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Capítulo 10.-

Kim Taejong es un hombre duro.

Su larga carrera militar le entrenó como un hombre serio, reflexivo y ausente de demostraciones de afecto en la mayoría de momentos, incluso en sus espacios más íntimos: esos donde era esposo, padre y guía. Por supuesto, el tiempo le llevó a arrepentirse de infinidad de recuerdos perdidos, plagados por su ausencia en las fotografías familiares y en los que no pudo ser ni esposo, padre y guía.

Su arrepentimiento más profundo: No haber demostrado su amor y orgullo por su hijo y el chico frente a él cuando lo necesitaron.

Había sabido siempre que Taehyung y Jungkook necesitaron de su guía, pero él no estuvo ahí para ellos. Ambos chicos habían requerido de una palabra de aliento en sus complicados caminos de la adolescencia, de su experiencia al momento de elegir qué hacer con sus futuros y por, sobre todo, necesitaron de escuchar de su parte que estaba orgulloso de quiénes eran y de cómo amaban.

Espera que no sea demasiado tarde para ello.

.- No sabía que vendría a la ciudad, padre – Jungkook sirve con cuidado los platos de comida sobre la pequeña mesa de centro en la sala, ambos acomodados al tradicional estilo coreano sobre cojines, dispuestos a almorzar como tanto solía disfrutarlo el patriarca Kim – De haberlo sabido habría ido por usted.

.- No era necesario, muchacho. No estoy tan viejo – desestima moviendo su mano con despreocupación – Fui de la estación de metro directamente a una cita que tenía agendada desde hace un tiempo, luego me dije 'por qué no pasar a ver a mis muchachos', además de que tenía encargado traerles comida.

Jungkook le dedica una sonrisa tranquila, de esas que siempre admiro en el menor porque le hacía lucir ajeno a todo lo malo en el mundo y que ahora, tantos años después, le hacía cuestionarse cómo era posible que ese hombre frente a él, un curtido y experimentado soldado de alto rango, siguiese conservando un aura tan inocente y juvenil.

.- No importa, padre. Siempre sería un honor para mí recogerle, además, estoy fuera de servicio por estos días... - la voz del menor se apaga poco a poco, mientras baja sus manos hacia sus rodillas y su mirada parece ensombrecerse - Necesito... distraerme.

Kim Taejong quisiera poder decirle algo, algo que borrase de pronto la angustia que se asoma por los expresivos ojos del hombre que vio caer y levantarse desde que no era más que un niño pequeño, sin llorar y sin rendirse. Apreciaba profundamente a la familia Jeon y amaba como a un hijo a Jungkook, así que no podía no sentirse afectado por el dolor que, evidentemente, parecía sentir.

.- Puedes llevarme más tarde al metro, Jungkook. Mi boleto es para las cinco, aunque podríamos pasarnos antes por la cafetería en la que trabaja Eun Jin, hace rato no veo a mi niña, ¿qué te parece? – le concede con una sonrisa que el menor le devuelve con genuina alegría mientras asiente en respuesta.

Sí, ese es mi muchacho.

.- Estoy seguro que Nonna, estará muy feliz, padre – la voz del menor brota segura, mientras cierra sus ojos y no deja de sonreír porque este hombre es parte de su familia, de sus recuerdos más preciados de la infancia y es también, su modelo a seguir – Por cierto, ¿todo está marchando bien en casa? Taehyung y yo pensábamos en tomarnos unos días de descanso a finales de año para ir y...

Jungkook lucha con esconder el dolor que atraviesa su cuerpo al mencionar a su novio, siente cada fibra de su ser latir con dolor cada vez que piensa en cómo los planes a futuro siempre son inciertos para ambos y tras semanas de soledad, cada vez es más difícil no ver una bruma oscura cubrir aquellos planes. Sin embargo, no es algo que puede confesar en voz alta porque implicaría hablar del miedo que le embarga con cada día que pasa y que Taehyung permanece lejos de él.

.- Todo marcha muy bien, hemos empezado el proyecto de la huerta hace unas semanas y ya han comenzado a salir los primeros brotes, sus madres están muy orgullosas – responde el patriarca Kim mientras comienza a servir dos vasos de soju con mano firme – Ambas hablar de participar en la feria de cultivos, así que ya veremos cómo avanzan las cosas.

La mención de su hogar produce en Jungkook una sensación de calidez que abraza su pecho, como cada vez que pensaba en su madre y la señora Kim, ambas apretujadas en los patios traseros que por años compartieron mientras cuidaban con esmero el sembradío que habían decidido hacer. Habían sido amigas y soporte de la otra por años, habían criado a sus hijos juntas y para Jungkook, eran motivo de un infinito orgullo.

.- Me alegra mucho escuchar eso – susurra, completamente honesto.

El hombre mayor asiente, observando de reojo su suave expresión mientras deja la botella sobre la mesa: .- Ahora, Jungkook... hay algo de lo que debemos hablar.

El silencio reinó entre los cuatro por largos minutos, sus tres hijos observando en silencio a cualquier otro lugar que no fuese su rostro serio, ese que siempre les pareció lejano mientras crecían, en donde su padre no fue más que figura casi siempre ausente y distante de sus vidas cotidianas, de sus problemas y de sus sentimientos.

Kim Taejong supo entonces, justo mientras los observaba ahí sentados, que nunca podría devolver el tiempo y destruir la enorme distancia que había entre él y sus hijos.

.- Me alegro que hayan podido venir hoy – es cómo decide comenzar a hablar luego de un largo silencio, evaluando la incomodidad presente en los tres – Sé que seguramente ya tenían muchas cosas agendadas, pero que sacasen el tiempo...

.- Eres nuestro padre, siempre tendremos el tiempo – Eun Jin le interrumpe, sus ojos deteniéndose al fin en los suyos mientras le dedicaba una mirada seria y que no dejaba espacio a réplica, tan parecida a su madre – Aunque admitiré que me tomó por sorpresa que nos citaras para hablar, a los tres juntos.

Jong Gyu, el menor de sus hijos, se remueve en su asiento mientras deja caer su cabeza sobre su hombro, mirando a través de la ventana: .- La verdad, padre... sí fue un poco sorpresivo. Digamos que no es muy común que desee pasar tiempo con no...

.- Bien, ya basta los dos. ¿En serio van a comportarse así con nuestro padre? – la voz de Taehyung resonó entre los cuatro, su uniforme militar resaltando en medio de la ropa informal de sus hermanos, quienes resoplaron por la evidente orden en su tono.

El hombre mayor se contuvo de suspirar ante la vista de su hijo, con su pesado uniforme y su rostro inexpresivo. ¿Dónde estaba el risueño niño que, cada que volvía a casa de una misión, le esperaba con una enorme sonrisa y algo curioso para mostrarle? ¿Por qué había sido precisamente Taehyung quien decidió seguir sus pasos en el ejército cuando... cuando todo él apuntaba a una vida más tranquila y mucho más feliz?

Lo habría imaginado incluso de Eun Jin, con su fuerte carácter y su férrea convicción de ser siempre mejor que el ayer, pero no del dulce niño que lloraba cada vez que veía una película triste o que, cuando se topaba en la calle con alguien pidiendo dinero para comer, escarbaba en sus bolsillos en búsqueda de cualquier moneda o dulce que pudiese regalar.

.- Escuchen, chicos – inició de nuevo la conversación cuando notó la tensión aumentar entre ellos – Lo que quería hablar con ustedes es algo delicado y quería hacerlo con los tres juntos porque así me resulta más fácil, además de que no quiero que su madre lo sepa aún y...

.- ¿Ha pasado algo en casa? – Jong Gyu preguntó de inmediato, su mirada mostrando alarma – Hablé con mamá esta mañana y no dijo nada, es más, dijo que Junghyun hyung estaba en casa por vacaciones y les ayudaba a montar el huerto.

.- No es nada con su madre, es sólo...

Eun Jin frunció su ceño entonces: .- ¿Es mamá Jeon entonces? Porque me enteré que te reuniste con Junghyun apenas estuvo en casa, y no me preguntes que cómo lo sé porque no...

.-Chicos, no es con ellas y sí, me reuní con Junghyun hace semanas por la misma razón que ustedes – terció con calma, tratando de devolver a su cause la conversación, aunque admitiendo para sí mismo que disfrutaba ver la espontaneidad en sus hijos, en sus miradas y en sus gestos, todo lo que se perdió por años – Escuche, hablé con él porque fue con quien pude reunirme primero, y ahora quiero hacerlo con ustedes. ¿Pueden escucharme?

.- Por supuesto, padre – habló de nuevo Taehyung, su mirada haciendo callar a sus hermanos – Te escuchamos.

El ex militar asintió mientras bajaba la vista al café frío sobre la mesa, lo había pedido mientras esperaba la llegada de sus hijos, sopesando silenciosamente cómo le haría frente a las tres personas que eran producto del profundo amor que sentía por su esposa, pero que nunca había sentido el amor de un padre de manera real, incluso cuando podía dar su vida sin dudar por ellos.

.- He estado visitando a un médico amigo mío durante unos meses...

La frase pareció flotar entre ellos por largos momentos, el silencio haciéndose pesado e incomodo mientras esperaba que alguno de sus hijos dijeses algo sobre ello, sin embargo, ninguno abrió la boca. Eun Jin frunció el ceño, Jong Gyu le miro fijamente sin entender y la expresión seria de Taehyung no se transformó ni un poco.

.- Recibí un diagnóstico luego de varias pruebas – continuó entonces hablando, tratando de sonar lo más calmado posible – Tengo cáncer pulmonar no microcítico, en etapa 3.

.- ¿H-has dicho cáncer? – la voz de su hija se quebró en la última sílaba mientras le observaba con una expresión entre la sorpresa y el pánico - ¡¿Has dicho cáncer?!

.- Eun Jin... - le llamó con suavidad Taehyung, pero la chica negó sin articular palabra mientras la mano del soldado se cerraba sobre la suya - Calma.

.- ¡Ha dicho cáncer! ¡CÁNCER!

.- ¿Desde cuándo lo sabes? – el menor de sus hijos le preguntó con la voz estrangulada por sobre la de su hermana mayor, sus ojos brillantes en múltiples emociones – Asumo que Junghyun hyung lo sabe, pero mamá...

.- No he sabido cómo hablarlo con su madre – afirmó mientras su manos se cerraban con fuerza sobre la taza – He hablado con Junghyun y su madre para que me ayuden cuando decida hacerlo, pero quería que ustedes lo supiesen de mí antes. Son mis hijos, los amo y siento mucho ponerlos en esta situación.

.- ¡¿Por qué te disculpas?! – su hija sollozó mientras le miraba evidentemente enfurecida, cómo sí no entendiese lo qué sucedía con claridad - ¿Acaso es normal pedir perdón por tener cáncer? Eres mi padre, no te atrevas a hacerlo...

.- Cariño, me disculpo por ponerles en esta difícil situación – le habló como cuando era una niña que lloraba por su miedo a la oscuridad, como cuando todo era tan sencillo como dejar la luz del pasillo encendida – Los pronósticos no son buenos y...

.- Dile que se calle, Tae – Eun Jin enterró su rostro entre sus manos, sus largo cabello negro cayendo sobre ellas y ocultando sus sollozos.

.- Hija...

.- Padre, ¿por qué no buscamos una segunda opinión? – habló al fin Taehyung en su dirección, mirándole reflexivo – Jungkook tiene un amigo en el hospital, es un buen médico y podemos pedirle nuevas pruebas. Sé que Kook está en asignación ahora, pero...

Kim Taejong negó entonces con su cabeza, pensando en Jungkook, a quien había ayudado a criar, quien siempre se sentaba en sus piernas a escuchar sus historias del ejército con evidente emoción, siempre hablando de como deseaba ser cómo él cuando grande. El hombre de corazón honesto y frágil que siempre había cuidado como a un hijo más.

El hombre que cuidaba del corazón de su dulce niño risueño.

.- No quiero que se lo digas aún, Taehyung.

.- Pero, padre... - su hijo dudó, su expresión convirtiéndose en una de angustia por primera vez en todo ese momento - Jungkook te adora, ¿cómo puedo ocultarle algo como esto?

.- Porque te lo estoy pidiendo – le respondió con firmeza - Quiero decírselo yo cuando considere que es el momento, así como con tu madre.

Jungkook guarda silencio, con sus ojos abiertos a más no poder y la mirada perdida, como si mirase a través de él.

.- Sé que no es fácil escucharlo, Jungkook – continúa hablando, obligándose a mantenerse firme para el más joven – Comenzaré el tratamiento dentro de poco y...

.- ¿Por qué no me lo dijo antes? – susurra entonces él, todavía medio ausente del momento que está viviendo, tratando de repasar lo que ha escuchado - ¿P-por qué? Padre, yo...

.- Muchacho, eres un hijo más para mí – le interrumpe, tratando de hablarle con todo el cariño que siente por él – Temí herirte con la noticia, así como temí herir a tu hermano y mis hijos. Siempre he sido un hombre fuerte y la roca de todos, no es fácil asumir que estoy enfermo y que la vida siguió a tal punto que nunca me di cuenta de como todos ustedes crecieron, que ya no soy su roca.

Jungkook siente sus ojos llenarse de lágrimas a la vez que su pecho se cierra con dolor, asumiendo lentamente la noticia: .- Pero, sí tan sólo hay algo que podamos hacer...

.- Tu padre se perdió tanto al irse, Jungkook – desvía el tema con facilidad, su mano estirándose para tomar la del menor con fuerza mientras le dedica una sonrisa suave, de esas que siempre quiso regalarle de niño – Seré egoísta y diré que me alegra haber tenido la posibilidad de ser quien te vio crecer a ti y a Junghyun. Estoy profundamente orgulloso del hombre que eres, de los seres humanos tan increíbles que son todos ustedes; sigue siendo así, Jungkook. Es lo único que quiero y necesito.

.- Aún a-así... - las lágrimas comienzan a resbalar por sus mejillas, rompiendo con la imagen que tanto pregonaba entre sus subordinados de soldado insensible; sus dedos se cierran con fuerza sobre los del hombre mayor, sosteniéndose de él mientras le atraviesa la tristeza.

El silencio se extiende, roto tan sólo por los sollozos ahogados del menor, mientras el hombre mayor no borra su sonrisa comprensiva. Había pasado por reacciones similares con cada uno de sus hijos, incluso con su esposa. Sabe que ese momento era para ellos, para aceptar la verdad del futuro que se cernía sobre todos; ellos serán su roca más adelante, pero antes deben llorar, quejarse y renegar de ello.

Kim Taejong se los permite, sabe que debe ser así.

.- Sólo deseo que seas feliz, muchacho – le susurra con voz profunda, colándose entre sus sollozos – Con las elecciones que has tomado y con la persona que has elegido para compartir tu vida. Sé que ambos se merecen el uno al otro, y estoy muy feliz de que hayan encontrado un amor tan genuino como el suyo.

Lo dice al fin, lo que lleva años pensando y que sabe, Jungkook y Taehyung siempre han necesitado escuchar.

Sabe que Jungkook lo entiende, porque de pronto le suelta mientras sus sollozos se exacerban, sus ojos mirándole con genuina incredulidad mientras, inconscientemente, se llevaba al pecho las placas de metal que cuelgan de su muñeca, apretándolas a la altura de su corazón como sí, de esa forma, Taehyung sepa también, donde sea que esté, que su padre les ha dado su bendición. Que siempre la tuvieron.

.- P-padre...

Kim Taejong le sonríe, pero antes de poder seguir hablando, el timbre del apartamento le sobresalta, aunque Jungkook todavía parece perdido en sus lágrimas, en lo que significan sus palabras. El hombre mayor le permite perderse en ese momento, aunque quiere pedirle perdón por tardar tanto, por no poder hacerlo con Taehyung y él reunidos, tan sólo para ver como se sostienen el uno al otro.

Como siempre lo han hecho.

El timbre vuelve a sonar por el pequeño espacio: .- Iré a abrir – dice entonces, pero no hay respuesta de parte del menor, tampoco la espera.

Lo que no se espera es encontrarse al hombre al otro lado de la puerta. Alto y de hombros anchos, con una bolsa de comida en una mano y una botella de vino en la otra, el patriarca Kim adivina con facilidad las intenciones que trae cuando evidencia su sonrisa coqueta antes de que note que, evidentemente, no es Jungkook quien abre su puerta.

No, no le gusta lo que aquel hombre viene buscando.

.- Oh, disculpa... No hemos pedido ningún domicilio – tienta el terreno, fingiendo credulidad en su tono.

.- No... no es un domicilio – frunce las cejas el hombre joven, sus manos tensándose en las cosas que sostienen - ¿Dónde está Jungkook? ¿Quién es usted?

Aquel tono no le gusta y cuando algo no le agrada a Kim Taejong, lo dejaba saber con mucha claridad: .- Soy su suegro y yo digo que, para ti, no está. 

Sólo diré: AMÉ escribir el final de este capítulo. :3

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