que volver, ¿está bien? Tienes que hacerlo.
—Lo haré, Soobin, lo prometo.
—No me has devuelto mi camisa, tienes que volver o jamás volveré a prestarte nada.—Yeonjun rió.
—Lo tendré en cuenta.
Se separó de ambos y les dio un ultimo de asentimiento con la cabeza.
Quería parecer tranquilo, pero en realidad estaba muriendo de miedo.
****
Yeonjun estaba sintiendo algo muy parecido a lo que había sentido aquella noche donde que encontró el cuerpo de Heeseung.
El miedo y la mala sensación en el estómago.
Entrar al cementerio era más fácil de lo que debería ser. La caseta donde se suponía que habría un guardia estaba vacía.
Él no quería pensar que Juyeon le hubiese hecho algo, pero era inevitable.
Caminó en la penumbra de la noche, sintiendo el fresco de la noche. Esa noche había luna llena, no sabía si eso debería agitarlo más.
El cementerio era un lugar grande en realidad, Juyeon no había nombrado un lugar específico, pero nada más entrar Yeonjun sintió ojos encima de él. No le gustaba esa sensación, como de ser la presa esperando, así que gritó con toda la valentía que tenía:—¡Estoy aquí, maldito!
La respuesta no tardó.
—Yeonjun, que gustó verte.
Su cuerpo se estremeció.
Una vez había hablado detrás de él.
Y no era la de Juyeon.
Volteó lentamente, aterrado de confirmar sus sospechas.
Namjoon.
El tío de Taehyun.
El presidente del consejo.
—No es posible.—Susurró.
El hombre sonrió.
—Llegas justo a tiempo.
De inmediato dos personas aparecieron a sus lados.
Bueno, no dos personas, dos vampiros.
Ambos lo tomaron de los brazos mientras Yeonjun forcejeaba. Mierda, mierda.
Realmente iba a morir.
—Llévenlo con los demás.—Dijo.
Y Yeonjun fue arrastrado.
Gritar que lo suelten no servía de nada, tampoco intentar luchar porque obviamente los vampiros lo superaban en fuerza. Cruzaron el cementerio mientras su miedo se convertía en rabia.
¿Por qué Namjoon?
¿Qué había en esto para él?
Un grupo de hombres con capuchas los esperaban en una parte casi vacía de tumbas.
Tenía el presentimiento de que alguno de esos que estaban ahí le había hecho la herida en su espalda.
Entonces miró al piso.
Beomgyu estaba ahí.
Los vampiros lo soltaron y casi cayó. El peligris estaba atado de manos y pies y amordazado, pero Yeonjun vió como luchó contra sus ataduras en el momento en que lo vió.
—¿¡Qué quieres de mi?!—Le gritó a Namjoon.
Ni siquiera había visto aún a Juyeon.
Probablemente estaba entre los encapuchados cuyas caras no podía ver.
Namjoon no dudó en decir:—Que te unas a nosotros.
El rostro de Yeonjun se desfiguró.
—¿Quien es "nosotros"?—Fue lo primero que preguntó.
—Los hijos de la noche es una organización que busca llevar a los vampiros de nuevo a la cima del mundo sobrenatural, donde siempre pertenecieron.
—Eres un hechicero.—Dijo Yeonjun.
Él lo había visto hacer magia. No podía haberlo fingido.
Namjoon le dedicó una mirada orgullosa y abrió la boca mostrando sus colmillos y el chico retrocedió.
—Verás Yeonjun, por muy poderosos que seamos los hechiceros con la magia, nuestros cuerpos no son más que simples masas mortales.—Ocultó los colmillos al hablar.—Hace unos meses atrás me diagnosticaron con una enfermedad parecida a la leucemia en un estado muy avanzado. Tosía sangre todos los días y estaba a punto de morir. La magia "naturalista" de los hechiceros no hizo nada para ayudarme. Supuestamente nuestros poderes no deben usarse para alargar la vida, como te podrás imaginar.—Contó.—Estaba desesperado, sin opción, hasta que una bruja me habló de la posibilidad de volverme un vampiro, entonces jamás tendría que preocuparme por enfermedades o la mortalidad en general, es antinatural que un hechicero se convierta en esto, pero un poco de magia negra, una pequeña muerte de mi insípido cuerpo humano y listo.—Sonrió.—Sin embargo, aún había algo que me molestaba. La tonta prohibición del consejo de tomar sangre humana. Me impedía tomar el mayor provecho de mi nuevo yo.
Las piezas en la cabeza de Yeonjun empezaron a juntarse.
—Eres el presidente.
—Si, y propuse en secreto a algunos miembros abolir esa regla, los que se negaron... bueno, no podía matarlos a ellos directamente.
Yeonjun soltó un jadeo.
—Eres un monstruo.
—Todos lo somos, Yeonjun. Especialmente tú.
—¿Por qué yo? ¿Qué quieres de mi?
—Ya te lo dije.—Namjoon se acercó un poco más a él, poniéndole los pelos de punta.—Anteriormente, los vampiros tenía un poder organizado, el primer vampiro empezó a convertir más personas y se convirtió en su rey. Con el tiempo se dió cuenta de que un día podría morir, así que hizo un trato con el mismo demonio que lo había convertido, una vida humana a cambio y la esposa de ese vampiro fue capaz de concebir un bebé. Ese niño fue el segundo rey, y así una familia real fue creada. El mismo trato se repitió varias veces, los herederos tenían hijos que se esparcieron en varios reinados, una época dorada para los vampiros. Pero llegó la guerra, y fueron los primeros asesinados y cazados. Si eliminaban a la familia real, tendrían la posibilidad de poner nuevas cabezas en los clanes que estuvieran de acuerdo con dejar de tomar sangre humana. Pero no todo estuvo perdido, antes de morir él último descendiente de la familia real tuvo un hijo, solo que no con una mujer vampiro, con una mujer humana. Se había enamorado y pensaba que los humanos eran "importantes".
No.
No. No. No.
—Ese humano nació con los ojos color violeta, pues era el color de ojos de todos los vampiros de la familia real. Una especie de híbrido capaz de curarse a una velocidad sobrenatural, pero con la misma esperanza de vida que cualquier otro humano. La madre lo mantuvo oculto, encontraron y asesinaron a su padre vampiro así que su mejor esperanza era que nadie supiera de su existencia. Con el paso del tiempo la sangre real de vampiro persistió en el linaje de ese bebé, y algunos niños con ojos violeta nacieron a través de los años. Sin embargo una anomalía como esa tenía un precio, tu naciste de un descendiente vampiro, pero tu madre humana no resistió el parto y murió, los hijos de la noche ya sabían de tu existencia, te pusieron a ocupar el lugar de un niño que había muerto a los segundos de nacido, tus padres creen que eres su hijo biológico, obviamente no es el caso.
Cuando terminó su historia, los ojos de Yeonjun estaban llenos de lágrimas.
Toda su vida era una mentira.
No era el hijo de sus padres, había sido puesto allí como parte de un plan macabro de una secta vampírica.
—¿No lo entiendes, Yeonjun?—Namjoon lo tomó de los hombros.—Eres de la realeza, debes transformarte y ser nuestro rey. Entonces la época dorada de los vampiros volverá a comenzar, el orden será restaurado.
El sonaba como un completo psicopata.
—¡Jamás!—Le dijo Yeonjun.
Namjoon no reaccionó.
—¿Sabes? Creí que dirías eso. Obviamente naciste en una familia humana, fuiste educado en la mediocridad aunque estes destinado a la grandeza.
Yeonjun apretó los puños con rabia.
—No secuestré al humano por esto, en realidad sólo quería evitar que pudiera descubrir nuestros planes, pero no me dejas otra opción.
Uno de los encapuchados alzó el cuerpo de Beomgyu del suelo donde se encontraba.
Y colocó un cuchillo en su cuello.
El peligris quedo paralizado al sentir el filo casi cortándolo.
—¡Déjalo en paz!
—Su vida por la tuya. Tienes 30 segundos.
Le llevaría menos de eso.
—¡Alto!
Una voz se alzó entre los encapuchados.
Juyeon había descubierto su rostro.
—¡Esto no era parte del trato, Namjoon!—Camino hacia el líder, pero antes de que pudiera moverse mucho otros dos vampiros lo habían apresado, forzando su cuerpo al piso.—¡Dijiste que estaría a salvo, maldita sea!
Namjoon suspiró.
—¿Qué es lo que tiene este humano? No parece ser nada especial.—Negó con la cabeza.—Se lo que dije, Juyeon. Cambio de planes, supongo.—Se encogió de hombros.
Yeonjun lo miró, los ojos desesperados de Juyeon sugerían que realmente temía por la vida de Beomgyu.
Era un imbecil.
¿Realmente había pensado que podría mantenerlo seguro?
Al final del día no importaba.
Había fallado, pero Yeonjun no lo haría.
—Lo haré.—Dijo.—Me convertiré en vampiro.
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