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Parte 2

Jaemin abrió los ojos, la luz apenas entraba por un costado de la ventana. El sol estaba amaneciendo y el pudo sentir como todo era diferente, tan solo unos días atrás se levantaba con el sonido de su alarma. Ahora tenía una mesa de noche vacía a su lado, solo su celular sin ninguna notificación, sin razón para levantarse temprano un viernes en la noche.

Tomo fuertes bocanadas de aire y con un esfuerzo más logro levantarse, tomo el aparato que lo ayudaba a caminar con una pierna enyesada, intentando no hacer fuerza con su mano lesionada. Salió de la cama y siguió el sonido de unas voces que susurraban desde algún lugar de la cama, recordando que ni siquiera se encontraba en su hogar. Solo esperaba no tener que molestar tanto tiempo a su mejor amigo, no cuando había pasado mucho tiempo desde que se habían visto.

Camino despacio y con miedo abrió la puerta de la cocina. Ahí dentro se encontró con su mejor amigo en una silla y en su falda, Mark se reía encantado de algún chiste que le había dicho. Escuchó lo que hablaban.

—¿No estás cansado?— Algo en el comportamiento de los dos lo hizo pensar. Jeno tenía muchas cosas que contarle.

—Estoy bien. Solo te extrañe— Y ahí fue cuando lo vió.

Un beso dulce y lento. Mark y Jeno estaban en su cocina compartiendo un beso, doméstico y romántico. Sus puntos se conectaron, algo más debía existir y se sintió extraño en ese lugar.

Jeno lo vio y sonrió, apenado se ser encontrado en esa situación.

—Buenos días Jaemin. ¿Como dormiste?— El otro giro su cabeza y con sus mejillas rojas lo saludo con una mano.

—Exelente. Gracias—

—¿Quieres café?— El mayor le ofreció, el asintió y con ayuda de su mejor amigo logró sentarse en una de las sillas para desayunar.

El ambiente era extraño, pesado en cierto punto. Solo el sonido de Mark preparando el café para Jaemin, este miró a Jeno, esperando que explicara el asunto del beso. No existían alguna otra explicación para la situación. Jaemin agradeció la infusión y mientras dió el primer sorbo Jeno miró a Mark y con una sonrisa lo hablo.

—Bebé, ve a despertar a Jisung— Ambos se miraron y el mayor cambio su expresión.

—Se pone de mal humor en las mañanas y ayer discutió con Chenle— Explicó Mark con un tierno mohin, tanto que lo hizo sonreír a él.

—Eres su tío— Le recordó.

—Pero me odia—

—No te odia, solo es joven. Ve—

Mark hizo lo que, suponía era su novio, le había dicho y esperando a que hablara Jaemin observó a su amigo de la juventud. Espero unos segundos que parecían no querer terminar y antes de preguntar todas esas dudas que vivían en su cabeza, Jeno respondió a la mayor de ellas.

—Es mi novio— Jaemin abrió su boca, listo para gritar de sorpresa y alegría. Su mejor amigo quien nunca antes había estado interesado en las relaciones románticas, tenía pareja y por lo poco que había visto, eran muy dulces entre ellos. Jeno frenó a su amigo, lo conocía bastante y sabía que podría armar un espectáculo en ese mismo lugar

—¿Por qué no me dijiste?— Le preguntó. Había tenido muchas oportunidades de explicarle que su abogado de confianza era más que un simple conocido.

—¿Como se supone que debería decírtelo?— Jeno subió un poco su voz, sin saber cómo explicar su punto —La última vez que supe de ti fue hace diez años, no puedo venir y decirte "Oye, en dos meses me caso con mi novio"— Jaemin no pudo evitar gritar esa vez, fue cuando su amigo se dió cuenta de la información que había largado en ese momento.

—¿¡Se van a casar!?—

—Creo que ya le dijiste— Mark entro en ese momento para terminar de contar la historia.

Mark era canadiense, lo que le parecía extraño porque Jisung siendo su sobrino era totalmente coreano. Luego le explicaron que era hijo de su hermana que contrajo matrimonio con su padre que nació en Seúl. Como todavía no podían contraer matrimonio como pareja homosexual, irían hasta el país natal del mayor en dos meses para tomar sus votos.

Jaemin estaba contento por las noticias, vería a su mejor amigo casarse en poco tiempo. Aunque debía pedir sus ahorros para ir en avión con ellos ese día tan especial, estaba emocionado y apenas había tenido la noticia del matrimonio.

Mark se fue a trabajar, le había dicho que tenía una reunión con su ex esposa y que pronto terminaría el proceso, por suerte no tenían muchos vínculos y problemas para terminar con la unión. Jeno se había ido a descansar, tenía su último turno a la noche y había trabajado hasta el amanecer ese día. Jisung se fue a la universidad temprano y él no tenía otra cosa que hacer, su pierna lo limitaba a quedarse en el sofá mirando algún programa.

Serían unos días largos hasta que le quitarán eso que rodeaba en su pierna, según su doctor no sería mucho tiempo. Pero eso significaba que el tiempo pasara más lento, no podría ir a la cocina a preparar algo, tampoco podría caminar hasta su restaurante y manejar su puesto. Su jefe le había dicho que no tenía ningún problema en que se tome el tiempo que necesite, lo quería en buen estado y completamente curado antes de entrar por esa puerta otra vez.

Sus ojos se cerraban, aún tomaba algunos calmantes para sus dolores y el estrés de la caída. Se sentía un poco cansado y el programa de la televisión había perdido su gracia, ya había perdido el hilo de la trama. En ese instante la puerta se abrió y un furioso Jisung entró con su teléfono en la mano.

—Ya lo hablamos, no quiero volver a verte Chenle— Su tono de voz lo hizo pensar que estaba discutiendo con alguien del otro lado. —Fuiste muy claro ayer— Se sintió fuera de lugar, escuchando una conversación ajena y privada —Chau Chenle y es para siempre— Cortó la llamada.

Jaemin lo vio despeinar su cabello con fuerza y tirar su mochila por algún lugar de la sala. Cerro sus ojos y dejó que su peso cayera en el sofá donde no sabía que el mayor se encontraba. Na pegó un grito de dolor cuando el peso de Jisung cayó sobre su pierna, el menor se levantó rápidamente, sus ojos abiertos de par en par y sorprendidos por su acción. Comenzó a pedir una y otra vez perdón, apenado por su error.

—Esta bien. Jisung, fue un accidente— Intento calmarlo, pero el chico parecía volverse un tomate de la vergüenza.

—Habia olvidado que estabas aquí—

—No importa. Solo fue algo momentáneo— Vio que el pequeño comenzaba a llorar, supo que en realidad no era debido a su accidente. Se convenció a sí mismo que era por la charla en el teléfono que había tenido antes de entrar a la casa — ¿Estás bien?—

—Si— Mintió Jisung. Jaemin lo supo enseguida

—Puedes decirme— Le sonrió con calidez, dando esa confianza que necesitaba para contar sus problemas.

—Acabo de terminar con mi novio, es complicado— El castaño tomó asiento en uno de los sillones individuales, tratando de calmar sus sentimientos.

—Te entiendo— comenzó, Jaemin conocía ese sentimiento de dejar algo atrás que creías que estaba bien.

—Tu ex esposa— No era pregunta, pero aún así asintió —¿Cómo hiciste para no sentirte mal contigo mismo?— Jaemin rió y recordó esos días después de descubrir que su esposa lo había engañado durante quien sabe cuánto tiempo.

—No tuve tiempo para pensarlo. Solo ocurrió y luego todo esto—

—¿Deberíamos hacerlo juntos? Intentar calmar las emociones internas— El hombre accedió a la idea y comenzaron a hablar.

La diferencia de edad entre ambos no parecía importar cuando pasaron horas hablando de todo y a la vez de nada, contaron historias de la universidad y de sus viajes. Jisung parecía estar encantado de escuchar cada anécdota que tenía para contar, la forma en la que explico sus descubrimientos, su pasión por la cocina. Descubrió que el chico estaba estudiando química y en diferente ocasiones comparaba las dos especialidades como una.

La noche llegó sin previo aviso, su nueva cama lo recibía gustosa, el silencio de la habitación lo calmaba. Se preguntó en qué momento había pasado esto, cuando fue la última vez que había estado feliz por la felicidad de otras personas. Todos sus pensamientos lo llevaron a sus días en la universidad, cuando tenía su grupo de amigos, cuando Jeno estaba a su lado y eran inseparables.

Recordó a Renjun y esos últimos días juntos.

—Me gustas Renjun— Le confesó una noche en el departamento del otro.

—Estas confundido Jaemin— Se rió en respuesta. Sin creer lo que escuchaba.

—¿Por qué piensas eso?— Su amigo se giró a verlo.

—Estas buscando enamorarte y Jeno no está interesado en nada. Solo quedaba yo en tus opciones—

Lo que no se atrevió a decirle, fue que estuvo enamorado de Huang Renjun tanto tiempo que ya no podía aguantar más, no podía mantenerlo en secreto otros dos años.

—Eso es mentira. En verdad me gustas— Comenzó a explicar y expresar sus sentimientos.

—Lo siento Jaemin. Yo no siento lo mismo que tú—

¿Fue cobarde de su parte alejarse de todo? Había decidido escapar del rechazo y el dolor que le provocaba verlo cada día. Un amor que nunca sería correspondido.

¿Que hubiera pasado si nunca se hubiera ido? ¿Conocería a su esposa? ¿No lo habrían engañado? ¿Donde estaría Renjun en ese momento? Jeno nunca le diría esa información.

Jaemin se despertó de un sueño que lo hizo sudar, un recuerdo que no debería estar en su cabeza.

Con lentitud de no lastimarse, y de no hacer mucho ruido, se levantó y camino por los pasillos de las habitaciones. Escuchó sonidos venir desde la habitación de Jeno, que suponía compartía con Mark.

Se acercó hasta la puerta, lo más que pudo e intento descifrar que era eso que se escuchaba detrás de las paredes. Negó para si mismo, sin saber si lo que estaba haciendo sería o no correcto. Acercó su cabeza a la puerta

—¿Que estás haciendo?— La voz de Jisung lo hizo asustarse y perder el equilibrio.

Por suerte el muchacho tenía reflejos y como pudo logro sujetarlo. Jaemin sintió como su corazón quería salir de su pecho debido a la sorpresa.

—Casi me matas—

—Lo siento. Pensé que eras una clase de pervertido o algo así— Lo miró al joven, luego a la puerta y proceso sus palabras.

Mark y Jeno eran novios, compartían habitación y seguramente también una cama. No necesito más información para saber o imaginar que eran esos sonidos extraños.

—Ayúdame a salir de aquí antes de que quede como idiota— Jisung rió por la situación, aun así lo ayudo a caminar.

Jaemin no entendió que hacían en el comedor de la casa, sentado en una silla cercana donde daba al refrigerador. Jisung saco un par de cosas de allí dentro y con rápidos movimientos, los desparramó por la mesa. Jaemin curioso le preguntó

—¿Que haces?—

—No podía dormir. Así que preparo un sándwich— El mayor lo miró con una expresión confusa.

—¿Y no podías llevarme a mi habitación primero?— Jisung freno sus movimientos y lo miró unos segundos, buscando las palabras correctas que no lo hagan parecer aún más raro.

—Pensé que tampoco podías dormir y Jeno siempre dice que algo de comida puede ayudar a un corazón roto. Creo—

No podía creer lo que sus oídos escuchaban, era la excusa que siempre había utilizado cuando en su juventud tenía problemas de amores. Jeno le preparaba alguna comida rápida y se olvidaría de una relación romántica que terminaba mal de alguna manera. O por lo menos funcionaba cuando eran vagas.

—Quiero uno también—

Espero a que le entregará un simple sandwich. Tan solo pan, aderezos y algunas tiras de fiambre y queso. Ambos sentados en silencio mientras compartían un bocadillo nocturno.

—¿Te sientes mejor?— Corto el silencio entre ambos. Jisung asintió, como un niño.

—Si. Gracias— El hombre negó. Solo habían hablado unas horas. —Normalmente es el tío Jeno quien logra calmar mi humor— Jaemin sonrió de verdad, mostrando sus dientes.

Conocía lo que era capaz Jeno, su mejor amigo podría domar leones si se lo proponía.

—No ha cambiado nada—

—Quisiera conocer a tu ex— Él lo miró confundido por la repentina declaración.

—¿Perdón?—

—Quisiera preguntarle ¿Como fue capaz de engañar a esa sonrisa?—

Era la primera vez en mucho tiempo en que sintió como sus mejillas se volvían rojas por un comentario sencillo como ese, su corazón latiendo con fuerza.

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