La luna llena alumbraba todo el paisaje, generando tonos oscuros que contrastaban con la naturaleza que se encontraba alrededor, en el bosque se podía respirar una paz y tranquilidad que en pocos lugares se obtenía, la brisa del viento llevaba un aire frío que hacía que todas las criaturas del bosque se resguardaran en los árboles o en las cuevas. Sin embargo esta paz y serenidad que emanaba el bosque comenzaba a desvanecerse cuando a las laderas de la arboleda unas rápidas pisadas comenzaban a oírse, estas eran acompañados de 3 criaturas que utilizaban toda su energía en perseguir a una fantasmagórica figura que se teletransportaba por el bosque, esta traía una bolsa de tela que se amarraba a su cuello. No pasó mucho tiempo para que las 3 criaturas que estaban a la caza comenzarán a atacar a la criatura con ataques lejanos e intentaran derribar a la otra criatura.

—¡No dejen que escape!—gritó una de las criaturas, esta era cuadrúpeda, tenía tonos naranjas y unas líneas negras marcaban un rayado patrón en su cuerpo. Su cola era dorada y tenía un pelaje suave, este pelaje también se encontraba detrás de las patas traseras de la criatura, su rostro sin duda era el aspecto más amenazante, su larga melena dorada y su seria cara lo hacían una criatura imponente. La cuadrúpeda bestia era un Arcanine. Un canino tipo fuego.

Junto a él se encontraba otro canino, este era más delgado y bajo que el Arcanine, su pelaje era más rígido y blanco. Sus patas eran negras y su cara tenía el mismo color, las rojas pupilas que tenía parecían dos grandes rubíes que brillaban en la oscura noche del bosque, además tenía unas enormes orejas que cubrían su rostro.

—¡Fue hacia las montañas!—avisó el blanco canino mientras corría detrás del Arcanine, la criatura fue iluminada por un rayo de luz que provenía de la luna y esta reveló que su especie era un Furfrou.

El tercer animal que perseguía a la sombría figura era un volador, esta tenía la delantera en comparación a sus compañeros, sus plumas eran color gris y negro y en la cara tenia unos tonos mas blancos, su pico y su rostro eran intimidantes, aunque el aspecto mas impresionante de la criatura era un extraño copete de color rojo que portaba en su frente. El ave, esquivaba los árboles y cada vez más se acercaba más a la fantasmagórica criatura que ya no se teletransporta, ahora levitaba y se movía con gran velocidad.

—¡Se mueve hacia una aldea cercana, no dejen que escape!—gritó el ave desde el cielo mientras utilizando sus alas lanzaba un poderoso Tajo Aéreo, que cortaba las hojas de los enormes pinos que tenía el bosque tratando de derribar a la huidora criatura.

Por otro lado, el Arcanine y el Furfrou, corrían con más fuerzas y trataban de alcanzar al escapista, que por lo que se veía cada vez se cansaba más, evidenciando la notoria falta de velocidad. Esto fue una señal clara para los perseguidores, en especial para el canino de fuego que después de frenar en seco se preparó y lanzó un fuerte Lanzallamas que derribó a la sombría criatura y la hizo caer cerca de la orilla de un barranco.

—Bien hecho, lo tenemos—exclamó el Furfrou a su compañero, que ya corría hacia la escurridiza criatura para detenerlo. Por otro lado, el Staraptor bajó del cielo y empezó a observar a el escapista para tratar de averiguar más de él.

—Nunca había visto esta especie—dijo el ave mientras rodeaba a la criatura, la sombra que tenía frente de él era de lo más peculiar, esta tenía un pico como el de un ave pero su cuerpo y sus extremidades eran tentáculos y tenía una textura viscosa—Podría estar fingiendo que se desmayó, busquemos si tiene el paquete antes de que se vaya.

—De acuerdo—respondió el Furfrou, mientras comenzaba a mover la bolsa de tela que la desmayada criatura traía consigo, cuando comenzaba a inspeccionar más a fondo la criatura se despertó y con un movimiento brusco alejó a los perseguidores y se levantó para después poner en una posición firme y una cara maliciosa.

—¿Buscan las piedras?—fue lo que oyeron los 3 Pokémon en sus mentes mientras se retorcían por un fuerte dolor de cabeza, para este momento fue obvio para los 3 perseguidores, había sido una trampa.

—Pobrecillos, las tengo justo aquí—repitió la criatura que ahora al ser iluminada por la luz de la luna y estar de pie se revelaba como un Malamar, un tipo Psíquico y Siniestro. El Malamar con sus poderes psíquicos sacó de la bolsa de piel 2 hermosas reliquias que reflejaban la luz de las casas de una aldea que había detrás de la criatura .

—Son...las piedras—dijo el Arcanine mientras jadeaba por el enorme esfuerzo que hacía para no retorcerse por el dolor.

—Así es, y ahora se los llevaré a mi maestro, y con esto acabaré mi misión—dijo el Malamar mientras desaparecía lentamente y se iba lejos de ese barranco en el bosque.

—Síganme, tenemos que encontrarlo—dijo el Staraptor  mientras retomaba el vuelo lentamente para poder rastrear una vez más a él Malamar. Aunque este sabía que ya no lo iba a poder encontrar tenía que intentarlo—Es por el bien de Kemeris.

Los 3 Pokémon se fueron de ahí con los ánimos destrozados, sin darse cuenta que uno de las 3 piedras se había caído y que el mismo Malamar no se había dado cuenta, ahora la valiosa piedra brillosa descansaba en un arbusto cerca de la aldea de el bosque, esperando a cambiar el destino de todo el continente.