Freddy caminaba a la escuela, ésta vez había salido un poco mas temprano para poder ir al estanque.

Caminó hasta sentir esa punzada que lo obligaba a entrar, y lo hizo.

Ya cerca del estanque vio al chico recostado en el césped con las manos sobre el estómago que subía y bajaba al ritmo de su respiración.

Antes de poder decir algo el azabache habló; — ¿No te cansas al venir hasta aquí?

Freddy sonrió; — ¡No, para nada!

Fred se sentó mirándolo de reojo, el castaño se posiciono a su lado con la misma sonrisa de antes, recibiendo una mirada fría por parte se su contrario.

— ¿No deberías estar en la escuela, niño?

— En primer lugar, no soy un niño, y no puedes decirme así sí tenemos la misma edad. En segundo aún es temprano.

Fred se quedo callado.