Por suerte de Geno, no tuvo casi nada de complicaciones al salir de las instalaciones, y ahora que se encontraba en la comisaría, sabía que ya no podría salir de allí, le pegarían un tiro en la cabeza si lo hacía, y no bromeaba, eran capaces lo peor de todo. Ya que sabía que tal vez, ya se habían dado cuenta de lo que había hecho, y no dudaría en matarlo si se le daba la oportunidad.

Allí dentro se sentía por lo menos protegido, pero no del todo, seguía preocupado por cualquier cosa que llegara a pasar. Sabía que eran capaces de todo, y que tenían agallas.

Pero qué había pasado mientras tanto?

Cuando Geno llegó, pidió hablar exclusivamente con un policía que él conocía, sentía que de aquella manera, seria mas rapido contarle que estaba pasando, y hacer la denuncia. Tardaría un poco de tiempo, pero sabía que esa persona le ayudaría sin dudar. Lo conocía porque él había llevado el caso de su madre, hasta después de su muerte. A pesar de que no había podido hacer mucho, hizo todo lo posible para ayudarlos.

De esa manera, no tendría que explicarle casi nada nuevo, sabía bien lo que estaba pasando. Solo le daría los documentos, y él se haría cargo del resto y hacer la denuncia.

- Geno? -

Detrás suya, escucho como alguien le llamaba, llamando su completa atención. Se dio la vuelta, viendo al frente suyo a quien esperaba. Antes de pronunciar alguna palabra, fue el contrario quien volvió a hablar.

- ¿Qué haces aquí? -

El menor de ambos, suspiro pesadamente, tomando consigo aquellos documentos e inhalando fuertemente antes de hablar.

- Reaper. Creo que ya sabes que hago aquí, viene a denunciar nuevamente aquel lugar. Pero esta vez traigo algo, de prueba -

Extendió su mano con los documentos, que en su tapa se leía claramente que era del orfanato. Reaper, aquel oficial que aún le miraba con cierta duda, tomó consigo las carpetas, quedando un momento mirándolas. Por fin podía respirar nuevamente, lo demás era cuestión del accionar de la policía.

- ¿Te digo algo? Mejor no lo abras, no acá, hay cosas medias turbias en imágenes -

- Que- Qué traes aquí? -

- Lo que encontré allí, en verdad, esas cosas turbias es lo que hacen... -

El mayor de ambos, el policía, suspiro pesadamente para bajar las carpetas y no abrirlas. Empezó a caminar adentrándose más a la comisaría, pero antes se dio la vuelta, para mirar a Geno.

- Sígueme, vamos a hacer esto rápido -

Geno rápidamente le siguió, para hacer, como él dijo, todo más rápido.

La policía no tardaría en hacer su trabajo, y obviamente, quienes sabían eso, eran los del orfanato. Que seguramente ya estaba haciendo algo al respecto, como ocultar todas sus cosas ilegales. Pero no podría hacerlo tan rápido.

O eso esperaban, solo quería salvar a Ink, quien seguía allí dentro, y no tenían información alguna de como estaba. Nada.

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