CAPITULO 20 Tormento.
---Shinobu---
El miedo comenzaba a dominarme, todo me parecía una locura, este hombre mato a sangre fría a Shinoda, esto es descabellado, su sonrisa siniestra me hace estremecer, no puedo, no quiero estar a su lado, no puedo aceptarlo.
-¿Qué ocurre mi Shinobu? Te vez tan pálido. –acaricio mi mejilla.
-NO ME TOQUES, -aparte su mano- E-ERES UN ASESINO.
-Mi niño, no digas esas cosas que me duele el corazón. –sonrió.
Lo empuje y quise salir corriendo pero todos los hombres que nos rodeaban me lo impedían, me siento tan mal, no tengo escapatoria, no quiero esto.
-Shinobu, -susurro en mi oído- ¿Acaso no vez lo que pasa?
-E-Estás loco. –murmure.
-Sí, pero eso es lo de menos, ahora tu amante, ese estúpido abogado estará desesperado.
-Él no es mi amante.
-Sí claro.
-En verdad no lo es, por favor déjame ir.
-Lo siento pero te he tomado un aprecio y me gustaría tenerte.
-No, no quiero.
-Ya no es si quieres Shinobu, me perteneces.
-Estás loco, esto no se quedará así.
-Pues, según tu posición eres un chico en apuros.
-Feilong, podemos llegar a un acuerdo.
-¿Enserio? –sonrió- Sorpréndeme.
-Yo puedo hablar con Asami para que...
-NO.
-Y sí te consigo dinero.
-Eso me sobra, -rio- vamos Shinobu, esfuérzate un poco más.
Me quede pensando pero me quedaba sin ideas, tal vez si miento un poco él podría soltarme.
-Puedo ser tu abogado y liberarte de caer en la cárcel.
-No suena mal, -tomo mi mentón- pero puedes mejorarlo.
-NO SÉ, ¿QUÉ ES LO QUE QUIERES?
-Te quiero a ti en mi cama. –murmuro en mi oído- ¿Puedes hacerlo?
-T-Tú no cumplirás.
-La verdad no, porque te haré mío todo el tiempo.
-Eres de lo peor, maldito loco.
-No quería llegar a los extremos pero no te tranquilizas.
-Te juro que esto lo pagarás caro.
-Me gusta cómo te pones de fiera.
Me sujeto con fuerza de la cintura y me empezó a poner un trapo en la nariz. Traté de luchar pero él era más fuerte.
-Te llevaré con un compañero por el momento.
Sentí que todo se nublaba, el aroma era imposible de soportar, no quiero esto...
---Miyagi---
No puedo creer que alguien se haya llevado a mi terrorista, sin importarme mi estado comencé a quitarme los cables a los cuales estaba conectado.
No puedo quedarme aquí como si nada pasará, ese no soy yo, debo buscar a mi niño, debo protegerlo, se lo prometí y lo cumpliré.
Nadie me va a separar de mi amado.
Me cambie de ropa colocándome la que estaba en el sofá que dejo Shinobu cuando me vino a visitar, al terminar la puerta se abrió.
-PERO QUE HACE, -grito una enfermera- VUELVA A LA CAMA POR FAVOR.
-Debo retirarme.
-Pero usted aún no está dado de alta.
-Lo siento pero debo irme.
-NO PUEDE, DOCTOR, DOCTOR...
Esa mujer trataba de detenerme pero no lo conseguía hasta que varios doctores entraron a la habitación.
-Debo salir de aquí.
-Lo siento señor Miyagi pero no puede.
-MALDICIÓN NO PUEDE RETENERME MÁS.
-Suéltenlo.
Asami entró a la habitación con una pose se superioridad colocándose frente a los doctores.
-Me lo llevaré. –me miro.
-No puede, él aun no...
-Es una orden. –les mostro un documento.
-Lo sentimos abogado Asami, debe entender que él...
-Se su situación yo me encargo.
Todos los doctores me dejaron en paz y salieron del lugar.
-Gracias. –comente.
-No hay tiempo que perder.
-¿Qué ocurrió?
-Te lo explicaré en el camino, sígueme.
El salió de la habitación y comencé a caminar detrás de él, aunque mis pasos eran un poco lentos trataba de alcanzar su ritmo.
-Lo siento, olvide tu estado.
-No pasa nada. –respondí.
El comenzó a caminar a mi ritmo hasta que llegamos al estacionamiento. Había un auto negro y una persona con traje estaba recargado en la puerta. Ese hombre abrió la puerta traerá para que entrará.
-¿Qué hace el viejo aquí? –gruñó el pelimorado.
-La pregunta es ¿Qué haces tú aquí?
-Ya habrá tiempo para las discusiones, -gruñó Asami- sube al auto.
Suspire pesadamente y me subí.
-Señor Asami me acaba de llegar un mensaje que todos los policías y los detectives se encuentran en el edificio de bienes raíces... comento el chofer.
-Maldición, -mascullo Asami- solo espero que no pase lo que estoy suponiendo.
-¿Qué ocurre? .pregunte.
-Según mis contactos los secuestros de Shinobu y Akihito no tienen nada en común, es decir que Shinoda secuestro a Shinobu y a Akihito él estúpido de Tomoya.
-¿Cómo estás tan seguro? –pregunte.
-Porque había personas que lograron describir a Tomoya como el presunto secuestrador.
Trate de controlar mis nervios, no puedo estar tranquilo de solo pensar que mi niño esté en peligro, me aterra el perderlo, no puedo dejar que le pase algo, haré hasta lo imposible por rescatarlo, no permitiré que lo toquen.
-Hemos llegado.
Bajamos el auto y nos acercamos a un edificio, había varios policías rodeando el lugar, en la entrada había otros dos.
-Lo siento no pueden pasar. –comento un policía.
-Soy el abogado Asami y el juez Mark me ha mandado.
-Es verdad, algo nos comentaron. –suspiro- ¿Quién viene con usted?
-Es Miyagi y Lestat, compañeros de trabajo. –comento.
-Entonces adelante.
Nos dejó pasar al lugar.
-Les explicaremos que ha pasado aquí.
Nos empezaron a contar que una mujer llamo preocupada ya que había escuchado unos balazos, que en cuanto recibieron esa llamada llegaron lo más pronto posible a este lugar, solo para encontrarse con un desastre, papeles esparcidos, un cadáver en una oficina y luego otro cadáver en el salón principal.
-¿Cadáveres? –se sorprendió el pelimorado.
-Así es, -comento el policía- uno no pudimos identificarlo todavía pero el otro, es Shinoda.
-¿QUÉ? –nos sorprendimos los tres.
-Tal vez fue un ajuste de cuentas, o se asoció con gente que no debía y...
-¿DÓNDE ESTÁ SHINONU? –grite.
-¿Quién?
-Él chico rubio, ¿Dónde está?
-No entendemos.
-Había un chico rubio de ojos color gris, -comento Asami- Shinoda lo tenía secuestrado, ¿Dónde se encuentra?
-Lo siento pero no hemos encontrado a nadie más.
-Pero hay indicios. –comento otra voz.
Era un hombre algo canoso y ojos color ámbar.
-Me presento, -nos dio una tarjeta- soy el investigador Marth.
-¿Qué ha encontrado? –pregunte sin rodeos.
-En el sótano de este lugar había algunas cadenas y sogas, al igual que algunos pedazos de tela, obviamente tenían a alguien secuestrado aquí, probablemente la persona que mato a Shinoda se llevó a ese joven.
-No es posible. –sentí un nudo en la garganta.
-Lamento que fueran malas noticias, pero debía decirles la verdad, -suspiro.- y con respecto a él joven Akihito, las pistas terminan en la plaza principal, tal parece que esos secuestradores cambiaron de táctica.
-MALDITA SEA. –gruñó Asami golpeando la pared.
-Seguiré investigando así que no se preocupe.
-Yo quiero hacer lo mismo, -comente- quiero ayudar.
-Pero usted...
-Yo tengo que encontrar a Shinobu y si usted no me lo permite entonces tendré que buscar otras alternativas.
-Lo mismo digo. -suspiro Lestat.
-No puedo quedarme atrás, -comento Asami- Déjenos estar en su grupo de investigadores.
Ese hombre sonrió y nos miró.
-Pensé que no lo dirían y se rendirían a la primera que dijera no, pero veo que tienen determinación, son bienvenidos.
"Shinobu tranquilo que te voy a encontrar..."
---Akihito---
Me despertó el sonido de la puerta y me levante enseguida. La puerta se abrió y entró Tomoya con Shinobu en brazos.
-Te he traído compañía amor mío.
Sonrió ampliamente y recostó al chico en la cama.
-Cuídalo bien porque mi jefe lo adora, y prepárense porque mañana nos iremos a Venecia.
-Pensé que iríamos a Londres.
-Cambio de planes, -rio- así que dúchense bien y colóquese esta ropa.
Dejo dos bolsas en el sofá y camino a la puerta.
-Y no pienses en cogértelo porque mi jefe te mataría.
-MALDITO PERRO.
Él se carcajeo y salió de la habitación cerrando de un portazo. Cuando escuche los pasos alejarse intente abrir la puerta sin éxito.
Mire al chico y se veía bastante mal, su semblante de terror lo decía todo.
-M-Miyagi... -murmuro.
Me acerque a él y toque su frente.
-Mierda.
Corrí al baño y con una toalla que había la moje y la coloque en la frente de Shinobu.
-Estás ardiendo en fiebre.
-M-Miyagi... -murmuro.
-Tranquilo, todo estará bien, -lo mire- sé que al principio te llegue a odiar pero ahora es diferente, lamento si te hice pasar malos momentos yo....
-F-Frío...
Lo empecé a abrigar con todas las cobijas.
-No podemos irnos, no en un viaje largo, por favor Shinobu recupérate...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro