16. memoria, perdida...Razón.
No quería regresar a Ithis, pero tampoco deseaba estar con Vida; Se teleportó a unos kilómetros de su contraparte, dijo que no huiría; no dijo que permanecería con él.
Que estúpido era, antes lo buscaba como un acosador en todos los lugares que él visitaba y ahora era él el que se alejaba ¿Por qué no podían simplemente estar juntos? Sin crear aquella absurda brecha entre ambos, sin que sus sentimientos se entremezclaran con sus recuerdos... ¿Por qué no lo dejaban redimirse de sus actos?
Es que todo había ido mal desde un principio, se cuestionaba aquel dios alto perdiéndose en aquel bosque de color carmín, producto del desastre acontecido en ese sitio; "La vida siempre se levanta" absolutamente cierto era eso, y aquel bosque rojo lo demostraba.
Dio un largo suspiro, mientras apreciaba a un ave volar por encima de su cabeza; Recapitulo el día que llego a Ithis, el señor de aquel sitio le dio una tarea muy clara: "Guía las almas de regreso a donde pertenecen" de esa manera lo despertó alejándolo de Tiempo, quien permanecería por siempre en el ojo.
Cuando viajaba por las realidades no había nada, todo era desolado e inerte, algunos seres muy longevos habitaban la tierra, él no sabía que aquellos eran perecederos... La energía de Vida estaba muy lejos de ser comparada con la de Ithis, que otorgaba de manera eterna, existencia y fuerza.
Los que eran iguales que él lo apartaban, debido a que él había sido creado con energía del destructor y causaba temor.
—¿Qué eres?
—"Ni yo mismo lo sé"—Pensó, retirándose de la presencia de la diosa del amor.
Fue después de que comenzara a convivir con Vida, y que él lo ayudara a relacionarse con los demás, que el sentimiento de pertenecía y dicha alrededor del benefactor creció, sin darse cuenta, cayó profundamente por aquel dios; Apreciaba tanto su labor.
Sin embargo, no todo era tan sencillo, él aun no cumplía con su función; La tierra estaba repleta de seres vivos cuyo tiempo era casi eterno, él sólo veía el reloj avanzar en ellos, sin saber que pasaría cuando la cuenta llegará al final de su tiempo.
Vida se mantenía creando más de ellos, sin embargo en cada ocasión algo extraño ocurría, el reloj que marcaba el tiempo de aquellos seres nuevos era menor, no entendía aquello, decidiendo consultar al gran señor.
—La energía de Vida depende de que las almas regresen, al principio era un ser muy longevo, luego fueron dos, y así consecutivamente... entre más allá de una misma especie su tiempo se debería acortar, ya que todas comparten un único origen.—Mencionaba aquel ser supremo.
—¿La energía de Vida es degradable?¿Qué pasara cuando ya no le quede nada?—Menciono alarmado Muerte.
—Simplemente no podrá crear más seres.—El gran señor Ithis era tolerante, debía explicarle a aquel dios que había acordado una reunión con él— No entiendes, no es degradable, es reciclable. . .y es aquí cuando necesito tu poder.
—¿A qué se refiere señor?— En su exaltación no se había dando cuenta, en el tono que había empleado con el gran Ithis.
—Tú debes cortar el lazo que une un alma a su cuerpo, Vida no podrá crear nuevas si estás no regresan a Ithis y si no cumples con tu función, ellas permanecerán en una dolorosa forma invisible para todos, excepto para ti.
Después de aquella conversación con el señor, Muerte quedo esperando con expectación a que el tiempo de un ser vivo llegará a su fin, sin embargo Vida no se detuvo de su labor; No sabía cuáles eran sus límites o cuanto aquello iba a durar. Hasta que el momento llego; Era el día en que el libro de los muertos se empezó a escribir.
Lord Ithis cito una junta con los dioses, dándoles una breve explicación del trabajo de Muerte, sin embargo ahí no se encontraba su querido acompañante de las estrellas, el dios alto quiso saber la razón, lo que contestaron aquellos fue simple: "El benefactor no estaba preparado para saberlo". En ese instante Muerte decidió hacer lo que los otros no decirle al benefactor.
Sin estar acostumbrado a su trabajo, Muerte se compungía al guiar las almas, Insufrible era cortar su lazo para el nuevo dios, que no entendía su labor al haber dormido tanto; El mundo estaba repleto, Vida les había dado aquella virtud a tantos; Que a veces, Muerte se perdía durante días sin poder acompañarlo, ya que iba al mundo mortal a hacer su labor; Trabajo que para él era difícil de hacer y no quería que su contraparte lo viera realizándolo. Recoger almas no era grato.
Regreso de sus pensamientos al hallar a un alma penando, hora de hacer su trabajo, fue rápido, convirtiéndolo en una mariposa, dejando tras de sí, el cuerpo de aquel conejo, después de todo eso era sólo un recipiente, continuo su camino, sin inmutarse.
Rio de lado, antes por esa misma escena hubiese llorado, incluso hubiera al conejo enterrado, su corazón le perteneció primero al pequeño creador antes que a su trabajo y había sido por él, que convenció al dios del tiempo para que le otorgará aquellos relojes.
Cambiando el destino de innumerables seres vivos, sin tomar en cuenta las consecuencias de sus acciones; Algunas vidas simplemente deben renacer para no perderse.
El dios de la vida se mantenía de pie en las desoladas calles de Pripyat; No había podido detener a Muerte, sólo pudo observar como aquel dios alto se alejaba de su lado sin darle respuestas, sin aceptar su propuesta de avanzar juntos ¿Por qué hacía eso? Él había cambiado, lo había hecho por él... pensó, ¿Por él? ¿Desde cuándo?
Camino por las marchitas calles de ese lugar, sin encontrar sosiego en ellas, intentando juntar los pedazos que llegaban a su cabeza, poniéndolos en tiempo y lugar.
Recordaba cuando ellos habían comenzado a salir juntos, como dos tontos siempre se hallaban perdidos en la inmensidad de Ithis, creando un lazo tan estrecho y fuerte entre ambos, que no podría ser roto por nada... o al menos eso pensaban.
Ambos sentía un gran afecto por el contrario, pero no habían desarrollado más hasta ese momento aparte de eso, en aquel tiempo aun no eran amantes, aunque el sentimiento que ardía en sus corazones dijera lo contrario.
Sin entender que pasaba, Vida se sentía solo cuando esa divinidad no estaba, sin poder encontrarlo por ningún lado, había ido a hablar con los otros, enterándose de que los seres que creaba, morían en manos del dios que él apreciaba tanto.
—¿¡Es una broma!?—Vocifero, golpeando la pequeña mesa de Té, donde todos estaban reunidos. —¡Muerte no haría eso! —Su temperamento comenzaba a salir, aquella parte frágil de él siempre era cubierta con ira.
Sabiduría se acerco a él con temor y le dijo.
—Entiende, alguien tiene que hacerse cargo de controlar a los seres de la tierra, son demasiados para que todos existan en tan pequeño planeta...
—¡Estás diciendo que los elimina! ¡Elimina a mis creaciones!— encaraba con enojo al dios sabio.
—¡No, No se eliminan¡ Vida... ellas renacen, Muerte las da una forma y las envía a nuestra realidad, aquí sus memorias son borradas y ellas...
—¡¿Donde están?!—Exclamo con autoridad, no quería que dijeran nada más aquellos.
—Junto a la casa de Muerte, en... la cornucopia...
Sin decir más él partió a ese lugar encontrando a sus hijos en una forma que el no les había dado, estaban como almas mariposas, todos ellos preguntaban: "¿Dónde estoy?¿Veré a mis hermanos de nuevo? ¿Quién eres tú?" Sin poder verlas más tiempo, se fue de ahí; Buscaría a Muerte.
Había hecho un gran caos en Ithis, quería que el dios alto se lo dijera en su cara, los otros dioses sólo habían confesado que se encontraba en la tierra haciendo su trabajo.
Muerte era su contraparte, él eliminaba a todos los seres que amaba ¿Era aquel un hipócrita que le había hecho confiar para después darle un golpe cruel? Muerte decía amar todo lo que hacía, entonces porque lo destruía...
El flujo de pensamientos de Vida, era bastante racional, aquel dios era tan longevo como el tiempo, hallando respuestas con una facilidad inmensurable, llegando rápidamente a la conclusión: "Así que cuando no estaba con él, estaba en la tierra mandando al descanso eterno a sus hijos, que bastardo".
El dios de la vida era un ser que imponía su autoridad, si él podía decidir crear más seres, entonces ¿Muerte podría no matarlos? El enojo mezclado con el afecto al dios alto lo hacía actuar y pensar de manera errónea.
Recorrió rápidamente la realidad mortal buscando a Muerte, sin encontrarlo, mentiría si no dijera que se sentía traicionado, aterrado debido a que el ser que amaba fuera tan despiadado, tan carente de tacto como para eliminarlos... y después regresar sonriendo a su lado.
Persiguió a su contraparte encontrándolo tomando un alma.
—Lo siento tanto, está tampoco es mi elección —Las lagrimas de los ojos dorados de Muerte empezaban a salir.— Volverán aquí, Vida les dará una nueva forma y podrán nuevamente ser felices... — decía convirtiéndolas en almas mariposas, las cuales volaron lejos de él.
El llanto de Muerte no cesaba, mientras miraba con dolor los cuerpos sin vida de esos seres, enterró a aquellos en la tierra, mientras decía. —Perdóname, Vida.— Mientras se ponía de pie y se perdía en un prado de flores, quedándose ahí dormido.
Oculto entre los árboles, Vida se dio cuenta del dolor que le producía a muerte hacer su trabajo, no era fácil de ver; Ni para él, Ni para quien las tenía que recoger. Él era el bastardo, su compañero tenía la peor parte y él lo había juzgado de manera cruel.
Cuando volvieron a encontrarse días después, Vida no dijo que lo sabía y dio la orden que nadie le mencionara lo acontecido ese día en Ithis a Muerte; siguiendo con su rutina de estar juntos; Vida en su afán de hacerlo sentir mejor siguió creando a la flora que parecía fascinarle a aquel dios y cuya existencia al parecer no dependía de él, Sin embargo cada vez que aquel no estaba a su lado, él sabía lo que hacía en el mundo humano, su querido dios de ojos ámbar se encontraba matando a sus creaciones.
En la nueva soledad que lo albergaba, ideo un nuevo ser mortal, uno diferente, uno que le ayudará a llenar ese espacio que dejaba el dios alto cuando se iba, uno que comprendiera, que pensará, uno que sintiera lo que ellos... Hechos a su semejanza, para que sintieran, pensarán y simpatizarán... Vida creo a la raza humana.
Era divertido ver a aquellos, Los humanos eran sorprendentes, Lord Ithis estaba orgulloso de la nueva especie que había hecho, los demás dioses estaba extasiados ya que podían explotar sus capacidades con aquellos, todos parecían felices.
Vida salió de sus pensamientos, ya no había nada en su cabeza después de eso, sin embargo algo lo mantenía sumamente intranquilo, debía haber más en su mente sobre aquellos acontecimientos y no se detendría hasta saberlo.
Un blight hizo un avistamiento en el lugar donde estaba, rápidamente saco sus manoplas de combate acabando con él al instante, los blights eran extraños algunos eran demasiado frágiles, otros demasiado fuertes. Regreso a Ithis, debía hablar con Muerte, cuando este estuviera más tranquilo.
Muerte miro la copa de aquellos pinos bañados en color bermellón, que tan extraño podía ser el ser humano; No sabía porque vida los había creado, aquellos eran demasiado volátiles...Demasiado frágiles...
Recordó la primera vez que tuvo que separar sus almas, aquellos ardían en enojo e ira, intento usar de manera desesperada los relojes de tiempo, logrando borrar sus recuerdos, o eso él creía.
Al momento de destinarles un camino, estaba seguro que aquella alma mariposa podría lastimar a las otras que se hallaban en la cornucopia, ya que parecía agredir a las que se encontraban en la tierra, pese a que no tuviera memorias.
Decidiendo entonces enviarlas a aquel lugar desolado que había visto al caminar por las realidades. Los humanos eran fascinantes para todos, excepto para un dios cuyo trabajo parecía ahora más complicado, dándose cuenta lo que significaba: "Guía las almas de regreso a donde pertenecen".
Le había costado tanto trabajo aceptar deshacer el lazo, como para que ahora tuviera que decidir el destino de los humanos, aquellos que si no se arrepentían serían enviados al reino debajo de la tierra: Nim.
---------------------------------
El bosque rojo:
N.A:
Bueno tenía atrasada esta actualización.
Seguimos en Pripyat, porqué... !Como me gusta este lugar!.
Ammm, a partir de aquí solo irá a un lado, :D esperando que les haya gustado!.<3
Dudas, comentarios, jitomatazos, todos es bien recibido¡
Muchas gracias por continuar esta pequeña historia¡¡¡
Nos vemos en la proxima actualización.
P.D: esto les sonora extrañamente familiar a un cuento que se conto en capitulos previos~~ <3 <3
"Había noches en las que la luna no estaba, noches que para la estrella eran demasiado largas...Empezó entonces a crear pequeñas estrellas a partir de ella, sintiéndose más tranquila al verlas.
Sin embargo, la luz de las otras estrellas se desvanecía; No dependían de la luna, unas se extinguían para crear nuevas, otras simplemente se consumían en la oscuridad de la noche.
A la luna le dolía ver a esas pequeñas luces extinguirse, la estrella se dio cuenta del dolor de su compañera, lo que había hecho le causaba daños... "
creditos: Jena Lee - Je me perds
"hago como si todo fuera normal pero, detras de mi sonrisa y mi mirada, tengo dolor; He mentido: me gustaria que me ayudara...."
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro