Capítulo 14.-
AMÉ, amé con todo mi corazón, escribir este capítulo.
Espero ustedes lo amen también.
Dedicado a todos quienes alguna vez hemos amado, con miedo, pero sin rendirnos.
Taehyung no recuerda haberse sentido nunca de esta forma.
La adrenalina le entumece los sentidos.
La emoción de volver a ver a Jungkook, no sólo de verlo sino también de poder escuchar su voz, ver su sonrisa y tocar su suave piel, parece erizar cada poro de su cuerpo con anticipación. Sin embargo, aquella emoción se mezcla también con miedo y enojo sobre la situación en la que vuelven a reencontrarse, sabiendo que ambos van a exponer sus vidas y que, bajo esa circunstancia Taehyung no puede ser objetivo, no teniendo al hombre que ama en la línea de fuego.
Aun así, permite dejar de lado esos sentimientos mientras camina en círculos dentro la habitación que le asignaron como Capitán desde hace semanas. Ha pedido a los soldados que le informasen al Capitán del escuadrón de refuerzo que se reúna con él para hablar de la misión cuanto antes, pero Taehyung sabe que lo único que podrá hacer es aferrarse al cuerpo de Jungkook hasta quedarse seco de tanto llorar, sintiéndolo a su lado y, con ello, que su corazón vuelve a latir con normalidad.
¿Jungkook tiene idea de que es él con quien va a encontrarse? ¿Fue por eso que aceptó venir a un lugar tan peligroso? ¿Qué tenía en la cabeza su bonito novio cuando pensó en ello? Las preguntas le acosan por largos minutos, sus pesados pasos resonando por el lugar a la vez que sus ojos no abandonan la puerta, esperando por verlo, por sentirlo de nuevo a su lado.
¿Podía quitar el aire, el amor? ¿Podía doler tanto una separación?
Taehyung había sentido cada día como sí alguien le quitase el aire y la fuerza, había pensado que una parte de sí mismo se marchitaba en el más cruel de los inviernos mientras el mundo seguía sin él poder decirle a Jeon Jungkook que lo amaba una vez más. Había recitado versos y palabras de amor al paisaje desértico, esperando que alguna deidad en la que no creía, le llevase su voz a Jungkook.
Ahora, al fin y en condiciones que no esperaba ni quiere, Jungkook ha llegado a él.
Por ello su cuerpo se paraliza con anticipación cuando dos golpes suaves en la puerta le sobresaltan y detienen su caminata en círculos. Taehyung no registra su voz diciendo "adelante", sus ojos tan sólo observando la figura que conoce de memoria colándose en su campo de visión cuando la luz del pasillo la adorna a contraluz. Sólo entonces, Taehyung vislumbra con detalle a su dulce y bello novio tras largos los meses.
Jungkook no le nota de inmediato, más concentrado en cerrar la puerta para dejar fuera el bullicio de los soldados que pasan cerca, lleva el cabello revuelto por el pesado aire del desierto, su uniforme completamente pulcro y organizado, una de sus manos sostiene aún el sombrero oficial y su cuerpo, aquel sensual cuerpo que Taehyung ha venerado desde la adolescencia con las caricias más lujuriosas y cariñosas, luce firme cuando se gira.
No hay palabras que describan lo que siente.
No hay nada que pueda decir que se acerque siquiera un poco a lo que se acumula en su pecho cuando sus ojos por fin se reencuentran.
Es el hombre al que vio crecer, con quien jugó de niño y con quién descubrió el amor. Es el hombre al que ha llevado de la mano por el camino de la vida, sosteniéndose mutuamente como muestra de como su amor, incluso siendo un secreto, es más fuerte que el roble más antiguo del bosque, más puro que el primer copo de nieve en una tormenta y más incondicional que cualquier promesa hecha en el mundo.
Taehyung no tiene palabras, mucho menos cuando el reconocimiento cruza los ojos del menor y su gesto de sorpresa transforma sus definidas facciones.
Él tampoco dice nada, casi como si Taehyung fuese una ilusión en medio de la habitación vacía y silenciosa. Jungkook da un paso meticulosamente medido antes de dejar de refrenar sus impulsos; Taehyung no lo ve venir para cuando Jungkook ya ha saltado a sus brazos, rodeando su cadera con sus tonificados muslos, enredando sus brazos alrededor de su cuello y enterrando su rostro junto a su oreja derecha, sollozando.
.- E-eres tú... e-eres tú...
El llanto de Jungkook es casi silencioso, su agarre sobre él haciéndose más fuerte con cada minuto que pasa, pero aquello no le importa a Taehyung. En cambio, en lo único que puede pensar es en el calor corporal que conoce de memoria y que atraviesa sus uniformes, en el olor a jabón que inunda sus fosas nasales y le habla de su hogar, del pequeño mundo que construyen con un abrazo y que protegen con sus besos.
Porque el mundo puede destruirse a su alrededor, pero mientras Taehyung pudiese sostener a Jungkook contra él, mantenerlo a salvo a su lado, no importa nada más para él.
Así que cierra el abrazo con la misma fuerza que el menor, sus manos sosteniéndolo por la espalda para juntar sus pechos por completo. Ya no es sólo Jungkook quien solloza, sino él también. Lo hace mientras camina en dirección a la cama que hay en un rincón, sus labios repartiendo besos desordenados sobre los cabellos de su novio en un intento de demostrarle que es real, que realmente están ahí, juntos.
.- Mi amor, mi amor... - susurra contra su cabello, queriendo que Jungkook le mirase con aquellos ojitos que contienen el universo entero solo para él – M-mírame, mi dulce Kookie.
Jungkook niega con la cabeza, todavía sollozando contra él cuando ambos están ya en la cama, Taehyung sentado sosteniéndolo sobre sus caderas y él con las rodillas apoyadas en el colchón. Teme soltar siquiera un poco su agarre en el cuerpo del mayor, teme mirarlo a los ojos y que se desvanezca entre sus brazos como una cruel broma de su cerebro enfermo por la distancia, por la tristeza y el amor.
.- Te prometo que todo estará bien – susurra, una de sus manos sosteniendo la cabeza del menor con delicadeza – Estoy aquí... sólo déjame verte, q-quiero ver tu lindo rostro, bebé. Y quiero besarte, ¿me dejas?
.- P-promételo.
Taehyung sonríe con ternura al escuchar su voz frágil y ronca por el llanto pedirle aquello, su cuerpo sintiendo una descarga de paz que no sentía en mucho tiempo: .- Te lo prometo, mi amor.
Es entonces cuando el menor levanta con lentitud su rostro. No hay en él rastro alguno del experimentado y serio soldado Jeon, en cambio, le deja ver su rostro hinchado por las lágrimas que aún escapan de sus ojos grandes y llenos de brillo, los mismos que le miran con total adoración y amor. Un amor que es totalmente correspondido por él y que, espera, Jungkook sea capaz de vislumbrar también en su mirada.
.- P-pensé que nunca volvería a verte... - confiesa el menor en un susurro, Taehyung descansa sus frentes juntas, sintiendo el aliento cálido del otro mezclarse con el suyo – T-tenía tanto miedo, Taehyung. De perderte, de... no volver a decirte que te amo.
.- Te amo – le responde de inmediato, sus ojos fijos en los de Jungkook, que tiembla entre sus brazos cuando un sollozo vuelve a atravesarlo por completo, provocando que se muerda el labio inferior para que no escapase – Te amo tanto.
.- Y-yo... t-te amo, te a-amo – solloza el menor, sus ojos achicándose por el llanto a la vez que sus manos sostienen sus mejillas, acercando lo máximo posible sus rostros – Te amo, Tae... t-tanto que duele.
Taehyung asiente como respuesta porque lo entiende, lo siente igual que él.
Las palabras se acaban cuando sus labios se unen en un beso ansiado por mucho tiempo, encajando a la perfección con lo que es la experiencia aprendida de amar al otro hasta la saciedad, de conocer cada punto débil del contrario para explorarlo sin cautela y así, llevarlo a la cúspide del placer. Sus labios se encuentran, se reconocen y acarician como lo han hecho por tantos años que resulta incomprensible como cada beso sabe distinto.
El beso sabe a sus lágrimas, pero también a algo más.
Es un beso de profundo amor y respeto, de una veneración por el otro que sólo se encuentra en parejas que conocen hasta el más mínimo resquicio del alma ajena y, aún así, aman igual.
Taehyung le tumba sobre la cama con meticuloso cuidado, su cuerpo posicionándose con precisión memorizada sobre Jungkook y entre sus piernas, las mismas que se ajustan a su cadera cuando el beso pasa a contener más pasión y necesidad, dejando poco espacio al aire y al espacio entre sus cuerpos, los cuales parecen quemar en desesperación cuando el contacto se hace insatisfactorio.
Necesitan llegar más allá, comprobar que continúan perteneciéndose a nivel físico de la misma manera y entrega que a nivel emocional y espiritual.
Las manos de Jungkook desatan los botones de su uniforme sin necesidad de verlos, moviéndose y acariciando sus costados y su espalda antes de meterlas bajo la tela, acariciando con la yema de sus dedos la piel acanelada que tanto extrañaba acariciar. Sus uñas raspan ligeramente la piel de Taehyung, provocando que se arquee contra su pecha y sus miembros semi erectos y ocultos por la ropa de encuentren, friccionándose de manera deliciosa.
.- Mi amor... - su voz se escapa en un jadeo ahogado cuando los labios del mayor repasan ahora su impoluto cuello, besando y mordisqueando con suavidad hasta llegar a la línea del uniforme que no tarda en comenzar a desabotonar – Tae...
Taehyung no tiene voz, no hay manera de que diga en voz alta todo el deseo que se acumula en su cuerpo y que trata de escapar por la punta de sus dedos, por sus labios o por sus ojos, que acarician la sensual figura de Jungkook bajo su cuerpo, respirando agitado, con el cabello revuelto, los labios hinchados y una visible erección esperando por él, porque Taehyung le lleve por el camino del placer que sólo pueden recorrer juntos y de la mano porque se conocen, se ama y se respetan.
Sus manos acarician la piel de Jungkook cuando ya no hay tela de por medio, repasa cada cicatriz con sus besos como la primera vez que la vio, queriendo borrarla del cuerpo del hombre que ama, pero comprendiendo que hace parte de su historia. Le despoja con suavidad de cada trozo de tela que los incómoda, venerando los caminos que conoce de memoria sin necesidad de mirarlos y dibujando las constelaciones de universo propio en la piel cuando une sus lunares con besos.
Jungkook jadea, incapaz de hacer algo que no sea sentir.
Sus ojos se clavan en el techo, una de sus manos se enreda en la sábana bajo su cuerpo y la otra en el cabello de Taehyung cuando este recorre sus piernas con besos, abriendo sus piernas para él sin miedo alguno de exponerse. ¿Cómo podría avergonzarse de estar así, ansioso por sentirlo, cuando Jungkook ya le ha abierto la puerta a su corazón sin restricción alguna desde hace tanto, tanto tiempo?
.- Tae...
Su voz se pierde en el momento, susurros ahogados y gemidos bajos que escapan de él cuando los dedos de Taehyung se abren camino dentro de su cuerpo, acariciando sus pliegues y sus paredes internas con devoción, cuidándolo como lo ha hecho desde la primera y torpe vez en que se amaron cuando adolescentes. Taehyung sube por su cuerpo, regando más besos y mordiscos que Jungkook acumula en el fondo de su estómago, alimentando su excitación.
.- Ábrete para mí, mi amor – susurra sobre sus clavículas el mayor, sus dedos todavía acariciando su interior, moviéndose adentro y afuera a la vez que sus caderas comienzan a buscar más, exigiendo lo que verdaderamente necesita – Así, Kookie...
.- Tae... Tae... - sus ojos se encuentran con los de su novio, ambos nublados por el deseo y la necesidad, pero repleto del mismo amor de siempre – P-por favor...
Taehyung no quiere hacerlo rogar, no ahora. No cuando él mismo siente que se queda sin aire mientras sigue empujando sus dedos dentro de su cálido y apretado cuerpo. Ya habrá tiempo y momentos para que Jungkook grite por él, rogando porque cumpliese sus deseos y le llevase al orgasmo con fuerza; ahora, ahora Taehyung sólo quiere amarlo con lentitud, grabándose lo que ya sabe de memoria, recordando de primera mano lo que ha vivido mil veces antes.
Por eso encaja sus labios con los de Jungkook, ambos conteniendo el aliento cuando al fin se introduce con lentitud en él, sus caderas tensándose por el placer que le recorre al estar de nuevo rodeado por aquellas paredes cálidas y estrechas que le reciben con facilidad y familiaridad. Jungkook echa la cabeza hacia atrás, cerrando sus ojos con placer a la vez que sus brazos se cierran alrededor de su espalda, juntando sus pechos para que Taehyung no pueda alejarse, para fundirse en uno.
Porque siempre ha sido uno.
.- Te amo – vuelve a susurrar sobre sus labios, el menor respondiéndole con un gemido bajo que se hace más profundo cuando Taehyung retrocede sus caderas – Te amo... te extrañaba tanto, bebé. Tanto.
Jungkook asiente, sin voz.
Él también lo ama, él también lo extrañaba con cada fibra de su ser y no se trata, bajo ningún precepto, de extrañar el sexo. No, se trata de haber extrañado el alma contraria, la voz, los silencios, la risa, las miradas, el lenguaje en común, los recuerdos compartidos, los planes trazos juntos... se trata de como ambos extrañaron el mundo que existía sólo cuando estaban juntos, no sólo haciendo el amor, sino existiendo en compañía.
La mano grande y caliente de Taehyung acaricia su muslo exterior antes de que su movimiento de cadera de acelere, tan sólo un poco. Sus dedos, sólo con las yemas, dibujan figuras y palabras de amor en la piel de Jungkook durante todo el momento, queriendo escribir sobre su piel, junto con su sudor, una historia que hablase de todos esos sentimientos contenidos entre ambos.
Hay mucho por decirse, hay preguntas y reproches, pero por el momento, lo único en lo que Taehyung puede pensar es en amarlo, en dejar que Jungkook lo ame.
Se lo dicen de muchas maneras por un largo rato: Taehyung le dice te amo sin palabras cuando ralentiza el golpeteo de sus caderas, dejando que ambos sientan cómo se unen con extremada lentitud; le dice que lo ama cuando besa sus párpados cerrados y murmura lo hermoso que luce contra la piel de su cuello. Le dice que lo ama con la punta de sus dedos, con cada trozo de su piel que se junta a la del menor, con cada suspiro que escapa de sus labios y con cada latido que parece resonar contra su pecho.
Jungkook le dice que lo ama con gemidos bajos, se lo dice con palabras cuando Taehyung va más lento, se lo dice con abrazos apretados cuando siente que se separan demasiado para su gusto y, la forma favorita de Taehyung, le dice que le ama cuando abre sus preciosos ojos obnubilados por el placer y le muestra una constelación de sueños en el fondo de ellos. Sueños que hablan de ellos dos, con las manos entrelazadas caminando en alguna calle cualquiera, riendo en alto antes de darse un beso.
Jungkook le dice que le ama cuando llega al orgasmo, no con palabras, sino con sus brazos sosteniendo sus mejillas, sus ojos evitando cerrarse para que Taehyung lo vea alcanzar el cielo gracias a sus besos, a sus caricias. Un te amo de alientos mezclados, de orgasmos compartidos incluso sino son al mismo tiempo porque no importa, no cuando se han perdido juntos en el otro y con eso basta, con eso es más que suficiente.
Hay mucho por decir, pero justo ahora, sólo basta saber que se aman.
Que el mundo se puede acabar mañana y ellos, justo ahora, han escrito la historia de amor más bonita que alguna vez se vaya a contar y la han escrito para los dos.
Sólo para los dos.
Para que vean que yo entiendo que quieren seguir leyendo y que insisten en que actualice, me moví a escribir y poder traerles ésto. Así que espero les haya gustado, tanto como a mí escribirlo.
No tengo mucho qué decir, sólo que ellos dos se merecían esto desde hace mucho.
Además de que siento que hace mucho no escribía algo con tanto sentimiento y que me quedase tan bonito. Estoy muy orgullosa del capítulo (Me perdonan sí hay algún error de tipografía, ya ustedes saben que nunca releo :I).
Sí gustan, me encantará leer sus opiniones.
Gracias por todo, perdón por tan poco.
Nos leemos pronto.
Posdata: La canción del capítulo es una que mi novio, y futuro esposo, me dedicó alguna vez. <3
Posdata2: Les invito a que busquen un hilo en twitter que es PRECIOSO. Lo pueden buscar con el # EmilyXavier. Creo que todo el mundo debería leerlo, además de que me han dado ganas de escribir algo así.
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