Sus profundos ojos azules me observaron llenos de temor y asombro. Sin embargo, no soltó palabra alguna. No necesitaba que lo hiciera para comprender el lío en el que me había metido.

ꟷ¿Te crees muy listo, muchacho? –el hombre esqueleto escupió en la acera un poco de sangre y se acercó amenazadoramente a mí.

ꟷNo vuelvas a faltarle el respeto.

Sabía que no era correcto intervenir pero no podía permitir que Camila o cualquier otra persona fuera tratada como basura por ese asqueroso hombre. Supongo que era una parte de mí imposible de esconder: siempre quería ser el héroe incluso si carecía de poderes.

ꟷDéjame decirte algo, mocoso...

ꟷNo es necesario decir nada, vete –Matías llegó a mi lado con el ceño fruncido y apretó con fuerza mi hombro.

No era necesario poseer muchas neuronas para tenerle miedo a mi jefe, era un hombre fornido y alto como una puerta. A su lado lucía como un niño de doce años y probablemente en ese momento me estaba comportando como tal.

ꟷNo te vuelvas a acercar a mí, ninguno de ustedes. Tampoco se acerquen a ella –sus ojos se posaron en mí y pude ver un profundo odio en el color de sus irises-. Es tu única advertencia si quieres mantenerte con vida.

Cerró con fuerza su nauseabunda mano alrededor del codo de la muchacha que me robaba el aliento y con brusquedad tiró de ella hacia una camioneta. Quise ir tras de ella pero Joel y Matías me lo impidieron.

Quería correr tras el vehículo, salvarla de ese horrible monstruo y llevarla a un lugar seguro. El problema era que no existía un lugar seguro donde pudiera protegerla de ella misma.

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¡Buenas!  Después de mucho, mucho tiempo he retomado esta historia espero que vuelvan a acompañarme y se emocionen con ella.

Les informo, para los que se encuentren interesados, que en mi cuenta de Instagram (@entregafas98) estaré subiendo imágenes, frases, adelantos de esta historia y de otras. Espero verlos por allí.

Que tengan un bello día y ¡feliz San Valentín!