Prólogo
El aburrimiento era lo que reinaba cada día en mi celda... Odiaba aquel lugar, el mismo techo que dejaba colgar el único foco que mantenía iluminado el lugar, el mismo piso llena de mugre y manchas rojas que parecían salpicaduras de sangre, el olor a humedad y oxido que inundaba la maldita celda y la misma puerta gruesa y oxidada del que entré y del que quizá nunca más cruzaré de nuevo.
Solamente vivía para morir algún día.
—Alguien que me maaateee... —dije para mí misma y no esperaba una respuesta.
De repente, sentí un pequeño temblor, eso era nuevo.
—¡Era mentira! ¡No estoy lista para morir!
Me puse en alerta porque no solo el piso se movía sino aquella horrible puerta también lo hacia, y de ella cruzó esa maldita mujer de trensas que odiaba a muerte.
—Cuánto tiempo sin verte... Sin Rostro-chan... —era la perra favorita de muchos humanos, Makima.
—Qué graciosa—respondí con mala gana—. Nadie puede ver mi rostro, ni siquiera yo...
—Escúchame, Sin Rostro-chan— aun me seguía hablando —. ¿Quieres trabajar para la agencia como un debil hunter? —me preguntó con tranquilidad como si aquellas palabras no fuera gran cosa.
Si Makima pretendía conseguir mi atención lo había logrado.
—Qué te hace pensar que trabajaré con criaturas repugnantes. Y me refiero a los humanos.
—Bueno, si decides trabajar para nosotros y cooperar, podría salir de este lugar de vez en cuando o mejor aún tendrás comodidad que se te fue quitada— la mujer dio un vistazo a mi celda—. Y creo que algo de eso te hace falta.
Claro que me hacía falta. Me hacía falta una buena ducha que quitara el mugre que me cubría, una buena vestimenta que cubriera mi piel oscura, joyas que adornaban mi cuerpo, alimentos dignas de mí, soy alguien que le gusta el lujo, ¿saben? Y estar aquí encerrada no iba a conseguir nada de eso. Por eso no pude rechazar la oferta.
Además, mi gran empujón para aceptar todo eso era que sentía que iba a poder matar a Makima, en cuanto esta se descuidara.
—Si me consigues ropa bonita es un trato.
La mujer de cabellos rosados sonrió ligeramente al escuchar la respuesta, luego murmuró: —Si hubieras rechazaba te iba a eliminar en el mismo instante que decías un "no".
Primero prólogo publicado xd
Quizá que lo mejore otro día pero por ahora hasta ahí.
Lo que me da pena es que no se me ocurre un separador, casi no hay material con Maryrose así que después se me prenderá el foquito.
Fifinixx
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