Al abrir los ojos pudo ver que era de día gracias al ventanal enorme de la habitación. Tuvo que parpadear varias veces para despertar del todo y una vez lo hizo se sentó para frotar su rostro. Miró la rededor confundido de donde estaba, hasta que volteó y vió a Marcus sentado en el sofá de la habitación con una taza en sus manos mirándole.

Cierto, se había desmayado la noche anterior...

Rápidamente se miró esperando encontrarse sin ropa, pero no, traía puesto una camisa exageradamente grande y unos boxers. Tal vez Marcus le ayudó con eso.

"No me considero alguien malo en la cama pero... nunca creí que alguien llegara a dormirse." Dijo el castaño mirando a otro lado pensativo.

Alexis no supo que decir. Sus mejillas estaban rojas y sentía una enorme vergüenza. Hasta eso, tal vez no le pagaría por ese accidente.

"Lo siento, yo no..."

"No te dormiste, lo sé." Dijo suspirando volteando a verle. "Luego de que te desmayaras llamé a Hugo, de algo sirve que sepa de medicina. Dice que te desmayaste por cansancio." Las mejillas del menor se tornaron más rojas. "No te vió desnudo. Tranquilo."

Alexis soltó un gran suspiro aliviado. No quisiera pensar en peor cosa que alguien más le viera desnudo y desmayado en una cama de hotel.

"Alexis, llevaste tu cuerpo al limite... ¿Por qué? ¿Tanto te importa el dinero?" Preguntó dejando su taza de lado con una expresión preocupada y algo asustada. "No pensé que fueras ese tipo de persona... Pensé que también disfrutabas de esto."

"Lo siento, Marcus." Murmuró sintiendo su garganta pesada.

"¿Tan siquiera para qué quieres tanto dinero?"

"No lo entenderías..."

"Entonces, ayúdame a entenderlo." Insistió el mayor levantándose de el sofá. "Es lo mínimo que me merezco después de que me tuvieras de tu pendejo por tantos años." Exclamó tratando de no alzar su tono.

Era cierto, Alexis siempre lo tuvo a su gusto cuando estudiaban juntos. Ahora Marcus podía hacer lo mismo él, totalmente lo mismo.

"Quiero pensar que no es por que seas un interesado y que el dinero que haces no es suficiente para ti." Insistía haciendo que el chico mirara a otro lado avergonzado. "Pero tus razones tendrás. Por favor, Alexis, dímelas."

"Es— Mi padre." Soltó alzando la mirada una vez más al castaño. "Se gastó todo lo que tenía mi familia, solo para poder jugar a sus apuestas y nos dejó sin nada. Al morir nos dejó una deuda tan grande que no puedo pagarla del todo, incluso con lo que gano haciendo lo que hago." Recordarlo le daba coraje. Mucho coraje.

Marcus le miró en silencio. Sus ojos no mostraban el asco que Alexis pensó que vería, le miraba como si estuviera enternecido. No sabía si tomar eso como halago o critica.

"Y te estás vendiendo conmigo por eso..." dijo el mayor viéndole asentir nada orgulloso.

Con un suspiro Marcus se levantó de su lugar tomándose el atrevimiento de acercarse a la cama, hasta se sentó cerca de él. Alexis no quiso mirarlo, no se sentía con el valor suficiente.

"¿De cuanto es la deuda?" Preguntó el castaño mirándole.

"Es muy alta..."

"No fue mi pregunta, Alexis." Insistió llamando su atención y su mirada. "Quisiera dejarte en la ruina y marcharme..." el menor le miró asustado por un segundo. "Pero, no soy así." Le dijo tomando su mano con suavidad. "Pagaré tu deuda, así no tendrás que soportar a un viejo verde que busca meterse entre tus piernas como yo lo hago." Bromeó un poco. La respuesta de Alexis fue silenciosa, estaba sorprendido y mirándole como si mintiera.

Marcus se levantó de la cama sin prisa y fue hasta el buró donde estaban sus cosas. De estas sacó una pequeña libreta de cheques que se mantuvo en su mano mientras buscaba una pluma.

"¿Qué—" el pelinegro se levantó de la cama rápidamente al verlo. "¿Hablas en serio?"

"Claro." Asintió Marcus encontrando una pluma, misma con la que empezó a llenar uno de los papeles.

"¿Por qué harías algo tan estúpido como pagar la deuda de alguien más?" Preguntó Alex con preocupación y casi desesperación. "¡No te concierne!" Insistía.

El castaño se mantuvo en silencio mientras escribía, al terminar dejó todo de lado para extenderle el cheque con una sonrisa tranquila que calmó un poco al chico. "Mi amor por ti me hizo llegar hasta donde estoy." Soltó de la nada haciendo que Alexis abriera los ojos sorprendido, hasta sus mejillas se colocaron más rojas que nunca. "No sería justo que me llevara toda la gloria, después de todo, eres mi musa ¿no?" Añadió recordando que todas sus canciones que le dedicó con el corazón.

El menor le miró con sus mejillas totalmente enrojecidas y hasta empapadas en lágrimas. No dudó dos veces antes de abalanzarse a sus brazos sin importarle el cheque. Marcus se sorprendió pero tampoco dudó en estrecharlo contra su cuerpo para abrazarlo de regreso.

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