17. Huellas
El tenso ambiente en la sala de mi casa se expandió y de repente sentí que la habitación en la que nos encontrábamos era demasiado pequeña.
Me sentí apenado con Jamie por haberla agredido, soy consciente de que no fue correcto hacerlo, que debí haber meditado mi situación de otra manera y tenía que haberme tranquilizado.
"Adiós seis años de terapia con Discott. Debería estar enojado conmigo por haber hecho ésto."
Y sin duda se me cae la cara de vergüenza por la horrible escena que acabo de hacer.
Me dirije a donde ellos estaban. Simon estaba abrazando a Jamie con todas sus fuerzas y me puse en cuclillas junto a mi herm... junto a ella.
—¿Estás bien? —Le pregunté con toda la vergüenza del mundo.
Ella no hizo nada más que asentir con profunda tristeza en su rostro.
—Lo siento tanto Jamie. No... No sabía nada. Lo lamento tanto. No debí haber reaccionado así. —Tapé mi rostro con sus manos y no pude evitar soltar un grito de frustración.
—Sí. No fue la manera más inteligente de convivir con tu hermana por primera vez, Blaise. —Agregó Lawson con un poco de sarcasmo.
Estuve a punto de propiciarle un buen puñetazo en su rostro, pero traté de calmarme. Inhalé y exhalé un par de veces sin verme tan obvio y solo me dispuse a responder:
—No podrías solo mantener tu boca cerrada, por favor. —Susurré entre dientes.
Lawson levantó las manos en señal de rendición y solo se dedicó a dar vueltas por toda la sala.
—Jamie... No sé por donde empezar. Creo que tú y yo... es que nunca... —Sacudí mi cabeza para poder despejar mis ideas, pero Jamie parecio entender lo que le había querido decir con todas mis frases inconclusas.
—Yo sabía que éramos hermanos, George. Pero... No quise hacer ésto. No quise ponernos en esta situación. —Agregó.
—Todo hubiese sido más fácil si me hubieras dicho cuando te vi de nuevo. Para salvar a Madie y protegerte a ti...
—Tenía miedo de que no creyeras en mí si te lo decía. —Me interrumpió. —Tenía miedo de lo que él pudiera hacernos, tanto a tu familia como a mi familia. No lo merecemos, George, no merecemos ser parte de su juego.
—Yo nunca hubiera permitido que él te hubiera hecho daño, hubiera dado todo por ti en ese entonces, hubiera dado mi vida si así fuese... Tal y como lo hice por Madie y mi hijo.
—No importa George. —Respondió sin ánimos. —En ese momento, cuando nos reencontramos aquí. Te juro que no me importaba nada, nada valía la pena. Lo único que quería era encontrar a Madie. Tu y yo teníamos algo en común, ambos queríamos salvarla.
—Ahora entiendo todo, ahora entiendo porqué te preocupaba demasiado encontrarme, ahora entiendo porqué dejaste de lado tus diferencias con Layla, ahora entiendo porqué no nos hemos alejado, porqué nos hicimos tan cercanos. La sangre llama. Y nada ni nadie en este mundo hará que dejes de ser mi hermana.
Jamie se soltó en llanto inmediatamente en cuanto pronuncié estas últimas palabras. Tomé su mano y ella colocó su mano encima de la mía.
Yo tampoco fui capaz de evitar llorar. Ahora estamos juntos, somos hermanos, somos dos Blaise. Me prometí que cuidaría de ella y no permitiría que nadie intente lastimarla.
Simon nos tomó a ambos y nos unió para darnos un abrazo. Cerré los ojos y dejé fluir todo el llanto acumulado dentro de mi. Sentí el calor de mi hermana y por primera vez desde que mamá se mudó, no sentí que estaba solo. De hecho, jamás estuve solo, Jamie es mi hermana y metafóricamente hablando, Simon también se ha convertido en un hermano para mí.
—Disculpen que interrumpa su momento familiar. —Carraspeó Lawson. —Pero creo que es momento de seguir con nuestro trabajo.
Se acercó a nosotros con su computadora y nos mostró las páginas de navegador que tenía abiertas una a una. En la primera página, tenía estados de cuenta de banco de mi padre con nombres de otras personas por unas cantidades exageradas.
—Esas son identidades falsas creadas para su padre, para transferir todo el dinero obtenido de la venta ilegal de armas y de las empresas que maneja. —Explicó.
—¿Tu hiciste todo ésto? —Cuestionó Jamie.
—Lo siento, querida. Pero no podemos entrar en esos detalles ahora. Lo que hice o no, ahora no tiene importancia, necesito que estén preparados para la guerra con Blaise. —Concluyó.
—No, discúlpame tú a mí. —Respondió Jamie a la defensiva. —Pero ni siquiera te conozco, no se quién eres, cómo sabes tanto de John Blaise. Sólo se que George confía en ti ¿Hay algo más que deba saber? —Inquirió.
Lawson y yo nos observamos por un instante muy dudosos en saber que responder. Fui consciente que no es idóneo decirle a Jamie que Frank Lawson es el autor intelectual del asesinato del padre de Madie, pero tampoco era buena idea mentirle ¡Nunca he podido mentirle! Tiene una gran habilidad para saber cuándo las cosas no están bien.
—¿Y bien? —Cuestionó —¿Ya me piensa responder? —Lanzó la pregunta en dirección a Lawson .
—No quería presentarme de ésta manera... Pero veo que no me deja otra opción. —Respondió muy seguro de sus palabras. —¡Hola! Mi nombre es Frank Lawson. —Exclamó con algo de sarcasmo en su voz. —Fui un cómplice más del gran Jonathan Blaise, participé en el desfalco de grandes empresas, ayudé con el secuestro de Madeline y su madre. A y por cierto, soy el asesino del licenciado Connor Thompson.
Todos nos quedamos boquiabiertos con la horrible respuesta de Lawson, principalmente Jamie, quien se quedó atónita y con los ojos muy abiertos.
—Eres un hijo de puta bastardo. —Le reclamé entre dientes.
No me percaté de en qué momento, pero rápidamente Jamie se levantó de su asiento y se acercó a Lawson a propiciarle un par de cachetadas.
—¡¿TE VOLVISTE LOCO?! ¡¿CÓMO TE ATREVES A ESTAR AQUÍ DESPUÉS DE HABER HECHO TODO ÉSTO?!
Jamie sujetó fuertemente la camisa de Lawson, pero este no hizo ningún esfuerzo por quitársela de encima. Sin embargo, Simon y yo luchamos por mantenerla alejada de él.
—¡Jamie basta! ¡Suéltalo ya! —Espetó Simon. —¡Suéltalo! No quiero que te lastime.
—¡Jamie por favor! ¡Déjame explicarte!.. —Le supliqué.
Pero Lawson siguió muy firme, sin hacer ningún esfuerzo. Mientras Jamie seguía maldiciéndolo con todo su enojo. Muy en el fondo, él sabe que se merece hundirse en el infierno mil y un veces y de regreso por todo lo que hizo. Y que los jaloneos de mi hermana y las descargas eléctricas que le he dado son lo mínimo comparado con todo lo que pasó.
Como pudimos tratamos de quitarla de Lawson. Jamie se soltó a llorar en nuestro pecho y de repente cayó en cuenta conmigo:
—¿T-tú sabías quién era él?—Me cuestionó. Sus brillantes ojos azules lucían inundados en agua y prendidos en sangre.
—Déjame explicarte, Jam. Él fue quien vino aquí. Te confieso que yo aún sigo sin confiar en él y de hecho le di un par de descargas eléctricas con el inmovilizador de Arthur. Pero Lawson nos trajo información acerca de nuestro padre, nos trajo pistas. Y sí, nos trajo muchos problemas también, pero estoy seguro que todo esto nos puede llevar algún lado. Podemos terminar con Blaise y con ésta pesadilla sin elección en la que estamos metidos.
—¡¿Cómo puedes decirlo tan tranquilo?! ¡¡ÉL MATO AL PADRE DE MADIE, LA SECUESTRÓ Y PARECE QUE AHORA CONFÍAS EN EL!! —Sollozó.
—No confío en él, Jam. —Recalqué. —No confío en él, solo tengo certeza de que sus pruebas son ciertas y que él es la única persona que nos hará llegar a Jonathan Blaise.
—De hecho... —Interrumpió Lawson. —Si me dejan ayudarlos. No solo los haré llegar a John Blaise. Les ayudaré a llegar al final de todo, la empresa Thompson, las pruebas de la muerte de Ashton Stuart, la desaparición de tu tío Roland Brooks y también... Te ayudaré a encontrar a Madie y a tu hijo, Blaise.
Todos nos quedamos petrificados con su declaración. Una parte de mi corazón se encendió de nuevo al escucharle decir que me ayudaría a encontrar a Madie y a mi hijo.
Han pasado seis años desde que perdí a Madie y a mi hijo, y sinceramente nunca he perdido las esperanzas de encontrarlos con vida. Y ahora más que nunca, esa esperanza se ha convertido en un hecho: ellos están vivos.
—¿Cómo se que estás diciendo la verdad? ¿Cómo se que no estás haciendo esto para distraernos? ¡¿Cómo se que no estás jugando con nosotros para llevarnos directamente a nuestras tumbas?! ¡¿COMO PUEDO CONFIAR EN TI?! ¡MALDITA SEA! —Reprendió Jamie golpeando a Lawson en el pecho.
Simon y yo la retiramos de el de nuevo.
—Querida. Si llegamos a todo ésto. No los llevaré a sus tumbas. Los llevaré directamente a la mía, es lo menos que puedo hacer para compensar mis errores.
—¿Y si no mueres?... —Cuestionó mi hermana.
—Si no muero... —Lawson sacó una pequeña navaja, se hizo un corte en la mano y las pequeñas gotas se sangre que salieron de su piel las llevó a su camiseta y la manchó justo a la altura de su corazón. —Hago una promesa de sangre, por mi madre que yo mismo me entregaré a las autoridades por los delitos que cometí.
Jamie, Simon y yo nos mostramos confundidos ante ésto.
—Entonces... ¿Aceptan? —Inquirió.
Nos miramos los tres para ponernos de acuerdo para responder y asentimos con la cabeza.
Con muchas dudas pero con toda nuestra fé, aceptamos el trato con Lawson, los cuatro tenemos sed de venganza y ganas de terminar con esta pesadilla y encontrar a nuestras familias. El objetivo sigue siendo el mismo: Terminar con ésta guerra y la mente maestra de John Blaise.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro