---Miyagi---

Regrese a mi departamento a paso lento, no tenía ánimos de llegar a mi hogar, y más al pensar que estaría completamente solo, esto no es lo que quiero, lo necesito tanto.

Decidí desviarme a una cafetería para matar el tiempo leyendo un poco los libros que implementaría para las clases que daré. Pedí una taza de café y comencé a leer.

Escuche discutir a un hombre con uno de los meseros, tal parecía que ese tipo regañaba al pobre chico el cual solo miraba al piso recibiendo los regaños. Ese hombre aventó la charola del mesero empapándome por completo de refresco.

El hombre salió por la puerta y el mesero se acercó a mí. Me pude percatar que es un chico castaño de ojos claros.

-Lamento lo sucedido. –comento.
-No te preocupes, no fue tu culpa. –me limpie con las servilletas.
-Pero aun así, -me ofreció un pañuelo café- en verdad lo siento tanto.
-No pasa nada. –sonreí.
-Akihito ¿Cuántas veces te he dicho que los clientes son la prioridad? –gruñó un hombre mayor.
-Lo siento jefe. –hizo una reverencia el chico.
-Nada de lo siento, tú debes...
-Disculpen mi intromisión pero, -comente acercándome a ellos- el chico no tiene la culpa, ese hombre fue muy pesado con el chico, así que no tiene la culpa.
-Pero...
-Le pido que no regañe al muchacho.
-Mire como lo dejo, él tiene que...
-No sé preocupe yo estoy bien, no es algo que no se pueda arreglar. –suspire.
-Está bien, Akihito atiende al señor y como disculpa todo corre por nuestra cuenta. –comento el hombre haciendo una reverencia y se metió a su oficina.
-Muchas gracias, mmm... -me miro.
-Me llamo Miyagi You, ¿y tú?
-Mi nombre es Takaba Akihito.
-Mucho gusto, y no te preocupes muchacho, las personas son muy crueles con los demás.
-Es lo que veo. –suspiro- ¿Se le ofrece algo de comer?
-Unos bocadillos por favor. –comente.
-Claro.

El chico se fue por mi orden y trate de secar mi libro ya que le había caído refresco, suspire pesadamente ya que estaba todo mojado, era uno de mis favoritos.

-Sí quiere yo puedo darle otro ejemplar. –comento Akihito cuando llego con mi pedido.
-No te...
-De hecho, -sonrió- tengo dos libros de ese mismo, uno es mío y él otro me lo encontré un día en un parque.
-¿Enserio? –me sorprendí.
-Sí.
-Pero...
-No sé preocupe Miyagi-san, me encantaría que aceptará el libro como símbolo de disculpa.
-Lo aceptaré, pero como un regalo de un amigo, no por disculpa.
-Entonces, está bien.

Él regreso a su trabajo y yo termine de comer, me despedí de él y le dije que mañana pasaría a la misma a este lugar, para charlar.

Camine hasta mi departamento y al llegar me recosté en la cama.

Me duele tanto que mi amado terrorista ahora se encuentre a lado de ese abogado de quinta, no es justo, yo lo conozco de más tiempo, además no creo que sus intenciones sean buenas con mi niño.

No quiero dejarlo ir, yo en verdad lo amo, sé que no hice mi mayor esfuerzo por detenerlo, debí ser más fuerte con mis sentimientos, debí luchar por él, tantos años sin verlo, fue una eternidad para mí...

5 años en los cuales él ya se encontraba en mi corazón, en los cuales cada día lo empezaba a amar cada vez más, donde me dolía su ausencia, que cada cosa, cada acción, cada palabra me recordaba a él...

Soy lo peor, pero no me voy a rendir cuando apenas estoy luchando, no me importa si ese abogado tiene las de ganar, yo lo volveré a enamorar y podremos ser felices... Porque yo...


Lo necesito...


LO deseo...


Lo añoro...


Lo amo...

---Shinobu---

-Shinobu, -me tomo de las manos- ahora que estoy aquí espero que me muestres tus lugares favoritos, porque quiero saber todo de ti.
-T-Te llevaré a donde me pidas. –sentí mis mejillas arder.
-Eres tan lindo. –beso mi frente.
-Waaa Asami no hagas eso. –desvié mi mirada.
-Tengo un lindo chico a mi lado, soy el hombre más feliz de la vida. –me abrazo.
-Eso lo debo decir yo... -susurre.
-¿Cómo? –me miro confuso.
-Nada. –me sonroje.
-Solo tengo que esperar...
-¿Esperar qué?
-Jeje, es un secreto. –sonrió haciendo que mi corazón se acelerará.
-Me dejaste con la duda. –hice un puchero.
-Así tendré a un lindo niño curioso por mí.
-No soy un niño. –cruce los brazos.
-A mi lado lo eres. –rio.
-Es verdad, eres tannnn viejo. –bromee.
-Pero este viejo puede hacer tantas cosas. –me tomo del mentón.
-Es broma.
-Lo sé. –me dio un beso tierno.

En la noche me acompaño hasta mi departamento, al llegar me volvió a besar y me dijo que pasaría por mí en la tarde, pero antes de que se subiera a su auto lo tome de la mano.

-¿Shinobu?
-Bueno, me preguntaba sí...
-¿Qué sucede?
-¿Quieres quedarte está noche conmigo? –me sonroje.
-Eso suena...
-Solo a dormir. –desvié mi mirada.
-Jamás podría hacerte algo que no quisieras. –beso mi frente.
-¿Entonces?
-Me quedaré a dormir contigo. –me beso la frente.

Subimos hasta mi departamento y abrí la puerta, prendí todas las luces mientras Asami entraba y se quitaba su saco. Le ofrecí un cenicero ya que él tiene la costumbre de fumar a esta hora, me dio un beso casto y prendió su cigarrillo.

Platicamos un rato sobre el caso que hizo, y me dio algunas tácticas que implemento en el, después de platicar mire la hora y suspire pesadamente. Le dije que me acostaría primero pero él apago su cigarro y se fue conmigo hasta la habitación.

Entre al baño y me coloque mi pijama, él se había quitado el pantalón y la camisa quedando completamente en bóxer, me sonroje de ver su complexión. Él solo sonrió y nos recostamos en la cama, me acurruque en su pecho mientras sus brazos rodearon mi cintura.

-Tan lindo. –murmuro.
-No digas eso.
-Te amo Shinobu.
-T-te quiero A-sami.
-Podre esperar todo lo que sea necesario. –beso mi frente.

Cerré los ojos y deje que el sueño me venciera.


Al despertar me di cuenta que aún seguía abrazado a Asami, él todavía estaba dormido, me aparte sin despertarlo y me dirigí hasta mi ropero, saque mis cosas que utilizaría y me metí al baño para arreglarme después de darme un baño reconfortante.

Cuando salí vi a Asami ya vestido acomodándose las mangas de su camisa.

-Bueno días. –me beso la mejilla.
-B-Buenos días.
-¿Quieres desayunar? –pregunto.
-Lo siento pero se me hace un poco tarde.
-Bueno entonces vamos te iré a dejar y pasaremos a comprar algo para que comas.
-Gracias.

Bajamos hasta su auto y pasamos a una cafetería para comprar algo para comer, después me llevo hasta la universidad donde nos despedimos y entre.

-Buenos días Shinobu.
-Bueno días Hiroki-sensei. –salude.
-Me gustaría platicar contigo, ¿tendrás tiempo?
-En estos momentos tengo clase pero la siguiente estoy libre.
-Me alegro. –suspiro.
-¿Qué ocurre?
-Es mi pareja, -me miro- tiene problemas legales...