Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 21.-

Que capítulo para tenso, por cierto: No debieron confiar en mí, es todo lo que diré.

Avanzan en filas, Jungkook a la cabeza mientras empuña el arma en alto, con la mira justo en sus ojos, la culata golpeando contra su pecho y el pesado uniforme sofocándolo producto del calor. Sus ojos viajan por el amplio campo que han atravesado en pasos cortos por casi media hora, cuidándose en extremo de no estar en el campo de visión de las ventanas más cercanas a merced de un tirador, sin embargo, siguen estando en campo abierto.

Alza su puño, indicándole a los soldados tras él que no deben moverse mientras capta a los soldados que avanzan por el lado este desviarse. Es un cambio sutil de planes, sus botas pesadas deslizándose en la arena inclina en vez de la planicie y Jungkook sabe que han descubierto un campo de minas. Aquel pensamiento lo tensa, preguntándose si no caminan ellos por un campo destinado a matarlos antes de siquiera llegar a su destino.

Sus ojos escanean el suelo con rapidez, buscando cualquier objeto brillante que resalte entre los granos de arena, pero con el incesante sol apenas y consigue distinguir qué es arena y qué es un espejismo de la luz. Quiere girarse, gritarle a Taehyung que no están en terreno seguro y deben regresar, pero ya está demasiado lejos del equipo de comunicaciones y dejó de sentir la mirada intensa del mayor sobre él desde hace mucho.

Debe tomar una decisión.

Lo odia. Odia esos momentos en los que debe tomar una decisión que puede poner en peligro una operación y, peor aún, exponer las vidas de los soldados que están a su cargo. Sabe que de moverse fuera de la planicie estarán a plena vista de las ventanas, expuestos a ser atacados sin saber de dónde provienen los disparos y, seguramente, todos morirían antes de poder refrenar el fuego enemigo, pero sí seguían...

Jungkook los observa de reojo, los rostros serios y estoicos de soldados profesionales que fueron entrenados para esto, para morir por una patria injusta e ingrata, que jamás publicaría sus nombres como héroes y que devolverían a sus familias simples cajas vacías. Aun así, sabe que el entrenamiento también se trata de convencerte de que es lo correcto, de que es el único camino real para un soldado.

Morir por la patria.

Como Jimin, como Baekyoon y como cada uno de los soldados que había visto caer por un honor que no existía, un honor al que nadie le rendiría tributo. ¿No mataban con la misma justificación? ¿No es esa la misma razón por la que son ciegos al seguir órdenes?

.- Capitán...

Jungkook odia decidir, pero debe hacerlo porque es eso lo que hace un líder.

Así que baja el puño y con una simple seña les indica que se muevan, sus pasos cortos y silenciosos retomándose por el camino ya trazado porque la realidad es que Jungkook prefiere perder un solo soldado a todo un grupo, una sola baja es más fácil de superar en combate y en la vida real. Lo aprendió hace años, mucho antes de ser el militar condecorado que ya es.

En realidad, aprenderlo fue lo que le dio cada una de sus condecoraciones.

Es por eso que avanzan, el calor provocando que gotas de sudor resbalen por las puntas de sus cabellos, esas que escapan de los gruesos cascos y se terminan colando por el borde de sus uniformes, indiscretas como ellas solas. Jungkook cuida cada uno de sus pasos de forma meticulosa, entrenando su oído para cualquier "clic" que pudiese delatar una bomba demasiado tarde, sin embargo, no hay más que el sonido de sus respiraciones pesadas, pero controladas.

Cuando al fin llegan bajo la sombra del edificio que debían revisar siente que un suspiro de alivio pugna por salir de su pecho mientras se agachan contra la pared exterior del lado oeste de la casa. Se obliga a calmar su respiración, ralentizándola para que los latidos de su corazón que retumban en sus oídos se calmen lo suficiente y le permitan escuchar los más mínimos sonidos de su alrededor. Necesita concentrarse, pensar en que una vez dada la orden de entrar, no habrá vuelta atrás para ninguno de ellos.

Se concentra en saber cuál es la dirección del viento, qué tan rápido va y cómo puede utilizarlo a su favor. Sus oídos captan el rugido del motor del helicóptero que se aleja cada vez más, el deslizamiento de alguna serpiente que se hunde en la arena a pocos metros de ellos y nada. No hay nada más.

El silencio abrumador del silencio es lo que les da la bienvenida.

Se fuerza a sí mismo, concentrando su mente tan sólo en los sonidos, pero no es capaz de captar algo que provenga del edificio, ni el más mínimo paso o la risa seca de un hombre o lo que sea que le diga que hay alguien esperándolos al otro lado de la puerta. Sabe que deben estar ahí porque inteligencia militar lo dijo así, les reunió las pistas por semanas y aseguró que el capitán que iban a rescatar seguía con vida.

No podían haberlos mandado a nada.

Deja entonces que el arma se vuelva liviana contra su cuerpo, sintiéndola suya mientras se apoya contra la pared para ahora sentir algo con su cuerpo, pero nuevamente se encuentra con nada. Un nada que lo abruma por qué no entiende, no comprende por qué están ahí en medio del desierto, expuestos a la mirada de cualquier terrorista para una misión en vano. Una misión que sólo podía terminar en...

Una ráfaga de pensamientos se amontona en su mente por segundos, tratando de darles un orden: sí inteligencia informó que estaban ahí es porque debían de haberlo estado, pero cómo se habían movido tan rápido como para no dejar ningún rastro o ningún hombre atrás encargándose de las peores tareas. Jungkook lo ha visto antes, ha tenido que jugar al mismo juego que ellos y es entonces que puede verlo con claridad.

El silencio, el campo de minas, ningún disparo hasta ese momento.

Jungkook lo entiende entonces y odia poder hacerlo, odia haberlo vivido en el pasado porque sabe qué hacer y qué pasará. Es por eso que se gira hacia sus hombres, sus rostros serios y concentrados en permanecer agazapados contra la pared a la espera de una orden, una sola orden que cambie su estado de alerta a uno de acción.

.- Es un trampa...

Lo dice como un murmullo, aunque en sus oídos parece un grito. Ve el reconocimiento en los ojos de los hombres que lo siguen, ve como flaquean las pantallas de perfecto sacrificio que por años el ejército de cada país se esforzó en construir alrededor de ellos. Una trampa no es más que la condena segura para muchos porque no saben qué esperar, no saben de dónde vendrá el ataque y Jungkook quisiera poder darles una respuesta.

Sus ojos viajan hacia el lugar donde Taehyung y el equipo de comunicaciones permanece, pero sus ojos no captan ningún movimiento, quiere poder decírselo, decirle que han caído en la boca de lobo y no sabe sí podrá regresar. Se lamente no ser quién lleva el micrófono intercomunicador, no ser quién escuche la voz del mayor a través de la frecuencia porque tal vez así los latidos de su corazón no irían tan deprisa como lo están haciendo.

Deben moverse, lo sabe y es por eso que con una seña les indica que se retiren, pero es muy tarde entonces. Ha tomado la decisión demasiado tarde.

Las primeras ráfagas vienen del este, donde el equipo trata de responder, escondiéndose tras las paredes ya de por sí demasiado dañadas de las edificaciones, envolviéndose en la oscuridad tal y como lo han pensado los terroristas: los han llevado al territorio que conocen, los hacen entrar en sus edificios silenciosos y terminan por tragárselos enteros. Jungkook no duda en retroceder, todavía contra la pared mientras comienza a disparar a distancia, tratando en algo de apoyar al equipo bajo fuego.

Sabe que le da a uno de los terroristas cuando nota la camisola de un impoluto blanco brillar de rojo bajo el sol con su cuerpo cayendo contra el suelo arenoso. Descubre que vienen del este, de montículos cuidadosamente montados a varios metros. Cuenta diez, cada uno con las bandas de las armas colgando de su cuerpo mientras disparan contra ellos.

Eso, sin embargo, no quiere decir que no existan más escondidos.

Se arrodilla para disparar, dejando que el empuje del arma tire su hombro hacia atrás cada vez que jala del gatillo, sus ojos yendo de hombre en hombre, tratando de disparar contra sus cuerpos mínimo dos veces. El tercero al que le dispara cae hacia atrás, un hilillo de sangre brotando de la mitad de su frente, justo donde Jungkook apuntó segundos atrás.

.- ¡Avísele al capitán que están al este! - le grita al soldado de comunicaciones, sin despegar su mirada del campo y sin retirar su dedo del gatillo, la ráfaga de disparados provocándole un dolor en su hombro, pero incapaz de detenerse aunque todo es muy confuso - ¡Tres objetivos caídos!

.- ¡Un soldado herido! - grita uno de sus compañeros justo sobre su oído.

Jungkook lo ve, su cuerpo cae en seco por una bala que perfora su casco y sabe que no está herido, sabe que ya no vida alguna que salvar. Pero ellos aún no son blancos de disparos, demasiado alejados y resguardados para ser alcanzados, así que debe idear una estrategia que los haga salir vivos de ahí, por lo menos a la mayor cantidad de ellos.

Su mente está dividida entre defenderse y escapar, entre proteger a sus compañeros y salvarse a sí mismo. Odia ser un líder.

.- ¡Divídanse en dos! - les grita, dando la orden con un movimiento de manos por si no escuchan sus gritos producto del eco de los disparos - ¡Debemos retirarnos y abrirnos paso al campo abierto, donde podamos verlos y...!

La orden muere en su boca cuando el sonido seseante de una pared derrumbándose le inunda los oídos, Jungkook no sabe de dónde proviene de inmediato, pero las partes de algo más poderoso que una granada explotando justo sobre ellos le indica hacía dónde mirar. Sus ojos alzándose lo suficientemente rápido como para ver los primeros bloques caer sobre sus cabezas antes de que todo se desplome en un desastre de polvo, fragmentos de paredes y cuerpos humanos.

El silencio es lo siguiente de lo que Jungkook es consciente, un punzante dolor se extiende por su brazo izquierdo y un leve hormigueo le indica que su pierna derecha está aprisionada con algo. El zumbido de sus oídos aparece cuando mueve la cabeza, sus ojos apenas y vislumbrado algo entre la oscuridad acrecentada por el polvo que le entra en los pulmones y parece querer asfixiarlo.

La boquilla del arma se le clava en un costado, aunque no sabe en cuál mientras sus palmas cortadas son apoyadas en el suelo en un intento de levantarse. La cabeza de un compañero está a su lado bajo un pesado bloque de cemento, lo sabe porque es capaz de distinguir su casco que descansa en un charco de sangre polvorienta. La cabeza le da vuelta y siente ganas de vomitar lo poco que comió de la ración más temprano.

.- Hey, Jungkookie. Vamos, será divertido.

.- No, hyung... ¿y sí nos lastimamos?

.- Estás conmigo, Kookie. Siempre voy a cuidarte.

.- No lo digo por mí, Tae. Puedo cuidarme solo.

.- Bien, puedes cuidarme tú a mí.

Tose, sintiendo dolor en sus pulmones por el esfuerzo e intenta arrastrarse aún con la mente en un remolino, el zumbido incrementándose considerablemente. Tira de su pierna con esfuerzo, sintiendo que su carne parece desgarrarse en un dolor apabullante, sin embargo, no desiste. No va a rendirse, mucho menos a dejar que el polvo todavía en el aire oscuro amortigüe sus posibilidades de respirar.

Le prometió a Taehyung que volvería, aún tiene mucho por hacer.

Una vida entera por vivir juntos, sin miedos que los condenen. Jungkook se aferra a la imagen de ellos cuidando un jardín, compartiendo una pequeña con vista a las montañas mientras se acobijan con la misma manta, sus piernas demasiado juntas y sus cabezas recostadas una sobre la otra. Se imagina a ambos cenando con sus padres, tomándose de la mano con libertad mientras sus hermanos bromean en el fondo.

Se imagina llevando a Taehyung en una cita.

Se imagina casándose con él.

Incluso se puede ver a sí mismo envejeciendo a su lado, aguantando sus caprichos como Taehyung aguantará los suyos porque simplemente vinieron al mundo para amarse, para entender que el otro estaba lejos de ser perfecto, pero no por eso sería menos digno de amor. Jungkook lo sabe, sabe que ha pospuesto demasiado tiempo la libertad y se aferra a ello porque no va a lastimarlo una vez más, no va a morir ahí.

.- Me gustaría que viéramos un atardecer juntos.

.- ¿Un atardecer, hyung?

.- Si y que nos quedásemos sentados en la playa hasta que amaneciese.

.- Creo que pasaríamos mucho frío, ¿no lo piensas? Sentados en la playa por horas de noche, sería un poco raro.

.- No importa. Nos calentaríamos entre nosotros y... así podríamos prometernos que estaremos juntos en la oscuridad y también cuando llega de nuevo la luz.

Jungkook jala una vez más, reconociendo al fin que su hombro izquierdo está dislocado y que su cadera parece haberse lastimado seriamente también, pero no se rinde. Se arrastra, moviendo con esfuerzo su pie hasta que siente que se libera de la presión y eso solo aumenta el dolor, un gemido desgarrador brotando que su garganta adormecida.

.- ¿Black Wolf?

Alguien utiliza su apodo militar, es una voz lejana, pero sirve de incentivo para escarbar entre los escombros sueltos hasta que una luz se filtra entre ellos. Hay sangre por todos lados y Jungkook no sabe si es suya o de sus compañeros, no importa cuando el dolor es abrumante, pero la necesidad de salir lo es aún más. Necesita volver, prometió hacerlo.

.- ¡Black Wolf! - la voz del soldado perfora en el zumbido, apenas y un poco antes de que Jungkook note manos por fuerza que mueven las piedras, la luz exterior cegándolo por más de unos segundos - ¡Capitán! ¡Capitán! ¡Hay un sobreviviente más!

Jungkook vuelve a toser con esfuerzo, las ganas de vomitar regresando cuando unas manos lo alzan como si fuese un muñeco de trapo y le intenta poner de pie. Su pierna izquierda parece estar en carne viva, pero el sol incesante quemando su piel incluso sobre la sangre seca, parece ser una muestra de que está vivo, vivo para volver a casa con quienes ama, con su hermano, con su madre y con Taehyung.

Taehyung, que se gira a varios metros de distancia, con el rostro anejado en preocupación y miedo que parecen evaporarse cuando lo ve, de pie entre dos soldados que intentan sostener su maltrecho cuerpo. Jungkook sabe que debe verse terrible, cubierto en polvo y sangre, pero sabe también que poco importa eso cuando Taehyung y él pueden volver a mirarse a los ojos.

Todo sucede demasiado rápido, es un milisegundo.

Sus ojos captan el movimiento a la distancia, dos metros al oeste de Taehyung donde yace los cuerpos caídos de los terroristas. Ve la mano que tiembla alzándose con un arma que apunta a la espalda de Taehyung, el mismo Taehyung que ahora camina despreocupado hacia él porque se supone que no hay peligro, que ya no debería de haber peligro.

Jungkook no sabe cómo lo hace, no sabe ni cuándo lo hace, pero sus brazos caen del agarre de los soldados. Su ojo entrenado fijo en el hombre que desde el suelo, más en la muerte que en la vida, está dispuesto a llevarse a alguien con él y Jungkook, el soldado y el simple ser humano que ama, no puede permitírselo.

Desenfunda el arma de su cinturilla, sin tiempo para agradecer que sigue ahí después del desplome. La palma de su mano quema por los cortes mientras empuña el mango de la semi automática, está demasiado lejos para acertar un disparo, sólo necesita unos metros. La mano del hombre tiembla frenéticamente, ¿Cómo no ha notado nadie que está preparándose para jalar del gatillo con su último aliento?

.- Jungk...

El sonido de su propio disparo se camufla con la voz de Taehyung, sus piernas respondiendo lo suficientemente rápido como para avanzar a campo abierto, la sangre de la herida de su lado izquierdo dejando un camino tras él. Jungkook ve al hombre caer muerto, su arma sin dispararse porque él, el capitán de un equipo de élite, ha sido más rápido está vez.

Lo ha sido para matar al hombre, también para escuchar el sutil "clic" justo bajo su pie.

Les dije que era decisivo. ¿No lo creen?

Siento que el capítulo es tensión pura y el final es... Uh, UHHHHHHH

Ni siquiera voy a decirles que no me odien por eso, maldíganme sí quieren, sé que estoy siendo mala, pero esto es justo lo que había decidido qué pasaría. ¿Alguien imagina qué sigue?

Sólo nos queda un capítulo y el epílogo, luego vendrán los extras (las dedicatorias las dejaré para el próximo cap. son muchas y creo que merecen ser mencionadas en el final). Así que este es el capítulo definitivo, aquel que lo marca todo... como cuando en Juego de Tronos, Daenerys decide quemar toda una ciudad, así mismo.

Sin embargo, por favor esperen al próximo capítulo antes de sentir que la historia no tiene un buen final, de verdad. Realmente es posible. Además de que tendrán extras súper bonitos. :3

Como sea, sí todo va bien, el próximo capítulo llegará pronto o... ¿les gustaría mejor una partecita especial que cuente lo que pasa justo después de este cap.? El siguiente saltará un poco en el tiempo, así que podría traerles mañana mismo ese trocito. ¿Qué dicen?

No olviden darme sus opiniones.

Gracias por todo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro