Prólogo
"Vete al infierno, Jeon Jungkook! Siempre es lo mismo contigo." grité a todo pulmón, no importándome que estuviera en el mismísimo centro comercial, muchas personas se giraron a mirarnos pero no me importó en absoluto.
Mi novio era un total idiota y ya le detestaba. No sé como comencé a salir con él. Desde el comienzo supe lo idiota que podía ser. Solté un suspiro de fastidio e hice mi flequillo a un lado. Jungkook tenía una sonrisa estúpida en su rostro. Negué con la cabeza un par de veces. Giré sobre mis talones para largarme de allí pero en cuanto lo hice el me tomó del brazo y me acercó a él bruscamente. Sus labios peligrosamente cerca a los míos.
"Estás montando una escena tu sola, Sun Hee." Bufó Jungkook. Puse los ojos en blanco y él me imitó burlandose "Vayamos a casa, hagamos lo que nos gusta y todo resuelto." Besó el lóbulo de mi oreja y rápidamente me alejé de él.
"¿Ves? Ese es tu maldito problema. Crees que si tenemos sexo nuestros problemas desapareceran de la puta nada. ¡Te equivocas grandemente, Jeon! No es así. Madura de una vez, maldición." dije irritada.
Colocó todo el peso de su cuerpo sobre su pierna derecha y soltó un suspiro. Una risilla se escapó de sus labios. Le miré estupefacta. No puedo creer que se este riendo en momentos como estos. Es un asco. Se supone que tome esto serio pero ahí está, parado tranquilamente con una sonrisa en su rostro. Tomándolo todo como un juego.
"Aquí lo dejamos. Ahí te ves, Sun Hee. Busca quien te lleve a casa, por que este que esta aquí, se va." Se giró. Sacó las llaves de su bolsillo y comenzó a caminar en dirección contraria a mi. Mi mentón casi tocó el suelo.
No me puedo creer que este haciendo esto. Al menos me hubiera llevado a casa y listo. Pero claro, es de Jeon Jungkook del que hablo. Su orgullo debe estar herido por haberle echo pasar un mal trago en medio de un centro comercial pero no pensé que me dejaría aquí, sin auto, sin dinero para un taxi o al menos el bus, ahora no tengo manera de volver a casa. Caminar no es opción, mi casa queda lejos, o al menos para mi me parece lejos, no puedo caminar en tacones hasta llegar a mi casa. Me niego.
Tendré que llamar a mi mejor amigo. No tengo otra opción, aunque sé que pondrá el grito en el cielo cuando le diga que Jungkook ha terminado conmigo, ya que no me dio tiempo a hacerlo yo primero. Saldrá con su sermón maternal diciendo que me lo había advertido, que Jungkook no me merecía, que era muy buena para él, que siempre ha sido un idiota y que muy claro me había dicho que Jungkook era un asco y un total playboy. Pero si no le llamo, tendré que volver a casa andando y no está entre mis opciones, ciertamente.
Metí mi mano en mi, bastante grande, bolso en busca de mi móvil. Mientras rebuscaba comencé a caminar hacia algún banquillo dónde sentarme. En cuanto vi uno, tomé asiento sin pensarlo. Crucé mis piernas, cosa que provocó que mi falda se subiera un poco, mostrando más de mis piernas. Encontré mi móvil, luego de haber sacado unas cuántas cosas del bolso como: algo de maquillaje, un perfume, papeles sin importancia, etc. Volví a meter todo como pude al bolso. No sé por que cargo tanta cosa en el bolso. Bueno, mujer al fin.
Tomé el móvil y le marqué a Nam Joon, mi mejor amigo. Él es cuatro años mayor que yo, pero aveces se comporta como un bebé, incluso suele romper cosas como uno. Pero apesar de todo es bastante maduro.
Uno, dos, tres timbrazos. Y por fin escuché su voz, grave, algo rasposa. Tal vez estaba durmiendo.
"¿Qué quieres, Sun Hee? ¿No que estás en una salida con la rata?" preguntó rápidamente.
"Estaba. Hemos terminado." dije saltándome los detalles. Le escuché bufar. "¡Lo digo en serio! Lo dije que se fuera al infierno." Escuché al moreno reír. Sé que es la persona más feliz en estos momentos. Siempre esperó a que terminara con Jungkook.
"Dime que le has terminado tú." Yo quedé en silencio, delatandome por completo. "¡No puede ser! ¡¿Él te terminó?!" tuve que alejar el móvil de mi oreja ya que él había gritado. "Te lo dije, siempre lo supe y tú también lo sabías. Es un idiota. Nunca te ha merecido. Que bueno que terminaran... Bueno que te terminara. Que más da. Lo que importa es que no están juntos." yo rodé los ojos divertida.
"Te escuchas muy feliz."
"Lo estoy, créeme, muy feliz. Pero no hablemos sobre mí, ¿estás bien?" Me encogí de hombros, aunque él no me veía.
"No estoy triste. Eso es bueno, ¿no?"
"No hay necesidad de estar triste. Te irá mejor sin él estorbando." apuesto que tiene una gran sonrisa dibujada en su rostro.
"Lo juro, Joonie. Siempre he tenido problemas en relaciones con chicos de mi edad. Al paso que voy terminaré siendo una monja." bromeé.
"No puedes, ya Jungkook te quitó todo tipo de virginidad. Para ser monja debes ser pura, virgen, ya sabes." rodé los ojos.
"Buen punto," bufé "Pero sin bromas, me estoy cansando de los chicos."
"Pues sé lesbiana, Sun Hee."
"¡Que no! O sea, no seré lesbiana pero los chicos de mi edad son un asco. Ninguno madura."
"Por que son chicos con hormonas revueltas. No necesitas un chico, necesitas un hombre." escuché una voz gruesa, muy masculina, pero esa no era la de mi mejor amigo.
Miré a mi lado, ni siquiera había notado cuando aquel, muy guapo, hombre se había sentado a mi lado. Vestía de traje negro, su cabello marrón peinado a la perfección, sus hombros eran anchos, unos labios carnosos que cualquiera quisiera probar y ojos misteriosos.
"¿Sun Hee?" escuché a Nam Joon al otro lado de la línea.
"Te marco de vuelta en unos minutos, Joonie." corté la llamada, sin dejar de mirar a aquel hombre.
"¿Quién eres?" pregunté curiosa, sin vergüenza alguna.
"¿Yo? Ah, mi nombre es Kim Seok Jin." sonrió.
Y con solo esa sonrisa, sentí que mi corazón se había detenido por unos segundos.
Nota:
No sé si continuarla, ¿qué opinan?
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