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Sí un día alguien me preguntará sobre mi vida, jamás les respondería. Todo porque no quiero recordar nada de eso, de tan solo pensarlo me aborrece.

No tengo recuerdos sólidamente felices, solo recuerdo la dura vida de trabajador desde muy temprana edad, al igual que mi hermano menor.

A nuestro "Padre", ni siquiera le importó revelar la verdad.

- Solo sigue trabajando, recuerda que yo solo soy tu padrastro, no tengo ningún lazo sanguíneo contigo, ¿Por qué debería tratarte como mi hijo? -° Decía de forma despectiva aquel sujeto borracho. El mismo al que quiso golpear a Zushi aquella vez. °- Agradece que te doy de comer.

En ese momento era solo un niño, y enterarme de eso fue un golpe bajo para mí, porque por más trabajo que nos hacía hacer en la casa a mi y a mi hermano, pensé que nos quería.

Solo eramos ese hombre, mi hermano menor, una foto de mi mamá... y yo.

Nunca logré conocerla, la primera vez que le pregunte me dijo que ella era mi madre, sí no se lo preguntaba estoy seguro que jamás lo hubiera sabido, y cada vez que se la mencionaba a aquel hombre cuando estaba borracho, porque quería saber más de ella, se ponía a llorar como un bebé, cuando estaba borracho era mi oportunidad para hablarle, porque era más manipulable, porque una vez le pregunté cuando no lo estaba y solo me ignoraba.

- ¡Está muerta!, ¿¡Te gustó la respuesta, niño!?, ¡Está muerta! -° Ahí me enteré sobre la razón por la cual no estaba con nosotros, eso me dijo mediante sollozos en plena borrachera, por culpa de mi insistencia. °- ¡Vuelve a preguntarme por ella y está vez si te dejaré en la calle!

Esa noche no supe como manejar mis sentimientos, solo sentía que quería llorar, y no entendía aquella razón.

Comencé a crecer un poco más y me di cuenta de que tomaba cada vez más un aspecto parecido al de mi madre, si de rostro se trataba, tuve un aspecto un poco delicado de cierto modo, y ese sujeto lo notó.

A veces se me quedaba viendo al rostro, solo cuando estaba borracho. No podía evitar sentirme incómodo, pero si estaba borracho no había caso de meterme con él, no quisiera atraer problemas.

- ¿Te pareces tanto a tu madre, sabes? -° Me mencionó cuando limpiaba la sala, con aquella voz ronca y desgastada. °-

Se me heló la sangre y sentí una corriente de miedo que se apoderó de mi cuerpo. Me sentí muy asustado, y no entendía porque, pero había una extraña vibra que le decía a mi corazón que tenía que huir.

- Pensé que no quería hablar de mi madre. -° Le hice recordar dándole la espalda, intentando ser cortante. °-

- Y yo pensé que quería saber más de ella. -° Anunciaba a la vez que escuchaba el piso como en eco por el miedo que recorría mi cuerpo. °- Ella fue una mujer muy hermosa, era como un destello inexplicable e impredecible.

Los pasos dejaron de retumbar en mis tímpanos, porque se había detenido detrás de mí. Los pelos se me pusieron de punta al sentir como olfateaba mi cabello, quería gritar y para evitar hacerlo apreté fuertemente los labios y mordí un lado de mis mejillas por dentro para intentar calmar mi tensión, me dolió mucho, pero no era comparado con el miedo que sentía.

- Date la vuelta. -° Me ordenó. °-

- Pero, tengo que limpiar. -° Anuncié intentando decirle que no. °-

- Date la vuelta. -° Ordenó de una forma más severa. °-

El miedo tomó control de mis piernas, las sentía temblar mucho, que apenas podía mantenerme de pie. Aspiré por la nariz  y solté el aire por los labios en un pequeño anillo con intención de relajarme, pero a pesar de eso volteé paso a paso como si fuera un robot, tenía los ojos apretados y no vi venir cuando me beso de golpe.

Reaccioné con impresión de forma instantánea al mismo tiempo que lo empujé al suelo para salir corriendo a encerrarme al cuarto.

- ¿Kanzai? -° Dijo mi hermano menor al verme correr por el pasillo donde el estaba. °-

Escuché gritos del hombre detrás de mí y con los pocos segundos que tuve de reacción tome a mi hermano de la muñeca y me lo lleve al cuarto encerrándonos gusto cuando estaba apunto de llegar a la puerta.

- Kanzai, ¿Qué sucede? -° Me preguntó viéndome algo asustado. °- 

Yo suspiré algo tranquilo, pero seguía algo nervioso con ese sujeto, sobre todo por como golpeaba la puerta, sus puños y golpes con otras partes del cuerpo me ponían cada vez más nervioso, pero no iba a abrir, y deseaba con todo mi corazón que no recordará que él tenía una llave para abrir el cuarto, a lo cual tenía fe, porque se le escuchaba muy borracho.

- Nada, tranquilo. No pasa nada. -° Dije para intentar tranquilizar a mi hermanito. °- 

En estos momentos es cuando más deseo que las ventanas no tengan barrotes, pero aunque lleguemos a escapar, ¿Qué haríamos en la calle?

En toda mi vida solo confié en una persona, mi hermanito menor, al cual no pude proteger del todo.

Esa vez había venido alguien de visita, y como siempre, no me sorprendía que fuera Ishigami el único que viene a visitar a ese maldito viejo.

Por su culpa no pude tener una infancia normal, siempre veía a los niños de las otras casas jugar y divertirse, y yo aquí junto con mi hermano trabajando todos los días en limpiar la casa y cocinar.

Ishigami y él siempre conversaban de mujeres y de como ganar dinero, desde hace un tiempo se que intentaban hacer un negocio, pero esa vez fue diferente.

- ¿No te va bien en tu trabajo de panadero, verdad? -° Decía de forma burlona y socarrona. °- Era de esperarse, después de todo tienes apariencia de muerto de hambre, y con esos niños que tienes a tu disposición perderás más dinero.

- Sí, pero al menos yo en caso no tengo que hacer nada, es un intercambio. -° Mencionaba mientras tomaba más. °- Además, son todo lo que me quedo de ella.

- ¿De esa vendedora? -° Preguntó Ishigami. °- No pensé que ibas en serio con ella. No valía la pena.

Sabía que estaban hablando de mi madre, y gruñí bajo escuchando la conversación desde la cocina, cocinando con lo que teníamos. Solo escuché maravillas sobre mi madre, y no voy a permitir que hablen mal de ella, pero provocarlos solo atraería más problemas. Las cachetadas y golpes de ese sujeto no son un juego para mí.

- Lo sé, al final tenías razón, por su culpa me quedé solo. -° Dijo el tipo. °- Y me dejó dos niños a cargo, que para mi suerte sirven como amas de casa.

Gruñí bajo mientras servía la comida en los platos, y más ahora que Ishigami esta aquí, eso significa que yo y mi hermano comeremos menos de lo normal.

- Toma hermanito. -° Dije dándole dos platos de comida. °- Agárralos así. -° Mostré, tenia que enseñarle, sino se quemaría y podría soltar los platos, y no quisiera que lo lastimen solo por eso. °-

- Sí. -° Respondió agarrando los platos como le enseñe para que no se queme y este se dirigió a la sala donde ellos estaban. °-

- Mira, voy a ser amable contigo. -° Anunció con persuasión intentando mostrar una voz elegante. °-  Desde hace un tiempo estoy haciendo un pequeño negocio, uno en el que esos niños te pueden servir más que solo para las cosas de la casa.

- ¿De verdad?

*+*+*+*

"¿Más trabajo?" -° Pensó el hermano menor de Kanzai mientras dejaba la comida en la pequeña mesa de la sala, para luego retirarse. °-

*+*+*+*

- Sí amigo mío. Así podrías ganar mucho más de lo que ganas ahora, pero hay condiciones que debes cumplir para eso, ¿Qué dices, hacemos un trato? 

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