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Luego de dejar a todos en sus camas, Killua se quiso golpear en la frente. Se le había olvidado por completo pedirle a Kurapika un espacio en su agenda llena para que Gon viera la barrera de la Isla. Tendría que ser para cuando regresé.
Al final, todos se quedaron dormidos por estar tan agotados. La tensión aun invadía el ambiente pesado, y la inseguridad y la incertidumbre pendían de un hilo. Ahora era más ameno, pero la paciencia que debían tener no hacía más que preocupar.
¿Cuánto les tomaría aprender a usar su Nen para escapar?, ¿Qué pasa si llegan a ser descubiertos? Habrían hecho todo en vano, y eso a Killua lo amedrentaba. Sabía que él era el culpable de todo y se sentía como un idiota por haberlo hecho, pero no podía encasillarse en esos pensamientos. No si quería ayudar a Gon.
Él estaba depositando su confianza y su vida en él. Él era la última esperanza que tenía, y temía fallar y decepcionarlo.
Ya tenía marcas impresas en su espalda por sus errores, y temía que si a Gon le pasara algo, aparezcan otras que lo hagan recordar como es que fue un fracaso, como es que falló, y cómo es que no pudo proteger al chico que había robado su corazón. Aquel que se enfrentó a personas más fuertes que él para proteger a los que quiere... a aquel que le arruinó la vida al traerlo con él por puro capricho...
Bajo la tenue luz en su habitación, Killua se encontraba pensativo en su cama, mirando perdidamente el techo del dosel. Estaba dispuesto a dar su vida con tal de ayudar a Gon, aunque eso signifique que ya no lo vuelva a ver. A él, y a los demás, sobre todo por los niños más pequeños que han empezado a considerarlo un gatito. Habían dejado de ser miedosos y reservados a poco a poco apegados y mínimamente alegres. De cierta forma, después de todo lo que han pasado, aún le sorprende que ellos puedan sonreír.
A parte de Gon, ellos habían tocado en él un lado muy sensible en su ser, y conforme fue pasando el tiempo, comenzó a sentir un aire de protección hacia ellos. Al principio lo ignoró, pero ahora lo aceptaba con los brazos abiertos. Y ahora estaba dispuesto a todo.
Decidido, Killua se puso a dormir. Si Gon confiaba en que él podría ayudarlos bajo su tutela, estaba dispuesto a cumplir sus expectativas. Ya no tendría más dudas y dejaría esos complejos que siente, incluso con tan solo tocar a Gon o a los demás. Ahora las cosas serían diferentes.
A la mañana siguiente, él fue el primero en despertar. Kurapika probablemente vendría pronto, por lo que estaba dispuesto a que ellos le den una mínima buena impresión cuando llegue. Había mucho que abarcar.
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Muy buenas a todos, espero hoy estén muy bien, es el día del amor y de la amistad, y espero que todos se encuentren bien.
Lamento que el capítulo sea tan corto, pero sentí que era importante resaltar los pensamientos de Killua para más a futuro. Espero les haya gustado. Disculpen también por la ausencia repentina pese a que dije que estaría más activa, pero han pasado cosas y he tomado decisiones que me han cambiado los planes.
Muchas gracias por leer, se les quiere mucho. Bye, bye.
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