CAPITULO 19 ¿Rescate o secuestro?
---Akihito---
Esto no puede estar pasando, maldita sea la hora que me fui a involucrar con Tomoya o Adam como demonios se haga llamar, maldita sea la hora en que me aleje de Asami, si hubiera permanecido a su lado tal vez esto no estaría pasando.
Soy un gilipollas, teniendo la felicidad en mis manos los deje ir por un momento de diversión y confusión, pero mi corazón no miente, amo a Asami, en verdad lo amo, quiero salir de aquí y estar a su lado, rogarle su perdón y que me deje estar a su lado.
-Asami, -solloce- lo siento, en verdad lo siento, por favor sálvame.
La puerta se abrió de golpe y ese estúpido entro con otra persona, un hombre de cabello verde amarrado en una coleta.
-Así que él era el amante de Asami. –comento ese hombre.
-Sí, pero lo dejaron por el pequeño rubio. –se carcajeo Tomoya.
-Ya veo, -me miro el peliverde- solo espero tener a ese rubio en mis brazos y ver como Asami se muere de la impotencia por no poder hacer nada.
-¿Quién es usted? –gruñí.
-No hace falta que me conozcas, -sonrió- no es necesario ya que no me interesas.
-¿Por cuánto tiempo seguiremos aquí?
-Espero que sea por corto tiempo, -suspiro ese hombre- solo espero tener a Shinobu a mi lado y nos iremos de vuelta a Londres.
"¿Londres? ¿Por qué rayos iríamos hasta allá?"
-Tú también vendrás a Londres, -me miro- mi niño necesitará un gato y tú tienes lo suficiente para ser un criado.
-IDIOTA. –gruñí.
-Adam, más te vale que eduques a esa ramerita porque no soy un hombre paciente y lo sabes.
-No se preocupe, yo me haré cargo de él.
-Más le vale dejarme ir, les juro que... -gruñí.
-No jures en vano, -rio el peliverde- parece que no te das cuenta en la que estás metido.
-¿Quién demonios es usted?
-Ya te dije que no es necesario que me conozcas, pero solo te dije que Asami interrumpió varios negocios que tenía, y sufrirá las consecuencias.
-No metas a Shinobu en esto, -comente- él ya no es el amante de Asami.
-¿Y cómo lo sabes?
-Porque Asami me lo dijo.
-Aun así, le he tomado cariño a ese rubio, además Asami le dará culpabilidad por perder a sus examantes.
-Maldito...
-JEFE, -entró un hombre de la puerta- JEFE TENEMOS MALAS NOTICIAS.
-¿Qué ocurre? –pregunto el peliverde.
-Alguien se nos ha adelantado, -suspiro- se han llevado al chico.
-PERO QUE ESTAS DICIENDO. –grito el hombre.
-Fuimos a encargarnos del rubio pero nos enteramos que otro tipo lo tiene.
-¿Qué?
-Tal parece que alguien ataco al abogado Asami y secuestro al chico.
-MALDITA SEA, -grito- ENCUENTRENLO AHORA MISMO SINO QUIEREN SUFRIR LAS CONSECUENCIAS.
-Así será jefe.
Aquel hombre salió corriendo y luego el de pelo verde.
-Vaya, tal parece que tu compañero tardará en llegar.
-Son unos bastardos, -gruñí- dejen ir al chico, él no ha hecho nada.
-Ya es decisión de mi jefe, se ha encaprichado así que hay que dejarlos serlos felices.
-Eres de lo peor, ¿Cómo te fuiste a involucrar en esto?
-Por dinero.
-Era de esperarse, -bufé- si cuando estaba dispuesto a irme contigo me robaste todo mi dinero.
-Mi amor, no tengas resentimientos, tenía algunos negocios que debía pagar.
-Imbécil, te odio.
-Pronto empezarás a amarme, y que te daré placer todo el que tu cuerpo necesite, pero por ahora debo buscar a un cierto chico, debo negociar con los hombres que se lo llevaron.
-Maldición. –chasque la lengua.
Por lo que más quieran que salven a ese chico, no tiene la culpa de nada...
---Asami---
-¿CÓMO QUE SE LLEVARON A SHINOBU? –gruñó Lestat.
-Me tendieron una trampa. –comente.
-Eres un bastardo, HAS PERDIDO A MI RAZON DE SER.
-No fue mi intención. –trate de contenerme.
-MALDITA SEA, -grito- MALDITA SEA, ¿PARA ESO LO QUERIAS? ¿PARA ESO LO IBAS A PROTEGER? Eres un BASTARDO.
-Basta ya, -lo tome del cuello de la camisa- una palabra más y te juro que me conocerás.
-Chicos por favor es mejor que se tranquilicen, -comento el juez Mark- ya he enviado a mis mejores investigadores para que encontraran a ese chico, ¿Shinobu?
-Por favor, -comente- quiero que también encuentren a Takaba Akihito.
-Ese chico ¿no era tú...?
-Sí, y es mi amante, -comente- así que quiero que encuentre a ambos chicos.
-Así será Asami, no dudes de mi gente.
-Qué sea lo más pronto posible, y de ser posible, -lo mire- quiero ayudar en la búsqueda.
-Asami eso...
-Por favor Mark, hazlo como los amigos que somos.
-Ah, -suspiro- siempre me terminas convenciendo, está bien, pero trata de no porte en peligro.
-Nunca me ha importado el peligro, -sonreí- así que los encontraré.
-A veces eres tan impredecible. –comento.
-YO TAMBIÉN QUIERO AYUDAR EN LA BUSQUEDA.
-Lo siento pero no involucramos niños, -suspiro el juez- así que no pidas mucho.
-Cierto, -suspire- debo ir a ver a una persona al hospital.
-¿Ocurrió algo?
-Digamos que alguien golpeo a Miyagi You la pareja del chico que te he dicho.
-Empiezo a atar cabos sueltos.
-Eso mismo digo, -mire un punto fijo- y más cuando me culparon de ese suceso.
-¿Cómo?
-Digamos que cuando lo golpearon le dijeron que yo los envíe, eso me dijo Shinobu, tal vez querían meterme en prisión para descuidarlo.
-Así que él que lo secuestro fue ¿Shinoda?
-Sí, ese maldito...
-Bueno mejor hay que apurarnos, ve a hablar con el hombre y a ver que te dice.
-Eso haré.
Camine hasta la salida y detuve un taxi. Me siento tan torpe cuando no tengo mi auto, maldita sea la hora en que no detuve a ese infeliz, tal vez Shinobu no estuviera pasando por esto, pero, ¿Por qué secuestraron a Akihito?
No puedo entender ¿Por qué secuestrar a los dos? Se supone que Shinoda no conoce a Akihito, todo esto es un caos.
Al llegar al hospital pregunte por la habitación de Miyagi y una enfermera me llevo hasta el lugar, abrió la puerta y encontré al profesor durmiendo. La enfermera se disculpó y salió de la habitación, yo entre y comencé a moverlo.
-Miyagi despierta, -alce un poco la voz- debes despertar.
-¿Q-Qué paso? –bostezo mientras abría los ojos.
-Pensé que no despertarías. –suspire.
-¿Qué hace usted aquí? –me miro- ¿Dónde está mi Shinobu-chin?
-Quiero que este calmado y me explique que ocurrió con usted.
-¿Quiere saberlo? Sí usted me mando a golpear y...
-No fui yo, -lo mire- nunca lastimaría de esa forma a Shinobu.
-Entonces, ¿Quién lo hizo?
-Shinoda.
-¿Eh?
-¿Recuerda el caso que compartí con Shinobu?
-Sí.
-Pues Shinoda es el nombre de la persona que quiso chantajear a Hiroki, así que como lo descubrimos, tal vez se quiso vengar de Shinobu.
-¿Dónde está mi Shinobu?
-Lo siento, -comente- Shinoda se lo llevo.
-¿Qué?
-Intente protegerlo pero alguien me dejo inconsciente.
-MALDITA SEA, DEBO IR POR ÉL Y... -comenzó a quitarse los cables.
-No lo haga, yo me encargaré de traerlo de vuelta.
-POR SUPUESTO QUE NO, YO IRÉ POR ÉL, ES MI PAREJA Y DEBO PROTEGERLO.
-Miyagi, usted aún sigue lastimado, así que le pido que se calme y deje todo en mis manos.
-No me pida estar tranquilo porque no lo haré, amo a Shinobu y...
-También la persona que yo apreció está secuestrado.
-¿Eh?
-Akihito, alguien se lo llevo.
-¿Cómo? ¿Por qué los dos?
-Aún no lo sé y haré lo imposible para traerlos de vuelta.
---Shinobu---
El lugar es muy oscuro, no puedo decir con determinación si es de día o de noche, parece que estoy en un sótano, esto apesta, odio lo que pasa.
Solo ruego de que Asami este sano y salvo, extraño a Miyagi, extraño a mis amigos, no puedo creer que me utilicen para atraer a Hiroki, no puedo permitirlo, no debo, tengo que encontrar una manera de salir de este lugar.
Escuche muchas pisadas arriba de mí, y estoy seguro que algunos gritos, las voces parecían discutir y luego escuche un disparo.
-Maldición. –empecé a forzar las sogas.
Alguien entro por la puerta, era el maldito de Shinoda, pero tenía sangre por la comisura de su boca y se veía muy golpeado.
-Maldito mocoso. –mascullo.
-¿Q-Qué? –me sorprendí.
-Debes haberte metido con alguien poderoso, -me desato y me sujeto fuerte de mis brazos- ¿a quién rayos le abriste las piernas?
-PERO QUE DICES.
-CAMINA. –gruñó.
Empecé a caminar mientras él me empujaba con brusquedad, al subir, me di cuenta que estábamos en su edificio de bienes y raíces, me sorprendí de ver a muchos hombres con traje negro y pistolas en sus manos.
¿En qué rayos estoy metido?
-¿Q-Quiénes son? –murmure.
-Takatsuki, -sentí unos brazos rodeándome- me alegro que estés bien.
-¿Feilong?
-Así es, -me tomo del mentón- por fin estás en mis brazos.
-Ya cumplí con mi parte, ahora déjenme ir. –gruñó Shinoda.
-¿Quieres ser libre? –sonrió Feilong.
-Sí.
-Bien.
De un solo movimiento Feilong tomo una pistola de su cinturón y le disparó en la cabeza a Shinoda. Quería gritar del terror que tenía pero no podía hacerlo, ese hombre me miro y sonrió de una forma siniestra.
-Por fin te tengo en mis manos...
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