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Capítulo 4. El Rey (pt.1)

Jun estaba jugando como un niño con sus dedos; los soplaba intentando hacer una pequeña ilusión que Minghao le había enseñado miles de veces. El omega sonrió mientras que dejaba al beta soplar una y otra vez entre sus dedos y despues alzó los suyos propios para hacer el truco; no era difícil, era cuestión de coordinar el movimiento de cada uno y dejar que sucediera naturalmente, se lo había mostrado a Jeongkwan y ella había estado feliz, pero cuando Jun lo vio de nuevo quiso intentarlo, incluso se sentó demasiado cerca hasta casi estar sobre Minghao.

Jun sopló los dedos de Minghao y él hizo el sutil movimiento fascinando tanto al beta como a la pequeña cachorra que aplaudía alegre.

Las clases habían sido insufribles, las personas que se encargaban de mantener el orden continuaban dando castigos a diestra y siniestra sin importarles si los alumnos lo cumplían o no, pero al llegar el domingo todo eso se fue. De pronto a esas personas uniformadas no les importaba más que entrar en sus oficinas o habitaciones y quedarse dentro para dejar a los alumnos ir por donde quisieran. Algunos tenían permiso para salir de la escuela, los nuevos alumnos, los de segundo y tercer año no. Solo tenían permitido salir a los alrededores. Como siempre ellos cinco preferían estar en el templo, y aunque otros alumnos estaban interesados en acercarse ninguno lo hacía.

Minghao sonrió con Jeongkwan sopló sus dedos como si quisiera intentarlo. Ella ya podía correr, los imitaba de vez en cuando y balbuceaba como si les respondiera, en especial cuando se trataba de Jun, ella le balbuceaba tanto a Jun que Minghao estaba sospechando que ellos se entendían.

—¡Ao!— La cachorrita extendió sus brazos hacia él, así que la cargó. —¡Ao!

Ao era Hao en idioma bebé, según Jun.

Jun se recostó en el suelo colocando su cabeza sobre la pierna de Minghao, y él tuvo que maniobrar para que la bebé no lo golpeara en el rostro con sus piernas ¿aunque realmente debía proteger el rostro de Jun? Ya no era alguien que apareciera en revistas o programas, de hecho, para el mundo Jun estaba muerto... Y era algo que estuvo pensando todo ese tiempo. ¿Qué haría Jun desde ahora en adelante? ¿Cómo solucionarían todo? ¿y porque él no se veía más preocupado por su futuro?

Sin embargo...

—Jun ¿te gusta vivir en el templo?— Le preguntó dejando que Jeongkwan mordiera su mejilla.

Jun sonrió con los ojos casi iluminados.

—¡Es muy divertido! Me recuerda un poco a la manada, solo que en la manada hay más gente y no son tan estrictos.— Jun rodó, dejando su barbilla sobre la pierna de Minghao. —Le dije a Shua y a Seokmin que los llevaría a la manada de los lobos grises, como a ti ¿lo recuerdas? ¡No pensé que ellos fueran a aceptarte tan rápido! Pero te amaron casi al instante, sería bueno volver. Quizás podrían amar igual de rápido a Seokmin y a Shua. ¡Y a Wonwoo y Mingyu! Quiero que Jeongkwan sea mi protegida, la tengo que llevar con la líder.

Minghao sonrió con ternura. La manada de Jun era agradable y acogedora, entusiastas y pacíficos que interponían la diversión y las emociones sobre todo. Eran personas amables, la primera vez que los vio le ofrecieron un banquete que no pudo rechazar, hicieron una maldita fiesta que duró toda la noche y le hicieron beber alcohol. Cosa que no estaba del todo bien porque Minghao era un poco joven para eso. Pero ellos lo aceptaron. Lo hicieron parte de su manada y apoyaron a Minghao tanto como apoyaban a Jun.

Lo hicieron sentir en casa.

—A puesto que saben que estás vivo.— Dijo dejando a la cachorra sobre la cabeza del beta. La manada de los lobos grises tenía otro detalle; eran espirituales, y sabían cosas que nadie más sabía. Minghao no le encontraba explicación lógica, ellos solo lo sabían.

—Estoy seguro que lo saben.— Asintió Jun dejando que Jeongkwan gateara hasta su espalda. —Y estoy seguro que hablan con la luna para tratar de cuidarnos. ¡Deberíamos llevar una ofrenda cuando regresemos!

Minghao asintió mientras que Jun comenzaba a dar vueltas con la cachorra por fin en brazos, comenzó a reír con ellos, porque era divertido verlos balbucear y soltar pequeños gritos mientras giraba en el suelo, a veces chocando con Minghao. Y aun no podía creer que estuvo a punto de perder a Jun, al chico que se veía tan feliz a su alrededor, que reía y gritaba como un cachorro, el sentimiento amargo invadió su pecho, y justo despues el aroma también lo hizo.

Giró hacia la puerta encontrando a Hoshi allí, casi escondido.

—Profesor...— Lo llamó Minghao con calma mientras que Kwon entraba casi con timidez, su sonrisa achicando sus ojos. —¿ocurre algo?

—¡Ah! ¡No!— Hoshi negó saludando a Jun al mismo tiempo, aunque Jun ni siquiera lo miró, siguió rodando en el suelo. —Solo... quería saber si podíamos hablar... En privado.

Minghao se puso de pie dispuesto a ir con Hoshi, sin embargo el balbuceó de Jeongkwan y el de Jun lo hizo girar al suelo. Ellos dos estaban mirándolo con ojos grandes, alzando las cabezas con curiosidad como si fuera entretenido. Jun pataleó un poco. Y despues ambos miraron a Hoshi, el alfa sorprendiéndose al segundo para despues sonreír y soltar pequeñas risas nerviosas ¿Qué era tan extraño?

¿Recuerdas que te dije que había algo raro en él?— Preguntó Jun en su lengua natal. Minghao asintió. —Se la pasaba mintiéndote.

—Lo sé. ¿Crees que sigue haciéndolo?

—Creo que te sigue ocultando cosas... Pero no creo que sean malas...— Jun hizo un enorme puchero sentándose. Ambos sabían que era un poco grosero hablar en otro idioma frente a Hoshi, pero a Jun no le importaba y Minghao no tenía otra opción. —¿Por qué no te pudiste enamorar de un omega? Como Jeonghan y el jefe, los omegas son lindos y amables, no tienen este aura aterradora como los alfas ¡Incluso los alfas que parecen amables dan miedo! ¿seguro que no te gusta Seungkwan?

Minghao soltó una pequeña risa comenzando a negar. Bien, entendía la desconfianza de Jun; Hoshi aun ocultaba algo, quizás no información, quizás no sobre la escuela, pero si sobre él, o sobre ellos, no estaba seguro y quizás tampoco quería estarlo. De cualquier forma se acercó a besar la cabeza de Jeongkwan y despues hizo lo mismo con Jun antes de irse.

Si Minghao pudiera explicar lo que pensaba de Hoshi entonces todo sería tres veces más fácil. Pero no podía, cada vez que pensaba tenerlo descifrado algo nuevo surgía y lo hacía dudar. Incluso cuando solo caminaba junto a él podía sentir su suave aroma mezclándose en el aire. De haber sido otra persona entonces no le importaría tanto sentirse tan ajeno a su vida.

Si eran destinados, o no ¿Qué podía tomar d eso? ¿para que querría estar destinado a una persona? Minghao nunca tuvo miedo a enamorarse, lo hizo antes, se enamoró y se desenamoró tantas veces y todas fueron especiales a su manera, pero cuando se trataba de Hoshi todo era distinto, de pronto tenía miedo y se negaba, pero despues se sentía rechazado y pequeño cuando el alfa no quería saber de él. Era confuso ¿Por qué tenía miedo? ¿Por qué no podía aceptar a Hoshi como aceptó a otros?

Hoshi podía engañarlo, usarlo, romperlo, cuidarlo, consolarlo, guiarlo, protegerlo, quererlo, tirarlo, alejarlo, esconderlo... Hoshi podía hacer todo eso con Minghao, y era horrible pensar que una persona tenía tanto control sobre sus sentimientos, porque Minghao nunca fue así, nunca quiso depender de nadie ni ser una parte de él. Minghao quería ser su propia persona, quería definir que hacer con si mismo antes de que otra persona pudiera hacerlo.

Cuando Hoshi se detuvo Minghao lo miró con curiosidad, la sala vacía dejaba entrar la fuerte luz de la mañana.

—Tuve que decir que me caí de las escaleras para justificar mis golpes el año pasado.— Dijo Hoshi apretando los labios. —Me creyeron muy fácilmente...— Oh, Minghao quiso reírse un poco, no lo hizo. —Ese hombre... dijo no recordar nada de lo que pasó, alguien borró las imágenes de las cámaras y ese tipo solo se fue sin decir más. No creo que siga molestándote.

—Yo tampoco.— Respondió con firmeza. —Gracias por lo que hiciste...

Hoshi negó.

—No me agradezcas por ello. Ahora...— El alfa tomó aire. —Hay omegas en el primer piso, omegas que están en las listas pero no se encuentran en habitaciones o acudiendo a clases. No me permiten estar en esa zona, pero estoy seguro de que hay de treinta a cuarenta alumnos en la sala principal del primer piso.

—Lo sabemos.— Asintió Minghao con calma. Hoshi abrió los ojos con sorpresa. —Sabemos que están allí desde el año anterior.

—¡Ya! ¡¿Cómo le hacen para saber esto?!— El alfa hizo un pequeño berrinche. —¿Cómo lo descubrieron? No puedo darles información nueva porque ustedes ya la tienen.

Minghao suspiró llevándose ambas manos frente a su boca, juntas.

—Porque no es solo información para nosotros, Hoshi.— Explicó con calma. —Es lo que nos pasa. Es lo que estamos viviendo y lo que nos persigue... Si Wonwoo no...— Respiró profundo tragándose el nudo que estaba formándose en su cuello. —Si Wonwoo no nos hubiera dicho... probablemente hubiera sido porque él... porque él hubiera estado entre esos omegas.— Carraspeó intentando aclarar su mente. ¿Por qué había dolido tanto decirlo?

La idea de que Wonwoo hubiera estado entre esos omegas estaba picando en el fondo de su mente, amargó su rostro y su aroma y lo hizo apretar los labios. No había pasado, pero... ¿Por qué tenía tanto miedo? ¿Por qué tenía miedo cada que veía los moretones en la piel de Wonwoo? ¿o cuando veía a Seungkwan caminar solo entre los pasillos? ¿Por qué temía cada que Jeonghan se escabullía entre las paredes? ¿Por qué seguía preocupándose por Woozi cada que este parecía absorto en sus pensamientos? Sabía que ellos eran capaces de defenderse, y que estaban allí, a salvo dentro de lo posible, pero cada que pensaba en ello no podía evitar querer encerrarlos en una burbuja.

Sabía que tenía que confiar en ellos, y lo hacía, pero eso no quitaba el sentimiento al fondo de su cabeza que lo hacía temer.

"Puedo defenderme solo" Le había dicho Wonwoo una vez mostrándole la lengua como un niño.

"Tendré cuidado." Seungkwan se había señalado la nariz con una sonrisa.

"Confía en mi" Jeonghan había sido claro mil y un veces.

Y de Woozi lo único que podía recordar era la sonrisa tranquila que le daba de vez en cuando. Como si todo estuviera bien.

Escuchó el desesperado suspiro de Hoshi y despues lo vio llevándose las manos a la cabeza.

—¡En serio quiero ayudarles! Pero no puedo hacer mucho con Park en mi espalda.— Hoshi caminó en círculos. —¡Y ahora que MinSook se ha vuelto una dictadora no tengo ni idea de lo que hacer! ¡Ni siquiera entiendo todo lo que ella trama! ¡¿para que dejar entrar más alumnos?! ¿para despistar a los policías acerca de los que se encuentran encerrados? ¡Pero son demasiados! ¡Cuarenta alumnos en un aula son muchos!

Minghao inclinó la cabeza confundido ¿cuarenta? En sus clases apenas y llegaban a veinte alumnos. Si, habían más, pero se distribuían en los horarios de otras asignaturas. Cuarenta eran demasiado para una sola clase.

—¿sabes algo de los tipos con uniformes?— Preguntó Minghao regresando en sí.

—Solo que son ordenes de MinSook. Creo que ustedes saben más que yo sobre eso también.

Minghao respiró profundo llevándose una mano a la boca. ¿Qué era lo que planeaba MinSook? ¿añadir más omegas? La escuela Pledis siempre había trabajado igual en todos esos años, usando omegas de clase alta pero a la vez manteniendo el secreto de alguna forma ¿y ahora Minsook cambiaba todo de repente? ¿Qué pasaba con las personas que estaban antes de ella? ¿simplemente la dejaron y ya? Ah... levantó el rostro de nuevo.

—¿has hablado con los policías?— Su cabeza poco a poco tomaba un orden.

Sospechaba que había algo que empujaba a la escuela Pledis estar bajo el mando de MinSook. Ya tenían esas sospechas antes, pero ahora estaba casi confirmado; su Rey continuaba moviéndose en una dirección que ni ellos podían ver.

—Un poco. No son policías, bueno, si, pero creo que son detectives, no recuerdo.— Hoshi torció los labios. —Investigan la muerte de un empleado. Continúan con ello.

Mierda. Minghao mordió su labio inferior cruzándose de brazos.

—¿sabes quien está presionando para que investiguen?

—¿su jefe? No lo sé.

—¡Ah! ¡Mierda!

Minghao caminó hasta una de las ventanas con desesperación. ¡Hoshi no servía de nada! Todo lo que tenían que saber ya lo tenían y el profesor estaba siendo amenazado ¿Qué hacer entonces? ¿decirle que no estorbara como lo había hecho Woozi? Claro que no haría eso, Hoshi estaba haciendo su propio trabajo, pero simplemente no podían darse nada porque no había nada nuevo que decir. Estaban en un punto muerto.

—¡Ah!— Escuchó el grito exhausto de Hoshi y despues sintió sus brazos alrededor de su cintura. La cabeza del alfa reposando sobre uno de sus hombros. Minghao intentó girar. —Yo... no puedo seguir ocultándote más cosas, Hao... Seokmin no me habla de sus contactos, insiste en que lo hace para mantenernos a salvo pero... sé que habían otras dos personas con las que él se comunicaba. Una era Jun, pero hay alguien más.

—¿alguien más?— giró encarando al profesor. Hoshi respiró profundo asintiendo. —¿sabes quién?

—Seokmin nunca quiso decirme quien...Pero yo lo descubrí por mi cuenta. — Los ojos de Minghao se abrieron con sorpresa. —Y estoy seguro que él sabe más que nosotros.

—¡Ya dime quien!

Cuando Hoshi soltó el nombre Minghao jadeó en respuesta.

Seungkwan estaba acostumbrado a los pasillos del templo, no solía perderse y siempre estaba seguro de a donde quería ir; el templo tenía habitaciones enormes y vacías, solían ser lugares para dar clases a los menores, para dar hospedajes o ceremonias importantes, pero ese templo siempre estaba vacío porque no habían más menores alrededor, solo Dino y Vernon, y ahora Melody sin mencionar al Mayor Joshua. Por lo que cualquier habitación podría usarse para lo que necesitaran; como Mingyu y Wonwoo que las usaban para cuidar de Jeongkwan... y para estar un poco juntos.

Así que, cuando subió las escaleras supo exactamente a donde se dirigía, no buscaba sorpresas ni nada extraño, solo a Vernon y a Dino. Sin excusa para ello comenzó a ir de habitación en habitación estando seguro de que tendrían que estar en alguna, Incluso usó sus feromonas para decirles que estaba cerca y despues las calmó porque Melody comenzó a regañarlo. Y es que la Menor era... un poco estricta. Ella siempre estaba al pendiente.

Seungkwan había intentado ser tan amable que la menor se molestó con él y le dijo que no le mintiera a las personas con una falsa actitud ligera. Ah, Melody realmente era una Menor especial... especialmente molesta, Seungkwan se avergonzaba un poco de admitirlo pero ni siquiera Dino lo trataba así cuando llegó por primera vez al templo. Intentó sostener algo con su mano derecha y se dio cuenta de que estaba vacía, Byul estaba al cuidado de Jeonghan en ese momento.

Respiró profundo intentando deshacer los recuerdos sobre Melody y percibió el suave aroma a agua, sus ojos se abrieron casi por inercia y sonrió. Corrió por el pasillo y cuando estuvo a punto de llegar a la puerta y abrirla un golpe lo hizo retroceder. Algo que azotó la misma puerta que estaba a punto de tocar. Llevó las manos a su pecho y dio un paso atrás.

El profundo aroma a rio volviéndose fuerte y amenazante.

—Mírame.— Escuchó la voz de Vernon a través de la puerta. —Dino...

—¡Deja de llamarme así!— El grito de Dino se escuchó ahogado por la madera. Seungkwan llevó una mano a su boca para no emitir ningún sonido. ¿Por qué estaban peleando? Quería entrar, pero sus piernas temblaban con tan solo percibir las feromonas de Dino. —¡Si ni siquiera puedes respetar eso...!— Dino no terminó la frase, en cambió jadeó. —Ni si quiera te importa lo suficiente... ¿Por qué no puedes dejarlo así?

Su corazón se oprimió al oler la tristeza, un rio que era golpeado por la lluvia. Quería acercarse y abrir la puerta, sin embargo su respiración caótica le dijo que se mantuviera allí, de otra forma solo sería un problema. Cerró los ojos llevando sus manos al pecho. Primero debía calmarse, evitar que las feromonas de Dino lo afectaran... no, no solo las de Dino.

—¿Por qué sigues creyendo que no me importa?— La voz de Vernon sonó calmada, pero él desprendía un aroma extraño. —Me importa y por eso estoy insistiendo...

—¡Entonces solo déjame!— Seungkwan apretó las manos sobre su pecho, Dino no solía gritar así, él se molestaba, pero nunca gritaba en el templo, nunca desbordaba tanto sus feromonas al punto de hacer que le ardiera la garganta. Algo no era normal en él. —¡Si realmente te importa solo déjame en paz! No necesito nada de ti... No te necesito...

¿Por qué sonaba como una mentira? Seungkwan llevó sus manos a sus oídos intentando no escucharlo, no quería saber nada más, no debía hacerlo, porque estaba mal escuchar conversaciones ajenas, estaba mal ocultarse, estaba mal haberlos buscado en primer lugar ¡Ellos tenían sus propios problemas y Seungkwan solo iba a molestarlos! No era justo. Cerró los ojos y sus rodillas fallaron llevándolo al suelo. No cayó, tan solo se agachó con las manos en los oídos como si fuera un cachorro asustado. Quería irse, pero no podía.

—Yo sí.— No supo si aquello lo había escuchado o lo había sentido gracias al aroma a lluvia, era tan triste y tormentosa que casi podía sentir las gotas caer.

Hubo silencio.

—¿Por qué no entras?— La voz calmada del mayor lo hizo abrir los ojos y alzar la mirada. Todo su cuerpo estaba temblando. —¿También te llamó el escandalo? ¿o fue tu asombroso olfato?

Seungkwan jadeó sin saber que decir. Sintió su rostro sonrojarse, estaba espiando a los menores, y era realmente incorrecto, se puso de pie tan rápido que casi cayó, pero Joshua lo sostuvo con un brazo mostrándole una sonrisa.

—Lo siento...No quería...

—Seungkwan, concuerdo con Melody en esta situación...— El aroma del Mayor... no, no había ningún aroma que Seungkwan pudiera percibir. —No mientas para agradar a otros. ¿No querías escucharlos? ¿es eso?

Oh. Apretó los labios y bajó la mirada.

—Quería escucharlos...— Admitió con las mejillas rosas. —Quería... quería entrar pero... estoy temblando tanto que no pude hacerlo.

Joshua asintió con calma ayudándolo a erguirse y miró hacia la puerta. Ahora todo en una extraña calma.

—¿Y que piensas que escuchaste?

—Una discusión... Creo... Creo que Dino está muy molesto con Vernon por alguna razón... No estoy seguro.

—No creo que este molesto.— Joshua suspiró. —¿quizás herido? El sentimiento es más profundo que ello. Podría doler, como si estuviera rasgándose ¿no lo crees?

Seungkwan miró hacia la puerta y mantuvo las manos en su pecho.

—Ambos están lastimados.— Concluyó Seungkwan con una mueca triste. —Se mienten... Dino miente... Vernon oculta algo.

—¿Mentir y ocultar no es lo mismo?— La pregunta se escuchó casi como si se burlara. —No, no lo es. El dolor tiene tantas formas. Sufrimiento, agonía, tristeza, desesperación, miedo... Los menores sufren. No solo Dino y Vernon. Todos los menores sufren como cualquier otro lobo. Sin embargo, para ellos, no hay quien consuele ese dolor. Están solos.

—Es demasiado triste.

Joshua por fin lo miró, sus calmados ojos siendo nada para Seungkwan, su sonrisa podría ser solo un gesto en su rostro, y no había aroma alguno en el ambiente. Joshua parecía más una aparición que una persona, algo del templo, quizás una escultura o algo tan arraigado como un pilar. El tono apagado de su voz no podría sobrepasar las paredes, y su lenta caminata era inaudible en todo momento. Y era triste. Seungkwan sintió pena por él.

Entonces hubo una emoción en los ojos de Joshua. Algo que brilló.

—¿no has sido tú el consuelo de mis Menores?— Preguntó Joshua extendiendo su fría mano hasta la mejilla de Seungkwan. Le alzó el rostro, como si quisiera mirarlo. —¿sabes lo que te hace un mayor, Seungkwan?— Seungkwan negó. —¿sabes porque Vernon siempre estuvo destinado a ser uno?— Volvió a negar, aun con la helada mano de Joshua en su mejilla. —Un Mayor crea caminos. Los mayores otorgan paz, si se necesita paz, otorgan guerra, si se necesita guerra. No es algo que deba ser hermoso, ni siquiera es algo que deba ser bueno, es algo que es necesario. Los mayores no son aquellos que piensan como los Menores...

—Vernon es un Mayor porque es un mal Menor.— Concluyó Seungkwan, a lo que Joshua asintió.

—Vernon entendió algo muy simple, algo que Dino no comprendió.— Joshua suspiró profundo. —La luna no responde plegarías.

Seungkwan apretó los labios.

—Tampoco preguntas.

La mano de Joshua era tan fría que ni siquiera sintió cuando se fue. No escuchó sus pasos ni sintió su aroma, Joshua no era nada. Olía a templo, solo a eso. Y era realmente triste saber que Vernon se convertiría en él, que dejaría de ser un Menor para tomar el camino que Joshua había marcado, al final solo viviría de esa forma. ¿no era gracioso? Seungkwan amaba ese lugar, amaba saber sobre la luna y los templos, sobre los mayores y menores, pero... ahora no podía evitar sentir un enorme hueco en su pecho.

No todo era bueno, solo necesario.

Miró la puerta una vez más encontrándose por fin con los aromas de Vernon y Dino, ahora todo estaba en calma, algo triste y melancólico pero no habían gritos ni desesperación, solo ellos. Levantó su mano para tocar la puerta o abrirse, y se detuvo antes de hacerlo.

Respiró profundo y cerró los ojos esparciendo sus feromonas justo allí. Solo para no mentirles. Y despues de hacerlo se fue.

—¡Lo encontré!— Mostró el anillo con orgullo colgando del guardapelo, Seungcheol abrió los ojos con sorpresa. —¡Toma tu corcholata!

Y le dio la corcholata que había llevado con él todo ese tiempo. Bien, solo la guardó entre sus cosas y la olvidó, pero ahora se la regresaba a Seungcheol para librarse de ella. El alfa tomó unos segundos en reaccionar hasta que por fin soltó una larga risa y Woozi sintió sonrojarse. Había estado tan emocionado por mostrárselo a él que ni siquiera saludó como era debido, tan solo lo recibió con eso; su collar y su corcholata.

Seungcheol podía visitarlo todos los domingos si así lo quería, nadie iba a prohibírselo así que el alfa tan solo le dijo que iría de vez en cuando, solo si su trabajo se lo permitía, y Woozi estuvo de acuerdo pensando que realmente no lo haría, pero allí estaba, riéndose de la corcholata y haciéndolo sentir apenado. Suspiró agitando la cabeza y pretendió que no había pasado nada interesante.

—Me alegro que lo hayas encontrado.— Dijo Seungcheol tomando el anillo junto con el collar. —Aunque... perdiste el guardapelo el año pasado, aun puede regresar la corcholata.

—Está vez no voy a perderlo.— Suspiró jalando el collar de nuevo a su pecho. —No voy a quitarme el collar de nuevo...

—¿Por qué es algo que te dio Jeonghan?... Dijiste que habías tenido varias peleas con él, pero nunca me explicaste la que te hizo dejar el collar.

Woozi suspiro ¿Cómo explicarle a Seungcheol aquella vez? Ni siquiera podía pensarlo con claridad, solo recordaba el rostro de su omega, sus mejillas sonrojadas y la mirada brillosa en sus ojos claros, y la suave voz que lo llamaba, y que despues llamó a Jisoo. Llevó una mano a su rostro para respirar con calma. Aquella vez no estaba pensando, el celo de Jeonghan se había presentado casi de golpe y Jihoon por alguna razón respondió a él. O no, no respondió, porque estaba pensando en cada una de sus acciones.

Miró a Seungcheol y negó suavemente. No iba a contarle nada de eso.

—¿Jeonghan sabe que estás aquí?— Preguntó retomando la calma.

—No.— Respondió Seungcheol. —Quería verte antes, y saber cual es tu decisión.

Oh.

—Aun no tomo una.— Respondió sentándose en la silla, cerca de Seungcheol. —Estoy ocupado con... con los trabajos y tareas, no he tenido tiempo de pensar.

—No se lo has dicho a Jeonghan.— Woozi negó. —Bien. Es mejor así, no quiero que te obligue a tomar una decisión. Quiero que sea tuya.

Woozi asintió. Había pensado lo mismo, si le decía a Jeonghan algo sobre ello entonces terminaría decidiendo lo que su omega quisiera, sin importar que quería en realidad. Era mejor así, el pequeño secreto quedándose en las palabras no dichas porque esto era su decisión. Tampoco podía decírselo a los demás, era solo suyo, la pequeña oportunidad que Seungcheol le entregó, y no podía desperdiciarla.

—¿Qué decidirías tú?— Preguntó por mera curiosidad, sabiendo que la respuesta de Seungcheol no afectaría su decisión.

—Si estuviera en tu lugar decidiría lo que me hiciera feliz.— Seungcheol suspiró. —Si tuviera el suficiente valor para estar frente a mis padres y decirles que no quiero ser lo que me han preparado todos esos años entonces lo haría, si no tuviera ese valor entonces respetaría lo que ellos decidieron. Todos merecen ser felices, pero no todos lo consiguen extendiendo la mano.

Oh. Jihoon miró al suelo.

—Estoy enamorado de Jeonghan.— Exhaló más que hablar, como si estuviera soltando cada palabra de cadenas. —Pero... no lo amo lo suficiente como para dejarlo ir. No puedo dejar que me olvide y...— Suspiró con fuerza llevándose una mano al rostro ¿Por qué de todas las personas a la única que quería decirle eso era a Seungcheol? —...Y no quiero que Jeonghan se enamore de alguien más... No quiero que él consiga a otra persona...Sé que es egoísta y que está mal, pero...

—¿Está mal porque quieres dejarlo?— El rostro de Jihoon se alzó con sorpresa hacia Seungcheol, su mirada seria encajándose en el ambiente, sin embargo no fue tenso. —Querer ser el único amor romántico de Jeonghan no está mal, es algo humano cuando corresponden sus sentimientos. Solo estaría mal si quisieras dejarlo.

El sentimiento oscuro le subió por el cuerpo ¿realmente quería dejar a Jeonghan? No, no quería, sin embargo tampoco quería enfrentarse a sus padres, ni siquiera había podido hablar con ellos durante esos días, no tuvo el valor para hacerles de frente y aclarar su cabeza, porque la pregunta que estaba al fondo de esta seguía allí, rondando. Así que, si ni siquiera era capaz de hablarles ¿Cómo podría deshacer un acuerdo que estaba formado desde hacia tiempo? Aun si ellos decidían escucharlo ¿no lo tomarían solo como un berrinche? Y aun si fuera capaz de romper el compromiso ¿sería capaz de quedarse junto a Jeonghan?

Si no era capaz de romper el compromiso ¿lo sería para dejar a Jeonghan?

Levantó el rostro encontrándose con la mueca preocupada del alfa, y Woozi no evitó llevar su mano hasta su pecho y sostener el dije del collar con fuerza. Respiró profundo sin mirarlo y despues asintió únicamente para demostrar que estaba bien; Woozi estaba bien, aunque los problemas aun rondaran dentro suyo podía respirar y pensar por si mismo. Aclaraba su cabeza porque no podía continuar perdiéndose en ella.

Seungcheol pareció comprenderlo y sonrió apartando su mirada. El aroma a canela era agradable y tranquilo, como solía ser siempre, solo que ahora estaba más acostumbrado a él y podía diferencias los diferentes matices, como la sorpresa que apareció de un segundo a otro. Woozi buscó la mirada del alfa hasta encontrarse con lo que llamaba su atención; Una fotografía sobre el escritorio, precisamente la que habían tomado el año anterior, con todos los chicos.

—¿Piensas añadirla al álbum?— Preguntó Cheol extendiendo el brazo y tomándola con curiosidad. —Si es que no detienes la boda...

—No.— Negó mientras se inclinaba a verla. Nada había cambiado, pero le gustaba tanto que simplemente la colocó en un portarretratos que Seungkwan le regaló, incluso tenía decoraciones de fresas en las esquinas. —No creo que mis padres lo permitan.

—¿y si fuera tu decisión?

Woozi parpadeó un par de veces levantando el rostro, y Seungcheol hizo lo mismo batiendo las largas pestañas de arriba abajo. ¿si fuera su decisión? La podría en cada lado con tal de verla más tiempo.

—Pondría todas las fotografías.— Confesó con calma. Seungcheol exhaló una risa, el aroma a canela golpeando contra su nariz.

Ni siquiera había notado que no le molestaba la cercanía del alfa en lo absoluto. Se sentía bien, se sentía tranquilo y cómodo, tal y como se sentía con los chicos. De un segundo a otro Seungcheol abrió los ojos con sorpresa y su boca hizo lo mismo mientras parecía inhalar.

—¡Woozi, creo que sé...!— La puerta se abrió de golpe y la persona casi entró por completo. Ambos giraron con sorpresa. Y él se detuvo de golpe con ambos ojos abiertos. —Oh... Hola, Seungcheol.

Jeonghan estaba allí, con los ojos abiertos de par a par mientras que sostenía con una mano el diario y con la otra había empujado la puerta, algunos mechones de su cabello rojo estaban sobre sus mejillas y frente, uno en especial sobre su ojo derecho que comenzaba a parpadear junto con el otro. Woozi se apartó un poco del alfa sin saber que decir, de pronto el ambiente se había puesto tenso y no podía descifrar los aromas en él; la canela se mantenía estable, pero la vainilla... Seungkwan era mucho mejor que él descifrando el tipo de feromonas que desprendían. Woozi no tenía ni la menor idea.

Seungcheol sonrió a punto de ponerse de pie.

—¿No es tiempo de Jeonghan?— Preguntó Jeonghan y Woozi no comprendió. —Está bien, vuelvo despues.

Y Jeonghan cerró la puerta sin darle tiempo a Seungcheol para acercarse. Todo se mantuvo callado por varios segundos.

—¿lo sentiste molesto?— Preguntó el alfa. —No lo sentí molesto... Pensé que iba a molestarse porque no le dije que vendría... Creo que está molesto, pero...

—Tampoco lo sentí molesto.— Respondió poniéndose de pie y caminando hacia la puerta.

¿no era un poco extraño? Salió del cuarto mirando hacia el pasillo, Jeonghan no estaba allí y apenas había un sutil aroma a vainilla en el ambiente, pero nada más, ni siquiera escuchó sus pasos o tuvo la oportunidad de ver a donde se había dirigido. Simplemente desapareció justo despues de cerrar la puerta, sin darles la oportunidad de hablar.

¿Debía buscarlo?

Seungcheol salió tan rápido que Woozi apenas pudo verlo, bien, estaban siguiendo a Jeonghan. Caminó tan rápido como pudo detrás del alfa viendo las puertas pasar a los costados, el aroma a vainilla estaba allí, solo como un rastro pero no detonaba ningún matiz, nada que les dijera el estado de animo de Jeonghan quien solo había salido de un segundo a otro. Respiró profundo y al girar en una esquina lo pudo ver; su omega caminando con tranquilidad en medio del pasillo, ni siquiera estaba caminando con prisa, solo... estaba allí, como si nada hubiese pasado.

—¡Jeonghan!— Seungcheol lo llamó y Jeonghan giró la cabeza con calma. —¿ni siquiera vas a saludar?

El alfa casi lo jaló del brazo, y Jeonghan se detuvo allí mismo, con una mirada confusa e inocente, sus preciosos ojos claros mostrando nada más que calma. Su cabello rojo por fin en orden. Jihoon tan solo se detuvo en seco, a un par de pasos.

—Saludé.— Se excusó Jeonghan. —¿pasó algo?

El ambiente se tornó extraño de un segundo a otro. Ni Seungcheol ni Jihoon tenían respuesta ¿Por qué lo habían seguido? ¿solo porque no hizo un berrinche? ¿Por qué no se quejó? Jeonghan había actuado con tanta normalidad que no debió haber sido extraño.

—Iba a visitarte más tarde...— Dijo Seungcheol. Jeonghan asintió, como si estuviera esperando algo más. O no, en realidad miró su brazo y la forma en la que Seungcheol lo tomaba. —Era una sorpresa.

—Entonces fingiré sorprenderme.— Respondió su omega con una linda sonrisa. —Pero mi compañero de cuarto es un poco mandón, toca antes de entrar.

El silencio se extendió por algunos segundos.

—¿no...? ¿no estás molesto?

—¡Ya! ¿Por qué están actuando tan raro?— Jeonghan se quejó quitando la mano de Seungcheol. —¿esperas que haga un berrinche cada que no me avisas que estás aquí?

—Si.— Woozi y Seungcheol respondieron al mismo tiempo. El rostro de Jeonghan se puso rojo, y justo despues lanzó un pequeño golpe a su hermano.

—¡No quiero hacerlo!— Jeonghan suspiró con fuerza. —Si quieren un berrinche háganlo entre ustedes. Yo tengo que buscar algo.

El omega se dio la vuelta comenzando a caminar, Y su aroma continuó siendo plano para Jihoon, quien no podía comprender del todo. ¿no era un poco extraño? Se llevó una mano al collar y lo sostuvo con fuerza.

—Jeonghan.— Lo llamó haciendo que el omega girara con fastidio, quizás cansado de su insistencia. —¿realmente no estás molesto?

Su omega parpadeó una vez, sus preciosos ojos mirándolo directamente Jihoon quería acercarse, pero no lo hizo.

—No estoy molesto.— Respondió Jeonghan con firmeza. —Estoy preocupado porque olvidé donde deje a Byul. Ahora, si me disculpan tengo que buscarla antes de que Seungkwan me corte la cabeza.

—Te ayudaré a buscarla.

Dio un paso enfrente.

—No es necesario.— Su omega lo detuvo. —Mi hermano no vino hasta aquí para buscar una muñeca. ¡Búscame despues en el templo! Si no estoy allí no encontré a Byul y me escondo de Seungkwan.

Y despues de decir eso Jeonghan tan solo se fue.

El aroma a vainilla no le dijo nada, el rostro de Jeonghan, su voz, nada de él le dio si quiera una pista a Jihoon de lo que su omega sentía, incluso cuando respiró profundo y buscó en él. No había nada. Y debía estar bien, porque Jeonghan lo estaba, sin embargo el sentimiento al fondo de su cabeza se sentía extraño. ¿Quería que Jeonghan hiciera un berrinche? No, tampoco quería verlo molestarse o reclamarle a Seungcheol, era absurdo pensarlo. Así que debía estar bien.

Miró a Seungcheol buscando una respuesta.

—No me mires a mí, es tu amante.

—Es tu hermano.

—Eso te hace quedar peor.

—Touche.

—Te compraré nuevos lentes.— Murmuró Mingyu jugando con los lentes redondos, Wonwoo solo sonrió acariciándole el cabello.

Las cosas buenas del templo era la enorme tranquilidad que se sentía en cada una de las habitaciones, el Mayor los dejaba estar en paz, bien, Wonwoo prometió no hacer más escándalos y el Mayor les dio permiso para permanecer en una de las habitaciones. Así que era tranquilo, el pequeño sillón siendo suficiente para Wonwoo quien realmente estaba asombrado con el tamaño de los estantes repletos de libros. Había una pequeña mesa y la ventana que dejaba pasar la luz, y que era enorme detrás de ellos.

Le recordaba a una biblioteca. Una biblioteca donde pasaba algo de tiempo cuando era joven. Cualquier lugar era bueno siempre y cuando estuviera lejos de sus padres, pero ese lugar en especial, repleto de libros y silencio, no solo era bueno, era el único lugar donde realmente se sentía cómodo, aislado de las personas sin tener que hablarles.

Pasó los dedos entre los mechones de Mingyu y observó las pequeñas cicatrices que ya no le importaban tanto. El sutil temblor tampoco le ocasionó molestias.

—¿con tu sueldo de actor?— Soltó una pequeña risa al recordarlo.

El primer papel de Mingyu como actor era interesante, solo una historia común y corriente de la misma calidad que tenían las películas donde trabajó Minghao antes, pero ahora sonaba bien, porque Mingyu estaba implicado en ello. Era una lástima que Wonwoo no pudiera verlo crecer mientras permaneciera dentro de la escuela Pledis. Estaba seguro que odiaría ir a los rodajes solo para quedarse en una esquina esperando a Mingyu.

—No, con el de la revista.— Respondió Mingyu cerrando los ojos. —Tienen que ser buenos lentes. Para que no vuelvan a romperse.

—O podría solo remplazar el cristal.— Aconsejó entrelazando su mano con la de Mingyu. —Me gustan estos. Jeonghan me los dio. Y es gratificante porque yo no le di una mierda a cambio.

Sonrió con gracia a lo que Mingyu abrió los ojos e hizo un puchero.

—Entonces le pagaré los lentes.— Mingyu rodó para abrazarlo, su rostro oculto en el estómago de Wonwoo. —Si no quieres lentes nuevos pagaré por estos.

Rodó los ojos mientras reía. Si Mingyu fuera un poco más berrinchudo entonces Jeongkwan tendría que cuidar de él. Respiró profundo sintiendo el aroma de su hija cerca, Minghao y Jun estaban cuidándola en la habitación cercana a esa, incluso había escuchado los gritos de Jun y los balbuceos de Jeongkwan minutos antes. Ah... y ahora Wonwoo quería ir por ella porque no era justo estar lejos cuando podía verla solo un par de días a la semana.

—Darle dinero a Jeonghan es como lanzar agua al mar.— Se burló mientras quitaba a Mingyu de su regazo. —Mejor concéntrate en ahorrar ese dinero para tu cachorra.

Mingyu se quejó mientras que Wonwoo se ponía de pie, su alfa extiendo los brazos y tomándolo de la cadera para arrastrarlo cerca, Wonwoo solo se deshizo del agarre y caminó entre los libros percibiendo el aroma de Jeongkwan. Solo iría por ella y la llevaría junto a Mingyu, le importaba una mierda si Jun lloriqueaba sobre querer jugar con ella.

Cuando estuvo a punto de llegar a la puerta pudo ver a su pequeña bebé sosteniéndose de los estantes y caminando hacia él, su pequeña sonrisa ensanchándose al verlo y comenzando a dar leves brinquitos. Wonwoo la cargó de inmediato besando sus mejillas y cabeza, respirando su lindo aroma a bebé y escuchando los soniditos emocionados que ella soltaba. Era realmente adorable, ya no tan pequeña como cuando nació, pero tampoco tan grande como para no caber en sus brazos.

—Ella quiso venir conmigo.— Se excusó Jeonghan pareciendo cansado.

El omega llevaba a Byul en una mano y había estado sosteniendo a Jeongkwan con la otra, su cabello rojo alborotado como si hubiera estado corriendo y sus odiosos ojos azules brillando aun sin luz, y había algo en él que hizo a Wonwoo suspirar como si estuviera agotado. Bien, miró a Jeonghan de nuevo y bajó sus parpados hasta afilar sus ojos, Jeongkwan estaba acurrucada contra su hombro mientras que Mingyu le hablaba a la bebé desde su espalda. Y Jeonghan estaba allí, actuando normal.

—Me sorprende que Jeongkwan nunca quiera tomar la muñeca ¡Ella toma todo lo que ve!— Dijo Mingyu robando a la cachorra de los brazos de Wonwoo. —Incluso cuando Seungkwan la pone demasiado cerca Jeongkwan solo la mira.

Jeonghan miró a Wonwoo de regreso sin ninguna sonrisa, y era mejor que antes, porque Wonwoo odiaba las sonrisas falsas de Jeonghan, odiaba que el omega solo mostrara su mejor rostro porque no se dignaba a ser honesto. Ahora lo era, si no quería sonreír entonces colocaba su jodida cara de culo y se comportaba como una persona normal, mucho mejor que los años anteriores. Sin embargo, aunque ahora Jeonghan no estaba sonriendo Wonwoo sentía esa falsedad en él, en la forma en la que quería aparentar que todo estaba bien.

—Los dejo solos para que puedan ser una familia feliz.— Cantó Jeonghan tomando a Byul con ambas manos y dándose la vuelta para irse. Wonwoo lo tomó del cabello haciéndolo regresar. —¡Ah!

—No exageres.— Rodó los ojos, no dolía tanto como Jeonghan quería aparentar. —Dime que es lo que pasa antes de que haga que duela de verdad.

—¡¿Qué no sabes actuar como una jodida persona?!— Jeonghan se quejó intentando llevar una mano a la muñeca de Wonwoo. —¡Suéltame! ¡Dejarás mi cabello apestando a ti!

Wonwoo lo soltó y Jeonghan estuvo a punto de caer al suelo, sin embargo logró mantenerse dando un par de pasos hacia atrás. Y fue en ese momento cuando notó la expresión casi asustada de Mingyu quien se encogía en hombros con la cachorra en brazos ¿Qué era tan extraño? Wonwoo colocó una mano en su boca como si estuviera confundido y pestañó varias veces para su alfa. Fingió inocencia.

—¿lo siento?— Preguntó porque su cachorra ahora parecía molesta.

—¡Hani!— Y Jeongkwan extendió sus brazos hacia Jeonghan.

Oh. Si el tio favorito había regresado a ser Jeonghan entonces Wonwoo estaba en problemas. Jeonghan infló las mejillas para soltar aire acariciando la parte posterior de su cabeza, y dejó que Mingyu acercara a Jeongkwan para que ella le diera un beso en la mejilla. Ahora su cachorra daba besos, y eso sería grandioso si ella le diera un beso a Wonwoo, pero no, cada que Wonwoo la acercaba ella abría tanto la boca que parecía querer comérselo.

—Que linda.— Cantó Mingyu.

—¿Qué crees que hacías? No dolió pero no puedo dejar que me toques a tu gusto. Quizás tú estés acostumbrado pero yo...— Wonwoo pasó de largo no sin antes golpearle el trasero con la mano abierta. —¡Ah!

—¡Wonwoo!— Mingyu lo regañó y Wonwoo alzó ambas manos.

—Lo siento ¿cuenta como infidelidad? No vuelvo a hacerlo.— Se disculpó, pero solo con Mingyu. —él empezó.

—Lo siento, Jeonghan...— Mingyu se disculpó por él.

—No importa.— Suspiró Jeonghan. —¿Ahora tu novio tiene que hacer las cosas por ti? Serás un dolor de cabeza.

—¿crees que no eres un dolor de cabeza para el tuyo?

En cualquier situación normal Jeonghan respondería con un comentario igual de arrogante y afilado, pero no, en cambio bajó el rostro y desvió la mirada, inclinó cabeza como si lanzara algo y se quedó allí, en silencio. Y eso era ya casi un grito de que algo no estaba bien, incluso Mingyu podría notarlo si tan solo lo mirara a él y no a la cachorra que balbuceaba. Jeonghan no estaba del todo bien, y era jodidamente incomodo pensar en ello.

—Al menos soy un buen dolor de cabeza.— Respondió Jeonghan sin ningún sentido, y eso solo alertó más a Wonwoo; si actuaba extraño estaba mal, y si actuaba extraño y pretendía actuar normal estaba peor. —Como sea, se un dolor de cabeza para Mingyu, no para mí.

—Es sobre el jefe. ¿Cierto?

No hubo respuesta por varios segundos, hasta que Jeonghan suspiró rindiéndose y volvió a mirarlo, sus ojos realmente tristes.

—Wonwoo, disfruta con tu novio y tu cachorra, ellos realmente te extrañan.— Dijo Jeonghan con la voz tan seca que se sintió casi culpable.

Giró hacia Mingyu y su cachorra, ambos mirándolo con sorpresa por haber escuchado a Jeonghan, y quizás tenía un poco de razón. A la mierda, no la tenía, regresó la cabeza para reclamarle que dejara de ser un estúpido, pero cuando miró él ya no estaba allí.

—Mierda...— Murmuró con asombro.

—Mied...— Jeongkwan comenzó a decir.

—¡No, Cachorra!

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