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22

Otra noche sin dormir para Yeonjun.

El solo pensar en los suaves labios de un lindo peligris que lo traía loco hacia qué su corazón latiera a mil por segundo.

Estaba mal, pensar en como Beomgyu se había alejado de él después de eso le rompía el corazón. Sin haberse dado cuenta sus sentimientos habían escalado por el peligris y ya no sabia que hacer con ellos.

Cuando por fin pudo salir de la enorme fila, Beomgyu ya no estaba por ningún lado.

Suspiró y solo pudo asumir que había tomado un uber.

Cuando regreso a su dormitorio, Soobin y Taehyun estaban dormidos. Quería hablar con Soobin para saber si Huening Kai había dicho algo sobre Beomgyu, pero les había dado un buen susto a sus compañeros de cuarto ese día, así que decidió no ser tan mala egoísta.

Al rededor de las 9 de la mañana del sábado, el teléfono de Soobin los despertó a los tres. Una canción de rock bastante ruidosa sonaba y Taehyun soltó un gruñido.

—¿Qué es ese maldito ruido?

Soobin a penas podia abrir los ojos, pero igualmente contestó.

—¿Hola?—Dijo con voz ronca.—¿Kai? ¿Qué pasó?—Yeonjun asomó la cabeza desde arriba.—¿Qué? Espera, tranquilo, más despacio... Mierda, ¿de verdad?—El que Soobin levantara la voz sorprendió a Yeonjun y a Taehyun. El chico de pelo morado ya se estaba levantando de la cama.—Escúchame, Kai, estoy yendo saliendo de mi dormitorio ahora mismo. Tienes que calmarte, llegaré en un segundo. Si, lo sé. Te veré pronto.

—¿Qué pasó?—Preguntó Taehyun al Soobin cortar la llamada.

El más alto se veía pálido, como si hubiese visto un fantasma.

—Beomgyu no llegó a su departamento anoche.—Miró a Yeonjun.—Fuiste a llevarlo, ¿no?

Todas las alarmas sonaron en el cerebro de Yeonjun.

—Mierda, mierda.—Dijo tomándose de la cabeza.—El salió del auto, lo fui a buscar pero ya no estaba, pensé que se había ido a casa.

—¿Qué? ¿Por qué salió del auto? ¿Se pelearon?

—Algo así. Maldita sea.—Bajo de su cama de un salto.—Dios, tuve que volver por él, conducir hasta su casa, algo.

—Tranquilos ambos, tal vez Beomgyu fue a la casa de sus padres.—Sugirió Taehyun.

—Huening Kai ya los llamó, no tienen idea de donde pueda estar.

Yeonjun pensó que estaba viviendo una maldita pesadilla.







****







Los tres chicos se vistieron rápidamente para ir a buscar a Huening Kai. Yeonjun quería golpearse en la cabeza una y otra vez por ser tan estupido, ¿cómo demonios lo había podido dejarlo solo en medio de la noche?

Querría salir a correr, gritar y buscarlo por todos lados, pero no serviría de nada. Primero al menos debería ir con la persona que mejor lo conocía en el mundo -Huening Kai- para ver si albergaba alguna pista.

¿Dónde estás, Beomgyu?

Su propio teléfono vibró en su bolsillo, y aunque no quería hablar con nadie vió que lo llamaban desde un teléfono fijo, lo cual era extraño.

Tal vez Beomgyu quería contactarse. Tal vez había quedado varado en algún lugar y estaba usando el teléfono.

Así que contestó.

—Yeonjun, se que estás en un auto con tus amigos, así que guarda silencio, yo hablaré.—La voz se le hizo conocida, pero no la distinguió de inmediato.—Vas a recibir un mensaje de texto con una dirección, antes de la medianoche de hoy tendrás que venir solo, no hay trampas y si traes a alguien más lo sabremos. Si nos traicionas, no volverás a ver a Beomgyu con vida.

Entonces lo supo.

Era Juyeon.

—Eres una maldita escoria.—Dijo con rabia.

Soobin y Taehyun lo miraron sorprendidos y preocupados desde los asientos de adelante.

Pero la voz en el teléfono solo río.

—Haz lo que te digo, créeme, es mejor así.

Y entonces cortó.

Y Yeonjun le gritó a Soobin que detuviera el auto.







****







Soobin no llegaba.

Huening Kai caminaba por el departamento pasando sus manos por su cabello.

Beomgyu era lo único en su cabeza.

¿Dónde estaba?

¿Por qué no había llegado?

Tal vez debería haber tomado más en serio las veces que Beomgyu no podía dormir o las horribles pesadillas que tenía últimamente.

¿Y si Beomgyu se había hecho daño?

No podría vivir sin su mejor amigo.

Lágrimas corrían por sus mejillas.

La voz de Soobin lo había calmado un poco. Pero ya había pasado más de una hora y el pelimorado no llegaba.

Entonces su teléfono sonó. Y al ver que era Soobin, su ánimo subió.

—¿Bin? ¿Por qué no llegas?

No hubo respuesta del otro lado.

—¿Soobin?

—Hyuka, no voy a poder ir, lo siento.—El chico parpadeó.

—¿Qué? ¿Por qué no?

—Voy a traerte a Beomgyu, ¿de acuerdo? Regresará a casa sano y salvo contigo.—Dijo Soobin.

—¿Qué? ¿Sabes donde está? ¡Dime!

—Lo traeré, nene, lo haré por ti.

—Soobin, por favor...

—Pase lo que pase.—Lo cortó.—Tienes que saber que te amo.

Huening Kai soltó un jadeo.

Jamás espero escucharlo por primera vez en una llamada.

—Soobin...

—Te amo, Kai. Beomgyu regresará pronto, tengo que irme.

—¡Espera!

Pero ya había cortado.







****







Taehyun no se lo esperó cuando las palabras "Necesito un arma" salieron de la boca de Yeonjun.

Yeonjun habia colgado una extraña llamado y había tenido un ataque de histeria segundos después. Los hizo regresar al dormitorio y los interrogó sobre si alguno de ellos tenía un arma allí o si Taehyun podría hacer aparecer una.

Él no era ningún mago con un conejo en el sombrero. Pero Yeonjun parecía estar fuera de si.

—No pude escuchar nada de la llamada, debería poder escucharlo si estabas cerca, pero no pude.—Dijo Soobin.

Claro, el tenía un oído capaz de escuchar kilómetros y kilómetros a la redonda.

—Se donde está Beomgyu.—Dijo Yeonjun.

—¿Qué?

—Juyeon me llamó. Dijo que él lo tenía y que si quería volver a verlo con vida tendría que hacer lo que decía.

Taehyun se sorprendió.

—¿Juyeon? ¿Juyeon el chico cuyos padres están en el consejo? ¿Él que está saliendo con Beomgyu?

—¡Si, maldita sea! ¡Te dije que había algo malo con él!

El hechicero no lo podía creer.

—¿Qué razón tendría para secuestrarlo? No tiene ningún sentido.—Razonó.

Juyeon era un engreído, pero no lastimaría ni a una mosca.

—A menos que sea el asesino y creyera que los poderes de Beomgyu nos harían descubrirlo.—Dijo Soobin.

¿Era eso?

Todavía le parecía improbable.

—¿Estás seguro de que era él?

Yeonjun lo miró con ojos gélidos.

Bien, no más preguntas entonces.

—Necesito averiguar cómo enfrentarme a un maldito vampiro en menos de 14 horas y ustedes no están ayudando.—Al terminar esta oración, Yeonjun siseo de dolor.

La herida en su espalda de pronto lo había quemado.

Levantó su camiseta y Taehyun tragó saliva.

No solo no estaba curada, se veía cada vez peor.

—Yeonjun, no puedes ir así.

—Estoy bien, solo...—El agudo dolor de pronto lo hizo caer de rodillas al piso.

—Dios.—Dijo Soobin.—¿Cómo puede ser que no se cure?

—Beomgyu había dicho que estaba envenenada...—Recordó Taehyun mientras ayuda a Yeonjun a levantarse.—No se de este tipo de magia, pero hay alguien que si.

Aunque el había prometido mantenerse alejado de esa persona.







****






Kim Jiu tenía una tarde tranquila de sábado en su dormitorio. Su compañera había salido a una cita, mientras que ella no tenía una cita en mucho tiempo.

Suspiró.

Realmente debería olvidar a ese maldito hechicero que solo la había usado y luego desaparecido la mañana siguiente.

Ella muy codiciada en toda la universidad, todos la veían hermosa e inalcanzable. Kang Taehyun no haría que su autoestima se aplastara.

Aunque fuera increíblemente guapo.

Unos toques en su puerta la extrañaron, pues su compañera tendría las llaves y podría abrirla por si sola. Se levantó de la cama y fue hasta allí.

Detrás de la puerta, estaba el chico que la había lastimado.

—Necesito tu agua, es urgente.

Reconoció a Choi Soobin, uno de los mejores amigos de Taehyun llevando a cuestas a otro chico con el pelo negro que parecía a punto de desmayarse.

Taehyun la miró con esos ojos grades y serios, sabía que él no la volvería a buscar si no fuera de vida o muerte, pero frunció el ceño.

—¿Por favor?

Jiu resopló.

—Pasen.

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