Freddy caminaba por el bosque en busca de Fred, obviamente.

Sintió la punzada en el estómago. Como cada vez que Fred estaba cerca.

Lo vio, caminando como si fuera de nuevo al estanque, Freddy corrió a abrazarlo.

— ¡Tú!

Fred abrió los ojos como plato al escuchar su voz, y casi se quedo sin respiración al sentir el cuerpo del moreno apresandolo en un abrazo.

— Freddy...

— Tengo que decirte algo. Necesito hacerlo, si no me volveré loco. Igualdad ante todo, en secretos.

Fred estaba mas que confundido, el castaño se alejó de el abrió los brazos, se puso serio y respiró profundamente.

Sus alas comenzaron a salir poco a poco, se abrieron, eran enormes, y blancas.

Los ojos de Fred se abrieron de golpe, y cayó de rodillas al suelo con el miedo corriendo por sus venas.