---Miyagi---

Quiero ayudar a mi lindo Shinobu-chin, quiero entenderlo, quiero protegerlo, pero sí él no me permite estar a su lado ¿Cómo puedo hacerlo?

Quiero estar a su lado, lo amo tanto...

Sería un idiota si lo rechazara, es lo que yo más amo.

Es mi vida entera...

Pero, ¿Cómo protegerlo?

No me quiere a su lado, me siento tan desesperado, necesito abrazarlo y decirle que vamos a superarlo juntos, que no permitiré que lo lastimen.

Al llegar a la plaza compre algunas prendas para dárselas a mi niño y algunos caramelos, solo espero que él me deje verlo.

Supongo que no es nada sencillo poder superar lo que ocurrió, pero sé que le daré todo el apoyo que sea necesario para que ambos podamos sobrellevarlo.

-Miyagi.
-¿Risako?
-Me alegra verte. –me abrazo.
-¿Qué haces aquí? –pregunte.
-Pues...

Lentamente la aparte de mi lado.

-Pensé que estabas en Japón.
-Sí, pero, digamos que quise tener unas vacaciones.
-Oh.
-Me gustaría invitarte a comer a mi departamento.
-Lo siento no puedo.
-¿Eh? ¿Por qué?
-Tengo cosas más importantes que haces.
-¿QUÉ HAS DICHO?
-Que no me interesas, -la mire con odio- eres lo peor que existe.
-Serás... -empezó a decir.
-Eres la peor persona que existe junto a tu padre, -comente- quien se atreve a lastimar a mi niño me las paga.
-¿Tú niño?
-Yo al único que amo es a Shinobu.
-¿POR QUÉ?
-¿Eh?
-ES UN MALDITO HOMBRE, ¿POR QUÉ ÉL?
-Eso es algo que no te importa.
-SHINOBU ES UNA PUTA.
-Agradece que eres una mujer porque en este momento te golpearía con toda mis fuerzas.
-Miyagi...
-TE QUIERO LEJOS DE SHINOBU Y DE MÍ.
-Eres un maldito.
-No me importa lo que digas, eres lo que menos me interesa.
-Yo te gusto, sé que me amas.
-No.
-Fui tu mujer.
-...
-Acaso, ¿no me extrañas?
-No Risako.
-Sé que si tú y yo nos volvemos a entregar tú...
-Por favor Risako no te humilles.
-Miyagi...
-LO siento pero alguien me espera.
-MALDITO...

Termine de comprar las cosas que necesitaba y tome un taxi de nuevo hacía el hospital.

Pude ver a Asami comprando café.

-Miyagi, pensé que estabas en tu departamento.
-Fui a comprar algunas cosas. –comente.
-Ya veo.
-¿Pasa algo?
-Pues, -suspiro- no sé cómo lo vas a tomar.
-¿Qué cosa?
-¿De qué trata?
-Ah, -suspiro- mañana dan de alta a Shinobu.
-¿Enserio? –me sorprendí- me alegro tanto ahora...

Él negó con la cabeza...

-¿Qué pasa?
-Lo siento Miyagi, pero, Shinobu no quiere verte, -me miro- él quiere irse del país.
-¿BROMEAS?
-No lo hago, es simplemente la verdad.
-Imposible, él...
-No irá solo, Akihito irá con él.
-ES QUE ESE NO ES EL PROBLEMA.
-Miyagi, debes de apoyarlo, darle su tiempo, esto no fue fácil.
-Lo sé, pero... lo amo y no quiero que se aleje.
-Será lo mejor, para los dos, y puede que estando fuera del país sea más sencillo que lo supere.
-No puedo estar sin mi niño.
-Tranquilo Miyagi, velo como una solución, si él está lejos podemos buscar a Fei y encerrarlo.
-Tienes razón, -gruñí- tengo ganas de poner mis manos en ese idiota y matarlo por lo que le ha hecho a mi niño.
-No deberías tener esos pensamientos, porque si lo matas te conviertes en un asesino e irías a la cárcel.
-Pero es un mafioso y...
-Aun así, -comento- lo vamos a atrapar y lo encerraremos en una prisión donde vivirá el resto de su vida.
-Supongo.
-Ahora debes de estar tranquilo, Shinobu quiere verte.
-¿Enserio?
-Así es.
-Gracias.

Respire profundamente y camine hasta su habitación. Me quede mirando la puerta un rato y empecé a tocar.

-Adelante.

Lentamente abrí la puerta y lo vi sentado en la cama y a su lado estaba Akihito quien en cuanto me vio hizo una reverencia y salió de la habitación.

-¿Cómo estás? –pregunte.
-Bien, -murmuro- lamento lo de hace unas horas.
-No pasa nada. –sonreí.
-Miyagi yo... -suspiro- he decidido irme.
-Shinobu...
-No puedo seguir aquí.
-...
-No soy digno de ti Miyagi.
-No digas eso mi amor. –me acerque.
-Aléjate Miyagi, estoy sucio yo...

Sin importarme lo que dijera lo abrace fuertemente a mi pecho.

Él empezó a llorar a más no poder mientras yo acariciaba su espalda.

  -Aquí estoy Shinobu, no te dejaré ir.
-Es lo mejor.
-Te amo Shinobu, te amo y siempre será así.
-Por favor Miyagi, -me miro- deja que me vaya.
-No me pidas eso, -lo mire- todo menos eso.
-Yo no puedo seguir aquí, no puedo estar a tu lado, ya no puedo.
-Shinobu-chin...
-Lo siento Miyagi, -susurro- eres libre.
-No...
-Este es el adiós...
-Mi niño...
-Gracias por el amor que me diste, fui muy feliz a tu lado.

Lo tome del mentón y lo mire a los ojos.

-Te amo Shinobu, te amo tanto.
-M-Miyagi...
-Pase lo que pase y digas lo que digas siempre te voy a amar, nunca dejaré de pensar en ti, siempre estaré para ti.

Él se sonrojo y desvió la mirada.

-Miyagi...
-¿Sí?
-¿Me esperaras?
-¡!!!
-Sé que ahora no soy capaz de estar a tu lado y quiero ser digno de ti, también sé que tomará mucho tiempo superarlo pero...

Lo bese tiernamente.

-Te esperaré todo el tiempo que quieras.
-¿Lo prometes?
-Con todo mi corazón.
-Gracias. –me abrazo.
-Te amo Shinobu-chin, no sabes cuánto te amo.

---Akihito---

La noche fue larga, incluso la mañana del día siguiente...

Prometí cuidar a Shinobu, estaré a su lado, ya que es un gran amigo y quiero cuidarlo.

Ha sufrido mucho a pesar de ser muy chico.

Quiero ser su apoyo en este viaje.

En estos momentos estamos en el aeropuerto, nos acompaña Miyagi y Asami, estamos esperando el vuelo que nos llevará a Australia.

-Akihito.
-Asami.

Él me abrazo fuertemente y yo me deje llevar por esos brazos que me ofrecían amor y protección, es lo que más me dolerá, separarme de lo que más amo.

-Gracias por tu amor Asami.
-¡Ey! –me regaño- no nos estamos separando, bueno literalmente.
-Lo sé, pero quería recordártelo.
-Te voy a extrañar. –me miro.
-No más que yo.
-¿Me extrañaras mucho?
-N-No te creas tanto. –me sonroje.
-Jajajaja eres tan lindo. –acaricio mi mejilla.
-B-Baka.

Me beso apasionadamente mientras me aferraba a su cuello.

-Te amo, te amo. –susurre.
-Deberías de gritarlo a los cuatro vientos.
-No, eso es vergonzoso.
-Ya te acostumbrarás.

Nuestro vuelo fue anunciado y nos despedimos.

-Por favor cuídense mucho, cualquier cosa no duden en llamarnos. –dijo Miyagi.
-Te enviare dinero cada semana para sus gastos. –comento Asami mientras besaba mi frente.
-Gracias. –sonreí.

Ambos caminamos por los pasillos y nos subimos al avión.

-Gracias Akihito.
-No tienes que agradecer. –revolví su cabello- Lo mejor es que al llegar ir con un psicólogo.
-Yo...
-Será lo mejor Shinobu.
-Tienes razón.
-Todo a su tiempo...