CAPITULO 33 No puedo estar sin ti.¡¡¡¡¡¡¡¡FINAL!!!!!!!!!
---Miyagi---
Ya les he dicho a los enfermeros como treinta veces que estoy bien que no me duele ni nada, que la bala no toco algo severo en mi hombro.
Pero no entienden.
Y me molesta estar encerrado.
-Ahhh es tan pesado.
-Deja de lloriquear.
-Muérete.
-Eso pretendía pero tú me salvaste, -se carcajeo- ¿no estarás enamorado de mí?
-Quisieras Asami solo... que le prometí a alguien que te cuidaría porque eres un imprudente.
-De nombre ¿Akihito?
-Algo así.
-Me lo imaginaba.
-Por eso debía cuidarte como el mocoso que eres.
-Lo siento tanto abuelo.
Ambos nos reímos ante nuestra pequeña pelea.
-Quiero esperar a recuperarme para buscar a mi amado.
-Seguramente ya te olvido, se casó con otro y tiene 5 hijos. –rio.
-Y estoy seguro que Takaba se casó con dos hombres y tiene 3 hijos de cada uno a y por cierto tiene un amante. –sonreí.
-Sí no fuera porque apreció a Shinobu ya tuvieras otras dos perforaciones en tu cuerpo.
-Idiota.
-Eres la primera persona en insultarme saliendo ileso, no tienes tu suerte.
-...
-Ahora solo recupérate para que busquemos a esos chicos.
-Cuando lo dices de esa forma siento como si fuéramos pedófilos.
-Tú sí, yo no.
-Ah. –suspire.
-EN fin, descansa un poco.
-Supongo pero...
-¿Sí?
-Quiero que me prestes tu teléfono.
-¿Para?
-Ya sabes.
-...
-Vamos por nuestra amistad.
-¿Desde cuándo somos amigos?
-Desde que te salve tu trasero.
-Tiene lógica. –se carcajeo.
-Pues dámelo.
-Toma, habla todo lo que quieras, -suspiro- iré a hablar con el comandante.
-¿Pasa algo?
-No solo es la revisión de los documentos de ese idiota.
-Es verdad, -suspire- por fin murió ese idiota.
-Ya no hay problemas, él ya no existe, por fin podemos estar tranquilos.
-Me alegro saberlo.
-Bueno has tu llamada y no te excites.
-Imbécil.
Salió de la habitación y yo marque el número.
-¿Asami?
-Hola Akihito.
-Buenas noches Miyagi-san, ¿Cómo se encuentra?
-Muy bien, -suspire- ¿Está Shinobu contigo?
-Sí, déjame ver si no se ha dormido.
-Gracias.
Espere un momento en lo que me lo pasaban.
-¿Sí?
-Shinobu-chin. –susurre.
-¡¡¡Miyagi!!! –exclamo.
-Mi niño, ¿Cómo estás?
-Bien, ¿y tú?
-De maravilla.
-¿Eh?
-Todo ha acabado amor mío.
-¿Cómo?
-Por fin ese infeliz obtuvo lo que se merecía.
-Miyagi...
-Ya podremos ser felices.
-Gracias. –sollozo.
-No tienes nada que agradecer.
-Es qué me has protegido.
-No como hubiera querido.
-Miyagi has visto por mí, me has dado tanto amor que no sé cómo agradecerte.
-No tienes nada que agradecer, -susurre- te amo como a nadie en el mundo, eres mi vida entera y quiero que así sea siempre.
-Yo también te amo.
-¿Lo juras?
-Baka, -rio- lo juro.
-¿Te gusta ese país?
-Sí es muy lindo pero yo solo quiero estar en un lugar.
-¿Huh?
-En donde estás tú.
-Shinobu-chin, eres tan lindo.
-N-No lo digas.
-Me alegro de que me ames como yo a ti.
---Akihito---
Después de una hora Shinobu regreso con mi celular.
-Akihito.
-¿Qué pasa?
-Pedí los boletos para mañana en la tarde.
-Entonces ya regresaremos.
-Sí, -sonrió- todo ha acabado y quiero regresar con Miyagi.
-Ya veo.
-Akihito.
-¿Qué pasa?
-Gracias por todo. –me abrazo.
Me sorprendí de su abrazo, pero le correspondí.
-No tienes nada que agradecer, eres mi amigo.
-Pero me has ayudado tanto, no sé cómo agradecerte.
-No es necesario.
-Pero...
-Somos amigos.
Le di u gran abrazo y revolví su cabello.
-Eres un gran hermano. –sollozo.
¿Hermano?
Una familia...
-¿Akihito?
Me aferre a él en un abrazo.
-Gracias por considerarme tu hermano.
-Como no hacerlo sí estás a mi lado y me cuidas.
-Supongo. –reí.
-¿Puedo dormir contigo?
-¿Tienes pesadillas?
-No, solo quiero estar con mi hermano.
-Hai, pero no llores porque me harás llorar a mí.
-No estoy llorando.
-Claro que si hombrecito.
-Tonto.
-Anda vamos a dormir que mañana es un día pesado.
Mi celular comenzó a sonar y respondí.
-¿Sí?
-Amor mío.
-Asami. –me sonroje.
-¿Cómo estás?
-Bien.
-¿Me extrañas?
-Tú que crees.
-Supongo que sí. –rio.
-Mi amor, no sabes lo mucho que deseo verte.
-Yo igual.
-Quiero hacerte el amor.
-Waa cállate.
-Besar cada parte de tu cuerpo y que gimas mi nombre hasta el amanecer.
-Asami por favor, deja de decir cosas vergonzosas.
-Es lo que siento y quiero.
-Pervertido.
-Acaso, ¿no me extrañas de esa forma?
-...
-¿Takaba?
-No responderé.
-Eres tan tierno.
-Nos vemos después.
-¿Huh?
-Te amo. –colgué.
Solo un poco más y estaré a su lado.
---Asami---
-Y bien Asami ¿Qué querías decirme?
-Por favor siéntate. –pedí.
Nos encontrábamos en la cafetería, tenía que hablar o mejor dicho resolver unos problemitas con el comandante Stiff.
Nos sentamos y encendí un cigarrillo.
-¿En qué puedo ayudarte?
-Pues tengo cuentas pendientes contigo.
-¿Lo dices por qué n o te deje hacer lo que quieras?
-...
-Entiende que era mi trabajo.
-Aun así pudimos ahorrar mucho tiempo.
-No era sencillo.
-Sí claro.
-No te enojes.
-Pfff, tantas vidas desperdiciadas.
-Ustedes que no comprendían la situación.
-En fin, ¿Qué puedo decir?
-Ya son cosas pasadas, ahora solo es papeleo.
-¿Y el idiota de Tomoya?
-No te preocupes por él.
-¿Huh?
-Ya está muerto.
-¿Cómo?
-Él muy imbécil se inyecto un veneno.
-...
-No me mires como si yo tuviera la culpa.
-Aha...
-Ya se había inyectado.
-En fin, ya está muerto y eso es lo único que importa.
-Sí.
-Por cierto.
-¿Qué?
Me levante y le di un puñetazo en su cara.
-Me la debías.
Él se sobo su mejilla y me miro.
-Ah, -suspiro- eres un maldito.
-Lo sé. –le di una calada a mi cigarrillo.
-Lo pasaré por alto esta vez.
-Eso me parece mejor.
Terminamos de hablar y me fui al departamento.
Dos días después dieron de alta a Miyagi puesto que no era una gran herida.
Nos dirigimos a un restaurante y comimos.
Luego dimos una vuelta por la plaza para comprar algunas cosas hasta que Miyagi me dijo que quería estar en el parque para descansar.
Lo deje en ese lugar y me fui a la plaza para comprar algunas cosas. De un momento a otro sentí como me tapaban los ojos.
-¿Huh?
-¿Quién soy?
Sonreí y lo jale del brazo hacía mí.
-¡¡Akihito!!!
Lo abrace fuertemente aspirando su aroma.
-Te extrañe.
-No más que yo.
Lo tome del mentón y lo bese.
-Jamás te dejaré ir, ahora que estás en mis brazos no pienso soltarte, porque simplemente eres mío.
---Shinobu---
En cuanto llegamos a Japón le dije que Akihito que esperáramos hasta el día siguiente para buscar a Miyagi y Asami.
Realmente quiero verlo.
Quiero decirle que lo amo y que estemos juntos.
Que ya no importa el pasado.
Que lo que importa es nuestro presente y futuro.
Un futuro en el que quiero estar con él.
Siempre...
Porque lo amo y me ama.
Solo eso interesa.
Sé que no puedo contar con mi familia.
Que jamás me perdonaran haberme enamorado de un hombre.
Pero...
Es algo que no podía evitar.
Me enamore como un loco de Miyagi.
Realmente lo ame.
Y lo amo.
Es toda mi vida entera.
Lo púnico que me queda.
No...
Akihito y Asami son parte de mi familia.
Salimos a medio día en busca de esos hombres que más amamos, hasta que los vimos a lo lejos, ambos se separaron.
-Nos vemos después. –comento él.
-Supongo lo que harás. –reí.
-S-Shinobu. –se sonrojo.
-Es normal entre los amantes.
-Bueno lo mismo digo de ti y de Miyagi,
Desvié mi mirada y lo abrace.
Camine a una distancia prudente de Miyagi y lo vi recargándose en un árbol.
Sonreí de verlo suspirar.
Me acerque y coloque mis brazos atrás de mi espalda.
-¿Me puede decir su hora?
-Doce y media.
-Gracias.
-No hay de...
Me miro sorprendido y me abrazo.
-Shinobu-chin, mi amor.
-Miyagi, -correspondí a su abrazo- te extrañe.
-Yo mucho más Auch.
-¿Qué pasa? –mire su brazo y estaba vendado- ¿Qué ocurrió?
-Larga historia, pero eso ya no importa, estás conmigo.
-Miyagi...
-No puedo estar sin ti Shinobu, eres lo que más he amado y amare toda mi vida.
-...
-Por fin, ¿puedo proclamarte como mío?
-Todos los días de nuestras vidas.
Me tomo del mentón y me beso.
-Ah, -suspiro- que felicidad.
-Más te vale no dejarme ir.
-Primero me muero antes de dejarte.
Me acurruque en su pecho y él acaricio mi mejilla.
-Te amo Shinobu-chin y prometo hacerte feliz cada día de mi vida.
-Lo sé.
-Me alegro.
Ya no tengo alguna duda de que esto es lo que quiero, de que por fin seré feliz.
Por fin después de tanto tiempo, nadie nos va a hacer daño.
Solo nos espera seguir viviendo una gran felicidad.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro