Capítulo 16.-
Hoy no dejaré nota al pie, sólo diré:
No me odien, esperen al próximo cap. ;)
La primera orden llegó al despuntar del alba: "Deben trasladarse a una base militar más cercana al sitio de la misión."
Escuchar al general decirlo no había hecho feliz a Taehyung, su cuerpo rígido y tenso por lo que implicaba un traslado en las solitarias carreteras del desierto: se convertían en blancos fáciles de ser atacados y superados en combate. Un ataque en esas condiciones podría llegar de cualquier lado: desde los pasos montañosos, las aldeas en las que se escondían los insurgentes o incluso un retén improvisado con el propósito de capturarlos; todas esas posibilidades eran altamente probables y en ninguna tenían oportunidad de ganar.
.- Escuchen escuadrón – son sus primeras palabras cuando los hombres que va a dirigir se reúnen en el patio del ala 3 del complejo militar, todos con sus enormes mochilas y el uniforme perfectamente acomodado – Nuestro traslado a la base no tomará más de tres horas de camino, pero no por eso es menos peligroso. Estaremos divididos en tres camiones con el fin de hacer menos efectivo un posible ataque contra nosotros.
Jungkook le observa en silencio mientras permanece al frente de los hombres con los que lleva años trabajando en el campo: .- ¿Cómo se hará la organización, capitán?
La pregunta flota en el aire unos segundos que a Taehyung se le hacen eternos, quiere decirle que será una organización en la que Jungkook no está contemplado, que como capitán ordena que se retire, pero la realidad es que Jungkook fue enviado desde Corea para convertirse en su segundo al mando y por más que Tae lo desease, no podría alejarlo de su asignación.
.- Iremos divididos en grupos de cuatro, soldado – es lo que responde, forzando a su voz a sonar lo suficientemente firma y sin dirigirle una mirada – Estaré en la retaguardia del convoy. Como segundo al mando, usted irá en el primer vehículo, así en caso de que seamos atacados, las órdenes no se perderán, ¿entendido, soldados?
El gesto de Jungkook permanece ilegible, pero Taehyung sabe por la forma en que su mirada se ha desviado, que su novio ha comprendido el significado de sus palabras: los está dividiendo para que sí alguno de los camiones es atacado, las bajas sean menores y, en caso de Taehyung ser una de ellas, Jungkook pueda seguir dando órdenes a los sobrevivientes. No es una decisión apresurada, la definió tras pensarlo demasiado y concluir que es la única estrategia que les asegura que algunos vivan en el peor de los escenarios.
Taehyung sabe que el último camión es el blanco ideal y jamás pondría a Jungkook en él.
.- Dije: ¿entendido? – pregunta con voz de mando cuando el silencio se extiende incómodo entre los hombres que se miran con disimulo entre ellos.
La respuesta llega en coro: .- Entendido, capitán.
Taehyung observa por un segundo de los hombres bajo su mando, grabándose sus rostros desenfadados en su memoria como un aliciente de que debe traerlos a todos con vida para el final de la misión. Hombres con carreras honorables, pero que más allá del uniforme, seguramente tienen una familia en casa que los espera de vuelta. Sus ojos se detienen en Jungkook, pensando inevitablemente en la madre y el hermano del menor, quienes siempre han confiado ciegamente en que Taehyung daría su vida por protegerlo.
No se equivocan en ello.
.- Prepárense, partimos en diez.
Se dispersan rápidamente, ajustando las correas de sus mochilas, amarrando los cordones de sus botas y acomodando sobre sus cabezas los gruesos cascos que podrían asegurar su vida en una situación tensionante mientras se ríen en tono alto, codeándose entre ellos como sí no estuviesen dando el primer paso para una asignación que a cualquiera aterraría. Sus ojos los siguen, evaluando sus sonrisas y lo que sus miradas transmiten, preguntándose inevitablemente cómo habría sido la última misión de Jimin y sí esta es o no la suya.
.- Ha pensado en todo, capitán – Jungkook se dirige a él en coreano, sabiendo que son pocos los soldados que podrían entenderlos – Pero no me siento conforme con su decisión de ir en el último camión.
.- Eso no está en discusión, soldado Jeon – sacude su cabeza, cruzándose de brazos a la vez que es incapaz de mirarlo, fingiendo estar más concentrado en los hombres que se preparaban a unos metros – Soy quién toma las decisiones aquí y sino no está de acuerdo con ellas, puede comunicarse con los superiores, soldado.
.- Que no se le olvide que tengo el mismo rango que usted – Jungkook se endereza, luciendo imponente en su uniforme y con los ojos levemente entrecerrados porque sus palabras evidentemente lo han irritado – Está al mando de la misión, pero soy su igual en el campo, no se le olvide eso, capitán Kim.
Es entonces que Taehyung se obliga a girarse para mirarlo, los ojos del menor escrutándolo con clara molestia: .- ¿Busca que lo remueva de su posición, soldado? No permitiré ningún desacato a mis ordenes en este escuadrón y sí planea rebatir mis consideraciones como oficial al mando, mejor dígalo en este momento. Estoy seguro que la oficina le asignará una misión digna de su rango y habilidades...
Taehyung no duda en sus palabras, casi rezando para que Jungkook replique a lo que ha dicho y así poder cumplir con la amenaza que le ha dado, nada le haría sentir más tranquilo en el mundo que tener un justificante para retirar a su novio de la asignación, incluso sí eso implicaba dejar a un más que furioso Kook atrás. Así que endereza su cabeza, dejando en evidencia que es sólo un poco más alto que Jungkook y puede lucir igual o más imponente que el menor de los dos.
.- Eso le gustaría... - murmura Jungkook, retrocediendo un paso antes de hacer el saludo militar como respuesta - Como ordene, capitán.
Taehyung no responde, observando a Jungkook darse media vuelta para prepararse igual que sus compañeros. Lo observa con atención, descubriendo que se comporta de la misma forma en que lo haría sí discutiesen estando en casa, una sonrisa pugnando por salir de sus labios al evaluar el milisegundo en que un puchero se forma en los labios de su novio cuando sus miradas se encuentran en la distancia, un gesto fugaz antes de regresar a su estoico rostro.
Cuando los camiones se estacionan en línea recta, preparados para ellos, Taehyung sabe que no hay marcha atrás.
Observa a cada uno de sus hombres subir, con la mochila en los hombros, los cacos y las botas puestas a juego con el pálido uniforme, la pesada ametralladora golpeando sobre sus pechos antes de apoyarla en su rodilla cuando por fin están dentro del camión. Sus ojos, inevitablemente, se detienen en Jungkook, que acomoda a sus compañeros con firmeza, el arma colgando de su costado antes de que se gire levemente para observarlo.
Sus ojos se conectan por un instante que se les antoja demasiado breve, no hay palabras ni las habría nunca, tan sólo el deseo ferviente de reunirse en tres horas más.
Juntos y a salvo.
Taehyung le ordena que suba al camión con un movimiento de cabeza que Jungkook entiende con facilidad antes de que la imagen de su novio en uniforme, listo para responder a un fuego cruzado en cualquier instante, le nuble la vista. Lo observa sentado en el borde, con el arma bien puesta en las piernas, sus ojos levemente cubiertos por el casco y aquello le produce que un peso se instale en su pecho, casi impidiéndole respirar en paz.
.- Listos para partir, señor – indica uno de los soldados encargados del patio, tendiéndole la ficha que debe firmar antes de partir – El plan de ruta fue modificado unos cuantos kilómetros, para que no entren por la vía principal de la base y evitar un ataque.
Taehyung frunce el ceño levemente: .- Nadie me informó de un cambio.
.- Lo avisó el general hace unos minutos, los conductores ya tienen la hoja de ruta lista y no debe preocuparse por eso, serán sólo unos minutos más de camino – es todo lo que dice el soldado antes de indicarle que debe subir al camión para poder partir.
La tensión se acumula en sus hombros con la sola idea de un cambio tan repentino, pero procura no demostrarlo cuando se sienta frente a los tres soldados bajo su mando que lo acompañan dentro del camión. Cuando el motor se enciende, sus cuerpos parecen tensarse a la espera de que efectivamente arranquen, cada camión sale con una diferencia de dos minutos exacta entre ellos, una de las tantas medidas usadas para evitar ataques que sean mortíferos para el escuadrón.
Las cajas con municiones y comida van hasta el fondo mientras ellos permanecen sentados con las armas listas cerca de la entrada, sus ojos fijos en cómo la imagen de la base desaparece en el polvo del desierto cuando no llevan más de cinco minutos de viaje. Taehyung se centra en ello: en el paisaje árido, las aldeas diminutas que están abandonadas y que van dejando atrás a medida que se internan en el desierto. Las contempla a la espera de vislumbrar algún enemigo perdido entre la arena, sus manos cerradas firmemente en el mango de su pesada y brillante arma, casi sintiéndola una extensión de sí mismo que es tan vital que no podría vivir sin ella.
.- ¿Está todo bien, capitán? – la voz de uno de los soldados, con su particular acento estadounidense remarcándose, le distrae del paisaje lo suficiente como para que se gire a observarlo – Su herida ya sanó correctamente, ¿verdad?
La mención a su herida le recuerda que nunca lo comentó con Jungkook, temeroso de preocupar de más a su novio por la condición de su cuerpo. Sabe que los puntos han sanado lo suficiente cómo para no abrirse, pero desconoce cuál es el estado real de la herida al interior de su cuerpo y sí ha tenido el suficiente tiempo para que los tejidos que fueron lastimados sanen de forma correcta. Se alegra, por un instante, que Jungkook no esté enterado.
.- Todo está en orden, soldado – es su respuesta, tratando de sonar amable para el hombre que parece genuinamente preocupado – Mi herida no interferirá en nuestra misión.
.- No lo digo por eso, capitán – corrige con rapidez el hombre, afianzando su arma – Estuve en el helicóptero con usted y yo realmente pensé que iba a morir ahí, había perdido tanta sangre y cuando quedó inconsciente todos lo dimos por muerto... me resulta increíble que esté aquí y no en el lugar dónde, creo, desearía estar.
El silencio vuelve a ganar terreno tras las palabras del hombre, Taehyung viéndose incapaz de encontrar una respuesta a ellas. ¿Cómo decir en voz alta que el lugar dónde desea estar, ese que muchos llaman hogar y que para él no es un apartamento sino estar junto al hombre que ama, no es otro que ese maldito desierto porque Jungkook está tan sólo a un camión de distancia de él?
Donde él esté, sólo a su lado, es donde yo debo estar.
No hay palabras para expresarlo, así que vuelve su vista al enigmático desierto que a tantos aterra, se pregunta cuántos secretos no guarda su arena y sí son tan profundos como el amor que alberga por Jungkook. Se pregunta sí realmente existe una posibilidad para ellos que no implique armas y uniformes, que no los lleve a guardar silencio y no poder tomarse de las manos por miedo a ser juzgados. ¿Podrían algún día ser sólo una pareja normal?
La pregunta muere en su mente cuando el camión frena de golpe, la fuerza de la acción empujándolos hacia el fondo del espacio a la vez que un fuerte estallido resuena en sus oídos y los ensordece brevemente. Taehyung no tiene tiempo de procesar nada cuando los gritos llegan a su mente primero como zumbidos que se aclaran con los segundos, voces que se entrecruzan sin claridad y que le retumban dentro del cráneo con demasiada fuerza.
Su cuerpo ha caído contra la banca y su hombro se ha golpeado con una pesada caja de metal que contiene municiones, lo sabe por la sangre que resbala en su uniforme de tonos tierra y que se humedece con los segundos. No hay dolor que pueda registrar, mucho menos cuando comprende que no los han atacado a ellos, que se ha lastimado producto del freno improvisto y no haber estado sujeto con nada.
.- Capitán, capitán...
La voz del soldado la enfoca sobre él, sus ojos distinguiendo su silueta borrosa antes de que sus manos lo levante del suelo. Los cuatro parecen estar bien, sólo rasguños y golpes menores evidenciándose en sus cuerpos mientras los gritos provienen de fuera. No hay sonido de disparos de ningún tipo y Taehyung no consigue comprender qué sucede o qué ha pasado para que el camión frenase de esa forma y con tanta fuerza cómo para arrojarlos así.
.- ¿Están todos bien? – hay un soldado fuera del camión, observándolos con un gesto alterado que casi ronda en el terror - ¿Se ha lastimado, capitán?
Taehyung comprende con lentitud que la pregunta es para él, girando su cabeza para ver su hombro herido y la estela de sangre que resbala por su brazo. Sacude la cabeza, no es una herida importante y la pérdida de sangre tampoco es considerable como para preocuparse por ella en ese momento, ya tendría tiempo para que Jungkook la curase por él tras un largo regaño por haberse lastimado de forma tan tonta...
Jungkookie...
.- ¿Qué ha pasado? – exige saber, moviéndose hacia la salida con la adrenalina comenzado a correr por sus venas, el recuerdo de su novio estando en el mismo convoy le atormenta cuando no recibe una respuesta inmediata a su pregunta - ¡¿QUÉ HA PASADO?!
El soldado se encoge levemente en sí mismo: .- N-no sabemos... al parecer un niño bomba se ha atravesado en el camino, estamos tratando de ver sí hay heridos, pero hay un incendio en el vehículo y es peligroso acercarnos...
Sus palabras le resultan inservibles a Taehyung, que salta fuera del camión para vislumbrar el panorama más adelante y lo que ve hace que su corazón casi deje de latir: la arena flota por el lugar, dificultando la visibilidad, sus ojos distinguen los uniformes de sus soldados moviéndose de un lado al otro, las fuertes y anaranjadas llamas mucho más adelante donde se supone debía estar...
.- No, no, no – susurra para sí, sus pies moviéndose solos para avanzar el largo trecho que lo separa del sitio donde debía estar el camión que lideraba el convoy, el camión de Jungkook y que ahora sólo es un montón de metal destruido a un lado del camino, rodeado por llamas que amenazan con empeorarlo todo – Por favor, por favor...
Quiere rogar todos los dioses conocidos, quiere arrodillarse y suplicar porque sus ojos estén viendo mal cuando llega a sólo unos metros del vehículo volcado, su cuerpos resintiendo el calor de las llamas mientras sus ojos buscan en vano un rastro que no aparece por ningún lado. Tan sólo hay metal y fuego, el crujir de las llamas lo ensordece todo y los gritos se evaporan como sus esperanzas.
Esto no puede ser real, no puede estar pasando.
Jungkook y él sólo habían compartido breves horas juntos tras haber estado separados demasiado tiempo, se habían prometido una vida juntos, una vida distinta luego de esta última misión. ¡Ni siquiera había empezado la misión! ¡¿Cómo podía ser real?! Taehyung sólo es capaz de sentir su cuerpo temblar, sucumbir al pánico y el dolor que comienza acalambrar no sólo sus músculos, sino su mente.
.- ¿Capitán? ¡Capitán debe alejarse, puede estallar en cualquier momento! - un par de manos le jalan hacia atrás, provocando que sus rodillas cediesen hasta tocar el suelo, sin poder hacer algo más para responder a los gritos y las voces de sus soldados - ¡Debe moverse capitán!
Pero no puede, ¿cómo podría? ¿cómo hacer eso si significa dejar ahí a Jungkook?
Jungkook, su compañero de vida, no sólo el hombre que ha amado desde siempre, sino quién le da sentido a todo con su sonrisa perezosa en las mañanas, sus risas juguetonas cuando le gana una partida en algún videojuego sin importancia, sus besos repletos de amor y sus manos, esas manos que construyeron un mundo entero para que Taehyung viviese en él. ¡¿Qué es de Kim Taehyung sin Jeon Jungkook?!
La respuesta llega tan rápido como las lágrimas que caen por su rostro encenizado y que se evaporan debido al calor de las lágrimas: Nada. En este mundo no hay un Taehyung sin Jungkook.
Su cuerpo se atenaza al suelo, no sabe qué decir, no sabe qué hacer más que gritar: .- ¡JUNGKOOK!
Mentí, aquí estoy. Jajaja
Bueno, en realidad seré muy breve... De verdad, no me odien. Sólo tengan paciencia. Cosas buenas vendrán, dijo la biblia. :3
Cuéntenme qué les pareció y prometo que nos leeremos más pronto de lo que creen.
Besitos.
Posdata: Amo esa pareja de Descendiente del Sol... en serio, son los mejores.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro