Alexis bajaba de el auto suspirando. No entendía cuál era la emoción de Marcus, quien le insistió para ir a un punto en específico para obsequiarle algo. Lo que le pareció muy raro fue que entre todas las cosas que le dijo, recalcó en que un Uber iría a buscarlo.

No fue difícil ver a aquel castaño, usaba una gorra, mascarilla y un saco negro. Nada más localizarlo se le acercó.

"Hola, muñeco." Saludó Marcus algo coqueto al verlo acercarse.

"¿Marcus?" Le miró curioso. "¿Por qué me pediste que llegara hasta aquí?"

"Te dije que te daría algo." Sonreía quitándose la mascarilla. "Y aquí estoy."

"Escucha, lo agradezco, pero—"

"Sé que es temprano, lo lamento, pero no había otra forma." Al acercársele le ofreció unas llaves. "Ten."

Alexis observó las llaves con curiosidad y luego miró a Marcus confundido. El castaño señaló con su mirada a un lugar en específico que llevó al pelinegro hasta un auto.

"No mames..."

Un Mustang negro y precioso, justo como..

"Ese... es tu auto." Le miró.

"Ahora es tuyo." Sonreía bajo esa mascarilla mirándole en todo momento. "Tómalo como un regalo, ¿sí?" Le guiñó.

Alexis no supo como sentirse. Era su auto de ensueño.

"Yo— Marcus..." sus ojos se aguaron y negó sin saber qué decir. "Gracias, en serio."

Marcus solo le sonrió. Todo muy lindo, pero el celular del chico sonó interrumpiéndoles. Ya se debía ir.

"Hablamos en otro momento." Cortó el cantante alejándose mientras caminaba de espaldas. "Disfruta el auto, muñeco. Te veo en el cumpleaños de mi hijo." Y con un guiño, se fue dejando a Alexis boquiabierto.

Era demasiado. ¿Un auto? Mierda, le debía todo a Marcus...

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