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- Por lo visto todo está en orden, esa es buena señal -comentó Kurapika, viendo los papeles en el escritorio de su habitación.
- ¿Lo mismo con los registros de visitas de prisioneros renegados?
- Por fortuna sigue casi igual. Pero la mayoría de los visitantes están prácticamente en la etapa de envejecimiento. Si hay menos gente valorando a los familiares renegados, sería complicado tener a más demonios inculcados en las propuestas de mi familia, y le daría algo de ventaja a los Lucifer.
- Es comprensible, ya lleva muchos años manteniendo esa propuesta. Y en la actualidad ya se están desvaneciendo como polvo las antiguas generaciones -comentó, sirviendo azúcar en la taza de té de Kurapika-. No quisiera sonar negativa, pero cuando esa generación desaparezca, ya no tendrá seguidores fieles en el pueblo hacia sus ideas. Y lastimosamente la generación actual está ansiosa por probar el sabor de la carne humana.
-¿Con eso te refieres a Hisoka?
Deyanira dejó de menear la cuchara en el té.
-Sí. Nunca le he tenido buen augurio.
-¿Sucedió algo que no me has contado?
Por un momento se mantuvo en silencio para pensar, pero se dio cuenta de que era necesario ser franca en tal situación.
-Cuando estábamos en la biblioteca, con Gon y Kanzai, me di cuenta de que Hisoka tal vez no estaba ahí para mandar un simple mensaje. Sospecho que sí los olfateó, aunque sea un poco.
-Supongo que camufló sus intenciones con el tema del Evraroko.
- ¿Por qué siempre tiene que ser tan importante? -dijo tranquilamente sarcástica-. Cada vez que esa tradición llega todo se vuelve siempre tan estresante, sobre todo el momento de ver que familias lo apoyarán.
-Estoy de acuerdo contigo, pero ese es el costo para tener un pacífico estilo de vida.
-Desgraciadamente.
- Solo tenemos que ocultar a los humanos de los demás demonios hasta que el Evraroko termine. Así nadie podrá imponerse a las decisiones que mi familia y yo tomemos. Es la única forma para que ellos salgan libres de la Isla, y haremos como si esto jamás hubiera pasado.
-¿Le preocupa Killua?
-Un poco, pero ya veremos que hacer después con él cuando acabemos la tarea principal. Los demonios podrían sospechar mucho de su falta de poderes, por lo que tenemos que ser muy meticulosos con cada movimiento que dé. De ser necesario, aunque no quiera, tendrá que vivir recluido en el palacio. Si las demás familias y el pueblo se enteran de mi complicidad, Chrollo u otro miembro de las familias podrían usar el siguiente Evraroko como una oportunidad para quitarle el gobierno a los Kurta. Por eso es importante ser cuidadosos. Si uno de ellos llega a usar las almas de los renegados como sacrificio para el portal de la Isla... seria como repetir el inicio del fin para los humanos, o la segunda guerra de los dos mundos.
-Entiendo.
<<Supongo que tú también sabías las consecuencias, y aun así aceptaste, ¿no es así, Killua? Por eso estabas tan preocupado de qué el amo Kurta te ayude... Demonios, espero todo termine bien al final.>>, pensó Deyanira, preocupada por el desenlace de la situación.
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