
Sin vuelta atrás; EP Nº15 [Trabajo] Winchester
Mello y Matt miraban impresionados la calle, ninguno las recordaba así, los coches habían evolucionado demasiado, y la contaminación se notaba que había aumentado, aún así, parecía un lugar bonito.
-¿Adonde vamos?, Estoy perdido-. Dijo Matt, rascándose la nuca. Mello se acercó a un coche, y lo tocó. -¿Mello?-. Preguntó el castaño.
-Yo... no lo sé Matt-. Dijo el rubio.
-No lo has pensado muy bien, ¿Eh?-. Preguntó el castaño, vacilando sonriente.
-¡Tsk!, ¿¡Y tú que!?, ¡Tú querías escaparte sin saber adonde ir!-. El castaño negó, ignorando aquel comentario. Mello miró a la calle de enfrente, y vio como había un sintecho pidiendo limosna, y un vagabundo rebuscando en un contenedor. -Este... ¿Este es el mundo que hay afuera?-. Preguntó, muy sorprendido. Negó.
-¡Eh!-. Mello y Matt se giraron, para ver como detrás suyo, había una mujer a la que le habían robado el bolso, el ladrón se iba corriendo hacia la misma dirección donde se encontraban los adolescentes.
-¡Ahhh, ahhh!-.
-¡Detenedle por favor!-. Pedía la chica.
Matt puso el pie, y el chaval se cayó, estampándose contra el suelo.
-Ups, ¡Lo siento!-. Bromeó el castaño.
Mello le arrebató el bolso.
-¿¡Se puede saber que haces!?, ¡Robar está mal imbécil!-. Dijo el rubio.
El chaval se levantó.
-¡C-Cállate idiota!-. Le sacó una navaja, y Mello negó.
-Probablemente ni sepas como utilizar eso-. Dijo, y luego de ver que el adolescente no bajaba el arma blanca, Mello le encaró, frunciendo el ceño. -¡Baja eso ahora mismo o te parto la mano idiota!-.
-¡J-Joder!, ¡Así no hay quien pueda!-. El chaval guardó la navaja, y se fue corriendo.
La chica llegó hacia ellos.
-¡Muchas gracias!, ¡Habéis sido muy valientes!-. Dijo, felicitándoles.
De la tienda de ropa que tenían enfrente, salió el dependiente, muy sorprendido.
-¿Qué ha pasado aquí?-. Preguntó el propietario, confundido por el altercado.
-¡Que somos los mejores!-. Vaciló Matt, muy orgulloso de haberle puesto la trabanqueta al fantasma ese.
-No te pases-. Dijo Mello, y le devolvió el bolso. -Y no es nada, señorita, la próxima vez ande con más cuidado-. Dijo.
-¡Claro que sí!-. Sonrió la chica.
Matt se olió el sobaco.
-Oye tío...-. Matt se acercó a Mello para susurrarle. -La verdad es que me gustaría poder comprarme ropa guapa a parte de la que ya tengo... además, en esta tienda de ropa podemos encontrar trabajo-. Mello asintió, y miró al dependiente.
-¿Podemos entrar en su establecimiento?-. Preguntó el rubio, sorprendiendo al propietario.
-¡Jaja!, ¡Claro!, ¡Pasad!-.
-Hm-. Mello sonrió, y el dependiente entró primero, después, los dos adolescentes.
-Cuánta ropa-. Dijo Matt.
Aquel hombre vio a los dos niños.
-Encantado chicos, ¿Qué puedo hacer por vosotros?-. Preguntó aquel hombre, y Mello y Matt se acercaron al mostrador.
-Buscamos trabajo-. El hombre se sorprendió bastante. -Somos niños huérfanos y... nos preguntábamos si podías darnos trabajo-.
Matt sacó de su bolsillo, su gameboy, y el cargador.
-¿Tienes donde enchufar esto?-. El hombre estaba demasiado sorprendido, no sabía que le acababan de decir, ¿Esto era en serio?
-Había sido capturado en el más estricto secreto de los secretos, su detención no figuró en televisión ni en internet, al parecer tu tampoco tienes información sobre esta clase de criminales...-. -Yo soy el verdadero L-.
-Venga... intenta mata...-.
Near apagó la tele.
-Si Kira no pudo matar a L pero a Lind.L.Tailor si, significa algo muy obvio-. Near curvó los labios. -Lo único que diferencia de Lind.L.Tailor a L es su voz, su cara, y su nombre, lo que quiere decirnos que Kira necesita algunas de esas 3 cosas para matar, y además, tarda unos cuántos segundos en morir, segundos que suceden en silencio, quizás tardó en decidirse aunque..., Lo dudo, probablemente solo tenía que "recargar" por así decirlo su poder-.
-Hm-. Near curvó los labios, como solía hacer L. -Poco a poco, Kira-.
-Cada paso que avanzo... es un paso menos para descubrirte-. Dijo, orgulloso de si mismo.
Mello miraba por la cristalera lo que estaba sucediendo por la calle.
-No mires si no quieres que luego vengan a por ti-.
-¿Eh?-. Mello miró a su nuevo jefe.
-Reglas de la calle, nunca te metas en problemas con mafias, o con ladrones de cualquier tipo, son todos gentuza-. Mello sonrió levemente, y asintió. Se dirigió con la caja de camisetas a la sección de camisetas. Dejó la caja de cartón en el suelo, y suspiró, pesaba más de lo que parecía.
-¿Como vas, Matt?-. Preguntó Mello, y Matt miraba embobado un cartel.
-Disculpa señor-. Mello se sorprendió con lo que vieron sus ojos. -¿Que... es esto que pone aquí?-. Preguntó Matt, y el jefe se acercó a ellos.
-¿Esto?, ¿Esta videoconsola?, Es la play 2, me encantaba jugar hace 3 años, ahora no la uso, pero está en buenas condiciones, ¿Por qué lo preguntas?-. Preguntó.
-Play... ¿2?-. Preguntó. -Espera un momento, ¿Que, que que, que es esto?, ¿Porqué es tan grande?-. Preguntó demasiado confundido.
Mello hizo cálculos con sus manos.
-Tú tienes una gameboy, la normal por la que veo... pues...-. Matt le volvió a interrumpir.
-¿Normal?-. Preguntó confundido.
-Claro, hace dos años sacaron la advance-. Matt se sorprendió, y se le cayó la caja de zapatos al suelo.
-Quiero saber más sobre todo eso-. Pidió Matt. El jefe se la pasó explicando que sacaron la play 1, que se enchufaba a un televisor, y después sacaron la play 2. Le explicó como eran los videojuegos, como se ponían, la memoria, y todo lo demás. -Es impresionante-. Dijo Matt, viendo un juego puesto en un televisor, que el dependiente tenía en la sala de descanso.
-Toma, aquí tienes-. Le entregó un mando.
-¿Esto que es?-. Preguntó, viendo un mando conectado con un cable.
-Un mando de la play 2, con el x saltas, con el cuadrado pegas, con el círculo coges cosas, y con el triangulo pegas fuerte, bueno, ya irás aprendiendo, se mueve con el joystick, o con las crucetas, como prefieras-. Matt se quedó demasiado sorprendido.
-Crucetas, joystick... todo esto es demasiado para mí-. Sonrió Matt. -Prince of persia... bueno, vamos a ver que tal-. Matt comenzó a jugar, el dependiente le veía, era bueno, y acababa de conocer la consola y sus mecánicas.
-Bueno, a la noche podrás jugar más, ahora ayuda a tu compañero-. Matt se levantó.
-Muchas gracias por enseñármelo, con el dinero que gane aquí, me compraré la gameboy advance-. Dijo Matt.
-Matt-. Matt le miró. -Tú... ¿Eres japonés verdad?-. Matt se sorprendió.
-Por parte de padre, y nací en Japón si-. Matt se rascó la nuca. -¿Tanto se me nota?-. Preguntó Matt.
El dependiente sonrió.
-Yo también soy japonés por parte de padre, y también nací en Japón-. Matt sonrió. -Anda, vuelve al trabajo-.
-Arigato sensei-. Matt hizo una reverencia, y se fue de la sala. El dependiente sonrió, y Matt sintió nostalgia, hacía muchísimos años que no hablaba japonés, tanto, que pensaba que ya ni se acordaría.
No le costó mucho aprender inglés, pero lo usaba tanto, que hasta pensaba en inglés, y no en japonés.
-Matt-. Matt le miró. -¿En serio eres japonés?-. Preguntó el rubio, y Matt suspiró, y asintió.
-¿Por qué no me lo habías dicho?-. Preguntó Mello sonriente.
-Hm, si te soy sincero...-. Mello le miró atentamente. -Se me olvidó-. Mello se extrañó, ¿Cómo se le puede olvidar a alguien algo tan importante?.
Mello sonrió.
-Eres idiota-. Sonrió Mello.
-Sí, puede-. Dijo Matt, sonriendo. -しかし、私はラッキージャークです-.
Mello se tumbó en el colchón que tenía que compartir con Matt, el dependiente, Rod, se había gastado dinero en el colchón y en una manta para que pudieran resguardarse del frío.
-Sabes, ¿Mello?, Esto me gusta, creo que por fin estoy viviendo la vida que quería para mí-. Sonrió el castaño.
Mello estaba embobado, mirando al techo, pensando en otras cosas..., O..., En otras personas...
-Tío, ¡Es que como me gusta poder conseguir las cosas por mi mismo!, ¡Cuando hayamos cobrado, conseguiré comprarme mi propia comida, y mis propias videoconsolas!, ¿¡Por qué no nos habíamos ido antes!?, ¡Si esto es increíble!-.
Matt hablaba, pero inconscientemente, Mello le ignoraba, ya que estaba pensando en como haría para descubrir a Kira, y como Near seguramente estaría yendo varios pasos por delante.
-Near lo tiene fácil, puede trabajar con las cintas de vídeo guardadas de L, puede que incluso tenga más información de la que yo dispondré jamás, pero... aún así, debo poder atrapar a Kira con estos pocos recursos, ¡Necesito detener a Kira!, Quiero vengar a L... y también poder demostrar que solo es un estúpido imbécil con delirios de grandeza, y además, que soy el número uno-. Mello tragó saliva, pero después, sonrió. -Near... jamás podrás superarme después de que acabe con Kira, y lo juro por la tumba de L, yo, le detendré-. Asintió, sonriente.
-Posiblemente no nos veremos en mucho tiempo, si es que llegamos a vernos...-. Negó. -Pero la próxima vez que suceda nuestro encuentro, no sé si podré aguantar mucho más sin poder revelar...-. Mello cerró los ojos.
-¡Es como, fuuuck!-. Matt seguía a lo suyo.
-Que desearía tu más sincera aprobación... que me encantaría que pudieras decirme que soy útil y que sí que valgo para algo más que para ser un idiota gruñón... que... me encantaría que alguien tan superior como tú me... ¡MGH! ¡que sea merecedor de tu amor!... que desearía ser como tú...-. Negó, sin poder creerse lo que estaba pensando. -Alguien frío y calculador, alguien sin emociones que pueda mirarlo todo desde un lado meramente objetivo, ojalá poder ser así, pero... ¡Yo no soy así!, Y creo que L era más como tú, así que... no parecerme en nada a mi mentor, me hace pensar lo mal alumno que soy, en comparación a ti, y mira que yo me he relacionado más con él-. Negó, y sus ojos se cristalizaron. -L... no te veía mucho, pero... solo te tenía a ti-. El rubio miró a Matt, viendo como este ya se había quedado dormido. -Solo te tenía a ti... como alguien a quien seguir, y respetar...-. Una lágrima brotó del ojo de Mello.
-Como un padre...-.
-¡Por favor, os he dicho que no me ha dado la pasta!-. Al chico le golpearon en la cara, parecía joven, y quizás por eso mismo era demasiado idiota, ya que se metió en problemas de mafia.
-¡Pues la vas a pagar tú!-. Gritó, y el azabache de melena larga volvió a golpear a aquel chico de 16 años.
-¡Ah!-. Escupió en el suelo, y se arrodilló.
-Ya basta Karl-. El jefe de la banda, un hombre trajeado de blanco, cogió de los pelos al pobre chaval idiota. -Haz que te dé la pasta, o la próxima vez, te cortamos los dedos de uno en uno, y a él, le quemamos el local, ¿Te ha quedado claro?-. Preguntó el jefe de la banda, y el joven asintió.
-S-Sí...-. Dijo este.
-Anda, vámonos-. Los mafiosos dejaron allí a aquel chico, quién se levantó lentamente, y salió aún más lentamente del callejón oscuro. -Ahhh-. Cruzó la acera, y entró en la tienda de ropa.
-Mierda...-. Dijo el dependiente. -Chicos, ya podéis ir a descansar, tomaos el resto del día libre-. Dijo el dependiente.
-Bien-. Dijo Mello.
-Genial, ahora podré jugar a la play 2-. Matt y Mello entraron dentro de la sala de descanso.
-¿Tienes el dinero?-. Preguntó el chico joven.
Mello puso la oreja en la pared.
-¿Que haaaceees?-. Preguntó Matt.
-Shht, baja la voz... no me fío, ese tío era sospechoso, ¿Y nos da el día libre?, No me fío para nada-.
-No, no tengo el dinero-. Sentenció.
-Ahhh-. Suspiró, y se frotó la cara con su mano derecha. -Rod, si no me das el dinero, los dos moriremos-. Dijo, frustrado.
-No debías haberte metido en problemas de mafias, y menos con tú edad-. El joven se cabreó, y le sacó la navaja al dependiente.
-¡No te metas!, No conoces mi situación, ¡No sabes porque lo hago!, Además, tu también te metiste en estos problemas tú solito-. Dijo, nervioso.
-Suelta eso antes de que te hagas daño-. Aconsejó el dependiente.
-¡No soy un niño, calla!-. Dijo, con la mano que sujetaba la navaja temblando.
-Por favor, para...-. El joven, después de dudar, suspiró, y guardó la navaja. -Escucha, ahora tengo que pagar a dos chicos jóvenes huérfanos, diles que les pagaré, que tengan paciencia, pero que tendré que retrasarme-. El joven carraspeó.
-No... no puedo hacer eso-.
Mello escuchaba todo desde la sala de descanso.
-Rod...-. Murmuró Mello, por eso mismo, Rod le dio aquel consejo, de no meterse en problemas, mira como ha acabado él y ese muchacho.
-Serpico, si no te calmas, y confías en mí, todo saldrá mal-. Serpico suspiró.
-Ya lo sé, pero...-. Se quitó la capucha, dejando ver su cabello rubio y sus ojos zafiros. -No quiero morir, y más sabiendo que... la dejaré sola-. Miró al suelo, y Rod le tocó el hombro.
-Entiendo tu situación, y tu desesperación, pero debes calmarte, tú decidiste hacer esto, hiciste mal-. Serpico tragó saliva. -Pero ahora no puedes huir, tienes que afrontar las consecuencias que conllevan tus actos, sino, no podrás vivir contigo mismo nunca-.
Mello escuchaba todo aquello y se sorprendía, no entendía algunas cosas de las que hablaban, ¿Cuál se suponía que era la situación de aquel joven llamado Serpico?, ¿Por qué Rod debía dinero a la mafia?, ¿Quién es ella?.
-Confía en mí, diles que les pagaré, solo que... esperen un poco más-. Serpico, cabizbajo, asintió.
-De acuerdo-. Se dirigió a la salida. -Gracias, por ser como un padre para mí-. Rod sonrió, y Serpico salió de allí.
-Debo sobrevivir... afrontar que la he cagado, y no huir...-. Pensaba el chico. -Te lo prometo, conseguiré el dinero, y todo saldrá bien, te lo debo-.
-Por todo lo malo que he hecho-.
Aclaraciones: Lo que dice Matt en japonés, es "Pero soy un idiota con suerte".
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