Tendré que acudir a las declaraciones en lugar de mamá ya que ella no recordará nada.

-Nico.....¡Nico!

-Ya voy ma....-miro el reloj - ¡Aún ni si quiera suena la alarma!

Los ojos desorbitados y llenos de lágrimas de mamá es lo primero que veo cuando irrumpe en mi habitación

-¡No está! ¡Rick no está!

¡Rayos! No había pensado que decirle a ella.

-Ah si... este... en la madrugada bajé por agua y me comentaste que ya no lo veríamos por aquí. ¡Bien por ti ma!

-¡¿De que rayos hablas?! ¿Qué pasó?

-No lo sé, solo oí algo de ruido pero no bajé. Solo hasta que todo se calmó.

-¡Tu hiciste algo! ¿Qué hiciste para que Rick se fuera? ¡Dime!- su acusación, aunque fundamentada, a sus ojos era ilógica pues no sabía nada.

-No hice nada... y si lo hubiera hecho ¡que mejor! Es solo un parásito que te trata mal- por fin salgo de la cama.

-¡No tienes por que meterte en lo que no te importa! – Está furiosa y no entiendo por qué... le hice un favor - Lo amo. Y sin él ¿Qué vamos a hacer?

-Vivir mamá... Ya no habrá quien te golpee, ni quien te humille

-Ni a quien querer, ni quien aporte algo de dinero a esta casa – Su cara de fastidio me mata

-Podemos trabajar ¿si sabías?- omito el hecho de que da a entender que solo lo quería a él y yo le importo un carajo.

-Pff... por favor... Bien sabes que no puedo... Estoy enferma.

-Eres alcohólica mamá, que es diferente.

Una bofetada llega interrumpiendo lo que estaba por decir

-¡Pudrete! ¡Ojalá nunca hubieras nacido! – Una lágrima empieza a deslizarse por mi rostro sin poderla detener- Eres solo un estorbo, si te hubiera abortado, como era mi idea en un principio, el estaría aquí ¡Te odio!

Un sonoro portazo hace que salga del trance.

No puedo más y me desplomo en la cama. Unos momentos y muchos sollozos más tarde, la alarma suena, recordándome que debo ir a la escuela.

Sacudiendo la cabeza para alejar los pensamientos sobre mi madre y Rick, entro a la escuela después del fin de semana de locos que pasé.

-Holaaa! ¿como te fue?– Sam aparece frente a mi con una sonrisa en la boca, creo que jamás me acostumbraré a su perpetua felicidad. – Pareciera que mal...

-¿Por qué siempre sonríes? Me deprimes

-Jajajajaja ¿Cómo es eso?

-Tu vida supongo que es perfecta, por lo que debe ser divertido ser tú. Pero en mi caso es diferente.

-No. Ni por asomo lo es – su sonrisa se vuelve amarga solo por un segundo – Peeeero... Eso no tiene por qué reflejarse en tu rostro. ¡Vamos! – me saca la capucha de la sudadera y sale corriendo ¿Qué tiene, 10 años?

En contra de lo que quisiera, mis pies corren detrás de ella. Y nos detenemos al encontrarnos a los chicos de fútbol tapándonos el paso por el pasillo.

-Hola... - Nos rodean – ¿Y quien es esta gatita?- Adam lidera ahora el grupo.

-¡Gata tu abuela!

-¡Uy! Jajaja ya sacó las garras. Veo que aparte de depravado y bicho raro, eres un aprovechado. ¿No le has dicho a la nueva quien eres verdad?

Me hago pequeño, me asfixio.

-¡Déjalo en paz! – La sonrisa de Sam se ha ido y por primera vez la veo molesta. – Sé quien es y también quien eres tú.

-No Sam... pueden hacerte algo- susurro por lo bajo.

-No, no pueden.

-Si Saaam. Mejor que le hagas caso al bicho. Solo por que eres nueva por aquí, por esta vez lo dejaremos pasar, pero te lo advierto, si quieres una estancia tranquila en esta escuela más te vale alejarte de él.

-O si no ¿Qué?- Sam enarca una ceja, se cruza de brazos y se para en pose desafiante.

-Si no... bueno, digamos que... tenemos nuestros métodos para persuadirte – toma un mechón del largo cabello de Sam entre sus dedos y yo solo aprieto mis manos en puños. Sin poder hacer nada, de nuevo.

-Jjaajaa mírenlo... si no fuera tan asqueroso, me daría ternura. El bicho ya se puso celoso.

Entre todos ellos empezaron a empujarme uno contra el otro como si fuera una pelota de baloncesto. Caigo al piso, siempre lo hago, pero esta vez, Sam me ayuda a levantarme.

-¡Cretino!- grita a nadie en especial pues se alejan.

-Quedas advertida gatita.- Adam le guiña un ojo antes de perderse entre la multitud.

Los idiotas se van y Sam vuelve a su sonrisa habitual. Es extraño... me parece... cálida.

-Perdona

-¿Por qué?- se ríe sin entender

-Por que por mi culpa ya te tiene bajo la mira

-Tranquilo Nico. Esos idiotas no pueden hacerme nada.

-Pero Sam, pueden dañarte.

-No, nunca podrán hacerlo si yo no se los permito. No pienso darles el poder para lastimarme de ninguna manera.

-No te lo he preguntado pero... ¿Por qué decidiste, de todos en la escuela, juntarte conmigo? Tu eres una chica... y muy linda, podrías ser de las populares si quisieras.

-Por que –su mirada se pierde hacia el techo – En mi antigua escuela yo era el bicho raro y nunca nadie me ayudó– me guiña un ojo y camina por el pasillo, el timbre suena y recojo mis cosas rápidamente. Cuando termino Sam ya no está, hoy no compartiremos la primera clase.

En el almuerzo me siento diferente, hay un cosquilleo en mi estómago y me sudan las manos. Estoy... ¿emocionado? Creo que sí. Jamás me había sentido así en el almuerzo.

Espero por Sam, los minutos pasan y no llega. Empiezo a comer pues no aguanto el hambre, el descanso termina y sigo solo.

Sabía que...¡Rayos, lo sabía! A mi nunca me pasa nada bueno. De seguro lo pensó mejor y vio que no debía juntarse conmigo por su propio bien. Ella era a la que molestaban en su antigua escuela ¡claro que no querría pasar por ello de nuevo! ¡Soy un estúpido!

El señor Ritz se encuentra explicando las capas de la tierra y sus propiedades mientras hace un dibujo en la pizarra. Me pierdo en mis pensamientos sobre Sam cuando comienza a leer el texto.

-Señor Sandoval – me llama y reacciono - ¿Por qué no sigue con la lectura?

¡Rayos! ¿Por qué justo cuando no pongo atención me piden que siga con la lectura?

-Eh...

-¿y bien?

-Claro...- busco en el libro algo relacionado con el tema y empiezo a buscar con la vista algo que haya medio oído de él.

-Estamos esperando – canturrea Ritz y los demás empiezan a reír - ¿sabe o no sabe en donde estábamos sr Sandoval?

-Yo...

-Disculpe – una voz femenina muy familiar suena detrás del profesor.

-¿Si señorita?

-Lo lamento... soy nueva y no encontraba el aula

-Ah si... Señorita Dickson supongo. Tome asiento.

Sam se sienta en el único lugar vacío, justo en mi fila, pero del lado de la ventana. Supongo que no me ha visto pero cuando el profesor se da la vuelta una bola de papel me golpea la cabeza.

"Me debes una :D"

Volteo pero Sam parece muy concentrada en la clase. Al terminar, antes de salir del aula me jalan del brazo.

-Hey...

-Ho...hola

-Lamento no haber almorzado contigo, es solo.

-No necesitas excusarte, lo entiendo.

-¿Entender que? Si todavía no te digo.

-Lo sé. No quieres que hagan de tu vida un infierno por mi culpa.

-¿Y de donde sacaste toda esa novela? Jajajaaja. Lo único que quería decirte era que fui a sacar mi carnet de la biblioteca y me entretuve con un problema de la copiadora, cuando acabé ya había iniciado la clase, pero le dije al maestro que era por que no encontraba el aula para que no me regañara por llegar tarde

-Pensé...

-¿Qué? ¿Que sería una completa imbécil y te haría a un lado por una boba amenaza?

-Si, no, quiero decir...

-Ya... no seas dramático. Me caes bien "solo Nico" y mientras eso sea así no voy a permitir que ningún inepto me diga quienes pueden ser o no, mis amigos.

Amigos...¿En verdad quería ser mi amiga?

-Lo siento.

-Deja de disculparte por todo... ¡Ven! Que se nos hace tarde.

************************************************************************************************Hey, hey!!!! Grandes noticias: 

SIN LÍMITES DE PIEL acaba de ganar el premio como mejor protagonista masculino: NICO

y como mejor PORTADA!!! En los #premiosplanetas   del mes de mayo YAY!!!

Celebrando!!! yuju!!! Pronto verán los stickers en la portada ;)

Espero este capitulo les esté gustando.... el próximo está algo.... Fuerte. Así que, espérenlo con ansias. 

Les dejo un mega empalagoso abrazo como siempre y no se olviden de votar, comentar y compartir... Los quiero. Mwa!