El cuarto de Emily esa mañana estaba diferente, unas maletas estaban a los pies de la cama, mucha cosas como computadora, libros, la mesa de escritorio ya no se encontraban en el cuarto  estaba vacío que si no fuera por la cama y la ropa podría escucharse el eco, ya solamente se encontraba alistando su cabello para poder salir rumbo al aeropuerto.

Afortunadamente salía con su hermana que se encontraba impaciente esperando abajo las cosas salieron bien para ella porque estarían juntas aunque su hermana nunca se enteraría de lo ocurrido, no entendería porque la escuchaba  llorar por las madrugadas o se asustaba con facilidad, y de pronto ahora solo contestaba a las preguntas hechas por su familia y todos creyeron que se trataba de una especia de tristeza por dejar su país.

Definitivamente mudarse podría provocar una enorme tristeza, tener que iniciar lejos de lo que conoces, ni siquiera la comida podría reconfortar en esos momentos porque no es la comida de tu país, pero eso no solamente le ocurría a ella, las pesadillas con Hilario la perseguían.

-       Vinieron a verte- le comunico su madre

-       ¿Quién?

-       Tu amigo José

Realmente desde lo ocurrido con Hilario prefiero no verlo, la que se encargó de explicarle todo fue Daniela y no sabía si era el momento para verlo después de ignorar sus llamadas y mensajes  pero su madre insistió en que bajara se tomó unos minutos y bajo se encontraba en la cocina su hermana que  ya le estaba ofreciendo gaseosas y galletas.

-       Emily -  dijo cuando la vio entrar

-       Disculpe por favor- de manera espontánea realizo una pequeña reverencia sabía que la forma en que trato de protegerlo no era la mejor manera pero era la forma en la que conocía.

-       ¿Puedes dejarme a solas con tu hermana? Please- la miro de una manera  tierna para que no se sintiera mal y Valentina se retiró.

-       ¿Qué paso Emily?

-       Nada

La miro de manera incrédula  sabía que mentía de una manera descarada, sus mirada no era la misma que miro esa mañana en la peletería cuando fue a pedir trabajo a su tío era delgada pero ahora se encontraba en los huesos y eso le  preocupo, como era posible que viviera con tan solos unos kilos.

-       Joss , no me cuestiones

-       Ni siquiera puedo preguntar porque te ibas a ir sin despedirte de mi

Eso hizo sonreír un poco a Emily porque lo que escucho era tan José, se alegró de que siguiera siendo tan él y le dio un abrazo.

-       Creo que finalmente si serás mi papa Noel de verano

Ahora José era el que se sonreía de una manera de cómplice y rápidamente Emily le pidió que le contara lo que traía en mente porque era evidente que algo traía entre manos.

-       Buscare mi intercambio a Londres también, con mis calificaciones espero que me den una beca si no es para realizar la universidad será para poder aprender inglés pero quiero mejorar el idioma y... no dejarte sola.

Emily dio unos pequeños brinquitos de felicidad eso sería increíble jamás se imaginó una propuesta  de ese tipo y esperaba que fuera realidad.

-       ¿Cuándo?

-       Bueno para el próximo año, ya sabes la becas son mucho más complicadas y llevan su tiempo.

-       Eso me haría tan feliz, realmente no entiendo como antes no se me ocurrió 

Su hermana entro para decirles que se tenían que despedir, se tenían que ir al aeropuerto y tenían que subir las maletas aun a la camioneta.

-       ¿Quieres que te acompañe?

-       No quisiera llorar – eso lo dijo muy seriamente

-       Te ayudo entonces con las maletas

Se dirigieron a su recamara y  José tomo las maletas realmente muy hábilmente camino por las escaleras con el peso  de las maletas eso asombro a Emily.

Subieron las maletas y después en la calle José se despidieron, este la tomo de la mano y aunque vio la marca blanca que había quedado del pacto  tampoco le comento nada simplemente la abrazo por unos segundos más como si fuera una niña que necesitaba protegerla.

En el camino su padre iba en silencio quizás triste porque estarían separados unos meses en lo que ellos iban a Londres aunque solamente de vacaciones porque en definitivamente no podían transferirlo.

Su madre por otro lado iba dando consejos aunque ya los hubiera repetido en las últimas semanas, quizás esperaba que por medio de la repetición no se les olvidara, en cuestión de su transferencia ella ya tenía fecha de cambio de trabajo pero era para el próximo año algo que le parecía mal porque sabía que sus la necesitaban en el año de acoplamiento ya que era el más difícil tanto por los choques culturales como por la diferencia de idiomas.

Era la primera vez que volarían una distancia tan grande y realmente las chicas estaban nerviosas por más que el servicio del avión fuera bueno tenían la sensación de que algo quedaba atrás y que jamás lo volverían a recuperar, aunque Emily era a la que la nostalgia más le estaba afectando pues sabía que ahora definitivamente tendría que resignarse a enterrar a Abel.

13 de octubre 2020

En cuanto entre a mi nueva recamara lo único que puedo hacer antes de sacar mis cosas personales, antes si quiera comenzar a darle vida a la cama con mis sabanas, tenía que escribir el epitafio.

Sabes Abel ahora está confirmado que estoy loca, no me permito volver a flaquear ante ningún sentimiento aprenderé de ti y este es el inicio de yo sin zümós.

No sé cuántas hojas tenga que escribir para vaciar los sentimientos que me quedan por ti pero las que me lleven ya no cometeré el mismo error porque estaré lejos y serán cenizas cuando sea necesario.

Que si me enseñaste mucho ¡Me cambiaste! y espero que un día al menos una cuarta parte del amor que se desprenderá de mi llegue a tu corazón para que seas feliz.

Por lo que pudimos ser, por lo que quise que fuéramos al chico que nunca sintió.