---Shinobu---

Sus palabras aún resuenan en mi mente, "puedo llegar a quererte"...

¿Cuánto tendría que esperar para que eso sucediera?

¿Era sincero cuando lo dijo?

No lo sé, ya no lo sé...

Ahora debo preocuparme por mi futuro y mis estudios, tengo que olvidar este amor que le he tenido por mucho tiempo, debo seguir adelante como si nunca hubiera pasado nada.

Casi lo obligue a tener relaciones conmigo, solo por un "simple capricho" como dijo él, solo soy un chico mimado que se engancha con algo y quiere probarlo, no soy serio con mis sentimientos, solo soy un simple mocoso que no conoce que es el amor...

"Destino" maldita sea la hora en que creí en el destino como si mi vida dependienta de ello, ojala y nunca me hubiera enamorado, tal vez no me sentiría tan nervioso y ansioso...

Llegue a Australia y mi amigo Lestat me recibió con un caluroso abrazo.

-Shinobu, me sorprendió tu mensaje de tu repentino regreso, ¿todo bien?
-Algo así, -me encogí de hombros- solo quiero olvidar.
-¿Qué ha pasado?
-Nada importante, -sonreí a medias- acompáñame a mi casa.
-Claro.

Lestat es un chico con el cabello color morado y ojos verdes, desde que estoy en primaria nos conocemos y somos mejores amigos, siempre me está apoyando y es el único en el cual confió.

Nos subimos a su automóvil y me comenzó a platicar acerca de lo que ha pasado en la escuela en mi ausencia, afortunadamente él es muy influyente y pudo volverme a meter en la escuela, me comento que entraron alumnos nuevos y profesores, sinceramente casi no prestaba atención a sus palabras, solo miraba por la ventana.

-¿Shinobu?
-Nani. –lo mire.
-Ya llegamos. –sonrió.
-Gracias. –baje del auto y él hizo lo mismo.

Me ayudo a bajar mis maletas y entramos en la casa la cual me quedaba a vivir antes, desde que vivo en este país he vivido solo, ya que mi padre y Risako siempre han estado en Japón y mi madre murió cuando tenía 6 años.

-¿Quieres que me quede contigo? –pregunto.
-No es necesario. –sonreí.
-Sabes que cuentas conmigo para todo. –me abrazo.
-Eres un gran amigo.
-Sí... un amigo.
-¿Lestat?
-Nos vemos mañana para regresar a la escuela.
-Claro.

Lo acompañe hasta la puerta y la cerré, suspire pesadamente dirigiéndome hacia mi habitación.

"Empezaré de cero, desechare todos los sentimientos que tengo por él, espero que no me odie por ser tan pesado y terco, debí rendirme desde el principio ya que esto no tendría un final feliz..."

***Primer año***

Me pude reintegrar de nuevo a la escuela, no se me dificulto poder adaptarme ya que siempre he sido un buen estudiante y tengo las mejores notas. Aunque me he dado cuenta que soy más amable con las personas y no soy tan altanero.

En todo este tiempo le he platicado a Lestat todo mi sentir, los sentimientos que se han albergado en mi por Miyagi, las ganas y deseos que tengo de olvidarlo, y hacer de cuenta que nada paso, que simplemente fue una simple obsesión, un simple capricho de un niño mimado.

Este es mi último año en esta escuela, para el siempre entrare a la universidad y voy a estudiar leyes, ese es mi sueño y lo quiero cumplir.

-Entonces ¿estudiaras leyes? –pregunto Lestat mientras comíamos.
-Sí, ya sé en cuál universidad quiero entrar.
-¿Cuál? –me miro.
-La Universidad de Syndney.
-¿Enserio? Esa es muy...
-¿Estricta? Lo sé. –reí.
-Entonces yo también iré en esa.
-Pero...
-Te seguiré al final.
-Baka. –reí.

***Segundo y Tercer año****

Entre a la Universidad que quería, sinceramente el examen se me hizo demasiado sencillo, Lestat también se quedó en esa Universidad, algo que me hizo sentir más tranquilo, estar al lado de mi mejor amigo.

En todo este tiempo he conocido bastantes personas que no puedo considerarlas "amigos" ya que deben cumplir ciertas características, no me gustan las personas que son falsas y solo se dejan llevar por lo que tienes.

Lestat me ha enseñado a cocinar ya que el tomo un curso con un chef profesional y mis platillos ahora me saben bien, incluso el repollo...

Me mentiría a mí mismo si dijera que no lo echo de menos, pero este sentimiento poco a poco se va guardando en lo profundo de mi corazón, ahora solo quiero estar tranquilo.

Salí con algunas personas, a pasear o simplemente entablaba relaciones "amorosas" que no duraban mucho, ya que no me sentía a gusto. Salía con hombres y mujeres para conocerlos más pero me di cuenta que las mujeres no me iban y me sentí tan extraño.

Un día le dije a mi padre que salí con un chico, al principio creí que me iba a rechazar pero después termino aceptando mis decisiones y gustos.

Siempre me decía que el profesor Miyagi preguntaba por mí... Aunque hubo una vez que me llamo y rompió con todas esas ilusiones que aún tenía...

-¿Y cómo está mi hermana? –pregunte.
-Muy bien. De hecho muy feliz. –comento mi padre.
-Me alegro, ¿a qué se debe? –pregunte entusiasmado.
-Ella y Miyagi están empezando de nuevo, tal parece que resolverán todos sus problemas y serán pareja.

Sentí como mi corazón se estrujaba, apreté fuertemente el teléfono mientras mi corazón se aceleraba del dolor y tristeza.

-M-me alegro por ellos.
-Igual yo hijo.
-Tengo que colgar padre, te llamaré después...

Fueron mis últimas palabras ya no quería saber nada, solo olvidar este sentimiento, acabarlo por él.

Me seguí enfocando solo en mis estudios, para terminarlos pronto, mis profesores vieron potencial en mí y me recomendaron con un coctel de abogados.

***Cuarto año***

Termine mis estudios con honores al igual que mi amigo aunque él decidió estudiar literatura algo que me hizo reír en algunas ocasiones. Mis profesores me recomendaron con unos abogados los cuales me contrataron como su ayudante provisional cuando termine la universidad.

Aprendí mucho al estar a su lado, conocí a grandes personas, pero al que más admiro es a Asami Ryuichi un gran abogado y excelente persona que me apoyo en todo momento, siempre estuvo al pendiente de mí, dándome los materiales necesarios para seguir adelante.

Siendo sincero él me agrada mucho, es muy apuesto y tiene una sonrisa que derrite a cualquier persona, nunca ha perdido un caso y lo admiro tanto.

-Shinobu. –comento.
-Lo siento Asami me distraje un poco. –explique mientras acomodaba unos papeles.
-No te presiones mucho. –sonrió.
-No lo hago enserio.
-Mmmm, -tomo mi mentón y me miro a los ojos- esas ojeras dicen lo contrario.
-Eh... -me sonroje.
-Eres muy lindo. –comento.
-No diga esas cosas. –desvié mi mirada.

Él se acercó a mí y me beso dulcemente haciendo que mi corazón latiera de una forma extraña.

Desde ese día era normal que nos besáramos, no teníamos nada formal, y así era lo mejor para los dos.

***Quinto año***

Recibí una llamada de mi padre, donde me pedía que le ayudará en su universidad, que fuera profesor de Derecho provisional en lo que encontraba a alguien con la capacidad suficiente para hacerlo.

Le comento a Asami que me tenía que ir, él me volvió a besar como siempre lo hacía, pero este beso fue más amoroso, sus brazos rodearon mi cintura.

-Prometo que te buscaré. –me tomo la mano.
-Yo...
-En cuanto acabe mi caso iré a Japón para enamorarte como se debe.
-Hai. –me sonroje.

Al llegar a Japón me dirigí a la Universidad y entre al despacho de mi padre. Lo salude y platicamos un poco hasta que...

-Le llamaré a Miyagi para que sepa de tu regreso.
-C-Claro...

Después de tanto tiempo lo veré, pero los sentimientos que tenía ya han desaparecido... o eso quiero creer...