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Capítulo 3.-

Jimin observó la imagen en el espejo y comenzó a llorar, miles de lágrimas derramándose por sus regordetas mejillas mientras con sus manos agarraba los rollitos de piel extra en su abdomen y los jalaba, tratando de arrancarlos de su cuerpo sin importarle el daño que se hacía, enterrando sus uñas en la piel y causándose heridas extra a las muchas que ya tenía y le adornaban.

Odiaba la imagen que el espejo le daba, odiaba ver lo que antes era un cuerpo esculpido convertido en algo así, odiaba saber qué podía detenerlo pero que no era capaz de hacerlo, que la necesidad de comer para calmar sus miedos y angustia era más fuerte que él. 

Odiaba su cuerpo pero también odiaba su propia debilidad, su mente diciéndole que dejara de comer o nunca sería querido. Odiaba los recuerdos.

.- Eres un asco, Jimin – gruñó mientras seguía jalando la piel con fuerza, la sangre resbalándose por su cadera y piernas mientras seguía llorando - ¡Eres una porquería!

No había dolor incluso cuando estaba haciéndose heridas más y más profundas. ¿Por qué no había dolor? ¿Qué tan profundo había que llegar para poder sentir algo más que la repulsión que le causaba la imagen en el espejo?

El gritó ahogado resonó en su habitación mientras sentía el ardor escocer. ¿Cuántas heridas se había hecho ya de esa manera? ¿Cuántas noches frente al espejo? No dejando sanar lo que se hacía pero tampoco las otras heridas. Las heridas que aún quedaban de esa noche y que buscaba sanar con comida y más comida. 

¿De qué otra manera iba a sanar? Nadie lo querría, ni gordo ni herido.

Quién querría a una bola de grasa.

Dejó caer las manos mientras retrocedía, con los ojos aún puestos en el espejo mientras lloraba sin cesar, había aprendido a llorar en silencio a lo largo de los meses y así ahorrarse explicaciones que no quería dar. Sus manos tantearon sobre la cama y tomaron un pastelillo relleno de chocolate. Lo llevó a su boca sin dejar de verse, embadurnándolo sin nada de cuidado en sus labios y barbilla.

Sentía que se veía como un cerdo ante el espejo al hacer eso, tal vez así era como lucía su alma completamente al descubierto. Embarrada en comida, llena de heridas y de cosas no dichas de noches que jamás olvidaría. Las cicatrices surcaban todo su cuerpo, desde la clavícula derecha hasta el costado izquierdo, largas franjas de piel rojiza que estaba cicatrizando. Ahí donde el cuchillo había resbalado.

Tal vez si comía y comía, terminarían desdibujándose.

.- Eres un cerdo, Jimin – se dijo con la voz rota y ya sin lágrimas, embarrando lo que quedaba de pastel por su barbilla y cuello – Eres un cerdo, ¿quién va a quererte? Yoongi no lo hará... Yoongi te hizo esto.

Una noche más de cansancio y silencio. 

Taehyung se arrastró con esfuerzo hasta la cama, sentía todo su cuerpo entumido debido al cansancio y el sueño. Había sido un día extremadamente largo en la cafetería y definitivamente, el estar tomando turnos extras comenzaba a pasarle factura a su salud, sin embargo, no había otra cosa que podía hacer. Su madre le llamaba todos los días para hablarle del dinero que necesitaba y que Taehyung debía enviarle, además, estaba ahorrando para comprar un apartamento y dejar de pagar un alquiler, tener algo propio de una vez por todas.

Y estaba la universidad de Jungkook.

Realmente quería que su novio fuera a la universidad y se convirtiera en maestro, lo que había sido su sueño desde niño, según le contó una noche. La dura infancia que su novio había pasado le desbarató los sueños y le enseñó que no valía la pena creer en algo pero Taehyung quería darle esa oportunidad a Jungkook, de ser alguien más y llegar alto, sabía que el menor tenía todo el potencial para hacerlo sino estuviese Min Yoongi en medio.

No podía borrar la historia y la lealtad que Jungkook sentía por Yoongi pero la sola mención del nombre del mayor producía en él un sentimiento visceral de odio. Muchas veces había discutido con Jungkook sobre ello, su novio hablando de lo mucho que significaba Yoongi para él y todo lo que había hecho por ayudarle a sobrevivir, entonces Taehyung tuvo que gritarle que el odio que sentía por el delincuente tenía su razón de ser en Jimin.

En que, cuando Taehyung tenía 16 años y quiso confesarse a su mejor amigo, Yoongi apareció y le quito toda oportunidad.

Tal vez eso fue lo que hizo que Jungkook se hiciera a un lado, no lo sabe.

Lo único que sabe es que lleva dos semanas enteras sin ver a su novio o siquiera detectar algún rastro de él en el apartamento: la cama y la sala permanecen como en las mañanas que se va a la universidad, la comida sigue intacta y Taehyung extraña su calor al llegar a medianoche a dormir. 

Sin embargo, no quiere admitir que está preocupado porque con Jungkook esa palabra no existe.

El menor poco piensa en los demás y vive por sus impulsos.

Taehyung ya no soportaba eso y aunque le constaba admitirlo... sentía alivio de que Jungkook no estuviese cerca.

Así que esa noche sólo se arremolina en la cama a dormir, sin quitarse el uniforme de la cafetería y se duerme. No quiere pensar en qué Jungkook está en algún lugar con Min Yoongi guiando sus pasos, en que a su novio le pasará lo mismo que a Jimin. Tampoco quiere pensar en que, Jungkook prefirió una vida en las calles a una vida con él. Sólo durmió.

.- Buenas noches, bebé – fue lo último que le dijo al espacio vacío al lado de su cama.

Dos semanas después, Taehyung creía que terminaría por volverse loco. Los trabajos de la universidad y las horas extra en la cafetería sólo le causaban más y más estrés. Uno que se mezclaba casi a la perfección con la rabia creciente en su cuerpo cada día que seguía sin ver a Jungkook. 

Seguramente el menor estaba siendo lo que había sido siempre: una marioneta de Min Yoongi para cometer delitos. 

Pensar en ello le producía ganas de vomitar, así que sólo atino a ir en busca de la única persona que le traía calma a su vida. No había ni qué pensar mucho para saber dónde estaba a esas horas del día. 

La cafetería de la universidad estaba vacía a esa hora, demasiado temprano para las manadas de estudiantes que iban y venían al medio día. La hora preferida de Taehyung y Jimin de almorzar. Así, nadie miraba mal a Jimin por llevarse tres o cuatro platos de comida y Taehyung tenía el tiempo precisa para llegar a su trabajo sin tener que correr.

Taehyung caminó hacia la mesa donde Jimin permanecía comiendo, completamente abstraído de todo a su alrededor, incluso de Hoseok, que a su lado, parecía más concentrado en leer que en cómo Jimin se atragantaba de Kimchi. Trató de borrar la mueca en su rostro al ver a Hoseok pero le era casi imposible cada vez que veía al mayor.

No tenía más problema con Hoseok que el hecho de que, por allá cuando tenía 17 años, se acostó estando borracho con él. Hoseok era estudiante de último año de instituto, una figura representativa del deporte y uno de los amigos más cercanos de Yoongi, así que la noche en la que Taehyung fue a su primera fiesta debido a los dos mayores, termino emborrachándose al ver a Jimin besar de forma tímida a Yoongi.

Lo siguiente que supo es que despertó detrás de un arbusto, desnudo y junto a Jung Hoseok.

Había tratado de obviar el incidente pero desde ese momento, Hoseok pareció empeñado en decir que eran pareja y presentarlo de esa forma, incluso celarlo. No fue hasta que Yoongi les presentó a Jungkook, dos años atrás, que Taehyung consiguió quitarse de encima (y de la cabeza) a Hoseok. Jungkook era sólo un adolescente retraído que llegó una tarde detrás de Yoongi, quien bufaba molesto. Desde entonces, y casi tres años después, Jungkook lo había sido todo para él. Lo cual, a Hoseok, parecía molestarle hasta sólo hacía unos meses.

En realidad, hasta esa noche.

.- TaeTae – Jimin gritó emocionado al verlo, blandiendo un paquete papas dulce - ¿Cómo estás?

.- Déjalo llegar, Jimin – le riñó Hoseok con suavidad, sin levantar su vista del libro.

Taehyung sonrió para su amigo y se deslizó junto al otro, sin querer perturbarlo y tener una discusión como las de siempre entre ambos. Estaba cansado porque no había podido dormir bien, además, había tenido una mañana de porquería debido a que no había entregado los trabajos para clase. Se había olvidado de ellos debido al trabajo y Jungkook, quien siempre mantenía pendiente de ello, nunca se lo recordó.

.- Estoy cansado, Jiminnie – le respondió mientras suspiraba y abría el empaque de su leche de plátano.

.- ¿Sigues con las horas extra? – preguntó su amigo, su rostro lucía angustiado mientras lo ladea y Taehyung quiso estirarse y jalarle una mejilla.

.- Creo que tendré turnos extras hasta hoy – respondió, alzándose de hombros mientras sentía la mirada inquietante de Hoseok sobre él – No he tenido tiempo para estudiar ni ver a Jungkook, además, ya junte suficiente para lo de su matrícula universitaria.

El silencio tras su comentario fue incómodo, a pesar de que él sonreía. Jimin se había mordido el labio inferior y le había dedicado una mirada rápida a Hoseok, que seguía con sus ojos clavados en él, provocando una sensación de tensión en la boca de su estómago y que crispaba todos sus nervios.

.- ¿Qué pasa? – se animó al fin a preguntar.

.- Tae... ¿has visto a Jungkook estos días? – Jimin clavó sus ojos en él mientras mordisqueaba su dedo con nerviosismo.

Taehyung negó, suavemente mientras Hoseok refunfuñaba a su lado.

.- Te lo dije, Jimin – soltó entonces el mayor de los tres – No tiene ni idea.

Taehyung tomó aire y se giró, fijando ahora su mirada en Hoseok, que había dejado de lado el libro: .- ¿No tengo idea de qué, Hoseok hyung?

.- Oh, no sé – Hoseok sonrió, cínico – De lo que hace tu novio o con quién está, por ejemplo.

La forma en cómo lo había dicho provocó en él ganas de levantarse y golpearlo, sabía a qué se refería pero simplemente no podía entender por qué tenía sacarlo a colación, ¿acaso sabía algo que él no? Porque nadie debería saber más de su novio que él. Vivía con él, estaban construyendo un futuro juntos. 

.- Jungkook ya no lo hace - respondió al fin, tratando de sonar firme.

.- ¿El qué? – Hoseok volvió la vista al libro, desinteresado - ¿Drogarse o cortarse?Que yo sepa, no ha tenido supervisión médica desde hace mucho tiempo y bueno, siempre se puede recaer... Sobretodo si su novio gasta dinero en terapias para su mejor amigo y no para él. 

.- Hoseok, basta...

.- No, Jimin - soltó de golpe, sin mirar a su novio, sus ojos fríos tan sólo clavados en la expresión del menor de los tres - Quiero saber... ¿qué no hace?

.- Ambas – gruñó, aferrándose ahora al borde la mesa con fuerza, sintiendo que en cualquier momento podría lanzarle un golpe al mayor – No hace ninguna.

Jimin suspiró y dejo de lado la comida: .- Hoseok, Taehyung, basta.

Hoseok negó y rió antes de volver a hablar: .- Quién sabe, a lo mejor volvió a eso... ya te dije, no tiene supervisión médica. 

.- ¿Así? ¿Y cómo lo sabrías tú? – Taehyung se levantó de un salto, demasiado furioso ya.

.- Bueno, eso fue lo que le dijo Suga a Jimin – volvió a encogerse de hombros, sin mirarlo pero sonriendo.

Y algo hizo clic en la cabeza de Taehyung que se giró hacia su mejor amigo, que ahora evitaba su mirada y volvía a mordisquear su dedo.

.- ¡¿Te viste con él?! – Le alzó la voz, consiguiendo que Jimin se encogiera y buscara desesperado algún dulce - ¿Cómo pudiste?

.- Vaya, ya veo porque se fue Jungkook... - La voz de Hoseok le trajo a la realidad mientras se giraba de nuevo hacia él, apretando sus puños - Te importa más Jimin que él.

.- Eso no es cierto – gruñó, ofendido.

Hoseok negó suavemente, como reprobando su respuesta: .- ¿No lo es? Estabas a punto de soltar una letanía infinita sobre porque Jimin no debería verse con Suga y dejaste de lado el hecho de que tu novio ha desaparecido.

Desaparecido, por supuesto que no.

Él no tenía que preocuparse por Jungkook.

A Jungkook no le interesaba que se preocupara por él.

.- Él no...

.- Admítelo Taehyung, Jungkook tenía razón cuando dijo que para ti era más importante Jimin que él – Volvió a hablar el mayor, pasando de página.

.- Hoseok, no más – susurró Jimin, sintiendo las lágrimas acumularse en sus ojos y observando el perfil destruido de Taehyung.

En cambio, el mayor sonrió más grande: .- Me pregunto por qué...

.- Nunca dijo eso... - susurró Taehyung, sintiendo un peso apoyarse en su pecho, casi asfixiándolo.

.- Ah, es que no estabas ahí – respondió como si nada, ahora mirándose las uñas sin interés - Estabas en la habitación de Jimin, viéndolo comer mientras Jungkook se recuperaba de casi morir, ¿no recuerdas? Estuvo en coma varios días y luego no podía respirar por su cuenta.

Taehyung guardó silencio, sintiendo que no podía con la situación.

.- Oh, no... ni sabes eso, ¿cierto? Entonces, ¿cómo podías recordar lo que dijo? – Volvió a hablar Hoseok mientras cerraba su libro de un golpe seco y se levantaba – Era yo quien estaba con él, yo fui quien esperó a que despertara y viviera.

Taehyung se mordió los labios y bajo la mirada, clavándola en sus propios pies.

.- Te di las gracias por eso...

.- ¿Acaso eso me importa a mí?Que me des las gracias por cuidar a Jungkook, el novio que no fuiste a ver ni una sola vez mientras estuvo en el hospital – Hoseok se detuvo frente a él, mirándolo fijamente - ¿Crees que tu gratitud significa algo? No era a mí a quién debías decirle algo, Kim Taehyung... pero esa persona ya se ha ido, ¿no?

Jimin se levantó también, sintiendo todo su cuerpo tembloroso mientras rodeaba la mesa, queriendo detener la situación, que dejaran de hacerse daño por eso. No había querido hablar con Taehyung de Jungkook, temeroso de que las palabras de Yoongi fuesen verdad pero el ver la forma tan incongruente en que la que su mejor amigo había dejado pasar la ausencia de su novio, su dulce y amoroso novio; no lo soportaba.

Jungkook no merecía ser olvidado de esa manera.

.- ¿Hace cuánto? – preguntó Hoseok, fingiendo curiosidad – Como dos semanas, ¿no? Bien, que lo dejaste escapar, ¿eh, Taehyung?

Y sin decir nada más, empujó por el hombro al menor y caminó hacia la salida. Dejando a Taehyung viendo sus pies, viendo como las gotas de agua salada que provenían de sus ojos se estrellaban con el suelo y la punta de sus zapatillas. Jimin no se acercó, todavía sin saber qué decir o qué hacer.

¿Jungkook se había ido de verdad?

¿Por qué? ¿Por qué no se había dado cuenta de eso?





*********Hola por 1ra vez**********

¿No se han dado cuenta que soy tímida cuando publicó una nueva historia? 

Lamento escribirles solo hasta ahora pero les agradezco mucho las lecturas, los votos y los comentarios. En serio, muchas gracias. 

Sé qué no entienden mucho de la historia pero créanme, la respuestas se irán dando poco a poco, y tal vez, no sean muy agradables de saber. Así que les aviso que el fic pretende ser muy cruel y tratar con temas muy delicados, mucho. 

Pero aún así, espero quieran leerlo y seguir conmigo.

Nos leemos pronto. 

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