Noventa y uno
Giraron sobre sus pasos, y corrieron.
Corrieron como sí su vida dependiera de ello, por que sí los atrapaban no se volverían a ver, y eso era como dejar de vivir.
Una voz a lo lejos les indicó que se detuvieran; — Ángeles... — habló Freddy deteniéndose. Su respiración se volvió agitada, por correr y por miedo. Entró en pánico. Su hermoso rostro reflejaba miedo.
— Freddy, estoy contigo. — dijo Fred seguro de si mismo apretando el agarre de manos que tenían.
— Lo hiciste de nuevo. — exclamó la voz de un ángel detrás de ellos dos, se dirigía a Freddy —, Sabes lo que pasará ahora, Freddy Fazbear.
Freddy había mentenido la mirada baja, hasta ese momento en que miro directamente a Fred suplicante; — No me sueltes...
Susurró.
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