Emily se despertó demasiado pronto  sabía que necesitaba todo el tiempo necesario para  hacer todo lo que se requería para la llegada de su hermana entre esas cosas era recoger el cuarto de su hermana aspiraba que se sintiera lo más cómoda posible porque estaría unos días en cama así que  se  dirigió a la recamara de Daniela, la puerta de madera soltó un pequeño crujido y al entrar vio que realmente no habia mucho que hacer, los poster pegados en la pared haciendo referencia al ballet le ponían un poco de carácter dulce a la recamara además de que estaba pintada de un tono  rosa pastel y los bordes blancos, Emily  quito la sabana y colcha de la cama y la llevo a lavadora, esperaba que a su hermana le gustara, saco de una nueva colcha y la coloco, hacer cosas por su pequeña hermana le agradaba.

Cuando le pareció que el tema de la limpieza estaba perfecto salió a la calle pretendía realizar unas compras para las casa, termino cansando y regresando con solo la mitad de lo que tenía en la lista pero estaba preocupada de que llegaran y que no la encontraran en casa.

Emily recorría el pasillo del corredor de un lado a otro haciendo que se escucharan sus pasos por toda la casa, se asomó por la ventana y solo vio la calle vacía, y las ramas de los arboles moviéndose de un lugar a otro haciendo que se formaran una sombras bailarinas sobre las banquetas, parecía que bailaban contentas.

Pero el reloj ya marcaba las cinco de la tarde y aun no llegaban del hospital no fue hasta pasando treinta minutos, tiempo que le pareció una eternidad Emily que se escuchó el ruido de un coche corrió hasta la puerta y abrió, ahí se encontraba su papá ayudando a salir del coche a su hermana y su madre se encontraba cargando sus cosas.

-       Hermanita

Dijo alegremente Valentina y procedieron a darse un abrazo aunque delicado porque Emily no quería lastimarla.

-       Por fin te recuperaras en casa – dijo la señora Gabriela

Pero Valentina no respondió solo di una leve aprobación con la cabeza, esa noche se sintió un aire de rareza  en la casa  Valentina no hablaba mucho algo que Emily no le gusto quería ver de nuevo a su hermanita alegre y divertida, esa que lanzaba bromas y platicaba hasta por los codos y de cualquier tema, trato de convencerse a sí misma que solo era cuestión de tiempo para que las cosas siguiera más su normalidad entendía que Valentina estuviera asustada pero ella estaría ahí para ella, Emily se hizo la promesa de que estaría muy pendiente de la seguridad de su hermana y que nada le pasaría porque ella la cuidaría.

Valentina se cansó rápido igual que la señora Gabriela y era indiscutible que después de pasar algunos días en el hospital  quisieran  descansar en una cama cómoda así que se dirigieron a sus recamaras.

Dejando solos a Emily y a su padre  de repente la habitación parecía ser demasiado grande y Emily presentía que si hablaba se escucharía su voz apenas como un susurro pero comprobó que no tenía razón cuando escucho la voz de su padre y luego vio que sus labios se movían.

-       Quisiera que te enteraras antes que tu hermana – su voz sonó misteriosa y preocupada

-       ¿De qué hablas?

-       Creo que ahora serán las dos las que se irán al extranjero, tendrás que cuidar de tu hermana mientras tu madre y yo arreglamos todo lo necesario para irnos a Londres

-       Vivir todos en Londres

Aunque no sabían quién habia atacado a su hermana aquella noche era imprescindible cuidarla y brindarle toda la seguridad necesaria y entendía a su padre en quererlas proteger en un país más seguro pero ella no tenía miedo, ella aunque les pareciera insólito no tenía miedo.

-       ¿Crees que puedas ayudar con la escuela de Valentina?

Sus padres se conocían también que el señor  Sergio sabía que su madre no  tendría mucho tiempo ni humor de ocuparse de la escuela de su hermana a sí que la respuesta que le dio fue una respuesta afirmativa.  Después de que la taza de terminar el café Emily se fue también a dormir pensando en cómo tomaría la noticia Valentina.

Los días posteriores se dedicó en pensar cual sería la forma adecuada para hablar con su hermana sobre tener que irse a vivir a Londres, no entendía porque se sentía tan nerviosa pues desde que Valentina se enteró que Emily se iría a estudiar al extranjero fue la primera en manifestar que debían pertenecer unidas quizás lo que le preocupaba era elegir las palabras adecuadas para decirle.

Afortunadamente una mañana mientras miraba su correo vio uno de la preparatoria en la que quería matricularse, abrió el correo ya tenía la fecha de la entrevista y la realización de un examen de conocimientos así que corrió a la recamara de su hermana y le dio la noticia ella se puso contenta también.

-       ¿No crees que sería maravilloso ir las dos juntas a la escuela en Londres?

-       Has convencido a papá

-       Para ser honesta creo que sabe que es lo mejor

-       ¿Y tú te quieres irte?

Valentina volvió a preguntar y esta vez la respuesta de Emily fue más sincera y afirmo con un movimiento de cabeza y con un audible sí. Ahora quería protegerla y cualquier cosa que estuviera en sus manos para hacerlo lo haría.

-       Entones tengo que buscar una escuela  los ojos de Valentina le brillaron de emoción y con esas palabras por un segundo hizo que Emily sintiera un poco de esperanza.

Se despidieron ya que Emily tenía que ir a clases y Valentina intentaría realizar las tareas para no atrasarse en sus clases para eso Emily tomo las llaves del coche y salió pensando mucho y dando vuelta en la cabeza a la idea que inicio el curso no había pues se olvidó de las calificaciones,  no era el mismo empeño con el que iba a la escuela no se sentía tan motivada como cuando Abel tomaba clases con ella, Emily quería estar a la altura de la inteligencia de Abel y se esforzaba día a día y ahora se dirigía al salón de  clase con una motivación fuerte que no se imaginó tener  aunque el impulso era tener buenas calificaciones para que al fin del curso la aceptaran en la escuela de Londres.

El proyector ya estaba mostrando la lección y Emily estaba tomando notas sobre el citoplasma era un tema nuevo y por lo tanto los chicos estaban poniendo atención y en el salón no se escucha más que la voz del maestro y los lapiceros haciendo apuntes en las libretas, Emily se estaba empeñando en realizar buenos apuntes con unas letras redondas y claras además usaba varios marcadores para distinguir entre un tema, un subtema y el desarrollo.

La puerta del salón se abrió y era una secretaria de dirección  interrumpió la clase  

-       Maestra – dijo la chica tímidamente pero después prosiguió

-       Necesitan a la señorita Emily Vanzzini en dirección con su cosas – dijo enfatizando la últimas palabras

A Emily no le gustaba recibir atención y en ese momento las miradas de sus compañeros la estaban haciendo sentir incomoda, Emily se colgó su mochila y dejo su celular en su mano se despidió de la maestra con un movimiento de mano y camino detrás de la secretaria. En ese transcurso recibió un mensaje de Daniela que decía 

-       ¿Qué pasa?

No le contesto porque no ella tampoco  sabía que estaba pasando, pero se imagina que Daniela estaba preocupada y le testeaba pero la secretaria la interrumpió e hizo que pasara delante y la observaba a todo momento hasta que  llegaron a la oficina de la directora.

-       Directora aquí se encuentra la alumna Emily Vanzzini

-       Que pase por favor

Los pequeños  ojos de la secretaria la miraron

-       Pasa

Era la primera vez que entraba en la oficina de la directora y le pareció que no era una oficina típica pues el color era un azul y tenía algunos adornos que aunque sobrios y elegantes demostraba la pasión que tenía por la música, entro y se sorprendió de ver un mural de un hombre alto, y ese pelo largo y sedoso.