Había finalizado mi primer año de estudios con éxitos y mi carrera de tatuador se había desplegado. Sentía alegría y dicha, podía volar con los ojos cerrados.

ꟷDebes venir, por favor.

Su cabeza se movía danzando una negativa.

ꟷNo, lo siento Thiago –retiró su mano de las mías-. No puedo ir a tu fiesta.

ꟷ ¿Por qué no?

Sus ojos se posaron en mí por vez primera desde que le había enviado la invitación por mensaje de texto.

ꟷPorque... -su voz falló- porque no quiero mancharte.

ꟷ ¿Mancharme?

No comprendía.

ꟷSoy como la tinta derramada –explicó con lágrimas en los ojos- consumo todo lo que esté a mi alcance.