Capítulo 3-¿Quién eres tú?
Aquella noche Branch no durmió mucho, su recámara parecía estirarse y contraerse como si de un Caterpie en movimiento se tratara, tenía constantes pesadillas y alucinaciones, se sentía mareado pero sobre todo estresado. El joven tipo planta se encontraba acostado en su cama de paja mientras recargado en su pecho, la pequeña criatura que acaba de eclosionar dormía cómodamente, sus azules escamas que seguían un tanto babosas vibraban al ritmo de su respiración, su pequeño hocico se encargaba de inhalar cada unos cuantos segundos, y su pequeña cola se encontraba enroscada en su cuerpo. En su largos tiempos de insomnio el Grovyle meditaba constantemente acerca del destino de la criatura que se encontraba frente a él, por un lado Branch no sabía muy bien ¿Qué era? o ¿De dónde venía?, por otro lado sabía que estaba conectado a él de cierta manera, al fin y al cabo el Pokémon que se encontraba ahora dormido en su cama había sido antes una hermosa piedra que había acompañado a Branch en los últimos días. Sumido en sus pensamientos el Pokémon siguió meditando hasta que sus alrededores comenzaron a oscurecerse, su visión se nubló y cayó profundamente dormido.
La conciencia de Branch parecía flotar en paz mientras descansaba en un inmenso abismo de sueño, era una sensación agradable, sensación que comenzó a desaparecer cuando el Grovyle comenzó a sentir algunos empujones que lo despertaron, al abrir los ojos se encontró con un radiante sol que colaba sus rayos por la venta del tipo planta y alumbraba hasta el mas minimo rincon de la recamara. Cuando bajó la mirada vio a su pequeño nuevo amigo que con una curiosa mirada lo observaba atentamente. Branch respondió a esta mirada acariciando la cabeza de aquella criatura, cosa que este parecía disfrutar, sin embargo después de unos segundos el pequeño Pokémon se canso y salto de la cama al suelo, y con aún más pequeños saltos se desplazó hacia la ventana, al llegar debajo de la venta, la escamosa criatura noto que no podría subir asi que busco rápidamente a Branch con su mirada y le gruño.
-¿Quieres subir pequeño?-preguntó el Grovyle después de ver como la escamosa criatura veía impacientemente la venta-Bien, te ayudo-
Branch se levantó de la cama y se acercó a la ventana para después levantar con sus manos al pequeño reptil que tenía frente a él, el azulado Pokémon dejó escapar una pequeña sonrisa para después observar el bosque y al enorme sol desde la ventana de Branch. Los enormes árboles se alzaban desde el suelo hasta unos 20 metros, los diferentes tipos de hojas y tamaños hacian que el sol y las sombras mostraran un verdadero espectáculo, espectáculo que tanto Branch como el pequeño reptil disfrutaron, hasta que una fuerte voz se oyó por toda la casa.
-¡Branch!-exclamó Seris desde donde Branch intuyo que era la cocina-¡Voy a salir por unos encargos del señor Lefin, no tardaré!
-¡De acuerdo!-gritó el Grovyle.
Después de esto el crujido de la puerta principal se escuchó por toda la residencia, Branch aprovechó ese momento para salir de su recamara, sin embargo en camino a la puerta, se encontró con un pequeño pañuelo de seda roja que según su hermano había pertenecido a su madre, Branch recogió el pañuelo y se disponía a guardarlo en su cajón, cuando observó al pequeño Pokémon en la ventana. El Grovyle pensó que sería buena idea ponerle un distintivo a la pequeña criatura, por lo que se acercó a la venta y después de acariciar un buen rato al Pokémon, colgó el pañuelo en su cola atándolo de tal manera que no dañara piel o lo lastimara.
-Sabes-dijo el Grovyle antes de salir de la recámara a la pequeña criatura que seguía en el marco de la ventana y que parecía no haberse asustado por la enorme voz de Seris-Tengo muchas ganas de saber ¿Quien eres tu? Así que en la tarde buscaré en los viejos libros que tienen en la taberna de Mungaz, espero que alguien sepa de qué especie eres o de tus orígenes.
El pequeño dragón solo sonrió al Grovyle mientras este hablaba, sin embargo con esa simple sonrisa parecía darle a entender al tipo planta que lo entendía.
-¡Ah!-exclamó Branch-Antes de que me olvide, trata de no salir de la recamara, podrías hacerte daño, si necesitas dormir puedes hacerlo en mi cama y si quieres comer yo vendré en un rato para darte algunas bayas y algo mas.
Nuevamente el dragoncito azul solo sonrió y asintió su cabeza mientras se arrastraba hacia el nido de Branch. El Grovyle salió de su recamara, un tanto preocupado por el pequeño Pokémon, pero estaba listo para empezar su día y con suerte, averiguar algo más de su nuevo amigo, antes de que cayera el sol.
Por su parte, lejos, muy lejos del bosque de Celebi, hacia el sureste del continente de Kemeris. Se encontraba el llamado mar de Manaphy, hogar de miles de criaturas acuáticas y submarinas que habitan tranquilas sin saber de la locura y caos que se esconde en el continente adyacente. En dicho continente adyacente, ubicada en la costa del ya mencionado mar, está la Villa Phione, un pueblo pesquero que en tiempos anteriores servía como entrada de la región para los comerciantes y extranjeros. Esto cambió cuando se estableció un nuevo puerto marítimo por órdenes del nuevo régimen de Lothar en la capital del continente, Arkea. La creación de este nuevo puerto dejó a la villa con una baja de población, por lo que poco a poco la antigua "Ciudad Phione" se convirtió en la actual "Villa Phione".
No obstante un destino peor se formó para las islas adyacentes a la antigua ciudad, conocidas como las "Islas Reales", estas eran las responsables de albergar el castillo real de Phione, en donde los anteriores reyes de la ciudad vivían y gobernaban. Sin embargo, cuando Lothar llegó al poder, la monarquía que mandaba en la ciudad fue erradicada debido a una invasión por parte del nuevo imperio y el castillo e islas quedaron en ruinas, dejando así a la anteriormente conocida "Ciudad del Mar Abierto" en el olvido.
A paso veloz dos criaturas caminaban por los pasillos de una fortaleza ya en escombros, mientras una tercera criatura volaba un poco adelante de ellos a un ritmo igual de rápido, a su alrededor adoquines de piedra conformaban el extenso pasillo por el que navegaban, mientras antorchas y madera formaban lo demás. En sus rostros se notaba una preocupación enorme, preocupación que se transformaba rápidamente en miedo mientras se acercaban cada vez más rápido al final del pasillo, fue antes de la enorme puerta de madera con antorchas a sus lados y un logo en el centro que una de las tres criaturas decidió hablar.
-Miren, antes de entrar quiero decir que...-exclamó la canina criatura naranja a sus dos compañeros, un derecho Furfrou y un agitado Staraptor-Necesitamos entender que hicimos nuestro mayor esfuerzo, si ese maldito Malamar no se hubiera teletransportado, los huevos estarían de regreso con su majestad, pero hicimos todo lo que podíamos, ahora entremos y contemos los hechos como fueron.
Ambos compañeros respiraron y asintieron a las palabras de su camarada Arcanine, así que después de un cabeceo por parte del camino de fuego, los tres entraron a la sala del trono, dispuestos a hablar.
La habitación a la que entraban tenía forma ovalada, sus paredes eran casi idénticas a las demás de todo el castillo, solo que se veían en mejor situación, en estas se encontraban enormes antorchas que iluminaban la maravillosa sala del trono del abandonado castillo de Phione, de las paredes enormes estandartes colgaban rodeando la sala entera excepto por la enorme ventana que mostraba de fondo un calmado mar, regresando a los estándares, esto tenían tres colores que caían en líneas verticales desde la parte más alta hasta la más baja; por un lado un vigorizante tono rojo se hacía presente en la línea izquierda, en el centro un llamativo tono amarillo unía ambos lados y por último a la derecha un frío tono azul claro parecido al del hielo acompañaba a los demás colores. No obstante lo más poderoso del estandarte era su logo, este tenía un escudo dorado en el centro que era adornado por un color rojo que seguía la misma figura que el ya mencionado escudo, a sus lados se encontraba una guarda de espada dorada, adornada con un triángulo azul y encima del escudo el mango de una espada igualmente dorada tenía una ovalada gema azul y adornos azules. Este era el mismo emblema que se encontraba en la puerta del pasillo e igualmente se encontraba como un emblema metálico en el centro de la ventana. En contraste a el pasillo que los tres Pokemon cruzaron, la sala tenía una suave y delicada alfombra roja, alfombra que solo podía venir de lana de Wooloo. Debajo de la gran ventana se encontraba un enorme trono metálico que contaba con algunos adornos dorados, a la izquierda del trono se encontraba un pequeño trono metálico y a la derecha del trono principal también había otro pequeño trono metálico.
Cuando los tres compañeros entraron a la sala, dos guardias que se encontraban a la izquierda y derecha de la puerta anunciaron su llegada, estos Pokémon eran de la misma especie, conocida como Armarouge.
-¡Su majestad! ¡Los soldados Ignatius, Valandor y Percival han llegado!-gritaron al unísono los guardias reales.
-Excelente-exclamó la figura que se encontraba sentada en el trono principal, por su silueta el Pokémon parecía ser un elegante cuadrúpedo.
Ignatius el Arcanine, Valandor el Furfrou y Percival el Staraptor caminaron a paso lento hasta estar a metro y medio del trono, para después arrodillarse cada uno según su fisonomía y esperar a que el rey hablara.
La figura que se encontraba en el trono dejó su posición sentada y aprovechando sus patas traseras, se recorrió más adelante del enorme trono, cuando la luz iluminó su cuerpo, los soldados pudieron ver por primera vez a su líder, un elegante Leafeon que al ser iluminado por la luz, reveló tener un color diferente a su especie, sus ojos eran más oscuros al igual que su piel y las hojas que tenía en su cabeza, pecho y cola eran más oscuras, portaba una corona dorada con solo tres gemas en la parte posterior de esta, además atado a su espalda se encontraba una capa roja oscura con bordes blancos hechos a la medida y en su pecho el mismo emblema de la ventana y estandartes se hacía presente en forma de una medalla que el Leafeon usaba con honor.
-Bien soldados, necesito que detallen la situación, hasta el momento solo he oído rumores y chismes por parte del personal más apegado a mí, sin embargo necesito que me digan exactamente qué fue lo que sucede cuando ese parásito de Malamar se robo la única esperanza que teníamos de contraatacar a Lothar y su dominio-dijo el tipo planta con una expresión seria pero calmada en su rostro.
Ignatius recuperó su postura habitual y después de tomar un respiro comenzó a detallar la persecución que él y sus dos compañeros realizaron al tipo Siniestro/Psíquico, después de separarse del enorme escuadrón que dio caza al ladrón de las hermosas piedras por el Bosque de Celebi. El relato del camino de fuego duró unos minutos hasta que terminó su explicación diciendo "Lo lamentamos su majestad Foliorix" .
-Mmm-suspiró el rey Foliorix-Bien, entiendo lo sucedi...
-¡Nada de eso!-gritó la silueta del Pokémon que se encontraba sentado a la izquierda del rey Foliorix mientras lo interrumpía-¡Esas disculpas que ustedes tres sugieren dar solo demuestran más su fracaso, Malamar y las gemas ya no están y es culpa suya, si hubieran sido mejores habrían capturado a ese infeliz de mierda, Lothar no tendría esas estúpidas piedras. Y todavía vienen aquí a disculparse con su rey, mi padre, como si fueran niños pequeños!-la voz respiro un momento y después gritó-¡¿Cómo se atreven?! ¡Nada justifica su fracaso!
El silencio invadió la sala del trono, no fue hasta que otra voz que había permanecido en silencio decidió hablar.
De la sombra del trono a la derecha del rey, camino hacia el frente una figura parecida a la de su majestad. sin embargo esta era femenina y de diferente especie, tenía piel azul muy clara, orejas romboides, unas coletas azul oscuro y una amplia cola con unos colores azul oscuro. La Pokémon portaba una capa parecida a la del Leafeon solo que con tonos más claros, además en sus patas delanteras utilizaba unos guantes blancos de seda y en su cabeza una pequeña tiara metálica con gemas azuladas. Claramente la especie era una Glaceon.
-Disculpen a mi hermano, puede ser tan intenso como la corriente que circula en su pelaje-dijo la Glaceon mientras veía fijamente a los soldados que parecían petrificados-sin embargo es de suma importancia que comprendamos todos la gravedad de los asuntos, ya no podemos cambiar lo que sucedió, solo Dialga sabe cómo transcurre el tiempo en estas tierras de Arceus. Pero sí podemos actuar, propongo y creo que debemos comenzar a unir a todos los soldados que nuestro honorable clan Primarius tenga, y tendremos que llegar a la última solución, invocar a los clanes de Kemeris.
-Hija mía, mi querida Blaire, que más quisiera yo que por el bien de nuestro clan, lo que dices fuera un futuro viable-dijo el Leafeon después de una pausa en la que analizó la propuesta que salía de la boca de su hija-No obstante, sabemos bien que desde que Lothar llegó a ese maldito trono, los clanes antiguos se han refugiado por miedo al rey de nuestro continente, las ciudades que no fueron destruidas están anexadas a su imperio y la única manera en la que los clanes estarían dispuestos en unirse a nosotros es si un Guerrero del Aura y su Sinkus aparecieran, y sabemos que eso no va a pasar.
-¡¿Pero padre cómo puedes decir eso?!-gritó la princesa tipo hielo-Entiendo que tenemos que tener las patas en la tierra y no soñar o pensar en cosas que no pueden ser, pero no es momento de huir o escondernos, Lothar consiguió las piedras que nuestro clan tanto escondía y atesoraba, si tenemos que actuar es ahora-la Pokémon respiro un momento y después siguió hablando-por que si no lo hacemos, todo esto que nos une, la rebelión que vive en este castillo se hundirá y todo sera por tu cobardía.
-Es lo que debe ser hija mía.
-¡Eso es cobardía!
Del trono a la izquierda una silueta seria y un tanto enojada se dejó revelar a la luz, el futuro heredero del Clan Primarius, el príncipe de la rebelión dio un paso al frente como su hermana lo había hecho, camino a la orilla del trono revelando su apariencia a los tres soldados que habían presenciado la discusión de los líderes de su clan, el Pokémon como su hermana y padre era un cuadrúpedo, su pelaje erizado y su serio rostro contrastaban con el alegre color amarillo de su piel, el príncipe portaba un traje que cubría de su cintura hacia el pecho, este parecía ser un chaleco militar con hombreras bordeadas de dorado y tela azul oscuro con margenes rojos. En su cabeza llevaba orgullosamente una corona parecida a la de su padre y al igual que la princesa llevaba unos guantes de seda blancos.
Con voz seria el príncipe se dirigió a los soldados que seguían en el mismo lugar.
-Pueden retirarse soldados, esta plática no les incumbe, hablaremos después de su fracaso y las medidas que se tomarán con ustedes. Mientras tanto tienen prohibido el abandonar la isla.
-Sí señor-respondieron los tres compañeros con un tono de enojo y molestia después de una reverencia a los tres líderes. Después de dicha reverencia salieron de la sala del trono por la puerta principal, que se cerró violentamente.
Acto seguido de que los soldado salieron de la puerta el príncipe Jolteon volteo a ver a su hermana, la princesa y hablo.
-¡¿Quién eres tú para decirle a mi padre que es un cobarde?¡ ¡Te recuerdo que sigue siendo tu rey!-exclamó el tipo eléctrico a su hermana, que simplemente veía directamente a su hermano a los ojos.
-Te recuerdo, hermanito, que al igual que tu, yo soy princesa y que tengo el mismo derecho de sangre que tu-respondió la Glaceon con cabeza firme.
-Yo soy el heredero al trono de nuestro clan, mientras tu eres tan solo una princesa.
-Pues como heredero deberías pensar en el futuro del clan, en vez de gritarles a todos y luego ir a "dormir a tu recamara"-grito la enojada tipo hielo.
-¡Basta! Como su padre les exijo que se detengan con sus pleitos de niño pequeño, ya no son unos Eevees para pelear a palabras.-interrumpió el rey para después respirar y bajarse de su trono para poder ver a sus hijos de frente.-El robo de las gemas es una gran tragedia, sin embargo tenemos que asegurarnos de tomar la mejor decisión para nuestro reino, es cierto que los clanes no se unirán a nosotros, debemos esperar a saber del paradero de las gemas robadas o tendremos que rendirnos ante Lothar, no veo otra alternativa-el Leafeon vio con melancolía el enorme mar que se colaba a través de la ventana, deseaba que no tuviera que rendirse ante el despiadado emperador, sabía lo que le pasaría a su reino y a la villa de Phione-Si su madre siguiera con nosotros...
Los príncipes por más distintos que fueran entre ellos comprendían el dolor por el que su padre pasaba, sus esperanzas para poder hacer algo bueno por su continente desaparecían con cada paso que el Malamar daba hacia Arkea.
El radiante sol que previamente había inundado a la aldea de Celebi por la mañana ahora se encontraba alumbrando desde el lado opuesto, la tarde había llegado, con ella la brillante luz que se obtenía a mediodía se había convertido en una cálida y rojiza luz vespertina. Era con esta luz que un joven Grovyle caminaba por la calle principal de la aldea. En su mente un solo pensamiento, y su destino solo uno. La Taberna de Mungaz.
Al llegar a su objetivo, Branch se encontró con uno de los primeros edificios que fueron fundados en la aldea, el edificio contaba con un techo triangular de madera de roble con una ventana circular al centro, las paredes eran igualmente de madera pero estaban pintadas con un color verde pantano, mas ventanas acompañaban al edificio de dos plantas que además contaba con un pequeño descanso antes de la puerta. Colgado a la pared adyacente a la misma, se encontraba un cartel que tenía tallado un mensaje "Taberna de Mungaz".
Al entrar un fuerte olor fue despedido hacia la nariz de Branch, su entrada fue acompañada de una pequeña campanita que anunció que un cliente llegaba. El interior contaba con placas de madera clara para los pisos, sillas y mesas con patrones verdes en el centro, Un candelabro que colgaba con varias antorchas prendidas. A la derecha de las mesas una mediana barra de madera y piedra recibía las órdenes de los clientes que seguramente llegarán en la noche, pero por ser la tarde nadie se asomaba a la taberna. Mientras Branch contemplaba las escaleras que se encontraban hasta la izquierda de la taberna fue sorprendido por una voz viscosa y un tanto aguda.
-Buenas, me temo que ya sabes que los menores no pueden entrar.
-No vengo por algo de tomar, vengo a ver a Mungaz-respondió Branch a la criatura que había hablado, al voltear a sus alrededores vio que la voz provenía del candelabro, un enorme insecto rojo se encontraba trepado entre las antorchas mientras que con fuego de su boca, expedia las llamas que prendían las mencionadas antorchas. Branch trató de reconocer la especie, finalmente cuando el encendedor de antorchas bajó del candelabro para hablar con Branch, este reconoció la especie, una Centiskorch.
Cuando la tipo bicho bajo del candelabro volteo fijamente a ver a Branch, que trataba de ocultar un poco de su miedo ante una criatura que con un potente Lanzallamas podría aniquilarlo.
-¿Seguro que vienes a ver a Mungaz? No estarás tratando de entrar por algo para tomar con tus amigos esos, ¿Verdad?
-No, verdaderamente vengo a verlo, ¿Está aquí?
-Bueno niño, me convences-dijo la Pokémon para después voltear y gritar a su jefe-¡Mungaz! ¡Lo buscan!
-¡Ahora voy!-respondió una voz grave que provenía de donde Branch alcanzó a ver que era la cocina.
La tipo fuego volvió a trepar por la pared hacia el candelabro con sus cien patas para perderse e ignorar a Branch, este tampoco quería hablar con ella.
Al cabo de unos minutos una enorme figura salió de la cocina y caminó junto a la barra, este era un bípedo con escamas blancas, dos grandes brazos acompañados de dos brazos pequeños, contaba con un cuerpo más suave y viscoso detrás de las escamas que portaba y su cara parecía tener unas antenas y mascara morada, se traba de un Golisopod.
-Hola Branch, no esperábamos un paquete de bayas. creo que faltan unas semanas.
-No Manguz, gracias pero no es de eso, necesito pedirte un favor, ¿podría checar los libros que tienes arriba?
-¿Los libros? Me sorprende Branch, han pasado muchos años desde que eras un Treecko que venía a ver los libros de mi taberna, si gustas si, puedo mostrarte los libros.
-Excelente, muchas gracias-respondió Branch con una sonrisa que en parte agradeció que el Golisopod no preguntara más de los motivos del Grovyle.
Manguz guió a Branch por las escaleras hasta acabar en un segundo piso que era más pequeño que la planta baja, este tenía unos sillones, mesas y un pequeño librero que era el objetivo de Branch.
-Bien, te dejo, avisame si necesitas algo y saludame a tu hermano cuando vuelvas a casa-dijo el Golisopod mientras la luz de la pequeña ventana circular alumbraba su cara.
-Claro, gracias-respondió Branch
El tipo planta no perdió el tiempo y fue directo a lo que necesitaba, la razón por la que ahora se encontraba sentado junto al librero con una pila de cinco libros era para encontrar en alguno de ellos una pista de que era la pequeña especie que posiblemente ahora comía y dormía en su cama. Entre los titulares de los libros escogidos por Branch dos podían tener alguna respuesta, "Especies de Kemeris Volumen 4" y "Enciclopedia de Criaturas Antiguas". Ambas eran un tanto antiguas, sin embargo de los cinco libros escogidos estos podían tener alguna respuesta. Branch no dudo en checarlos así que comenzó por la Enciclopedia, esta contenía nombres y descripciones de algunos Pokémon, entre los varios nombres pudo reconocer Steelix, Gardevoir, Trevenant y más, sin embargo ninguno mencionaba nada de alguna descripción parecida a la de su nuevo compañero de cuarto. En el segundo libro Branch tampoco tuvo resultados, al ser el volumen 4 de una colección cabía la posibilidad de que el Pokémon que buscaba se encontrara en otro libro. Lamentablemente Branch tenía que conformarse con esos libros, ya que la "librería" (si es que se podía llamar de esa manera) de Manguz contaba con solo algunos libros que el tipo Bicho pudo traer desde su viaje de la ciudad capital de Arkea. Branch continuaba ojeando algunos libros tratando de encontrar algo que le dijera quién era ese Pokémon. No obstante, mientras continuaba leyendo y el sol caía , una voz familiar se oyó en ese segundo piso de la taberna.
-¿Buscabas algo Joven Branch?
Branch reconoció la voz y al voltear su cabeza, sus sospechas fueron respondidas, el majestuoso venado tipo Planta se paraba cerca de una sillas de madera. Orzen el Sawsbuck.
-Oh, hola Orzen, sólo estaba ojeando algunos de los libros de la Taberna de Mungaz-Branch se detuvo un segundo para improvisar una mentira contundente, no quería que Orzen preguntara de la piedra misteriosa de la que tanto hablo con el.-Era para una apuesta con mis amigos, queríamos ver si en realidad existe una especie que según vio uno de ellos.
-Ah sí, bueno pues si te interesa ganar esa apuesta yo tengo algunos libros de especies antiguas, quizá te sirva-respondió el venado mientras hacía un ademán con su pata delantera derecha.
-Gracias Orzen, que amable-respondió Branch, no sería tan mala idea revisar los libros de Orzen, pensó el Grovyle.
Unos minutos después, Branch y Orzen caminaban hacia la tienda de Orzen, el sol estaba casi oculto y las antorchas comunes de la aldea estaban por ser encendidas, al llegar a la tienda de Orzen, ambos Pokémon pasaron rápidamente a sentarse en la mesa en la que habían hablado unos días antes. Orzen se estiró por un libro que se encontraba en un viejo y empolvado librero y se lo entregó a Branch.
-Busca en este, quizá encuentres algo-exclamó el Sawsbuck mientras entregaba el misterioso libro.
Branch cargo el libro entregado, la pasta era de piel roja, contaba con unos bordes dorados y en el centro un título en el mismo color se leía "Especikus Mistereos". El tomo en general contaba con varias arrugas y un poco de polvo que Branch tuvo que quitar con sus manos.
-¿Qué significa ese nombre?-preguntó el Grovyle.
-Es el lenguaje antiguo de Kemeris, se traduce como "Especies Misteriosas".
-¿Puedo ojearlo?
-Adelante Branch, ve si algo te sirve.
El bípedo tipo planta comenzó a ojear el libro, en sus páginas se encontraban dibujos hechos con tinta y descripciones de algunas especies, en la primera hoja, en vez de ver una especie sólo se leían unas iniciales en la esquina inferior izquierda. Branch comenzó a revisar hoja por hoja, observando varios Pokémon que nunca había visto ni oído, sin embargo no encontraba ninguno parecido a su nuevo compañero de cuarto, sin embargo no fue hasta que en una de las últimas páginas, sus ojos captaron un dibujo idéntico del pequeño Pokémon que dormía en su cama, junto a él un texto describiendo su apariencia física se podía leer, era idéntico.
-Me parece que encontraste tu especie-respondió Orzen al ver que Branch se quedaba perplejo frente a la página de esa especie de Pokémon.-Su nombre es Dratini, es una especie casi extinta y es poco conocida.
-Oh...supongo que ya gane esa apuesta. Muchas gracias Orzen.
-No te preocupes joven Grovyle, es mas llévate el libro te será muy útil a ti, además necesitas ganar la apuesta-dijo el Sawsbuck.
-¿Seguro? Muchas gracias Orzen.
Orzen se limitó a asentir y luego dijo "Ahora corre, que ya está anocheciendo".
Branch salió con el libro en la mano y corrió por el pueblo hasta llegar a su casa. Al llegar a su cabaña de madera, se escabullo por la puerta principal y en vez de encontrar a su hermano en la cocina, encontró una nota que leía "Salí a la junta del pueblo, regreso en la noche". Branch la leyó y corrió hacia su recamara. Al abrir la puerta, el pequeño Pokémon azulado se acerco a el Grovyle, y se recargo en su pierna.
-Hola pequeño Dratini-saludo Branch.
Al oír esa palabra, el pequeño Pokémon azul levantó sus orejas y se recargó con aún más fuerza en la pierna del tipo planta.
-Ya se quien eres, mira-dijo Branch mientras se sentaba en su cama y acariciaba a Dratini. Para después abrir el libro y mostrarle la página dedicada a su especie.
Branch leyó en voz alta la página de Dratini incluida una pequeña descripción, que decía:
"Al nacer ya tiene un tamaño considerable. Muda continuamente de piel a la vez que crece"
Branch se acostó en su cama junto a Dratini y por un buen rato leyeron juntos el libro de las especies. Mientras se dormían Branch pensó "Ya se quien eres tu" . Para después perder la conciencia y dormirse.
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