Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 13. Matilde.

Nada más llegar a mi casa, fui directa a mi habitación. Totalmente ilusionada y feliz, fui quitándome la ropa y eligiendo el pijama que me pondría esa noche. Me apetecía ponerme el rosa, porque, por primera vez en mucho tiempo, todo lo veía de color de rosa. Todo era maravilloso, él era maravilloso. Todo había ido perfecto. Estaba realmente feliz. 

Mientras me cambiaba, iba tarareando la canción que habíamos bailado. La canción que, a partir de ese día, sería nuestra canción.

"Todo fue así.

Todo fue por ella."

Repetía esas estrofas una y otra vez, porque era la única parte de la canción que recordaba. En ese momento, mi padre llamó a la puerta. Yo me coloqué la camiseta del pijama con rapidez, para estar presentable cuanto antes. 

-Pasa - le indiqué cuando lo había hecho

Mi padre abrió la puerta, con una ceja levantada. Estaba bastante sorprendido. Me miró incrédulo, parpadeando varias veces. Se acercó a mí y empezó a agarrarme de los mofletes. 

-¡Ay!¡Papá!-exclamé entre risas

Eso hizo que se extrañase aún más, observándome como un ser bastante extraño. Parpadeo varias veces y me observó de arriba abajo. Incluso, levantó mis brazos para observar si escondía algo. Yo reí tontamente ante esto. Cuanto más me reía de esa forma, más extrañado estaba. 

-Veo que la cita ha ido bien...-empezó a decir, sin estar muy seguro de lo que estaba pasando-Nunca te había visto tan...

-¿Feliz?-le pregunté ilusionada

-Sí, supongo-respondió, frunciendo el ceño-Me sorprende que estés cantando esa canción. No podías escucharla después de la muerte de tu madre. 

Yo abrí los ojos como platos. Es verdad, se me había olvidado por completo. Mi madre solía poner esa canción en el coche. Todos solíamos cantar al unísono el estribillo en los atascos. Era la forma que tenía mi madre para hacerlo más amenos. Se me había olvidado por completo. Estaba tan ilusionada que se me había olvidado de que también era una de las canciones favoritas de mi madre. 

Mi sonrisa se borró de momento y parpadeé varias veces. Mi padre cambió su gesto a uno mucho más preocupado. Me abrazó, sintiendo que la había cagado. 

-Lo siento por recordártelo-susurró

-No, acabaría dándome cuenta. Es que la hemos bailado Verio y yo hoy-sonreí de nuevo al recordarlo

Me padre se separó con cara de felicidad e ilusión, con un tono un tanto cotilla. Puso sus manos en mis brazos, como si así no fuese a escaparme.  

-¿Habéis bailado en vuestra primera cita? Ese chico tiene madera. Me cae bien-exclamó emocionado

-A mí también-contestó y ambos empezamos a reírnos

-Creo que te cae más que bien-dijo con una sonrisa pícara. Yo asentí orgullosa y él cambió su sonrisa a una mucho más tierna. 

-Papá-cambié de tema, sin saber si iba a acabar en buen puerto-No solemos hablar de mamá. Últimamente me acuerdo mucho de ella. Bueno, siempre me acuerdo de ella. 

A él se le cambió la sonrisa a una triste. Apretó más mis brazos, como si así encontrase consuelo al recuerdo de un amor perdido que no debía haberlo sido. 

-Yo también me acuerdo de ella. No sé, Matilde. Solías ponerte peor cuando lo hacíamos, así que dejamos de hacer.

-Pues creo que es momento de cambiar eso-confesé y él sonrió

-Entonces, sé cómo hacerlo

Se dirigió al salón y yo le seguí. Estaba incluso algo ilusionado. Era interesante que, después de la primera cita con Verio, viese la vida tan distinta que me apeteciera cavar hasta en lo más profundo de mis traumas. Supongo que hasta ahora no había tenido ánimos para hacerlo. 

Se sentó en el suelo. Abrió los cajones de la mesa de la televisión. Se me había olvidado por completo que esos cajones existían. Empezó a sacar discos y discos. Finalmente, sacó un reproductor de audio. Tenía polvo, así que lo limpió ligeramente con la manga del jersey. 

Cuando lo había sacado todo, me miró ilusionado, como un niño que está a punto de estrenar un juguete nuevo. 

-¿Qué menos que recordarla con la música que escuchaba? 

Yo me senté a su lado, dispuesta a escuchar con atención todas las canciones que ponía. Empezó a ojear los discos y a sonreír mucho mientras lo hacía. Recordaba a mi madre en cada uno de ellos. Escogió uno y se le iluminó la mirada. Lo metió en el reproductor y empezó a tocar unos botones. Esto se veía muy anticuado, en comparación con los reproductores de bluetooth que ya utilizábamos en ese momento. 

Una canción que me sonaba muchísimo. Mi padre empezó a cantarla, obviamente, desafinando muchísimo. Agarró el mando de la televisión como micrófono. Estaba ridículo, así que empecé a reír a carcajada limpia mientras lo veía. A él le iba dando la risa, lo que hacía que cantase peor. 

"At first I was afraid, I was petrified

Thinking I could live without you by my side

And after spending nights

Thinking how you did me wrong

I grew strong

And I learned how to get along" 

A medida que iba avanzando la canción, iba desbloqueando recuerdos con ella. Recuerdo ser muy pequeña y ver a Juan y a mamá bailando esta canción. Siempre se venía arriba con la letra. Desafinaba casi toda la canción, pero a ella le daba igual. Tan sólo pensaba en disfrutarla y dios, lo hacía. 

Empezamos a bailotearla desde el suelo, igual que hubiese hecho mamá si hubiese estado allí. Nos venimos arriba y empezamos a mover los brazos a lo loco, sin ningún sentido y ningún ritmo. Nos empezamos a reír del ridículo que estábamos haciendo. Mi madre estaría orgullosa de nosotros. Llegamos al estribillo y aquí, si me uní a mi padre. Lo siento por los vecinos. 

"No, not I, I will survive

Long as I know how to love, I know I'll stay alive

I've got my life to live, and all my love to give

And I will survive

I, I will survive"

Obviamente, lo cantábamos con un inglés sumamente malo, ya que así lo hacía mi madre. Era mucho más divertido inventarse la letra y bailar mal. Ya había bailado decente con Verio, ya había cumplido, ya podía bailar horripilante el resto del día. 

Cuando terminó la canción, empezamos a reírnos a carcajadas. Hacía tiempo que no me reía tanto con mi padre. Incluso, lloramos de la risa. ¿Cuándo fue la última vez que había llorado de felicidad?

-Me ha encantado tus pasos, hija-me comentó mientras intentaba secarse las lágrimas

-A mí me ha encantado tu técnica vocal-bromeé y él empezó a reírse aún más

-Gracias, he ensayado mucho para esto

Los dos no pudimos con la risa. Mi padre volvió a tocar botones de aquel reproductor. Ya no se escuchaba nada. Su risa empezó a cambiar a una sonrisa tierna. 

-Tu madre y yo nos conocimos gracias a esta canción de hecho

-¿Sí?-pregunté curiosa. Mi padre estaba abriendo su corazón de par en par. Quería acogerlo y abrazarlo como se merecía. 

-Sí. Estaba escribiendo en el retiro, buscando un poco de paz para escribir, cuando un grupo de jóvenes se puso al lado mía, con un mantel horroroso y un reproductor de casetes que sonaba por todo el parque. Tu madre estaba en ese grupo de jóvenes. Me acerqué para pedir que bajaran el volumen y ella me respondió que, dependiendo de lo bueno que fuese lo que estaba escribiendo. Toco totalmente mi ego.-dijo empezando a reírse- Así que se lo enseñé. Ella se quedó alucinada, pero en vez de pedir que bajasen la música, me empezó a preguntar por lo que escribía. Todavía no había publicado nada, no tuve valor de hacerlo hasta que conocí a tu madre. 

Se quedó mirando a la nada. Su cara empezó a volverse triste. Miró a su alrededor y esta vez, las lágrimas que empezaron a salir de sus ojos, no eran de risa. 

-La echo de menos-confesó

-Yo también, papá. Fue culpa mía-confesé lo que tantos años había estado pensando

Me padre me miró extrañado, yéndose toda su tristeza de su rostro para cambiarla a sorpresa. No se esperaba ese comentario. 

-Matilde, no fue culpa tuya para nada. Tú fuiste un regalo. Nunca pienses que fue tu culpa. Tu madre llevaba los casos más difíciles y más peligrosos. Te sorprenderías de las cosas por la que pasó. Sin embargo, eso le daba adrenalina, aunque a mí me asustada. En el fondo sabía que me dejaría antes de tiempo. Se ganó muchos enemigos, Matilde, hubiese pasado con un caso o con otro. No pienses eso. 

-Pero...-mis lágrimas empezaron a salir y mi padre me agarró con fuerza del brazo

-No es tu culpa, Matilde. Olvídate de eso. Tu madre era una temeraria, pero después de eso, me enamoré de ella siendo así. ¿Qué le vamos a hacer?-sonrió de forma tierna tras decir esto último

-Siempre me he echado la culpa-le confesé

-Pues ya es hora de que dejes de hacerlo

Tras escuchar eso, empecé a llorar de emoción. Saber que no tenía la culpa era quitarme un gran peso de encima que me había estado persiguiendo. Abracé a mi padre, con esta ilusión, apoyando mi cabeza en su hombro. Él masajeó mi espalda, respirando hondo. 

-Te quiero, papá, aunque sólo hayas siendo mi tutor legal unos pocos meses

Él soltó una leve risa tras este comentario. Todo este tiempo, irónicamente, había estado en ahí como casa de acogida. Organizar todo el papeleo y que le otorgasen ser el tutor legal había sido un proceso sumamente largo, pero sumamente satisfactorio cuando se consiguió. Eso sí, para sólo pude disfrutarlo poco menos de un año. Lo que tiene cumplir en a principios de Marzo, supongo. Un poco extraño pero necesario. 

-Yo también te quiero, aunque pronuncies bien la letra de la canción

Yo me aparté y bromeé estar ofendida. Él empezó a reír más, así que seguí con mi actuación, un tanto sobreactuada. 

-Ponla de nuevo, te demostraré que no estás en lo cierto. 

-Me parece bien, pero antes. He de confesarte una cosa. Tengo que enseñarte la canción que tu madre escuchó muchísimo en el embarazo de Juan y por eso siempre pensábamos que acabó así. Cuando la escuches, entenderás todo. 

Tocó más botones y empezó a sonar una canción que no me sonaba de nada. Escuché con atención y la letra empezó a sonar tal que así:

"Igual que en un escenario

Finges tu dolor barato

Tu drama no es necesario

Ya conozco ese teatro..."

Yo empecé a reír a medida que iba avanzando la letra. Él me siguió y asentía a medida que la canción seguía. Yo asentía con él. Nos reíamos más a medida que continuaba. Era uno de los momentos que más había conectado con mi padre. A veces se me olvidaba que todos habíamos sufrido esa pérdida. Lo que se me había olvidado, es que nos dolía porque nos había hecho felices. 




Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro