Dentro de la oficina, Hank fue regañado por haber roto la regla más importante de aquel lugar.

''Los Striper no duermen con los clientes''

Aludiendo a la condición del empleo de Hank, Frost intervino para que este no perdiera su empleo, aunque el chico sorprendió a ambos con sus palabras.

-yo quiero renunciar- el asombro en el rostro de la chica y su jefe no era disimulado.

-me tomas por sorpresa- la voz de su jefe fue la que rompió el silencio que se había provocado- aunque debes darme el tiempo para buscar a alguien... ¿Podrías soportar dos semanas?

Hank accedió y se retiró del lugar.

Sus amigos comenzaron a consultarle que había sucedido pero Hank les respondió que no estaba preparado para hablar, aunque lo haría cuando estuviese listo.

El lunes llegó demasiado luego para Hank, no quería ni pensar en cómo sería su vida ahora que Alex probablemente se había encargado de decirles a todos que Hank le había abierto las piernas.

Soltó una gran suspiro al entrar, y se sorprendió al notar que no había ningún cambio.

Algunos de sus compañeros le saludaban de lo más normal, como si nada hubiese pasado.

Siguió por los pasillos hasta que una mano sostuvo la suya.

-Hank... Yo quiero disc- Hank quitó su mano y le gritó en respuesta.

-¡No me toques!- el rubio le miró un poco impactado por unos segundos, pero luego volvió a tomar su mano- ¡No!

Alex ignoro las quejas de Hank y lo arrastró a uno de los salones vacíos.

Apenas cerró la puerta estampó al castaño contra la pared y comenzó a besarle, Hank luchaba por quitarse al rubio de encima, hasta que logró empujarle.

-aún no te cansas de burlarte de mi- algunas lágrimas salieron de los ojos de Hank sin que pudiese detenerse- ¿es tan divertido verme así de miserable?

Alex se acercó a Hank con la intención de tocarle pero el castaño alejó sus manos golpeando estas.

-nunca he sabido porqué me odias tanto- las lágrimas corrían con mayor intensidad por las mejillas de Hank pero a este ya nada le importaba- ¿Qué es lo que quieres de mi?

Alex bajo la mirada mientras Hank aún intentaba calmarse.

-por favor...- aquello sonó como un sollozo marinero pero Hank no podía controlarlo- por favor... déjame en paz... No me hables más, yo tampoco me meteré en tu camino...

Sin esperar respuesta por parte de Alex, Hank se fue de allí, sin mirar atrás y sin siquiera preocuparse por si alguien le veía.

Ese día, decidió quedarse en casa, llamo a Charles y Raven, ambos llegaron a casa junto al pequeño David.

Cuando el niño estuvo viendo televisión, Hank comenzó a llorar otra vez, hablando de todo lo que había sucedido con el rubio.

Raven fue la primera en querer ir a matar a Alex, pero Hank no quería eso, hablaron un poco más, pensando en que debía hablar con Logan también, y era probable que quisiera matar al rubio, pero Hank sólo quería olvidar todo lo que había pasado.

Al día siguiente evito a toda costa estar a solas con el rubio, Raven le ayudaba bastante, sólo bastaba una mirada de la rubia para que Alex comenzara a alejarse o no terminara la frase.

Estuvo así cerca de una semana, hasta que debió ir a trabajar.

No quería estar ahí por temor a que Alex apareciera y armara un escándalo, pero para su suerte no apareció.

Al día siguiente tampoco y eso alivio un poco a Hank, aunque cada vez que pensaba en el rubio una lágrima traicionera rodaba por su mejilla.

Cada noche, los recuerdos de los días felices le embriagaban, cada vez que alguien le pedía un cóctel dulce, Hank recordaba la sonrisa del rubio.

Y lloraba en su casa, abrazando a su almohada mientras maldecia el nombre del rubio mil y un veces.

Lloró cuando entregó el reporte y el nombre de Alex se encontraba ahí.

También cuando quiso hablarle y para su suerte Raven había llegado a su rescate.

Y así pasaron las dos semanas en las que intento por todos los medios olvidarle.

Pero Alex no se lo hacía fácil, le veía sonriendo y jugando con sus amigos y eso sólo le dañaba.

La única vez que Alex se apareció por el lugar, Logan estaba junto a Hank.

Sin dudarlo, su amigo le dio un gran golpe al ver las intenciones del rubio. Alex gritaba su nombre mientras Logan lo alejaba.

Colosso fue quien termino de llevar al rubio fuera del lugar, que no dejó de llamarle y decirle cuanto lo sentía.

Esa noche, luego de presentar su renuncia, Raven le encontró sentado en el suelo llorando a más no poder, hasta que su cuerpo cedió.

Aunque a Hank no le sorprendió despertar en una camilla, lo único que había comido durante esas semanas había sido el desayuno, ya que, comía en compañía de sus amigos, los cuales le obligaban a comer, dormía un par de horas y despertaba sin lograr conciliar el sueño.

El doctor a cargo y le recetó algunas vitaminas, le mando a hacer algunos exámenes y le recetó reposo absoluto.

Charles se encargó de ir a dejar todo lo que el chico tenía pendiente, por lo que Hank estuvo una semana recostado en casa.

Sus amigos le pidieron, aunque más que nada le obligaron, a ir a la playa con ellos, por lo que a una semana de comenzar el viaje fue por sus exámenes para no tener excusa alguna.

El anterior al día del viaje, Charles y Raven estuvieron un tanto extraños, aunque Hank ignoro aquello.

Decidieron que Hank se iría con Logan y su pareja, mientras que Raven y Charles se irían con las suyas.

Hank hablo durante todo el camino con aquel joven doncel, el chico era bastante animado, por lo que el viaje se hizo ameno.

Les contó la verdad esa tarde y en menos de una hora, Alex se encontraba frente a Hank, llevandole hasta una moto y obligándole a subir.

Supo de inmediato la razón por la cual Raven y Charles estaban extraños.

Ellos fueron cómplices del rubio.

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Antes de que me maten, el próximo se viene bonito, lo prometo.

Les quiero informar que a partir de ahora, esta historia se actualizará solo un día a la semana así que veré que día tengo disponible y les avisaré.

Un abrazo!!