El cementerio jamás estuvo tan bien iluminado como ese día, la primavera era su estación favorita. Con el ramo de flores en su mano observo por primera vez la lápida frente él, su nombre estaba tallado con delicadeza, 'Por ser una persona hermosa en todos los sentidos.' Su... más preciado amor se había ido hace ya un año, con ella todo lo que NamJoon amaba de la vida. Deseó irse a su lado, íntentos de suicidio alertaron a todos a su alrededor llamándolo cobarde.

¿Y qué si era un cobarde?

-Eres cruel. -le dijo, dejando el ramo junto a las otras flores que dejaron tras el ritual, seguramente había sido la familia de ella- Te vas y me dejas con un niño, ¿Por qué fuiste tan egoísta? Si hubiera sabido que esto sería así jamas me hubiera enamorado de ti. -sus lagrimas no le permitían seguir con su visión, cerro los ojos y se colocó de cunclillas- Te odio tanto, eres la peor. -sollozó- ¿Por qué no estas aquí? ¡Ven y arregla esto!

Su pecho se oprimía, no aguantaba más el llanto desgarrador desde lo más profundo de su ser.

-Eres mi esposa... la madre de mi hijo, y la única mujer que me hizo escribirle más de trescientas cartas, día tras día, tratando de superar esto. Pero entendí algo, y es que por más que te ame, no puedo seguir aferrado a ti como un loco, tengo que buscar un nuevo propósito, y creo que lo encontré. -se levanto con alivio, limpiando las lágrimas de sus mejillas- MinHyuk merece un padre, y yo libertad, por eso hoy vine, debía superarlo. -Hoseok se acercó a él, le dio un apreton en su hombro dándole fuerza- Adiós SoYin, espero que nuestros recuerdos juntos sean eternos.