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Capítulo 9.-

.- ¿Y bien? ¿Te dice dónde está?

La voz de Jimin le trajo de regreso mientras sentía sus ojos nublarse en lágrimas, todavía fijos en la pantalla del computador donde el mensaje de Jungkook seguía abierto. La imagen cada vez se hacía más y más borrosa producto del llanto contenido, y Taehyung se preguntó cuánto más podría aguantar las ganas de romper a llorar. Jimin se sentó a su lado, su suave mano acariciando su brazo mientras le miraba preocupado pero ¿qué iba a decirle?

.- ¿Tae? ¿Qué pasa?

¿Iba a decirle lo egoísta que Jungkook había sido?

Decirle eso implicaba explorar en esos sentimientos de su adolescencia que había enterrado muy profundo, temeroso de dañar a su mejor amigo. Implicaba confesarle que en algún momento, Jungkook sólo había sido un escape a esos molestos sentimientos que despertaba en él y que ahora, su novio había usado cobardemente para justificar su abandono. Que Jungkook había apelado a algo tan viejo como imposible solo para dejarlo a la deriva. ¿Cómo podía pensar en confesarle eso?

¿Cómo Jungkook había podido abandonarlo de esa manera?

.- Tae, Tae... - Jimin le quitó el computador de las manos y se acuclilló frente a él, sus manos apretándolo ahora por los hombros en un gesto dulce que sólo aumentó sus deseos de llorar sin descanso - ¿Q-qué dice? É-él... ¿está bien?

¿Estaba bien? Taehyung ni siquiera podía pensar en nada más que en su vida sin Jungkook, en lo triste y monótona que sería su existencia sin el amor de su vida en ella. Sin las risas dulces, sin las sonrisas de conejo, sin su mano atrapando la suya con timidez en medio de una calle repleta de gente. ¿Por qué Jimin pensaba en Jungkook y no en él?

Su corazón era el que acaba de romperse en millones de pedazos.

.- M-me dejó, Jiminnie – consiguió susurrar al fin, el peso de sus palabras cayendo sobre él con fuerza – Él... él... él me dejó.

Jimin negó, estupefacto mientras Taehyung trataba de encontrar su propia voz en medio de esa profunda oscuridad en la que Jeon Jungkook lo había arrojado pero no podía encontrar nada más que la terrible certeza de que nunca más podría volver a disfrutar de la risa del menor ni de sus sonrojos después de hacerle el amor.

¿A quién iba a amar con tanta naturalidad como el respirar sino era a Jungkook?

.- Jiminnie – susurró de pronto, las lágrimas todavía atrapadas en sus párpados mientras se esforzaba en no dejarlas salir con libertad, no iba a llorar por Jeon Jungkook, no merecía en absoluto sus lágrimas – Jiminnie...

.- ¿Qué pasa? – susurró su mejor amigo, en un tono suave y dulce.

.- Jungkook me dejó – aseguró con mayor convicción, ahora sonando más molesto que devastado por la tristeza – Realmente... me abandonó.

.- ¿Cómo estás tan seguro de eso? – Preguntó en cambio Jimin, sin siquiera poder creer en ninguna de esas palabras, no cuando había visto tantas veces en la mirada de Jungkook el infinito amor que profesaba por Taehyung - ¿Acaso él lo dice así? ¿Con esas palabras? Tae...

Pero Taehyung sólo pudo negar, sin encontrar la manera de expresar lo devastado que estaba su interior por una tormenta de rabia que crecía a cada segundo que pensaba en dónde y con quién podría estar Jungkook. Sólo sabía que estaba lejos de él, tan lejos que sentía que nunca podría volver a alcanzarlo ni disfrutar de su amor.

.- Ayúdame – consiguió decir, sin tener muy claro el por qué – Jiminnie, ayúdame...

.- Haría lo que fuera por ti, Taehyung – respondió de inmediato, su cuerpo todavía inclinado hacia el suyo - Lo que sea.

.- ¿Lo que sea? – Preguntó en voz baja, como para sí mismo - Entonces, Jimin... bésame.

¡ÉL TE AMA A TI!, la voz de Yoongi rugió con fuerza en su cabeza mientras se levantaba de un salto, tratando de procesar lo que Taehyung acaba de pedirle. Su mejor amigo no podía estar hablándole en serio, no cuando hace tan solo segundos parecía a punto de derrumbarse frente a sus ojos solo porque Jungkook se había ido. Taehyung amaba a Jungkook, no a él.

Nunca a él.

.- No.

Los ojos serios y oscuros de Taehyung se entrecerraron: .- ¿Por qué no?

.- Porque estoy con Hoseok – respondió en un susurro mientras se alejaba dos pasos de él.

La verdad, lo que Jimin nunca diría en voz alta y mucho menos a Kim Taehyung, es que no se trataba de Hoseok sino del recuerdo de Min Yoongi tatuado en su piel.

Era una sala común y corriente, un juego de sillones color café claro decoraba la mitad del lugar mientras el resto se componía en bibliotecas repletas de libros y fotografías enmarcadas. Suga sentía que podía vomitar si seguía tan sólo unos minutos más en ese lugar, en la casa que le correspondía a su mejor amigo por nacimiento, el lugar donde debió crecer.

Y en donde lo negaron siempre.

.- Señor – la voz de uno de los chicos le sobresaltó, aunque no lo demostró – Él no está en la casa.

Suga sentía que podía descargar su rabia en cualquier momento, tan sólo tenía que apuntar y dejar que las balas salieran a toda velocidad y sin ningún control, entonces podría sentirse mejor consigo mismo. Entonces podría tener la valentía de pedirle perdón a Jungkook por haberle fallado.

.- ¿Qué has dicho? – se giró en redondo, su voz sonando gruesa y molesta mientras se fijaba en el chico que temblaba ligeramente, temeroso de ser el receptor de su ira – No voy a repetírtelo una vez más, ¿qué has dicho?

.- N-no está en la casa, señor – respondió el chico, tratando de sonar firme mientras desviaba sus ojos hacia la mano de Suga, donde apretaba con mayor fuerza el revolver que nunca – Al parecer el señor Jeon la abandonó hace poco.

Suga quiso gritar y maldecir pero sólo guardó silencio, tratando de calmar la furia dentro de sí mismo. Le había dicho al padre de Jungkook que iría a buscarlo sino encontraba al menor y estaba dispuesto a cobrarse con sangre cada una de las heridas que el cuerpo del menor había sufrido gracias a la avaricia de ese hombre que nadie debería llamar padre.

.- U-una de sus empleados dijo que salió del país hasta nuevo aviso – siguió hablando el chico, un poco menos nervioso – Sólo se han quedado los sirvientes.

.- Mátenlos a todos – fue todo lo que dijo antes de girarse de nuevo, sus ojos fijos en la estantería de la oscura sala, donde la sonrisa políticamente correcta del señor Jeon parecía burlarse de él – Que no quede nadie vivo, incluso niños.

.- Pero Rap Monster dijo que...

.- ¿Acaso te lo estoy preguntando? – Gruñó Suga, levantando de un tirón rápido el revólver y apuntándole al chico en la cabeza – Es una orden, así que no dejaran a nadie vivo, es más, quiero que los desnuden, los aten y les corten los dedos ¿entendido? – el chico asintió frenético, temblando producto del miedo – He dicho: ¿entendido?

.- ¡Entendido! – casi gritó el chico antes de que Suga retrocediera un paso y bajara el arma.

Iba a hacer que ese hombre se arrepintiera de todo.

Así tuviese que perseguirlo al mismísimo infierno.

Decir que estaba preocupado por Taehyung era poco, llevaba días sin poder comunicarse con él y por lo que había podido averiguar, ni siquiera se había pasado por la cafetería luego e llamar excusándose de estar enfermo. Y Jimin sabía que no lo estaba, no físicamente por lo menos pero eso no quería decir que dejaba de preocuparse, más cuando Taehyung lo había echado de su apartamento solo por negarse a besarlo.

Pero es, ¿cómo pretendía que Jimin lo hiciera?

Él incluso se acostaría con Taehyung si tuviese la seguridad de que eso haría más fácil de llevar el dolor de su mejor amigo, no le importaba el sentirse usado o algo similar, no si Taehyung conseguía dejar ir un poco de ese sufrimiento. Jimin incluso se sentía capaz de cargar con la culpa de haber traicionado a Jungkook al hacerlo.

Si tan solo esa fuera la solución.

Pero sabía muy bien que no, sabía que Taehyung sólo se haría más daño si accedía a su pedido, sabía que Jungkook también saldría lastimado y Jimin no podría vivir con ninguna de las dos cosas. Amaba a su mejor amigo como al más preciado hermano pero no estaba dispuesto a herirlo solo para cumplir con un capricho. Sólo consiguió confirmar ese pensamiento cuando abrió con sigilo la puerta del apartamento de Taehyung.

Había basura de comida rápida por toda la sala y muchas botellas vacías de soju. Y avanzando a pasos rápidos hasta la habitación de Tae, sospecho con molestia que su mejor amigo no estaba solo. Su cuerpo desnudo se enredaba bajo las sábanas con el de un chico un poco más pequeño y de cabello más claro, que dormitaba tranquilo a su lado.

Jimin nunca había sentido tanta rabia.

.- ¡Kim Taehyung! – gritó mientras pateaba una de las botellas vacías, que estrellándose contra la pared, se quebró en varios trozos.

Taehyung alzó la cabeza y le sonrió adormilado y, seguramente, borracho. Lo que provocó que sintiera la rabia subir por su garganta mientras se acercaba al otro chico y lo tomaba de la muñeca, jalándolo fuera sin importarle su desnudez o que comenzara a forcejear con él.

.- ¿Quién mierda eres? – gruñó el desconocido, tratando de zafarse de su agarre.

.- Seré tu peor pesadilla sino sales de aquí ya mismo – fue lo que respondió Jimin mientras le lanzaba la ropa revuelta del piso y lo empujaba hacia el pasillo – Nunca vuelvas a pisar esta casa sino quieres tener problemas. Su novio no tardará en volver y seguramente tendrá mucho que decir al respecto, ¿no crees?

.- Pero que mierda...

.- ¡Lárgate! - Jimin le empujó fuera del apartamento, sintiendo sus manos temblar producto de la rabia antes de devolverse con pasos de plomo a la habitación, donde Taehyung permanecía recostado y con una sonrisa molesta todavía en su cara - ¡¿Quién es ese chico?!

.- Sólo vino a divertirse un ratito conmigo...

Jimin le lanzó la ropa a la cara mientras caminaba hasta la cocina con las palabras atragantadas en la garganta. Si había algo que le molestaba profundamente era la inconciencia de Taehyung para tomar decisiones y actuar impulsivamente, su amigo lo único que hacía era hacer más y más daño con cosas como esas. Y él no iba a seguir permitiéndolo.

Con ese fijo pensamiento, regreso al cuarto y le lanzó agua fría a la cara.

.- Levántate y vístete – gruño mientras sentía sus manos moverse ansiosas, quería comer algo cuando antes – Hablaremos de esto cuando estés vestido y pienses con claridad.

Taehyung se sentó con molestia: .- No hay nada de qué hablar.

.- Yo creo que sí – espetó Jimin, cruzándose de brazos – Asumo que a ese tipo no lo conocías desde hace más de 24 horas, ¿verdad? – y el silencio de Taehyung fue su respuesta – Así que ahora buscas desconocidos en algún bar para acostarte con ellos... Tae, ¿Si quiera te cuidaste? ¿Usaste condón?

Nuevamente, el silencio y la mirada baja de Taehyung fue su respuesta.

.- ¿Y Jungkook? – Jimin se sentó en el borde de la cama, tratando de ser suave - ¿Cómo puedes hacerle esto a Jungkook?

El cuerpo entero de Taehyung convulsionó producto de la rabia: .- ¿Y qué con él? ¡Él me abandonó! ¡No merece siquiera que piense en él, Jimin!

De pronto, las lágrimas que Taehyung había estado tragándose por todos esos días se desbordaron, su cuerpo contorsionándose producto del dolor emocional que lo atravesaba y Jimin se vio acurrucándolo entre sus brazos, tomando con cuidado los fragmentos de su rota alma mientras él se deshacía en llanto.

Era desgarrador mientras gritaba contra su cuerpo, tratando de encontrar algo de aire para calmarse pero las lágrimas parecían no acabarse, cascadas infinitas de gotas perladas que provenían directamente de su corazón magullado, del hogar que le había dado a Jungkook y que ahora permanecía desolado por su ausencia.

Jimin sólo quería curarlo.

.- Oh, Tae...

.- Me ha roto el corazón – sollozó contra su pecho, sintiéndose tan roto que podría morir por la tristeza – Él me abandonó sin pensar en todo lo que sufriría... no merece nada. ¡Nada! ¡Merece que lo olvide! – Gritó contra su pecho mientras Jimin le acariciaba con suavidad la espalda, en un gesto que buscaba calmarlo – Jungkook... Jungkook... regresa...

Tardó en calmarse cerca de media hora. 30 minutos en los que las lágrimas se desbordaron sin cesar y en los que Jimin se limitó a esperar, a esperar para ver qué quedaba de Taehyung tras esa catástrofe emocional. Ya ni siquiera podía pensar en algo peor que en lo que su mejor amigo estaba viviendo.

.- ¿Qué puedo hacer para ayudarte, Tae? – Preguntó entonces mientras le acariciaba el cabello, dejando que la reminiscencia del llanto terminara por evaporarse - No soporto verte así.

Taehyung tragó saliva antes de girar su cuerpo y empujar a Jimin contra el colchón, sus piernas afianzándose sobre las caderas de su mejor amigo. Sus ojos estaban rojos e hinchados producto del llanto y el alcohol mientras los de Jimin se abrían por la sorpresa y la confusión. A Taehyung se le antojo sexy.

.- Ayúdame a olvidarlo.

.- ¿C-cómo?

Pero Taehyung no contestó sino que estampó sus labios con los de Jimin.

Si Jungkook había estado dispuesto a abandonarlo de una forma tan cobarde, sin pensar en sus sentimientos ni en él, entonces Taehyung iba a olvidarlo.

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