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III

Chanyeol había llevado a Baekhyun a un pequeño puesto de carreta para que coma una cena, sabía que sus sándwiches no llenarían al omega y su instinto protector le decía que debía mantenerlo bien alimentado.

—Gracias —susurró Baekhyun cuando olió el vapor de su sopa caliente.

—Disfrútalo —Chanyeol sonrió apenas mientras miraba como los ojos del pequeño brillaban al probar el primer bocado.

El alfa siempre quiso tener una familia, ya que cuando era pequeño sus padres se divorciaron y lo dejaron a cargo de una tía que casi no estaba en casa. Así que él decidió formar un hogar con un omega que ame y lo ame. Sin embargo, ahora no sabía cómo sentirse, ya que no conocía a este chico.

Después de un buen rato, el omega terminó de comer, así que el alto pagó para luego irse con el pequeño del puesto de comida. La noche caía con una brisa fresca que los envolvía, calmando un poco sus emociones confusas.

—¿Quieres tenerlo? —empezó el alfa, ya que se dio cuenta que el otro no iba a hablar.

—No, sí, no sé —cerró sus ojos, deteniéndose, ya que su mente no conectaba como era debido—. Igualmente ya tengo más de tres meses, así que no puedo hacer nada —se encogió de hombros mientras ponía una mano sobre su vientre.

—Podrías darlo en adopción —sugirió mientras miraba la barriga dónde descansaba su bebé y un sabor agrio se instaló en su boca al decir esas palabras.

—Si no lo quieres, no te pediré nada, no quiero dejar a mi bebé en un orfanato —metió sus manos dentro del abrigo para luego patear suavemente una piedrita.

—No te alteres —dejó caer sus hombros—, no lo digo porque no lo quiera… es solo que no quiero obligarte a cuidar a un niño que tú no desees.

—Yo lo quiero —bajó la mirada a su barriga—. Es solo que… tengo miedo de lo que pueda pasarle —en ese momento su voz se rompió y una lágrima bajó por su mejilla—. Hace años estuve en cinta y… —trató de respirar— lo… lo perdí —inhaló profundo.

—Lo siento mucho —susurró, no sabiendo muy bien que decir.

El viento sopló, provocando que las lágrimas de Baekhyun cayeran al piso y sus cabellos se desordenaran. El alfa miró atentamente el rostro angelical del pequeño y sintió como su corazón golpeó fuerte contra su pecho, además sus ojos brillaron en el momento en que el aroma dulce a sandía se metió de lleno en su nariz.

Baekhyun levantó su mirada algo asustado cuando escuchó un gruñido grave, dándose cuenta de que el alfa fue quien lo hizo, se tensó al ver los ojos dorados del alto.

—¿Qué sucede? —preguntó mientras daba un paso hacia atrás.

—Omega —no entendía que le sucedía, ya que antes no actuó de esa manera.

—Me llamo Baekhyun, no omega —hizo un pequeño puchero y luego dio un pisotón contra el piso—. ¿Que te pasa? Cálmate —levantó un poco la voz, ya que se estaba asustando más.

El alfa sacudió su cabeza y luego se apresuró a abrazar al pequeño, quien estaba sumamente confundido por lo que no correspondió y en su lugar, solo se quedó quieto esperando a lo que pasará.

—Eres tú, antes por tu celo y el aroma a basura no lo supe, pero eres tú —susurró con felicidad resbalando de sus labios—. Te encontré.

—¿De que hablas? —ladeó su cabeza cuando el alfa se separó unos centímetros— No entiendo.

—¿No lo sientes? —su sonrisa se debilitó al ver que el omega seguía tan fresco como una lechuga— ¿Mi olor no te provoca algo?

Baekhyun se quedó en silencio por un momento, pensando y luego sacudió su cabeza —Supongo que comer, ya que hueles a perejil y tomate —se encogió de hombros.

El corazón del alfa se quebró, pensando en que quizá se estaba confundiendo, pero era lo que le habían dicho. Cuando encontrarás a tu otra mitad nacería en ti la necesidad de protegerlo, de besarlo, de darle la luna y poseerlo en todas las maneras posibles, que nacería en ti la necesidad de ser tan posesivo que ni siquiera querrías que un insecto tocará la piel de esa persona.

—Lo siento, creo que te confundes —frunció el ceño al ver el semblante de tristeza en el alfa—. Ahora, cambiando de tema —brotó su labio inferior mientras miraba a otro lado— ¿Que piensas del bebé?

—Yo quiero hacerme cargo —su voz ahora ya no tenía aquella felicidad que había cargado antes—. Supongo que no tienes un lugar donde quedarte —susurró viendo los zapatos rotos del omega.

Baekhyun se dio cuenta de la mirada del alto, así que trató de esconder sus pies entre sí, sintiéndose un poco avergonzado y luego asintió con su cabeza, ya que era cierto; el departamento que se caía a pedazos del edificio en ruinas no podría llamarse hogar.

—¿Por qué?

—Me gustaría que te quedes en mi casa, para poder cuidar mejor de ti y el bebé, —sonrió un poco, ya que el omega se veía endemoniadamente adorable con aquel abrigo suyo que le llegaba a las pantorrillas y era demasiado ancho para él, aquel gorrito de lana y sus ojitos de cachorro que parecían brillar—. Claro, solo si quieres.

—Sí, quiero —dijo casi demasiado apresurado, así que luego tapó su boca, sintiendo como sus mejillas se calentaban—. Lo siento —miró abajo—, está bien —susurró.

Chanyeol quiso controlarse, pero no pudo y terminó nuevamente estrechando al diminuto omega entre sus brazos, sonriendo al llenar sus fosas nasales con sandía, la sandía más dulce que haya podido percibir en toda su vida.

—¿No temes que pueda hacerte daño? Soy un extraño —dijo más por bromear que por decirlo en serio.

—¿Cómo te llamas? —preguntó de repente sacando de su lugar al alfa.

—Park Chanyeol ¿Por? —con sus dedos acomodó el cabello de Baekhyun detrás de su oreja.

—Ya no eres un extraño y además sé que no me harás daño, cargo a tu hijo en mi vientre y no me has mandado al demonio—le sacó la lengua cuál niño pequeño y dibujó un círculo en su abdomen con su palma.

—Entonces vamos, es peligroso estar tan tarde afuera a estas horas —le tendió dsu mano grande y tosca.

—Bueno —aceptó un poco inseguro, ya que no lo conocía en realidad, pero decidió tomar la oportunidad de no perder está vez a su pequeño.

La mano pálida y delicada del omega se extendió hasta tocar la de Chanyeol, sintiendo en ese momento una electricidad que recorrió por completo su cuerpo, queriendo estar más cerca del alfa.

Cualquiera podría estar gritando que no fuera tan confiado en irse con un desconocido, pero pensaba que era su única oportunidad de cambiar un poco su vida, ya que el destino lo había lastimado demasiado.

La vida no podría seguir siendo cruel con él ¿Verdad?

🍉🥪

Baekhyun sentía el viento helado golpeando su cara mientras se abrazaba al pecho del alfa, ya que no había un asiento trasero, así que se tuvo que acomodar sobre los muslos del alfa. Porque bueno, Chanyeol le llamaba carrito sanduchero, pero realmente era una moto sanduchera.

Baekhyun no entendía porqué no sentía nada cuando lo olía, pero si cuando lo tocaba; de hecho estuvo a punto de dormirse por la calidez que le estaba otorgando aquel alto alfa. Sin embargo, el movimiento del cuerpo de Chanyeol lo hizo despertar por completo.

—Ya llegamos —dijo mientras apagaba el motor—. Oh lo siento ¿Estabas durmiendo? —sus cejas se alzaron al ver a Baekhyun frotándose los párpados y bostezando.

—Es que ya es tarde —fue lo primero que vino a su mente y luego se levantó de los muslos del alfa para bajarse.

—Sí, es cierto —también bostezó y miró la hora en su reloj de pulsera—. Vamos adentro.

Baekhyun se abrazó cuando siente el viento y vio que la casa es una villa pequeña con las paredes enlucidas sin pintar y había un pequeño jardín enfrente que era rodeado de una cerca.

Al entrar, Baekhyun sintió un poco más de calor que agradeció eso. Suspiró y luego vio que Chanyeol estaba entrando la moto a la sala, supuso que sería peligroso dejarla afuera.

—Aunque tengamos un hijo, supongo que no sería correcto dormir juntos —Chanyeol frotó sus manos, sintiéndose nervioso.

—No creo que haga algún mal que durmamos juntos, no sé qué más podría pasar —señaló su vientre con su mano y sonrió.

—Bueno, si tú insistes —susurró muy bajo lo último.

La casa no era grande, pero se sentía acogedora y además tenía todo lo necesario para vivir cómodamente; no había cerámica en el suelo ni pintura en las paredes, pero todo estaba ordenado y limpio.

—¿Puedo tomar un baño? —murmuró, mirando al suelo.

—Claro que sí —abrió una puerta y señaló con la mano—. Si necesitas algo, solo dime.

—Gracias —lamió su labio inferior mientras entraba rápidamente al pequeño cuarto.

Baekhyun se sintió en la gloria al tener agua caliente cayendo por su piel, no negaba que la del rio era grandiosa, pero siempre estaba un poco fría, además la barra del jabón quitando la capa de mugre era una sensación sublime. Usualmente para lavar sus dientes él solía frotarlos con sus dedos y mezclar unas hojitas de menta silvestre con el agua que bebía para poder enjuagar su boca.

Vio que había algunos cepillos dentro de un cartón y otro dentro de un vaso plástico, supuso que ese era el que ocupaba Chanyeol; con algo de inseguridad sacó un cepillo de su envoltura y le colocó crema dental, casi quiso comerse la pasta, pero se calmó y comenzó a cepillar sus dientes; se dio cuenta que incluso ya se había olvidado un poco como hacerlo.

Salió del baño con una toalla que encontró en una gaveta, pensando en que su cuero cabelludo se sentía más ligero y fresco, al parecer su cabeza le estaba agradeciendo poder haber tenido algo de shampu.

—Ten —Chanyeol le tendió ropa doblada —, quizá te quede algo grande ya que es mía —rascó su cuello, nervioso.

—Gracias —formó dos medias lunas con sus ojos y tomó la ropa para luego volver al baño.

Era cierto que ya estaba embarazado y Chanyeol le había visto hasta el último lunar de su piel, pero le daba vergüenza. Si antes había aminorado el tema de dormir juntos era porque no quería que el alfa fuera a dormir en el suelo y él tampoco hubiera querido dormir en el piso.

Se colocó la camisa de botones, viendo que le daba hasta medio muslo y después se puso el pantalón que caía por encima de sus pies, pensaba que quizá podría caerse con eso tan largo, además se le resbalaba de las caderas, así que lo subió provocando que su barriga no deje caer el pantalón. Dio pequeños pasos saliendo del cuarto.

Chanyeol estaba sentado, esperando a que Baekhyun saliera, ya que también quería bañarse, sin embargo, su respiración se detuvo y su mente olvidó todo cuando vio a aquel pequeño embarazado con aquella ropa dos o tres tallas más grandes mientras arrastraba las vastas y las mangas tapaban sus manos. Tenía su cabello aún un poco húmedo con pequeñas gotitas cayendo por su cuello, internandose por su pecho. Tragó saliva, sintiendo la necesidad de agarrar a Baekhyun para someterlo contra la cama y… Sacudió su cabeza y se levantó para caminar de inmediato al baño, ya que tenía que atender algo aparte de su cuerpo sucio.

Baekhyun abrió un poco sus labios algo sorprendido por el apuro de Chanyeol al entrar al baño, suspiró para luego ir a la cama. Frente al lateral de la cama estaba un armario con un espejo y no pudo evitar mirarse, a lo que soltó un jadeo, ya que casi no se reconoció a sí mismo. Parecía una persona de nuevo… Un par de lágrimas salieron de sus ojos, porque jamás pensó en volver a tomar un baño, limpiar sus dientes o dormir en una cama caliente, sin nombrar la deliciosa cena.

Se acostó en la cama y se arropó con ese edredón grueso, mullido, con buen aroma y calientito; se acurrucó para luego cerrar los ojos, sintiendo como sus hombros se destensaban como si todo el peso del mundo se fuera muy lejos de él.

Cuando Chanyeol salió de la ducha, se sintió raro, ya que había acariciado a su amigo, pensando en el omega. ¿Eso era malo? Suspiró y secó su cabello para luego ver que el pequeño estaba profundamente dormido. Sonrió un poco, pensando en cuanto habrá pasado aquel omega tierno en las calles, su parte animal bailaba contento por tenerlo ahora ahí, seguro bajo su techo.

Se vistió con uno de sus piyamas para luego apagar la luz y meterse debajo de las mantas. Sinceramente esa mañana no esperó que volvería con un omega y un bebé en el horno, pero no sé sentía en la más mínimo mal, al contrario, le gustaba tener una familia. Aunque no tenía ninguna relación con Baekhyun, sí, quería llegar a marcarlo, ya que estaba muy seguro que él era su alma gemela y nadie quitaría eso de su cabeza.

🍉🥪

Al día siguiente, Baekhyun abrió sus ojos y luego se tensó, ya que no estaba en su departamento y se asustó cuando miró a los lados, no reconociendo el lugar. Se quedó pensando y luego recordó que el padre de su bebé lo había traído a su casa.

Se sentó, sacudiendo su cabeza para quitar el sueño de su sistema y luego fue al baño para mojarse la cara, tenía un poco de calor así que mojó su cuello. De repente sintió un poco de ardor en su estómago y pudo escuchar como rugía.

Le pareció extraño no haber visto a Chanyeol, además no escuchaba ningún ruido, solo el de las otras casas y los de la calle. Salió del cuarto, viendo que la sala-comedor y la cocina también estaban vacías, como no había más cuartos, entonces asumió que había salido y lo afirmó cuando no vio el carrito sanduchero.

Dio otro paso y se tuvo que apoyar en la mesa cuando su pie aplastó la tela de la vasta; tragó saliva mientras intentaba regular su respiración, estuvo a punto de caer sobre su barriga. Decidió quitarse el pantalón, ya que veía que era peligroso.

No sabía si estaría mal que cogiera comida de la refrigeradora, se sentía un poco aprovechado haciendo eso; el alfa ya se había portado muy amable con él como para también tomar su comida.

Sin embargo, cuando estuvo paseando, vio que en la esquina del mesón había un plato con unos sándwiches de camarón a la parrilla y un vaso con malteada de mora. A un lado estaba un papel doblado así que lo abre.

"Hola, espero que hayas dormido bien :)

Te deje el desayuno y un poco de dinero por si quieres comer algo más. Trataré de volver pronto, hasta eso sientete en tu casa.

Nota: Hay una tienda a la vuelta de la casa por si tienes algún antojo".

Baekhyun abrazó la nota, ya que está vez el padre de su hijo si se preocupaba por él. La primera vez que estuvo en cinta creyó que el padre estaría contento y fue todo lo contrario; ahora que ni siquiera pensó en encontrar al alfa que lo embarazó, resultaba que lo mantenía seguro.

—Vamos a comer, pequeño —acarició su abdomen mientras cogía el plato para luego sentarse frente a la mesa—. Papá cocina muy bien —susurró mientras colocaba mayonesa dentro del sándwiche para dar otro mordisco.

Cuando terminó de comer, se sintió relajado aunque su estómago comenzó a doler, ya que no estaba acostumbrado a comer tanto, si la noche anterior pudo con los sándwiches y la cena fue porque no había comido por más de un día.

Se puso a limpiar un poco, aunque de por sí la casa estaba reluciente, simplemente se sentó en el sillón, viendo que había un pequeño librero, así que tomó uno que se veía interesante, también había cómics.

Miró a los lados y no sabía porqué seguía sintiendo esa inquietud de que alguien podría entrar a hacerle daño, había pasado un par de veces más cuando estaba en celo, que alfas se habían querido aprovechar de él, pero afortunadamente no había sucedido.

—Ya no estás en la calle, estás a salvo —susurró pasa sí mismo una y otra vez, intentando que su mente lo procese.

Se hizo un ovillo en el sofá mirando para todas partes, no quería estar solo. Deseaba que el alfa volviera pronto, ya que aunque su aroma no le provocará algo, su toque si lo tranquilizaba mucho. Decidió volver a leer para ver si así se distraía un poco.

El tiempo pasó lentamente hasta que se pudo escuchar el crujir de una puerta abriéndose, aunque los oídos de Baekhyun no lo captaron, ya que se hallaba inmerso en la lectura. Chanyeol metió su moto y se detuvo a ver a Baekhyun.

Aunque el chico era delicado y tierno, hablando de manera física, le dolía en el pecho que fuera tan delgado, podía ver claramente sus huesos y en lugar de unas mejillas rechonchas propias de una persona en cinta, tenía los cachetes hundidos y unas ojeras muy prominentes. De hecho, cuando lo trajo sobre sus muslos el día anterior, ni siquiera le peso, ya que era como cargar un costal de panes inflados.

Suspiró y luego se dijo a sí mismo que iba a poner muy gordito a la madre de su bebé, quería que ambos estuvieran sanos. Usualmente era algo tacaño consigo mismo, pero no lo sería con su nueva familia.

—Buenas noches —saludó, pero no fue correspondido—. Baekhyun —volvió a intentar.

El omega pasó la página y de reojo vio a alguien muy alto parado, así que se asustó, tocándose el pecho, pero cerró los ojos tranquilizandose cuando se dio cuenta que solo era el alfa.

—Casi me matas de un susto, creí que alguien se había metido a robar.

—Lo siento mucho, no fue mi intención. Te estaba llamando —rascó su cuello mientras dibujaba una sonrisa culpable.

—Bueno, es que este libro me gustó mucho —miró al objeto en sus manos—¿Qué tal te fue? —preguntó mientras se levantaba y agrandaba sus ojos al ver la oscuridad a través de la ventana.

—Me fue bien, vendí todo —sonrió orgulloso viendo su carrito— ¿Qué preparaste para almorzar? Yo ya comí y te traje la cena —fue a la mesa para dejar la funda con la bandeja.

—¿Almuerzo? —frunció el ceño y unos segundos después abrió su boca, recordando su significado— Nada —se encogió de hombros.

—¿Por qué? —frunció el ceño mientras servía la comida en un plato.

—Uhm —rascó su cabeza, no sabiendo explicarse bien—. Es que… —miró al suelo mientras jugaba con el filo de la camisa— yo no tengo un horario de comida, solo buscaba algo si me dolía demasiado el estómago —susurró sin querer contar la parte en que comía de los basureros.

—Oh, entiendo —no supo que más decir, así que le sonrío enseñándole la comida —. No te preocupes, ahora podrás comer las veces que desees —habló con amabilidad—. Quiero que tú y el bebé estén gorditos y sanos.

Los ojos de Baekhyun se llenaron de lágrimas sin saber si era por las hormonas del embarazo o porque hace mucho tiempo no había tenido un poco de amabilidad por parte de nadie. Pero sin importa el motivo, se lanzó hacia los brazos del alfa mientras mojaba su camisa con sus lágrimas.

Chanyeol se sorprendió por la acción repentina y luego bajó la mirada al omega para acariciar su espalda; finalmente lo acurrucó entre sus brazos, desplegando un poco de sus feromonas para tranquilizar a Baekhyun.

—Ya, ya, pequeño, no te preocupes, estás seguro aquí —susurró sobre su cabello mientras lo estrechaba con cuidado de no lastimar a su bebé.

—Gracias —susurró, sintiendo como años de dolor se desbordaban en el que por su tacto supo que era el alfa que la luna le otorgó—. Muchas gracias… yo ya no quería, no quería vivir más —dijo entre hipidos—. Yo-yo quiero tener a mi bebé —hundió sus uñas en la camisa del otro—. No quiero que muera.

—Tranquilo, sh~ —acarició su cabello llegando a su espalda—. Lo tendrás, ya verás que tendremos a un precioso bebé muy sano —susurró mientras levantaba a Baekhyun con suma facilidad para luego sentarse en una silla frente al comedor.

—Gra- Gracias —tartamudeó porque el llanto no le dejaba hablar—, perdón por haber interrumpido en tu vida —limpió sus mejillas.

—No digas eso, me da alegría saber que alguien me espera en casa —agarró la cuchara para coger un poco de comida para meterla en la boca del omega—. Mejor usa esa linda boquita para comer y mantenerte sano —le sonrió mientras seguía alimentándolo.

—Bueno —pasó su muñeca por su mejilla mientras masticaba el asado con arroz, ensalada rusa y puré de papa que le había traído—. Está rico —susurró y el otro asintió.

—Me alegra que lo disfrutes. ¿El bebé ha estado causando estragos?

—No mucho, se ha portado bien —reposó su cabeza contra el pecho del alfa mientras seguía comiendo.

—Me alegro, pronto te llevaré al obstetra para que vea cómo está nuestro pequeño—cogió una servilleta para limpiar las comisuras de los labios de Baekhyun.

—No es necesario, no quiero que sigas gastando en-

—Baekhyun, quiero que nuestro hijo este sano y tú también. ¿Si un alfa no trabaja para su familia para quién lo hace entonces? —levantó un vaso con agua para darle de beber al omega.

—No todos piensan como tú —susurró luego de beber—. Cualquiera hubiera pensando que yo me quería aprovechar…

—Tus ojos de ángel no están para hacer daño —volvió a alimentarlo—. Además, siempre he confiado en mi instinto y me decía que debía traerte conmigo —lo miró con dulzura.

—Gracias por todo —se acurrucó—. Ya no quiero —hizo un puchero mirando la comida—. Me llene.

—Pero apenas has comido —dijo preocupado mirando que había la mitad del plato con comida.

—No estoy acostumbrado a comer mucho —susurró mirando hacia abajo.

—Entiendo —asintió y luego él empezó a comer lo que quedó.

—¿Estás enfadado? —lentamente levantó la vista hacia él, teniendo un poco de miedo.

—No, no te preocupes —desordenó su cabello y sonrió.

Baekhyun sintió como su cuerpo se desarmaba y su estómago se calentaba al ver esa sonrisa masculina con aquella mirada amable. Acarició su barriga, pensando en que su bebé tenía un buen padre.

Luego de comer y hacer su rutina nocturna, ambos fueron a dormir juntos. Sin embargo, Chanyeol se despertó un poco asustado cuando sintió un golpeteo en su mano y unos gimoteos de dolor. Al prender la lámpara a su lado se dio cuenta de que Baekhyun estaba temblando.

—Pequeño, despierta —lo movió sin resultado alguno—. Baekhyun, Baekhyun —susurró en su oído para luego abrazarlo—. Despierta, estoy aquí —frotó con suavidad su espalda.

Los ojos del omega fueron abriéndose poco a poco hasta que vio una tela a cuadros y al levantar la mirada, se encontró con la quijada de Chanyeol, quien le estaba susurrando varias frases que lo estaban haciendo sentir mejor.

—Lo siento, no quise despertarte —susurró aún asustado por su pesadilla.

—Da igual ¿Estás mejor? —lo apartó para verlo y el omega asintió.

Poco a poco Baekhyun comenzó a quedarse dormido entre los brazos fuertes de Chanyeol, quien no lo soltó en ningún momento y durmieron abrazados. Realmente ninguno espero encontrarse, pero la luna decidió cruzar sus caminos por algún motivo y ninguno de los dos mostraba algún tipo de queja por ello.

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