Emily entraba a su recamara vio  de espalda sentada en su silla a su madre estaba con el pelo mojado y suelto le pareció extraño verla ahí casi cuando entraba a su cuarto era porque ella estaba y casi siempre entraba solamente a despertarla por las mañanas y salía rápidamente, consideraba  que estaba muy atenta que no la escucho sus pasos acercándose camino un poco más.

-       ¿Qué tienes? – pregunto mirando lo que traía entre su manos

-       Nada –  sus manos se trabaron entre la libreta floreada de colores pasteles

Emily de inmediato tomo lo que le pertenecía y apresurada y furiosa salió de la habitación mientras escuchaba a su madre llamarla, no tenía intención de hablar con ella pero su madre ya caminaba detrás de ella.

-       Tenía que saber que está pasando – su madre se justificaba

-       ¿Y preferiste leer mi diario que preguntármelo a mí? – Emily giro para verla

Emily sintió el repentino alivio de a ver dejado de escribir sus emociones, sentimientos y vivencias en esa libreta desde  lo ocurrido  con Abel,  su madre no pudo defenderse así que Emily siguió caminando y su madre la dejo de seguir.

Salió de su casa sin saber muy bien a donde dirigirse apenas creía que su madre hubiera leído su libreta privada era innecesario romper esa parte de la intimidad que ella podía tener. Lo único que se le ocurrió fue llamar a su amiga Daniela y pedir que se encontraran en el lago era de suponerse que no hubiera personas a esa hora rondando por ahí, ella fue la primera en llegar y mientras terminaba su espera empezó arrancar una a una las hojas de ese diario aunque no se desprendían los recuerdos. 

-       Que paso – dijo mirando la libreta

-       Solo ¿Tienes algún encendedor?

-       Si – dijo Daniela muy sorprendida por la petición pues sabía que no era costumbre de Emily fumar

Daniela saco de su bolsillo un encendedor negro desgastado, Emily  tomo la libreta y le prendió fuego, mientras contemplaban como esas hojas comenzaban hacerse cenizas, se sorprendió de la satisfacción que sentía cuando miro volar por el aire algunas cenizas.

-       ¿Qué fue eso? – dijo Daniela cayendo en cuenta que Emily no quería un encendedor para fumar pero queriendo quitarse la incógnita de que era eso a lo que estaba en fuego 

-       Bueno notas que no tienen porque ya existir

Emily quería al menos seguir siendo fuerte a los ojos de Daniela por lo que se guardó todo dentro de ella, era justo al menos guardar para ella algo de intimidad.

-       ¿Por qué me pediste venir? - expreso otra de las incógnitas

-       Abel quizás tenga Alexitimia

-       ¿Alexitimia? ¿Qué es eso?

Era mucha información por compartir así que decidieron acomodarse en el suelo  para una larga platica mientras Emily le contaba la información que había leído en el sobre azul que el licenciado le entrego y que el médico le intento explicar, Daniela asombrada le pregunto de que doctor le hablaba.

-       El licenciado me hablo de un doctor y me entreviste con el

-       ¿Cuándo fue eso?

-       ¿Qué crees que estuve haciendo en estos días? 

A Daniela le sorprendió jamás la sintió tan enérgica, decidida como estaba en ese momento y también le era difícil comprender que cosa era Alexitimia estaba casi igual de sorprendida como cuando Emily se enteró.

-       ¿Crees que Abel sea inocente?

Esa era la segunda vez que le hacia esa pregunta y en ese momento seguía sin poder responder aunque  quería seguir conservando esa esperanza  y pensar en Abel como la persona que no quiso que se fuera sola a su casa y la acompaño, la persona que la alimento cuando la jornada fue larga y le dijo que el cielo era el límite para que cumpliera sus sueños.

-        Quisiera quedarme en tu casa – comentó Emily esperando no escucharse demasiado desesperada

-       ¿Pasa algo?

-       Hoy no quiero estar en mi casa

Y Daniela como no tenía sus padres en casa no dudo en aceptarla,  el plan que armaron rápidamente fue sencillo salieron de ahí y fueron a la tienda que se encontraba más cercana  de la casa de la casa de Daniela y compraron bebidas alcohólicas y unos cigarros del gusto de Daniela.

Emily se sintió como una loca ese no era un comportamiento habitual en ella y no entendía lo que le estaba pasando pero se dejó llevar pensó que quizás dejarse llevar era lo que necesitaba.

-       Tu casa se siente tan tranquila – comento Emily cuando estuvieron en casa de Daniela

-       Aburrida si

-       Es perfecta para este plan

-       Ve a la piscina – le pidió Daniela

Daniela se dirigió a la cocina por hielos y los coloco en un baldes, las chicas prepararon unos bebidas  y empezaron a beber, Emily quería perder la conciencia en ese momento para dejar de pensar en ese momento tantas emociones que sentía que iban y volvían. No debía sentir nada por Abel quería que su lado racional lo entendiera y tampoco se sentía bien pelear con su madre cuando antes jamás lo habían hecho, no comprendía que les estaba pasando y cuando  terminaría y lo que era peor no se sentía tan ajena a la locura en ese momento.

Daniela se levantó del sillón para prender el radio y puso algo de música y la puso a un volumen que quizás no era muy apropiado para esas horas, aunque al principio fue difícil para Emily tolerar la música conforme los tragos avanzaban se empezó a dejar llevar por ella, la música la podía sentir correr por todo su torrente sanguíneo igual que el alcohol, la música iba y venía y el olor del cigarro ya se estaba impregnado en la ropa de Emily aunque en ese punto no le molestaba. El teléfono se empezó a sonar aunque al principio no lo escucharon, por el vidrio vieron la luz verde prenderse y apagar como lo hacía cuando entraba una llamada.

-       El teléfono debo contestar – dijo Daniela

Y Emily se sentó y miro como Daniela entraba y levantaba el teléfono la llamada duro muy poco.

-       Emily - Escucho gritar a Daniela  y entro

-       Era tu madre

-       Le dijiste que estoy aquí – le pregunto y miro como afirmaba con la cabeza por lo que en su cara se dibujó una expresión de disgusto pero enseguida Daniela comenzó hablar.

-       Emily no sabe dónde se encuentra Valentina, pensó que de repente estaba contigo

Cuando escucho eso sintió un miedo y el estómago se le empezó a revolver no sabía si producto del alcohol, sintió como los ácidos gástricos  empezaron a subir y lo único que alcanzo hacer es ir al bote de basura que se encontraba lo más cerca. El rostro de Daniela era de aversión aunque empáticamente le acerco papel y toallitas húmedas cuando dejo de vomitar se dirigió al baño para lavarse la boca.

-        Que más te dijo mi madre – dijo sin poder mirar a la cara a Daniela porque aún se encontraba apenada de que la hubiera visto volver el estomago

-       Solo que no se encontraban las dos en casa y pensó que ambas estaban aquí le dije que tu si estabas

-       Vámonos – ese tono de desesperación que uso Emily no se había escuchado antes

Ambas se subieron al coche y mientras Daniela conducía Emily llamo a su madre que tomo el teléfono al instante, la señora Gabriela se aseguró primero que Emily estuviera bien.

-       ¿Hace cuánto te diste cuenta que no esta madre?

-       Hace como dos horas

-       ¿Llamaste a la policía?

-       Si dicen que debemos esperar veinticuatro horas

-       Pero que nena de doce años sale de su casa a esta hora ¡No Valentina! El tono de enfado de Emily hizo puso en alerta a su amiga.

-       Ya no sé qué hacer

La desesperación de la señora Gabriela dejo sin palabras a su hija pero después de unos segundos le contesto

-       Te entiendo madre, estoy con Daniela, daremos unas vueltas por las calle e intentaremos  visitar la casa de sus amigas, quizás no esté lejos ¿Crees que sea conveniente llamar a sus amigos?

-       He llamado a su amiga Martha que quizás es con la que ha podido estar, pero no sabe nada

Colgaron, las calles no estaban completamente solas a pesar de ser de madrugada pero realmente no vieron rastro de Valentina se miraba tan tranquila la noche que parecía que no pasaba nada aunque en su mundo pasaba de todo.

-       Creo debemos regresar y hacer las llamadas a  sus amigos– dijo Daniela decepcionada de no tener éxito 

Y Emily  obedeció y ya estando en su casa  empezaron a realizar unas llamadas pero no tuvieron noticias, la mejor idea que tuvo su amiga en ese momento era realizar café porque sabía que sería una madrugada muy larga las luces de la calle de su casa seguían prendidas y alumbraba los coches que se quedaban afuera parecía estar más solo que nunca. Las horas pasaban y no tenían ningún tipo de noticia Emily se sentía prisionera de sus pensamientos, volvió a comunicarse con la policía pero no tenían noticias de ninguna persona desaparecida, su madre seguía desesperada pero no tenían ni idea de donde más buscar, a lo que su amiga Daniela le dio la idea de poner un anuncio en la redes sociales para que las demás personas le ayudaran a encontrarla, trabajaban en ese anuncio cuando llamaron al teléfono de la casa, Emily sintió un miedo inmenso de que fueran malas noticias por lo que le pidió a su amiga que contestara.

-       Tu hermana está en el hospital Aranda de la parra

-       ¿Está bien?

Y Daniela levanto los hombros en señal  de que no tenía esa información, Emily fue a decirle a su madre y  se alistaron para salir al hospital, Daniela se ofreció para manejar algo que agradecieron mucho en el transcurso iban nerviosas y temerosas, las calles que recorrían estaban llenas de nostalgia y se sentía como si ellas estuvieran viviendo en un mundo alternativo donde eran las únicas que sentían una presión en el pecho y la única forma de regresar era ver el rostro de  Valentina, cuando comenzaron hacerse al hospital increíblemente el medio que sentía la señora Gabriela se transformó en esperanza de que todo estaría bien esperaba que realmente fuera un buen presentimiento de madre.

-       Señorita venimos porque nos dijeron que aquí estaba una paciente llamada Valentina

-       ¿Quién le comento?

-       El oficial Will