Capítulo 23. Simplemente Omega (pt.2)
El fuego avanzaba al interior del pasillo, por lo que no le quedó más opción que cerrar ese camino y colocar un par de protecciones con lo que conectaba, y despues salir. No podía hacer más teniendo en cuenta la situación, si se esforzaba por salvaguardar el templo entonces ignoraría sus prioridades, así que tomó una decisión dejando el edificio en manos de la luna. Tomó lo necesario y llevó este nuevo lugar a una zona segura, una que el fuego no podría tocar.
—Coloquen las medicinas en un lugar seguro, los vendajes y el agua al alcance de todos. No pierdan el tiempo.— Ordenó sin detenerse, moviendo las camillas. —Sabanas y almohadas, Melody, no importa lo demás.
—¡Pero mayor...!
—No importa lo demás.— Volvió a repetir.
Sus menores estaban haciendo lo posible por apresurarse mientras que Jun y Mingyu ya estaban moviéndose alrededor, no les podía pedir ayuda a ellos, ellos ya estaban demasiado ocupados por si mismos encontrando una manera para entrar al edificio Pledis, el trabajo de Joshua era hacer un lugar seguro para los que pudieran salir, para socorrer y ayudar a los heridos porque entrar a la escuela sería un estorbo.
Si el templo no era un lugar seguro entonces era responsabilidad del mayor hacer un nuevo lugar. Al final del día ese enorme edificio que iba hacia la luna no significaba nada si no servía de refugio para quienes lo necesitaban. Mantenerse dentro, y mantener en orden a un lugar así era simplemente estúpido. Joshua era un Mayor, no por estar en un templo ni ser el rostro del lugar, sino por su única función; conectar y ayudar.
Observó el humo comenzando a salir del primer piso de la escuela.
Estaban incomunicados, al menos por medio del templo, la radio, el teléfono y otros aparatos ya no funcionaban así que Mingyu y jun y Dino usaron sus celulares para pedir ayuda, pero poco estaba sirviendo, ellos no llegarían pronto. Joshua esperaba antes que Mingyu y Jun consiguieran una forma de entrar a que la ayuda llegara, porque la escuela Pledis no solo se había esforzado por incomunicarlos, sino que consiguió poner varias trabas a cualquier ayuda que pudieran pedir. Porque esta escuela era poderosa. Porque esta escuela era una mierda.
—Joshua, de nada nos sirve hacer un refugio si los refugiados no sobreviven.— Dijo Dino con ese nuevo tono demandante que siempre parecía tener, Joshua lo miró. —Mingyu y jun no están consiguiendo nada.
—Por ahora no podemos hacer más.— Respondió sin mirar a Dino. —Esperar no es suficiente pero es lo mejor que podemos hacer.
Tener que fingir que esto no lo estaba tomando por sorpresa era cada vez más difícil. No esperaba que de todas las situaciones en las que se pudiera ver envuelta la escuela este fuera su escenario primordial. Las llamas comenzando a consumir el primer piso de lado oeste, pronto perderían la entrada, y una vez hecho eso sería difícil encontrar una salida, y vaya que Joshua estaba rogándole a la luna que las llamas no alcanzaran el bosque. Este caos estaba consumiéndolo junto con la escuela.
Si Joshua hubiera sido más ingenioso y menos precavido entonces habría visto venir esto, pero no, confió en el criterio de Choi Seungcheol y la dirección que estaba tomando, confió en Lee Seokmin, confió en estos chicos esperando que fuera suficiente. Confió en que si se mantenía al margen entonces todo iría bien. Pero no. Nada estaba yendo bien. Sin embargo no se culpaba del todo, su estatus como Mayor se basó bajo esa idea.
No intervenir.
Solo esperar.
Le dolió la mandíbula al instante pero ignoró el dolor concentrándose en las camillas que llegaban. No podía hacer más, pero cuando miró a Dino, quien estaba siguiéndolo y reclamándole que abriera la escotilla del templo sintió una fuerte oleada de sentimentalismo. Sabía que la escotilla que conectaba con la escuela ya estaba perdida, no había manera de pasar a través de ella, pero quería escuchar a Dino, quería creer en él y confiar que podría hacerlo.
Dino, este menor que había superado sus propias expectativas le estaba exigiendo que hiciera lo mínimo para ayudar.
Cuando Dino había llegado al templo Joshua no imaginó que pudiera mirarlo así, tan decidido y directo. Siempre lo imaginó como un menor más, parte de la multitud de menores que los templos solían tener en su interior. Vernon era el que destacaba, Vernon era quien llegó de pronto y ya tenía algo en él que le marcaba un camino, pero no Dino, Dino había sido un buen menor, hasta que de pronto cambió.
—Renuncio a mi puesto como menor. En el nombre de Lee Chan.
—Aun si consigues entrar por la escotilla podrías perderte dentro de la escuela, y esa ayuda se convertirá en un nuevo problema. No puedo permitirte usar la escotilla.— Dijo encontrando a la cachorra de Wonwoo y Mingyu sentada sobre una de las camillas, chupándose el dedo en silencio. La tomó en brazos. —Prefiero mantenerte aquí, serás más de ayuda.
—No estamos haciendo una mierda.
—Prepararse es...
—¡Acá no hay nadie! ¡mira allá! ¡Tenemos que hacer algo por ellos!
Joshua miró como el humo oscuro comenzaba a salir de las ventanas del primer piso. Era una imagen caótica e impactante, pero era firme, sin importar cuantas quejas recibiera de Dino lo primordial ahora era prepararse. Si ellos se adentraban a la escuela entonces las personas que pudieran rescatar, que pudieran salir, no tendrían ayuda médica. Por eso Vernon, Melody y Dino eran sumamente importantes allí.
El impulso de correr y salvar no les serviría de nada.
Aun así miró a Dino. Era una lástima perder a un posible Mayor de esta forma. Pero al final los mejores Mayores eran los que nunca lo eran.
—En cada piso del templo hay extintores. No detendrán todo el incendio pero podrían abrir un camino...— Habló con calma. —Y acerca de la escotilla... en lo que a mi concierne ese lugar ya no es un templo. No soy el encargado de cuidar un simple edificio. Lee Chan.
Chan asintió comenzando a correr, llamando a Mingyu y a Jun quienes lo siguieron de inmediato. Y Joshua los miró alejarse, los miró entrar al templo. En esta situación no podía asegurar que todos salieran con vida.
No intervenir. Solo esperar.
—¿Por qué lo dejaste ir?— Preguntó Vernon sonando levemente alarmado. —Si sale herido...
—No es mi menor.— Respondió girándose para ver a Vernon y a Melody, ambos preparando el nuevo lugar para refugiarlos. —Y despues de esta noche tú tampoco lo serás. Mayor.
No intervenir. Solo esperar.
Joshua ya no era lo que necesitaba el templo. Ya no era lo que necesitaban las personas, su conexión con la luna se había roto en este lugar, así que era hora de moverse.
Esperaba que Vernon hiciera un mejor trabajo, porque Joshua no podía cambiar.
Otra explosión.
Treinta minutos, cada treinta minutos, Woozi estaba seguro de que pasaban cada treinta minutos si se fijaba bien, y si pasaban cada treinta minutos e iban de arriba abajo entonces quería decir que Seungkwan, Wonwoo y Pait no se habían encontrado en la explosión, ello sestaban a salvo ¿cierto? Estaban a salvo... en el fuego, de cualquier manera ¿en donde sucedían las explosiones y como? ¿bombas? ¿de que tipo? ¿Dónde estaban puestas? ¿si irían en orden o podrían estallar en cualquier momento?
Esto estaba jodiendo su cabeza, estaba en el octavo piso y estaba temblando. Tenía que encontrar a Hoshi y su habitación estaba cerca, lo sabía ¿lo recordaba bien si quiera? ¿o era la de Seokmin la que estaba allí? Mierda, no podía controlar sus nervios, ahora estaba solo lo que le permitía colapsar de mejor manera, como si hiciera falta. Tenía miedo y sus piernas no eran tan fáciles de controlar. Y su mente pasaba rápido.
Tenía que pensar. Si Park y Minsook habían hecho esto... ¿Dónde pondrían las bombas? ¿Qué harían ellos? Si querían aparentar que esto fue un accidente entonces no lo harían al azar, pondrían las bombas en lugares que hicieran pensar que fue solo un error tras otro, por eso no podían ir caóticamente, tenían que ir en un orden lógico, algo que desencadenara, algo que hiciera un camino lógico de porque la escuela estaba en llamas. Había visto el humo de un lado de la escuela, y si sus recuerdos no fallaban ese lado estaba la cocina y otros cuartos más.
Entonces tenía que tener sentido.
Podía descifrar entonces cual sería la próxima explosión.
Si tenían que hacerlo parecer un accidente, pero también tenían que asegurarse de que no quedara ningún rastro de evidencia, así que todos los archivos y documentos debían ser algo aparte. El décimo piso, el piso donde había estado Minsook tenía que tener información importante, no cargarían con ella, si habían optado por tomar a los omegas más importantes pero dejar a los cachorros entonces no llevaría un montón de papeles inútiles.
No salvaría la evidencia, ya tenían bastante por su cuenta, solo estaba preocupándose por los alumnos, por como los sacarían de allí sin morirse.
Ahora ¿Cómo los despertaba? Para sacarlos de allí tenían que despertar a todos, y despues calmarlos porque entrarían en pánico, y no quería una acción en cadena, quería que se mantuvieran tranquilos para que pensaran con claridad y siguieran órdenes, porque había muchos alumnos en cada piso, en sus habitaciones o en la biblioteca donde algunos quedaron desmayados. Pero ¿Cómo lo haría? El solo despertarlos ya era un problema.
Ellos no estaban dormidos, estaban desmayados, si la explosión no los había podido despertar entonces tampoco lo haría una persona común.
Sacudió un poco la cabeza para regresar en sí cuando llegó al cuarto que buscaba, entró de golpe y empujando la puerta, tan fuerte que sintió su cabeza retumbar y su vista se nubló por algunos segundos. Y algo calmó su mente. Fue un respiro de todo su pánico, algo liviano que limpió su interior hasta sacar todo lo oscuro que estaba dentro.
El aroma a lavanda limpió el miedo.
—Seokmin.— Lo llamó encontrándolo sobre su cama con un pijama de girasoles, tenía una almohada en el estómago y la manta cubría sus pies. —Despierta.
Seokmin despertó con un salto, no le sorprendió, Woozi había despertado porque el aroma de Seungkwan llegó hasta él, así que hizo lo mismo, usó sus feromonas de una forma agresiva y directa para despertar a Seokmin, y era mucho más fácil sabiendo que Seokmin le tenía un poco de miedo. No era que Woozi lo notara antes, es que Seungcheol se lo dijo directamente como un dato gracioso que le provocó más curiosidad que risa.
—¿Qué pasó?— Preguntó Seokmin mirando alrededor, como si intuyera que algo estaba mal. —Ah... Soñé que había tres temblores. Y...
—La escuela se está quemando, hubo tres explosiones y habrán más dentro de poco, se llevaron a varios omegas y los demás se encuentran inconscientes. Tenemos que sacarlos de aquí.
Antes de que Seokmin pudiera gritar lo tomó del brazo y lo jaló con fuerza, no necesitaba más problemas, necesitaba soluciones, y una de esas soluciones era Seokmin y Hoshi, ahora tenía uno. Le había explicado a Seokmin todo lo que sabía, por lo que ahora estaba pensando en cómo despertar a los omegas, no era tan fácil como ir uno tras otro y despertarlos con sus feromonas, no, necesitaban algo que se esparciera rápido y efectivo.
—¡¿Están desmayados?!— Preguntó Seokmin de pronto viendo el pasillo con las puertas abiertas. —¿Cómo los despertamos?
—Eso es lo que aun no sé.
—¿si gritamos por todo el pasillo? Tienen que despertar con algo, yo lo hice con miedo.
Woozi intentó pensar mientras caminaba. Si, Seokmin se había despertado con miedo, al igual que Woozi, así que eso funcionaba, de alguna forma podían detectar las feromonas como una especie de alarma mejor que el ruido y despertaban contra su voluntad, por lo que... por lo que una reacción en cadena podría funcionar. Se detuvo en seco indagando en esta idea.
Claro que no quería un caos de gritos y lloriqueos, pero quizás sería lo mejor, así despertarían a todos, pero calmarlos para que escucharan significaría un nuevo problema. Miró a Seokmin y sintió su aroma a lavanda. Y la idea le gustó un poco más. Si podía hacer un caos y un efecto en cadena entonces podrían despertar a todos, y Seokmin podría calmarlos... Pero para eso necesitaría a varios Seokmin a la vez.
Las feromonas del beta eran tan fuertes y predominantes que se quedaban en los objetos, en las personas, y calmaban, su aroma era peculiar gracias a su manada y esto podía servir. Como cuando hubo varios Park el año anterior donde buscaban acorralarlos. Woozi podía tomar prestada esa idea y usarla en ese momento.
Pero tenía que tener cuidado, si Seokmin calmaba a todos en un mal momento entonces la acción en cadena se detendría antes de poder despertar a los demás. Tenían que medir bien cuando y donde entrar. Solo con uno, uno por pasillo bastaría para poner orden y poder salir. Entonces tenía que usar a este difusor humano.
Sin embargo aún faltaba una parte.
—Necesitamos a Hoshi.— Dijo mirando a Seokmin.
Y Seokmin alzó una mano apuntando al final del pasillo.
Hoshi estaba allí, de pie intentando despertarse a si mismo golpeándose la cara, al parecer sin darse cuenta de que ellos estaban allí. Y parecía buscar algo.
—Minghao no está.— Le aclaró desde lo lejos y Hoshi alzó el rostro, viéndose confundido, pero esta expresión cambio de repente. —La escuela...
—Lo sé.— Aclaró Hoshi. —Mi visita no fue tan tranquila como un somnífero.
Solo cuando se acercaron Woozi pudo notar la sangre en el rostro de Hoshi, corría de su cabeza manchando su frente y su oreja, una herida que se veía bastante mal pero que había dejado de sangrar manteniendo una fina capa de color opaco.
Hoshi se veía molesto. No molesto como si estuviera en clase, era un enojo casi sofocante en su garganta, algo agresivo pero que no llegaba a ser oscuro, no se sentía en peligro, era una sensación más furiosa y desesperada por proteger, y eso no les serviría, necesitaban poco más que un enojo, tenía que ser agresivo y alarmante, en el filo de la vida y la muerte más allá que la preocupación y la furia. Más allá que el miedo.
Quizás Seungkwan fue el que consiguió despertar a todos en primer lugar.
—Tengo una idea.— Les dijo a ambos atrayéndolos cerca. —Pero puede fallar.
El décimo piso. Desde el décimo piso hasta el primero antes de que la cuarta explosión comenzara, debían comunicarles a los demás la teoría de Woozi pero no había manera de encontrarlos tan pronto, así que optaron por hacerlo así, usar sus feromonas esperando que lo entendieran, y aunque el corazón de Woozi latía con tanta fuerza que dolía no podía ir por los chicos, no hasta hacer la reacción en cadena.
Hoshi y Seokmin le habían ayudado a marcar donde y cuando se harían las explosiones, aun no tenían todo, pero estaban seguros de las próximas cuatro, y eso era suficiente por ahora. Y tenían más problemas.
—Si no detenemos las explosiones antes del séptimo piso no habrá forma de salir.— Dijo Hoshi tomando el plano. —Tenemos que movernos más rápido... La escuela no va a colapsar pero será imposible caminar por los pasillos.
Seokmin soltó un pequeño quejido nervioso y se llevó las manos al pecho observando alrededor, quizás incomodo por el largo pasillo solitario que era el piso 10, porque en ese piso apenas estaba la oficina de Seo y poco más, las habitaciones comenzaban en el noveno, pero habían ido por el decimo solo para asegurarse. Woozi estaba convencido de que su aroma podía llegar más rápido si se hacia desde arriba, y había un orden que tenían que seguir.
Decimo piso, noveno, octavo, y cuando la reacción en cadena llegara al octavo Seokmin tenía que comenzar a actuar y moverse al noveno para calmar a los omegas, para ese entonces ya esperaba que Wonwoo y Pait tuvieran una forma de salir. Y Woozi podría dejar su puesto para ir tras Seungkwan. Hoshi entonces sería el segundo Seokmin. Cuando la cadena bajara al séptimo piso Hoshi actuaría y despues escogería uno de esos alumnos para que fuera el tercer Seokmin si es que Wonwoo y Pait no habían aparecido para ese momento. Despues sexto piso. Bajarían, quinto. En el quinto encontrarían una forma de detener las explosiones.
Ese era el plan, al menos por ahora. Tenía varias fallas y todo podía salir mal pero era la única idea que tenían hasta ahora.
—Emm...— Seokmin habló tímidamente. —Yo sé que es importante hacer todo esto... pero... ¿si no soy capaz de calmarlos?
Hoshi y Woozi miraron a Seokmin de inmediato, y este se encogió en hombros. ¿Por qué esa duda tan de repente? Seokmin tenía un aroma tranquilo siempre, podía calmar aun cuando estaba alarmado, y aunque necesitaban un poco más que eso ahora ¿dudar sobre sus feromonas en este punto no era extraño? Claro que Seokmin podía hacerlo...
Solo que Woozi tenía la misma preocupación ¿y si no era capaz de despertar a los omegas con su aroma?
—Vamos, amigos.— Hoshi consoló a Seokmin dándole unas palmadas en la espalda. —Solo piensa en algo lindo y especial, que te haga sentir bonito.
—Solo estoy pensando que comienza a oler a mucho humo y que tengo calor... Estoy nervioso.
—Veamos...— Hoshi se puso a pensar. —¡Piensa en tus caricaturas esas!
—Se llama anime.— Seokmin hizo un puchero. —No creo que sea suficiente...
—¿Por qué no piensas en Seungcheol?— Preguntó mirándolo con curiosidad. Quizás si pensaba en Seungcheol podría liberar feromonas más agradables. —Eso podría ser suficiente.
Seokmin se sonrojó.
—¡¿Por qué pensaría en Seungcheol?!
—Porque... se gustan. ¿no se liberan feromonas agradables cuando piensas en alguien que te gusta? Seungcheol lo hace cuando habla de ti. O cuando está contigo.
Seokmin pareció una mezcla entre confundido y apenado, hacia muecas graciosas mientras procesaba las palabras de Woozi. Ellos dos se gustaban, era evidente y tan obvio que se imaginó que tendrían una relación similar a la que Woozi tenía con Jeonghan, pero en este punto ¿no era un poco extraño? Seokmin comenzaba a oler a lavanda, algo bonito y floral mientras se veía tan rojo como un tomate.
Ambos sabían que se gustaban mutuamente ¿verdad? Era ridículamente obvio.
—¿Le gusto?— Preguntó Seokmin como si fuera algo extraño e incomprensible. Woozi estuvo a punto de golpearlo por la pregunta. —¿Cómo mejores amigos?
Hoshi y él volvieron a mirarse ahora con los ojos abiertos, como si no pudieran creer que Seokmin no lo supieran. Seungcheol era terriblemente obvio cuando estaba cerca de él, le sonreía de una forma boba y su aroma a canela era ligero y encantador, como si se esforzara por suavizarlo, también se reía y actuaba como un cachorro frente a Seokmin ¿Por qué era tan sorprendente para el beta? Woozi nunca había conocido a alguien tan ingenuo como para no darse cuenta.
—Como novios.— Aclaró Hoshi con cuidado. —Como... destinados...
Seokmin soltó una risa y negó.
—Ya. No, solo somos muy buenos amigos.
—Tú te encargas de él.— Le dijo a Hoshi empujando a Seokmin a su lado. —No tengo tiempo, controla por ahora sus feromonas, cuando sientan mi aroma revisen que esté funcionando con los alumnos.
Hoshi comenzó a asentir diciéndole un par de cosas que apenas entendió. Estaban nerviosos aunque Seokmin había comenzado a desprender un aroma agradable, bien, Woozi esperó a que salieran del pasillo para poder encarar las escaleras. Respiró profundo convenciéndose de que esto sería rápido y fácil, de que podrían hacerlo bien y que saldrían ilesos, y que recuperarían a Jeonghan y a Minghao, y que Seungkwan estaría bien.
La verdad era que ni siquiera tenía que esforzarse por esparcir sus feromonas. Ya tenía miedo. Tenía miedo de que alguno de los chicos saliera lastimado, de que la escuela se quemara con todos adentro o de que murieran por las explosiones. Tenía miedo de no volver a ver a Jeonghan. De no ver de nuevo a su padre. Tenía miedo de morir, porque no quería hacerlo, quería vivir y tener opciones, escoger lo que quería para su vida, lo que quería hacer y lo que quería sentir.
Quería vivir.
Quería... el ridículamente quería estudiar la misma carrera universitaria que Seungcheol porque lo admiraba, cuando habían tenido citas Seungcheol le había contado lo difícil que fue estudiar con Jeonghan siempre detrás de él lloriqueándole que quería su atención mientras que Seungcheol estudiaba para su examen. Le había contado de sus tareas y sus trabajos, le contó de lo que su padre le enseñaba y como ahora siempre se sentía aburrido porque no tenía a Jeonghan. Woozi se había sentido celoso de ello, celoso de Seungcheol.
O quizás solo estaba celoso de lo feliz que era Seungcheol de decirlo. Como si todo ese pésimo rato que pasó fuera algo bueno aun así. Quizás solo envidiaba que a Seungcheol si le gustara el camino que habían trazado para él, porque Woozi no lo había querido.
No quería casarse con Seungcheol, no quería tener hijos... No quería tener hijos con nadie, porque ya había tenido uno. Uno que en realidad nunca tuvo. Ni siquiera había sido un bebé, pero había sido, de alguna forma, su hijo. Llevó una mano a su pecho tomando el relicario. Lo soltó de inmediato convenciéndose de que esta emoción también era necesaria.
No había deseado que naciera, hacía que la vida de Jeonghan corriera peligro y de cualquier forma no habrían tenido manera de cuidarlo, pero había algo allí, algo en el fondo de su pecho que lo hacía tomarle un afecto a alguien que no llegó a existir. No había deseado que naciera.
No lo había deseado porque de cualquier forma Woozi habría sido un horrible padre.
Habría sido igual que Yoongi, porque no eran exactamente iguales pero había mucha similitud, había una verdad dentro de su cabeza, algo que le gritaba que sin duda era su hijo, y como su hijo sería incapaz de amar a alguien se pareciera a él. Woozi no podría amar a sus propios hijos por el temor de que fueran como él. Si se parecieran a Jeonghan... si se parecieran a Jeonghan él podría amarlos. Pero si se parecieran a Woozi...
No quería tener hijos, porque sería imposible que los amara.
Si era como su padre.
—¡Funciona!— Gritó Seokmin tan fuerte que pudo escucharlo desde la escalera.
Miró su reloj, y faltaban solo tres minutos para que la cuarta explosión llegara. Estaban a tiempo.
Si conseguía despertar a la mayoría la cuarta explosión los haría entrar en pánico y entonces ellos se encargarían del resto. Solo tenía que concentrarse más.
Algo oscuro llegó a su cabeza. Giró encontrándose con el pasillo solitario. No había nada ¿entonces porque tenía tanto miedo ahora? Algo andaba mal...
Cuando la cuarta explosión llegó dos minutos antes su cuerpo se tambaleó, no había sido tan fuerte como para derribarlo, pero ese mísero temblor hizo latir su pecho, por un segundo tuvo miedo de Wonwoo y Pait, pero confiaba que Seungkwan ya estaba fuera de peligro y...
—¡Woozi!
—Pait.
—Woozi, Wonwoo está intentando ayudar a esparcir el temor en los demás, Hoshi nos dijo el plan y Wonwoo comenzó a decir que todos íbamos a morir.— Pait habló rápido señalando por donde venía. —Me dijo que viniera a ayudarte porque tenías algo que hacer y...
Hizo un pequeño berrinche mental, no quería ver a Pait, quería ver a Wonwoo, quería ver a sus amigos y abrazarlos porque tenía miedo, pero desde que se apartó de Seungkwan no había podido ver a nadie, y aunque era bueno aun así había una parte mimada en él que lo hacía enojarse con Pait por no ser Wonwoo. No le quería gritar al chico, quería enojarse y hacer un absurdo puchero porque no era Wonwoo.
—En este pido también debe de haber explosivos.— Le dijo a Pait comenzando a caminar. —Debemos encontrar uno para saber como evitar que detone.
—¡¿no es demasiado peligroso?!
—Si.
Respondió de golpe intentando deshacer la incomodidad en su cabeza.
—¡Woozi, espera! ¡No me quiero morir!
—Entonces ve y ayuda a alguien más, Pait, no estás obligado a venir conmigo.
Pait se dio la vuelta para irse. Ah... bien, Woozi se sintió un poco herido por esto.
—¡Corre con los demás, Pait! Me quedaré con Woozi.— Hoshi apareció corriendo acercándose a ambos hasta pasar a Pait. —No puedo dejar que un alumno se acerque a explosivos sin supervisión.
Ah. Sonrió un poco.
"Minghao, omega testarudo, quédate con él."
Estaba quemándole. No podía respirar y el humo invadía sus pulmones, era casi imposible detectar las feromonas en medio del fuego, así que Seungkwan estaba un poco perdido, y estaba solo, no se había dado cuenta de lo solo que estaba hasta que llegó al fuego. Su piel ardía por todos lados y estaba sudando, su boca estaba seca y sus piernas temblaban al punto de no querer dar otro paso. Todo estaba en llamas, de pronto el segundo y el primer piso estaban en llamadas, el fuego esparciéndose y tragándose las cosas.
Y no había forma de salir, las ventanas estaban cubiertas con humo siendo la única salida del fuego, y no podía ver bien a través de ellas, y saltar del segundo piso no era buena idea, del primero quizás, pero de nuevo, el fuego era tanto que no había forma de acercarse a algunas ventanas.
Todo era rojo, los muebles y algunas cosas del techo comenzaban a caerse, a consumirse, la ropa, los objetos, todo tenía un aroma carbonizándose, y también olía a piel quemada, olía a grase y sangre, olía a... olía a muerte. Saliendo de entre el fuego estaba ese olor a muerte, ese olor que entraba a las habitaciones y que salía de los pasillos, no era capaz de entrar en algunos gracias al fuego, y en otros gracias a ese aroma pútrido que le apachurraba el corazón.
Había alumnos en el primer piso. Alumnos que no pudieron despertar.
Ese pensamiento estaba martillando en su cabeza mientras se adentraba y se perdía. Recordaba un camino y aun podía oler el miedo, pero era tenue y cada vez amenazaba con desaparecer, sin mencionar que su propio miedo estaba latente, estaba dándole vueltas en la cabeza mientras se tropezaba en cada paso. Estaba seguro de todos los aromas, seguro de separarlos y reconocerlos como Hyejin le había enseñado, y por eso sabía que el fuego no había llegado a los cachorros. Ellos aún tenían tiempo.
No debió separarse de Woozi.
Recordaba el miedo que el chico sintió cuando Seungkwan soltó su mano, la forma en la que su aroma a fresas se destrozó, y la forma en la que ahora podía percibirlo un poco, temeroso y desesperado, una clara alerta que él pudo oler porque estaba vinculado con estos chicos. También olía a Wonwoo, y solo ellos, porque no tenía una jodida idea de donde estaban Minghao y Jeonghan. ¿al menos seguirían con vida?
Intentaba ser positivo, pero en este panorama...
Se detuvo cuando ya no supo a donde ir. Había fuego en varios pasillos, se esparcía rápido gracias a los objetos como las cortinas, los muebles e incluso las plantas, cualquier cosa que pudiera tomar el fuego lo tomaría, incluso... sacudió su cabeza intentando concentrarse, tenía que encontrar una forma de seguir el rastro de los padres.
¿Pero por dónde ir? Si Woozi lo hubiera acompañado... No, Woozi estaba ocupado.
Wonwoo también lo estaba y Minghao... Jeonghan... ¿Por qué parecía que todos estaban separados? No podían ser los únicos alumnos despiertos en la escuela, tenían que haber más. Tenía que haber más personas. No estaban solos en esto, el templo estaba cerca, el Mayor y los menores debieron de darse cuenta que ellos estaban en peligro ¿estarían ayudando?
Estaban ayudando, ellos no los dejarían a su suerte.
—Luna... por favor.— Murmuró con las manos en su pecho sosteniendo a Byul. —¿A dónde voy?
Respiró profundo sintiendo como su nariz quemaba gracias al humo y el calor. Pero tenía que hacerlo.
El aroma que sintió... era a rio.
Quizás podría perder cualquier otro aroma, pero no ese, nunca ese. Se apresuró a correr teniendo cuidado con los pasillos más iluminados y siguió su nariz, su nariz que sentía quemarse conforme avanzaba pero que no le importó, solo quería llegar al dueño de ese aroma. Y conforme iba avanzando otros aromas comenzaban a aparecer, como el de Jun, y el de Mingyu. Pero sobre todo el de Chan. El de su alfa.
No estaban solos, ellos realmente estaban ayudando, claro que no los dejarían a su suerte.
No pudo contener su sonrisa cuando lo vio, y ni siquiera se molestó en detenerse o bajar la velocidad, se lanzó a Chan abrazándolo con fuerza, siendo recibido por los brazos del alfa en algo que reconfortó su pecho, Byul quedando atrapada en ambos. Solo se apartó un poco para comenzarlo a besar, sintiéndose tan aliviado que ignoró todo.
—Estás aquí...— Dijo entre besos. —Gracias a la luna...
—¿A mí también me toca beso despues?
Jun se asomó cerca y Seungkwan comenzó a razonar soltando a Chan para que este pudiera aclararse. Ellos estaban allí, cerca de los pasillos donde tenían a los omegas, cerca donde Seungkwan percibía el aroma de los cachorros. Lo habían guiado sin saberlo hasta ese lugar. Y estaba agradecido de no estar solo. Aun así...
—Tenemos que sacar a los omegas.— Dijo tomando a Chan de la mano y caminando. —Sé dónde están, pero también sé que hay fuego y que está expandiéndose, tenemos que ser rápidos.
Chan tomó de nuevo el extintor que había dejado caer, y Seungkwan se sintió un poco aliviado de verlo. Aun así concentró su cabeza en los alumnos. Podían sacarlos de allí, no sería muy difícil porque todos ellos estaban despiertos, tenían miedo y sufrían porque nunca se desmayaron, por alguna razón la escuela había sido lo suficientemente cruel como para dejarlos allí, consientes de todo lo que estaba pasando.
Tenían que sacarlos de allí.
No había salida. No importaba cuanto se esforzaran por despertar a los omegas y ordenarlos, porque no había salida. El primer piso estaba consumiéndose en llamas y no había forma de atravesar el humo del segundo y lanzarse por las ventanas, más de uno terminarían lastimándose. La escuela había hecho bien en taparles las salidas y ahora no había forma de huir de la escuela. Y cuando la tercera explosión llegó al segundo piso todo se volvió peor.
Wonwoo no tenía idea de cómo salir y había sido tan cobarde como para no decirle a Woozi, estaba convencido de que en el tercer piso encontraría una, pero con la nueva información de Seokmin y Hoshi ¿Cómo ir al tercer piso? Tenía miedo de otra explosión. Wonwoo no quería estar allí para cuando ocurriera. Así que estaba haciendo lo que podía en el octavo. Sabía que Jeonghan tendría una forma de salir, pero Jeonghan no estaba allí, tampoco Cha.
Tenía miedo, tenía a Seokmin a un lado mientras tranquilizaban a los omegas cuando aun no tenían forma de huir, así que este plan de Woozi se volvía inútil porque Wonwoo no había hecho su parte, pero en su defensa no había forma de encontrar una salida por los caminos convencionales. Aun si él pudiera salir ¿Cómo sacarían a todos estos omegas en orden? Era absurdo. Y peligroso. Y caótico, su mente no corría lo suficientemente rápido.
Quería pensar que el templo estaba a salvo y que su Jeongkwannie también, que ella estaría lejos de todo esto, que Mingyu tomaría la opción correcta y se la llevaría, porque tenía que llevársela, tenía que ponerla a salvo porque ella era solo una cachorra, y como una cachorra necesitaba al menos a uno de sus padres. Y Mingyu tenía más posibilidades de cuidar de ella.
Si Wonwoo moría confiaba que Mingyu sería un perfecto padre para su hija.
En se punto ya no sabía lo que iba a pasar, cuando llegó al segundo piso y lo vio en llamas tuvo miedo, tuvo miedo de no poder respirar y regresó con las manos vacías, porque no había sido suficiente, tenía miedo y no quería morir, pero si llegaba a hacerlo no quería morir solo. Aun tenía personas a las que quería ver.
Solo él sabía que en realidad no había una forma de salir. Así que no tenía esperanza, solo miedo, un montón de miedo que se avivaba cuando el pasillo se oscurecía gracias al humo negro de afuera. Pronto el fuego llegaría a ellos y no tendrían escapatoria. Era como un reloj maldito, las manecillas en llamas avanzando cada vez más rápido hacia ellos.
Y los gritos de los demás alumnos no estaban ayudando.
Ellos gritaban y lloraban, se buscaban entre sí, caminaban perdidos con el uniforme a medias o en pijamas mientras se veían confundidos, algunos se rejuntaban en los salones y otros andaban por los pasillos buscando alguna puerta de emergencia. Sabía que este drama era necesario para Woozi, sabía que era parte del plan, pero era una mierda mirarlo.
Había chicos de segundo año que se habían rejuntado para implorarle a una tal loba madre, y otros buscando los teléfonos para llamar a emergencias, pero los teléfonos no servían. Y los celulares de contrabando se usaban para llamar a sus familias. Era una imagen deprimente, y no podía escapar de ella, sin importar cuanto intentara suavizar su propio ambiente.
—Tenemos que calmarlos y despues guiarlos a la salida.— Dijo Seokmin tomándolo de la mano.
Wonwoo observó alrededor.
Calmarlos. Claro.
Miró el pasillo iluminado y despues todo se apagó, las luces se fueron de pronto quizás porque ya habían aguantado lo suficiente, y los dejaron a oscuras, los chicos gritando en reacción alarmándose más, ese aroma desesperado y aterrado inundando a Wonwoo. Tenían que sacarlos de allí, pero el segundo piso ya estaba envuelto en llamar, no todos podrían pasar, y aunque pudieran no había forma de salir.
Wonwoo consideró huir solo. Pero no era un cobarde. Mierda, ni si quiera huyó solo cuando Bohyuk incendió la estufa de su casa, tomó a su hermano y lo llevó afuera mientras que este continuaba lloriqueando, y despues su padre... su padre le dijo que había sido un hermano mayor y no un idiota. Wonwoo no era un idiota.
Miró a Seokmin de reojo y apretó los labios. No era un idiota, pero... él y Seokmin podrían salir de alguna forma, y Woozi... ¿Dónde estaba Seungkwan?
—¡Wonwoo!— Alguien lo tomó del brazo y lo hizo girar. Un chico de primer año que lo veía casi con esperanza. —No sabemos que hacer... Y tu dijiste que si teníamos problemas podíamos buscarte...
Parpadeó.
—Me refería a los exámenes y a los profesores, no a un puto edificio en llamas.
—Pero... si tienes alguna idea nosotros podemos ayudar. Estamos dispuestos a ayudar.
Ah.
¿Por qué confiaban en él? Wonwoo no había sido bueno con las personas antes, en realidad los chicos de su edad solían odiarlo y la pasó bastante mal en la escuela, no tenía muchos amigos y la gente solía tratarlo mal ¿Por qué de pronto había cambiado? Cuando llegó a la escuela Pledis de pronto conoció a Seungkwan y casi lo adoptó como su cachorro, y despues Woozi y Minghao lo trataron como una persona, no especialmente amables, pero lo trataron como solían tratar a los demás. Y despues Jeonghan. Ahora estos chicos lo querían, de alguna manera lo querían.
Quizás algo cambió cuando llegó su hija.
"Aléjala."
Había tenido tanto miedo de ella que su primer instinto fue rechazarla. No sabía de donde venía, ni cómo llegó, pero ella estaba allí, pequeñita y roja, una diminuta cachorra que salió de él. Tuvo miedo de sostenerla y saber que era real, porque no confiaba en si mismo para hacerse cargo de esa bebé. Pero hubo algo que lo conectó a ella, algo que quería protegerla y que lo hacía precavido y temeroso. No había querido que nadie la tocara, solo Seungkwan y Jeonghan.
—Aléjate.— Le dijo al alumno.
El chico abrió los ojos con sorpresa mientras se encogía en hombros y parecía querer llorar, como si Wonwoo hubiera sido su única apuesta. Entonces tomó la mano del chico y la apartó de él, empujándolo con el pequeño montón que lo esperaba atrás.
—¡Pero...!
—Quédense aquí y aléjense de las escaleras, encontraré una jodida salida y volveré, se quedan a las órdenes de Seokmin ¿bien?
Los chicos tardaron en asentir pero lo hicieron, y Wonwoo se giró para comenzar a correr. Quizás ahora encontraría algo, lo que sea, algo que no había podido ver por ser un jodido cobarde, pero tenía que haber algo. No necesitaba los atajos de Jeonghan... bien, si lo hacía, pero aun así encontraría otra manera, una que guiara a todos estos chicos a una salida. Y si moría al menos no lo haría como un jodido cobarde.
—No eres un jodido avenger... no eres un jodido avenger.— Se repetía cansado de si mismo. —Vete al demonio, Jeon Wonwoo.
Cuando llegó al tercer piso no se detuvo, el lugar estaba callado y oscuro, pero el pasillo luminoso y repleto de humo le hizo darse cuenta de que no tardaría en arden en llamas. Sin embargo podía ver que algunos alumnos seguían allí, inconscientes, dormidos en sus habitaciones como si fueran a despertar. Sabía que tenía que esperar al plan de Woozi, pero esto era simplemente cruel. Dejarlos allí... El segundo piso ya estaba en llamas, y algunas personas ya debían de haber...
Sacudió su cabeza intentando no pensar y se lanzó al segundo piso. Si los chicos del tercer piso la estaban pasando mal los de segundo piso... ellos estarían mucho peor, así que se lanzó a él.
El fuego y los gritos fueron lo primero que lo recibió.
El pasillo estaba envuelto en llamas, el calor y el aroma lo hizo tambalear, asustarse, y comenzó a sudar en reflejo, pero su vista no era lo peor. Apenas podía ver por uno de sus ojos, así que el sonido fue lo que comenzó a guiarlo. Los gritos desesperados de los alumnos, los llantos y las llamas de auxilio...
Si bajaba hasta el primer piso podría encontrar una salida. Solo tenía que ignorarlos a ellos, ignorar a los alumnos que no encontraban salida, porque de cualquier manera no podría ayudarlos, Wonwoo no podía hacer nada por eso en esa situación. Era un simple omega.
No había nada que pudiera hacer.
Con un carajo, él no era un jodido superhéroe.
Colocó sus dedos alrededor de su boca y silbó con fuerza.
Debían estar desorientados y confundidos, por eso no encontraban camino, o no encontraban porque no había uno, así que Wonwoo tendría que ir por ellos, si seguían despiertos, si estaban dormidos no había nada que hacer. Así que solo se adentró a uno de los pasillos donde escuchó algo. Un simple.
"¡Aquí!"
Mierda, él no era ningún superhéroe pero estaba corriendo por los pasillos, pasillos que ya estaban calientes y sofocantes, a una voz desconocida. Todo porque su jodida cabeza no podía estar en paz. Se odiaba a si mismo.
—¡Aquí! ¡Por favor!— Escuchó más claro.
Cuando llegó maldijo con fuerza.
—¡¿Por qué mierda no te mueves?! ¡Corre al piso de arriba!— Le gritó al omega que se encogió en hombros, este chico estaba en medio del pasillo, arrastrando a su compañero como podía, el chico no parecía despertar.
—¡No despierta! ¡No voy a dejarlo aquí!— Gritó el omega intentando alzar de nuevo a su amigo. —Los otros me dijeron que lo dejara con los demás inconscientes, pero no voy a hacerlo.
—¿Qué piensas hacer? ¿cargarlo? Apenas puedes contigo mismo.
Wonwoo esperó que el chico entrara en razón, pero el omega lo miró decidido, asintiendo ante la pregunta de Wonwoo.
—Los que pudieron corrieron al primer piso, yo no puedo, así que lo llevaré a un lugar seguro mientras viene la ayuda...
—Es un pésimo plan.— Murmuró. —Porque yo soy la ayuda. Y necesito ayuda. Jodida ayuda.
Se agachó para tomar al chico de un brazo y lo alzó, mucho más fácil de lo que el otro lo estaba haciendo. Este muchacho inconsciente necesitaba despertar o Wonwoo lo lanzaría por la ventana.
—Lugar seguro, claro, solo los llevaré a un lugar seguro.
—¡Gracias!
—Cállate y corre, tengo un jodido trabajo que hacer y estoy perdiendo el tiempo contigo y tu novio.
—¡Si, es mi novio!— El chico gritó de pronto haciendo a Wonwoo girar con sorpresa. —¿Qué? Estoy cansado de decir que no, ahora podemos morir y jamás le dije a nadie que este chico es mi novio.
Oh. Cachorros. Wonwoo estuvo a punto de reírse, por alguna razón esto era absurdamente tierno. Ah. Quizás, si salía vivo de esto, mandaría todo el demonio y le diría al mundo que Kim Mingyu era su novio, y padre de su hija, le importaba una mierda lo que pensara la gente, de alguna forma Mingyu era su novio secreto, siempre escondiéndose de su padre... De los medios y de la escuela, era peor que Jeonghan y Woozi porque al menos con ellos era terriblemente obvio, Wonwoo apenas podía ver a Mingyu.
Y no solo lo mantenía en secreto a él. Siempre tuvo oculta a Jeongkwannie.
Miró al chico de reojo.
—Mi novio es Kim Mingyu.— Le dijo al omega. —Y tengo una hija, se llama Jeongkwan.
—Oh... es... es un nombre peculiar...
—Dejaré a tu novio tirado.
—Peculiarmente hermoso.
Una pequeña burbuja de risa nació en su pecho, sabía que todo estaba jodido, sabía que buscar una salida era lo primordial, pero si ignoraba a este chico y solo se iba viviría con eso en su cabeza el resto de sus días, al menos si moría en el intento no moriría con culpa. Era un mísero consuelo en esa situación.
Aun así podía escuchar a más personas pedir ayudar, y no saber si iba a regresar por ellos, o si prefería ignorarlos estaba haciendo un agujero en su pecho.
Solo deseaba que Mingyu cuidara bien de su cachorra.
—¡Los cachorros están por el pasillo izquierdo y los padres por el derecho!— Gritó Seungkwan cuando llegaron a la separación. —El humo es demasiado, si los dejamos el fuego va a avanzar y terminarán por asfixiarlos.
—Tenemos que dividirnos.— Concluyó Mingyu. —Iré por los cachorros, los sacaremos por la escotilla, será rápido, tendremos que hacer algunas vueltas... uno tendrá que quedarse para cuidar a los demás y el otro ir a ponerlos a salvo.
Los cuatro asintieron mientras que Mingyu tomaba el extintor y se colocaba de lado izquierdo, era lo mejor que se les había ocurrido, no podían hacer más, pero Seungkwan estaba nervioso. Quería ir por los cachorros, pero los omegas... ellos también necesitaban ayuda. Claro que confiaba en Chan y Jun, pero algo no cuadraba en su cabeza.
—Voy con los omegas.— Dijo Jun apresurándose. —Quien venga conmigo hágalo rápido porque voy a correr y no voy a esperarlo.
Seungkwan miró a Chan. Tenían que separarse, y aunque no le gustaba del todo la idea sabía que era lo mejor, Mingyu quería ir a salvar a los bebés, no había dudado ni un segundo en hacerlo, y Seungkwan podía intuir porque, el aroma de Mingyu era tan decidido que no había espacio para el miedo, tenía una mezcla de melancolía y tristeza, algo puro que le de denotaba a Seungkwan que no iba a cambiar de opinión, Mingyu salvaría a los bebés del fuego aun si fuera lo ultimo que hiciera en su vida.
Mingyu quería salvar a los cachorros con su alma. Era el mismo aroma que cuando los persiguió en el templo con Jeongkwan, solo que estaba vez controlado y dirigido, el aroma de un padre queriendo proteger a su cachorro.
Jun amaba a los omegas por lo que no dudaba que no cambiaría de opinión. Entonces solo quedaban él y Chan.
Si recordaba bien...
"No soy un jodido omega."
—Iré por los omegas, ve con los cachorros.— Dijo chan tomándolo de las mejillas para besarlo. —Cuando terminemos nos encontraremos afuera ¿bien? No vas a quedarte aquí, irás afuera, con Vernon, sin importar si sales solo de aquí.
Seungkwan asintió solo porque no tenía fuerzas como para discutir con Chan. No le diría que lo buscaría, porque el aroma de Chan era directo, sin espacio a dudas.
—¿estás seguro?
Chan le sonrió.
—Si, completamente. Aparte, no podrías cargar a un omega.— Chan le guiñó un ojo solo para molestarlo. —Solo puedes con bebés.— Y despues le dio otro beso, ahora en la frente. —Te amo, si ves a Vernon antes que yo dile que a él también lo amo.
—No me lo digas como si te fueras a morir.
Tuvo que apartarse antes de seguir perdiendo tiempo. Jun tomó de la muñeca a Chan y comenzó a correr. Y Mingyu lo tomó a él. Entonces recordó decirlo.
—¡También te amo!— Le gritó.
—¡Ah! ¡Ya! ¡Demasiado cursi!— Gritó Jun a lo lejos.
Seungkwan consiguió reírse.
Sacudió la cabeza para regresar en sí, el aroma de Mingyu era decidido y le abría paso entre el miedo y el caos, siendo como un ancla para Seungkwan. Desde aquella vez en el templo no había vuelto a ver a Mingyu tan decidido y centrado, con cierto aire atemorizante entrando por sus poros y algo protector en el punto, de nuevo, como un padre, un padre preocupado por sus cachorros, preocupado de que estos cachorros vivieran. Y Seungkwan se sintió igual.
Estos cachorros eran sus cachorros ahora, y tenían que salvarlos y protegerlos.
Cuando llegaron a la puerta ninguno se detuvo, Mingyu casi la derribó haciendo que los bebés comenzaran a llorar, por suerte el fuego no había llegado hasta allí, pero si el humo, y si no se apresuraban estos cachorros morirían de un golpe de calor o por asfixia. Así que Seungkwan fue el primero en mover, intentando abrir una de las incubadoras. No era una incubadora normal, no tenían ruedas, pero eso era lo menos importante.
—Están cerradas con candado.— Dijo observando el pequeño objeto. —La escuela debió de hacerlas así...
—¡¿Por qué mierda le pondrían candado?!— Gritó Mingyu ofendido, acercándose a uno de los bebes y encontrando el candado. —Esto es... Tenemos que sacarlos de aquí. Tenemos que romperlo.
Seungkwan asintió.
—No se romperá el candado pero el plástico lo hará, Pásame el extintor.
—¿Qué harás?
Seungkwan tomó el objeto pesado dejando a Byul sobre un escritorio y observó al bebé que lloraba y se retorcía, tenía una serie de datos escritos sobre una hoja pegada al material transparente. La hora de su nacimiento, el día, mes, año, su padre, el donador y poco más, su tipo de sangre, y otros datos. Pero para Seungkwan este bebé era solo Sara, el primero de los cachorros a los que nombró sin conocerlos.
Si se equivocaba al golpear no estaría rompiendo el candado, estaría lastimando a Sara, este bebé que lloraba y se retorcía, que se había puesto rojo del llanto. Sara era un niño. Respiró profundo cerrando los ojos, aspirando el aroma de Sara, guardándolo en su memoria para evitarlo. Tenía que hacerlo bien y no lastimarlo. El plástico era grueso y resistente, pero el candado cerraba en una pequeña parte que sobresalía, así que podía hacerlo.
Tragó saliva sintiendo la boca seca.
—Luna, cuida de Sara, por favor.— Murmuró con los ojos cerrados. —Si yo no puedo hacerlo hazlo tú.
Abrió los ojos de golpe y golpeó con fuerza.
El sonido debió asustar al bebé porque lloró con más insistencia, pero el candado cayó al suelo, junto con el pequeño sobresaliente de la incubadora. Y Mingyu fue rápido abriéndola para tomar al cachorro. Estas incubadoras estaban hechas para el aprovechamiento de la escuela, era evidente por la forma en la que estaban hechas, eran solo para mantener a los bebés allí, no para cuidarlos, era para venderlos, para mantenerlos allí. Solo cunas de plástico como si fuera un escaparate.
—Ya, ya...— Murmuró Mingyu al cachorro, meciéndolo. Despues miró a Seungkwan. ¿Por qué Mingyu tenía los ojos llorosos? —Lo llevaré afuera, puedo llevar a otro, puedo llevar a dos... puedo tener cuidado.
Seungkwan negó.
—Lleva a Sara por ahora... trae el canguro de Jeongkwan cuando regreses y llevarás a dos. Necesitas al menos una mano libre.— jadeó mirando a Byul, la muñeca sentada ordenadamente donde la había dejado. —Trataré de abrir todos los candados... Aquí solo hay seis bebés. No son todos.
—¿Cuántos son?
—Quince.
Mingyu hizo una mueca pero de inmediato regresó en sí asintiendo, abrazó a Sara con más cariño y miró a Seungkwan. No fue necesario decir ni una palabra.
Mingyu solo se fue corriendo, dejando a Seungkwan con los cachorros y Byul.
Miró a la muñeca.
—Esto es lo que habrías hecho ¿verdad Hyejin? Porque en realidad si te gustan los niños...
Miró a Sofía, a la cachorrita Sofía que lloraba como los demás. Esta niña era chiquita, y olía a manzana, quizás porque su padre también olía a manzana. Le sonrió.
De nuevo le pidió a la luna que la protegiera, y se preparó para el golpe.
Chan maldijo mil y un veces en voz baja.
Los omegas estaban despiertos pero muy débiles, apenas se movían y la mayoría estaban drogados, pero eso no era lo peor, lo pero era que sus muñecas se encontraban esposadas a las camillas de metal, algunos de ellos tenían las dos manos y los pies encadenados y otros, los más débiles, solo tenían una de sus muñecas, y no encontraban las llaves, los profesores y trabajadores habían decididos dejarlos así, sabiendo que morirían de esa forma cruel y no les importaba. ¿Qué tan detestables podían llegar a ser?
—¡Las llaves deben de estar por aquí!— Gritó Jun revolviendo papeles y lanzándolos por todos lados. —No se llevarían inútiles llaves.
—Hey, chico.— Llamó a uno dándole palmaditas en la mejilla para hacerlo despertar. —¿sabes dónde podrían estar las llaves?
—Las tiene Park.— Balbuceó el chico y Chan maldijo en alto.
¿Cómo se supone que liberarían a estos omegas? Estaban esposados, y no había llaves, no era tan fácil como jalonearles la mano o dislocarles la muñeca, tenían que ser rápidos y cuidadosos porque estas personas estaban en peligro. Eran seis chicos, y habían más habitaciones alrededor, así que otros podrían estar esposados también. ¿Cómo harían esto? Jun continuaba buscando en los cajones y por todos lados.
Hasta que pareció encontrar algo y se acercó al chico que tenía enfrente. Jun se quedó especialmente callado mientras se acercaba a las esposas e insertaba algo que no era una llave, era un clip, una delgada tira de metal que metió por la ranura y comenzó a mover con los ojos encajados en el lugar, imperturbable a pesar de todo el escándalo que había hecho.
—Mamá solía decir que guardo en mi cabeza cosas inservibles.— Habló Jun. —Pero siempre tengo una razón. Memorice toda una parte de un libre porque practicaba para memorizar mis canciones. Limpie el templo para conocer su historia. Y aprendí a hacer esto... para liberar a Hao si algún día lo arrestaban.
Se escuchó un pequeño clic y las esposas se abrieron.
—Jun... Me siento tan afortunado de que hayas muerto hace un año.
—¡Gracias!
Jun liberó al omega y Chan se apresuró a tomarlo en brazos. Este chico no podría caminar, lo máximo que podía pedirle era que se sostuviera fuerte. Chan iba a llevarlo cargando hasta el refugio del templo, y haría eso con todos los omegas de ser necesario. Miró a jun quien estaba concentrado en abrir las demás esposas y tomó aire sosteniendo al omega y pidiéndole que lo ayudara a llevarlo, lo cargó en su espalda porque era mejor.
—Sostente.— Le pidió.
—Mi cachorro...— Balbuceó el chico.
—Lo encontrarás en el refugio.— Habló con dificultad observando la puerta. Iba a ser difícil. —Háblame de tu cachorro, quizás pueda reunirte con él.
Comenzó a correr cuando el omega abrió la boca para hablar, en realidad solo quería asegurarse de que este chico estuviera consiente, le preocupaba que perdiera la noción y se desmayara, lo necesitaba lo más despierto posible, y cuando estuvieran afuera lo dejaría dormir, solo necesitaba escucharlo por ahora, así que le pidió que hablara.
El pasillo estaba lleno de humor por la parte superior, había fuego en algunas partes y comenzaba a avanzar cada vez más cerca, pero Chan solo podía concentrarse en las puertas de color azul y como estas se encontraban cerradas o abiertas, algunas estaban vacías, y otras... en otras habían voces pidiendo auxilio, pero Chan no podía solo dejar a este Iomega e ir a ayudarlos. En cuanto pudiera transportar a este le pediría ayuda a Jun para que los des esposara y él los guiaría al refugio.
—Es niño...— Murmuró el omega. —Pequeñito, tiene el cabello oscuro...
—Ajá...— Respondió Chan incitándolo a hablar más. —Sostente muy fuerte.
Saltó a la escotilla. Casi cayó, sus piernas y rodillas dolieron pero se mantuvo ya que la caída no era muy alta, pero su espalda ya estaba quejándose. El camino ahora era más fácil, solo era una línea recta porque habían apagado todo el fuego posible sacándolo de su camino, se habían esforzado en eso tratando de hacerle una salida a los omegas, solo que Chan no había imaginado que sería así, imaginó otro escenario, uno donde correría con Seungkwan.
Corrió jadeando y sintió un enorme alivio cuando vio al alfa de Wonwoo correr hacia él, con las manos vacías y jadeando, y el canguro de Jeongkwan colgando en su espalda. Claro, ellos podrían terminar más rápido y ayudarlos. Esperaba que fuera así porque no estaba seguro de poder ayudar a todos, no era tan fuerte como quería creer.
—¡Lian acaba de llamarme! ¡Encontró a Jeonghan y Minghao!
Chan por poco cayó de rodillas ante el enorme alivio que sintió. Jeonghan estaba a salvo, era un avance. Le diría a Jun que Minghao estaba a salvo en cuanto lo viera. No tuvieron el tiempo para hablar, tan solo pasaron de largo y continuaron con lo que hacían.
—¿Minghao? ¿Cómo The8?— Preguntó el omega en su espalda.
—Si... ¿lo conoces?
El chico asintió y Chan le pidió que continuara hablando de él, solo para escucharlo mientras encontraba los escalones que daban a la escotilla. Subió tan rápido como pudo sintiendo su cuerpo pesar y no se detuvo al salir, siguió, corrió a pesar de estar sudando y respiró el aire fresco que alcanzó, y se sintió casi libre. Jaló grandes bocanadas de aire fresco en cuanto salió del templo y recibió la brisa de la noche.
Era un jodido alivio, pero aun no terminaba.
En cuanto llegó al refugió encontró un llanto infantil, y a Melón –o como demonios se llamara- Revisando los signos vitales de un cachorro, mientras que el Mayor había preparado una camilla para el chico que llevaba en su espalda. Vernon se apuró a ayudarlo a bajarlo y despues... despues respiró viendo a Jeongkwan sentada obedientemente a un lado de una camilla. Ella estaba chupándose un dedo y mirando con curiosidad.
—Faltan varios.— Jadeó al Mayor. —En cuanto llegue ayuda...
—Les diré a donde ir.— Concluyó el Mayor tomándolo de la mejilla y alzándole el rostro. Fue extraño. Joshua nunca los tocaba en realidad. —Chan, tu vida también es importante.
Chan miró a Joshua directamente a los ojos.
—Es más importante lo que hago con ella, Joshua. Tengo que irme.
Se apartó rápido, y despues giró de golpe encontrando a Vernon.
—¡No me voy a morir! ¡Y tampoco voy a dejar que Seungkwan lo haga! ¡Te vamos a poner un nombre y compraremos una casa y tendrás que vivir con nosotros!
Vernon le sonrió.
—¿Es una promesa?
—¡Es una amenaza!
Jeonghan no podía concentrarse en nada, se abrazaba a Minghao mientras este manejaba como si su vida dependiera de ello, porque técnicamente lo estaba haciendo, la vida de sus amigos y de su pareja dependía de ello. Jeonghan tenía que llegar y usar los atajos para ayudarlos a salir. Así que no pensaba en nada en específico mientras sentía las palpitaciones de Minghao contra su pecho, ambos en silencio mientras se acercaban.
Podía ver la escuela a lo lejos, y se veía mal. El humo se alzaba varios metros sobre el cielo, oscuro, ocultaba las nubes negras o se mezclaba con ellas mientras que la luna era lo único despejado. Olía a lluvia, pero no había caído ni una sola gota. Jeonghan estaba deseando que alguien bajara del cielo y los ayudara, porque no había ni un solo jodido camión de bomberos o una patrulla policiaca. Todo estaba solo, la carretera vacía mientras que ellos iban a toda velocidad en el centro.
—Hay varias salidas desde todos los pisos.— Le dijo a Minghao esperando que pudiera oírlo. —Pero si el primer piso está en llamas algunos pasillos no serán de ayuda, otros sí, algunos van directo afuera.
—¡Debimos traer a Kyungsoo!
—No... Kyungsoo... Es mejor que no, yo puedo hacerlo.— Abrazó con más fuerza a Minghao. —Ji-ah me prometió cuidarlo, cuando estábamos allí... Me dijo que cuidaría de él mientras nosotros no estamos.
Ji-ah solo había aparecido de la nada y le había dicho a Jeonghan que podía cuidar del chico, incluso antes de que Minghao llegara, Ji-ah solo pudo ver el pésimo estado en el que se encontraba Kyungsoo y lo tomó. Jeonghan estaba agradecido con él, agradecido de que el omega no se quedara abandonado porque Jeonghan sentía que lo estaba haciendo. No quería abandonar más a sus amigos, pero tenía que hacer esto.
Respiró el aroma de Minghao y restregó su casco contra su espalda. Necesitaba algo a lo que aferrarse para no perder la cabeza, porque el recuerdo de la sangre y del terror en sus rostros no lo dejaba en paz. Y tenía la camisa manchada y apestando a sangre seca. Era un desastre, pero su consuelo era que no le importaba. Solo quería llegar a la escuela y ayudar a sus amigos.
Había algo en su cabeza que continuaba preocupándole, pero no tenía idea de lo que podría ser.
Se perdió en ese pensamiento hasta que empezó a sentir el aroma a humo y fuego, su rostro se alzó viendo como la escuela estaba cerca, los arboles eran mucho más pequeños que los torbellinos de humo que subían a las nubes y se esparcían con ellas. Apenas podía ver, pero el fuego que salía por las ventanas del primer piso y del segundo les daba algo de iluminación. Su estómago se apretó con fuerza imaginando lo peor, pero confiaba en que Woozi, Wonwoo y Seungkwan estarían a salvo. Y no era confianza entonces solo era un deseo más.
Minghao comenzó a bajar la velocidad hasta que se detuvo aun varios metros lejos de la escuela.
—Baja.— Le ordenó el omega y Jeonghan lo miró sorprendido. —Jeonghan, baja.
—¿Qué? ¿no me llevaras a la puerta? Pensé que tenías mejores modales.
—Baja, ahora.
Oh. Bajó de la motocicleta y Minghao se inclinó sobre ella, como si ignorara a Jeonghan quien lo miraba confundido, aun faltaban varios metros para llegar, pero Jeonghan podía verla, y podía ver el pequeño refugio que había formado Joshua y como este parecía estar comenzando a llenarse de gente. Fue un alivio, pero ¿de donde venían esos omegas? ¿Cómo habían conseguido salir?
Escuchó la motocicleta de Minghao rugir y volvió a mirarlo. Lo tomó de la mano.
—¡¿Qué piensas hacer?!
—Ir por Kyungsoo.
—No, te necesito aquí.
—Necesitamos a Kyungsoo sin importar que tan mal esté.
Jeonghan se negó colocándose frente a Minghao y tomando sus dos manos. Se quitó el casco con una y lo lanzó al suelo, encarando al omega.
—Confía en mí.
—Confió en ti, sé que puedes hacerlo, pero no sé a que costo. Jeonghan, el humo va a joderte los pulmones si te esfuerzas por hacerlo tú solo. O podrías morir. Confío en que puedes hacerlo, pero también confío que estás asumiendo todos los riesgos tú solo.
Apretó los labios reconociendo que Minghao tenía razón. ¿pero que más podía hacer? No quería que Kyungsoo volviera a colapsar.
Negó.
—Sé que Kyungsoo vendrá, pero ahora yo puedo hacerme cargo de esto.
—Eres un idiota.
—Lo sé.— Y no mintió. —Pero si pudiera hacer algo para mantenerlos a todos afuera lo haría... soy tan egoísta como eso.
Minghao hizo una mueca, pero se quitó el casco. Y despues miró al refugio.
—Alguien tiene que sacar a Seungkwannie de aquí... Jun puede manejar mi motocicleta.
Jeonghan sonrió asintiendo.
—O podrías llevarla tú.
—Vete al demonio, Yoon Jeonghan, me quedaré a lado tuyo. No voy a ser yo el que se vaya ahora.
Minghao bajó de la motocicleta.
No les quedaba de otra. Pero al menos ya estaban allí, junto a los demás.
Woozi había marcado las zonas donde posiblemente estarían los explosivos, así que se quedaron en el piso diez buscándolo por todos lados, primero en los pasillos, bajo los muebles en el techo, en los armarios, uno por uno fueron descartando los lugares mientras que Hoshi maldecía y jalaba a Woozi para ir más rápido, porque Woozi era terriblemente lento. Su vista estaba en dos lugares; los planos de la escuela y el lugar donde debería estar el explosivo, pero no estaba.
Comenzaba a cansarse, no solo físicamente, su cabeza estaba hecha un lio y no dejaba de sentir sus manos temblar, cada minuto que pasaba era un recordatorio que la próxima explosión estaba cerca, y que debían ser más rápidos. Si no conseguían detener las bombas entonces el edificio entero sería una ratonera enorme, incapaz de salir y hasta algunas partes podrían colapsar. Woozi estaba seguro que en los primeros pisos eso ya había pasado.
—¡No hay nada!— Gritó Hoshi lanzando con furia el montón de muebles apilados en la esquina de esa aula. —¡No ha habido nada en los últimos cinco lugares! ¿seguro que habrá una aquí?
—No pueden dejar nada a la suerte.
Fue lo único que dijo antes de volver a revisar los planos. No tenía sentido, la escuela no dejaría ni un rastro de evidencia por lo que se esforzarían en deshacerse del piso diez, aun si había más pisos sobre ellos estos la mayoría del tiempo eran inaccesibles e inútiles, ellos no podían usarlos a su favor. Así que Woozi no tenía idea de lo que estaba pasando ¿Qué era tan importante para ocultar que los hiciera querer deshacerse hasta ese piso?
La oficina de Minsook era una opción, pero su cabeza no le permitía indagar allí, había algo que no lo dejaba en paz, una incomodidad profunda a pesar de que aun tenía dentro suyo el aroma de Seokmin, y su relicario. Algo oscuro que se comía la oficina de Minsook. Esa mujer ya debía estar kilómetros lejos, pero aun así Woozi sentía un dolor de cabeza cada que recordaba sus feromonas. Era una marca mental, un trauma a ella que fue provocado por los dos pésimos momentos que pasó. Miró a Hoshi maldecir una vez más.
Tomó un largo respiro decidiéndose a ir. No importaba que tanto le duela la cabeza o que tantos malos recuerdos trajera, era más importante evitar que los explosivos se activaran, así que tomó el brazo de Hoshi y lo jaló mostrándole en el plano el lugar a donde ir, y Hoshi lo entendió por completo tomando la delantera. Fue un alivio. Estar acompañado fue un alivio, porque solo quizás no habría podido hacerlo.
Solo esperaba que los demás chicos no estuvieran solos, porque el hecho de que estuvieran dispersos martillaba en su mente una y otra vez, reclamándole que fuera a buscarlo y se asegurara de que estuvieran a salvo. No podían estar juntos en ese momento, y no podían asegurarse de que estuvieran vivos, quizás, si uno moría, los demás no se enterarían hasta despues, o quizás morirían todos. En esta situación contemplaba lo peor.
No podían pensar las cosas positivamente porque era absurdo. Tenían que ser realistas, aceptar que no salvarían a todos, y aceptar que eran tan frágiles como cualquier otro alumno. Si Woozi moría, si Jeonghan, Wonwoo, Minghao o Seungkwan lo hacían entonces formarían parte de todos aquellos omegas que murieron antes gracias a la escuela. Aquellos que tuvieron que ignorar para sobrevivir, a los que pasaron por alto a pesar de que pudieron salvarlos en su momento.
Se detuvo en seco cuando llegó a la oficina de Minsook.
Hizo una mueca llevando su mano a su nuca, el dolor comenzando a aparecer de pronto, esparciéndose por su cuerpo, y era absurdo porque no había nada allí.
Las feromonas de Minsook lo estaban afectando con el simple hecho de existir.
Hoshi abrió la puerta, y la oleada cítrica que atravesó su cuerpo lo hizo tambalear. La oficina se veía vacía, ordenada y con todos los documentos colocados perfectamente, como si todo el caos no pudiera entrar allí. Solo había algo que desentonaba por completo.
—Oh, mierda...— Se quejó Hoshi acercándose al objeto extraño, Woozi solo podía reconocer cables y cinta adhesiva, lo demás... ni siquiera le encontraba una forma coherente. —¡Mierda, mierda, mierda! ¡Son unos completos idiotas! ¡¿creen que pueden salirse con la suya?! ¡Gracias Choi Seungcheol por ser un dolor en el trasero! "Investiga a Minsook, investiga a Minsook" ¡Pues adivina que Choi! ¡Si lo hice!— Hoshi comenzó a gritar emocionado. —¡Desde que empezó a despedir a todos! ¡Lo supe! ¡No se me escapa! ¡Soy el me...!
—Kwon.
Hoshi de pronto sonrió tímidamente y comenzó a bajar la cabeza para despues apuntar al objeto. Era algo grande pero aun asi Hoshi lo tomó señalándolo con más insistencia.
—Minsook suele usar esto. Este no es el primer edifico que quema. Ella ya ha hecho esto antes, y estas cosas... estás cosas son lo que ella usa.— Hoshi volvió a sonreír. —Seokmin me pidió que investigara a Minsook en segundo año, eso hice, y pude tener una de estas cosas en mis manos, eran parte de una investigación que se cerró por "razones desconocidas"— Hoshi buscó por todo el lugar hasta que encontró la puerta del baño, la abrió y abrió el grifo del lavamanos, tapándolo para almacenar el agua. —Estás cosas son sumamente ilegales, son impredecibles y peligrosas, nada profesional. Pero pasan debajo del radar por ser fáciles de hacer. Minsook toma lo que necesita de donde sea, ya sea una niña maltratada por sus madres, omegas de bajos recursos... o este tipo de objetos. Por suerte...—Hoshi metió el objeto bajo el agua y arrancó algo de él. —soy bastante meticuloso cuando se trata de mi trabajo. Meticuloso, no cuidadoso, casi me vuelo las manos la primera vez.
—¿primera vez?
Hoshi sonrió de oreja a oreja, mirándolo con los ojos rasgados.
—No soy tan inútil como crees, Jihoon, ustedes pudieron trabajar por su parte e ir más rápido que yo, pero eso no me hace un inútil.— Hoshi se inclinó cerca. —Aunque lo hayan sentido así... no estuvieron del todo solos. El mayor, Seungcheol, Seokmin y yo realmente nos esforzamos por el mismo objetivo, pero desde distintos ángulos. Ángulos que ustedes no pudieron ver. Hasta ahora.
Woozi se sintió extrañamente avergonzado por lo que recordó. Si, quizás les había dicho inútiles a ellos en especial, pero ¿podía culparse? Ellos habían estado dentro de la escuela, estresados y sufriendo a su merced, obviamente se sentían solos y a la deriva, por lo que era difícil creer que hubiera gente trabajando contra la escuela desde afuera. Para ellos había sido absurdo porque nadie se había atrevido a hacerlo. Solo que si lo habían hecho y esas personas fueron silenciadas.
Apartó el rostro sintiendo sus mejillas sonrojadas y observó a Hoshi trabajar.
—Lo siento.— Se disculpó. —Y gracias.
—No me agradezcas... ya está. Se vuelve inútil de esta forma, solo hay que cuidar que...
Hoshi se cayó de inmediato y sus ojos se abrieron, fue un segundo a otro en el que se congeló, algo que Woozi sintió extraño pero cuando su estomago cayó hasta el primer piso comprendió. Salió del pequeño cuarto con pasos lentos, con su corazón latiendo contra su pecho mientras que tomaba a Hoshi del brazo, deseando no apartarse de él. Ambos miraron la oficina.
Todo seguía en orden. ¿Por qué se sentía tan mal?
Woozi sacudió la cabeza.
—Sería peligroso...— Tartamudeó. —Ir directo a los que están prontos a explotar. Hay que ir directo al que colapsaría todo... y despues...
¿Por qué estaba temblando? Miró la mano que sostenía el brazo de Hoshi, miró como su vista se desenfocaba y su cabeza comenzaba a doler con fuerza. La oficina de Minsook estaba vacía ¿entonces porque? Quizás el aroma que quedaba en ella, algo en el ambiente, lo que sea, algo tenía que explicar su incomodidad y su dolor. Tenía que explicar porque su cuerpo se sentía pesado y doloroso de repente.
Quemaba en su garganta y sus pulmones.
Esa sensación.
—Nunca pensé...— La voz le erizó la piel. Una sombra oscura saliendo desde el pasillo, entrando a la oficina y casi cerrándole la garganta. —Que Lee Jihoon pudiera volver a pisar mi oficina...
Seo Minsook estaba allí, alzada sobre sus piernas, con el cabello despeinado y los ojos impregnados de sangre, con sus feromonas agresivas saliendo de cada uno de sus poros, con una postura amenazante, aterradora y siendo un jodido desastre, casi como una pesadilla ¿Por qué mierda ella estaba allí? ¿y porque Woozi no podía respirar? Estaba temblando, de pies a cabeza estaba temblando, repleto de miedo y de algo más.
Y cuando Minsook lo miró ella olía a sangre.
—¿Qué haces aquí?— Preguntó Hoshi, pero ella ni siquiera lo miró.
—Park me va a pagar esta jodida traición... pero tú... tú ni siquiera deberías vivir.
Ella no estaba en sus cinco sentidos. Ella no parecía pensar. Casi como una bestia enorme que se erguía sobre su presa, con su aroma a sangre desprendiendo y atacando todo en Woozi, desmantelándolo, desnudando su aroma y obligándolo a arrodillarse y mostrarle el cuello. Como si ella fuera a arrancarle la piel de una mordida. Estaba cegada. Cegada por la furia, por el odio y el rencor, desprendiendo un aroma tan pútrido que era increíble.
Park la había traicionado, dejándola allí para que ella muriera como todos los demás.
Y ella estaba enloquecida por el odio. Como un animal.
Cuando ella se abalanzó sobre ellos lo hizo sin gracia, mareada y tambaleante, como si algo no hubiera conectado bien con su cabeza y casi cayó al suelo sosteniéndose del escritorio. Era imposible pelear con una alfa así, aun si estuviera desorientada, así que tomó a Hoshi con fuerza y lo obligó a correr.
Esta mujer no estaba recuperada del todo, pero ya olía como un peligro. Era un peligro, y ellos no tenían tiempo para lidiar con ella, no tenían tiempo para meterse en una pelea que perderían, tenían que salvar a los otros omegas, tenían que evitar que las bombas explotasen, así que no tenían tiempo para esto. Y Woozi lo sabía, y detestaba saberlo, porque también sabía que hacer.
Casi lanzó a Hoshi por las escaleras, empujándolo para que él fuera adelante, y le lanzó los planos sosteniéndose despues del muro. Agitado, su respiración caótica y su corazón martillando contra su pecho mientras que sentía como su cuerpo querían ceder. Quería lanzarse allí mismo para escapar de las feromonas. No le importaba ir al fuego con tal de huir.
Esta mujer, que lo aterraba más que a nada en el mundo, estaba furiosa, dispuesto a deshacerse de cualquiera con sus propias manos, dispuesta a matar. Su aroma a sangre la delataba, su aroma agresivo y asfixiante, el aroma que hacia a Woozi tener dolor por todo el cuerpo, que lo hacía temblar y querer llorar. Querer morir. Lo odiaba, lo odiaba hasta el fondo de su ser. De adentro a afuera. Y ahora estaba solo.
Miró a Hoshi y le gritó.
—¡Deshazte de los explosivos!— Su voz se desgarró. —¡No la dejaré salir de este piso!
Hoshi abrió los ojos con sorpresa. Pero lo comprendió.
No podían dejar que nadie se interpusiera, no podían dejar que esta mujer bajara y pusiera en riesgo a los demás alumnos, que creara un caos, el caos que Seokmin había acallado, porque este aroma a sangre era capaz de colapsar a cualquier omega. Ahora no solo tenían que protegerlos del fuego, tenían que protegerlos de Minsook.
De este monstruo llamado Seo Minsook.
Cuando Hoshi se fue Woozi cayó en cuenta de lo que había hecho.
Comenzó a reírse nerviosamente y tomó su relicario.
—Tendré una cita con Jeonghan despues de esto...
Murmuró apretando con fuerza el relicario.
—SooSoo ¿Por qué te escondes?
El hombre hincado frente a él lo miraba con cariño, mientras que Kyungsoo continuaba escondido detrás de la cortina, tomándose fuerte de la tela y encogiéndose más en su lugar. Su padre le sonrió de nuevo, con un gesto puro y amable que lo hizo querer salir, pero no lo hizo. En cambio se encogió en hombros intentando apartar la mirada.
—No me gustan ellos.
Respondió.
—¿Los visitantes? Solo vienen de pasada, el líder no tardará en pedirles que se vayan. Soosoo, vamos.— La voz dulce calmó un poco su miedo, y cuando su papá extendió su mano él hizo lo mismo con la suya, tomándola con la punta de sus dedos. —¿Qué es lo que no te gusta de ellos?
Fue abrazado tan pronto salió del lugar, su padre alzándolo con cariño y ocultándole el rostro en su pecho, haciendo que respirara su aroma a manzanilla. Kyungsoo lo amaba, no se sentía igual cuando su otro padre lo cargaba, su otro padre no sabía cómo hacerlo sentir mejor, a veces ni siquiera sabía cómo hacerlo sentir seguro. Su otro padre prefería ir con los otros niños de la manada y enseñarles a ellos porque Kyungsoo era demasiado complicado y tedioso para él.
—Tienen una mirada cruel. No me gusta.
—Ummm... también lo creo. Tienen una mirada que ha visto mucha tristeza, pero que nunca la ha sentido.
—¿Cuándo se irán? ¿Por qué vinieron aquí? ¿Por qué el líder los dejó entrar? ¿Por qué ahora? ¿Por qué le dicen omega a cualquier persona de nuestra manada que se acerca? ¿Por qué Hakyeon los trata como si fueran criminales? ¿es porque también ve algo malo en sus ojos? ¿Por qué tienen tristeza aunque no la sienten? ¿de donde...?
—Soosoo... con tantas preguntas la cabeza de papá duele.
—Lo siento.
—Creo que Hakyeon puede ver más allá de sus intenciones. Sabe que esos hombres no están interesados en los principios de nuestra manada. Ellos no quieren ayudarnos.
—¿entonces que quieren?...
Su padre se quedó especialmente callado cuando escucharon pasos acercarse, sintió la mano cálida de su padre en su nuca y como este lo abrazó con cariño y protección, escondiéndolo del mundo con ese simple gesto. Cerró los ojos y abrazó con fuerza a su papá.
Escuchó un par de palabras y despues silencio.
—La razón por la que venimos a esta manada...— Escuchó a su padre. —Es porque no creemos en la pureza que tanto buscan.
—¿eso quiere decir que si eres el omega especial que estamos buscando?
—No. soy solo un omega común.
Giró un poco para ver desde el pecho de su padre. Aquella persona que lo miraba con ojos vacíos, sin emociones. Esa persona que estaba buscando algo que su padre decía que no existía.
Lo miró. Y esa persona lo miró a él.
—¿Qué es lo que busca? Park.— Preguntó casi al viento del bosque, una vez pudo separarse de los demás, sabiendo que Park estaba allí, escuchándolo.
—Un tipo de omega muy peculiar. Do Kyungsoo.
Do. Desde que su padre había muerto no había escuchado ese apellido. Giró la cabeza solo para ver a Park por el rabillo del ojo, recordándolo de hace años. Este hombre que estaba buscando incansablemente algo.
—No es necesario apuntarme con un arma.— Dijo casi sin interés. —Yo quiero ir al mismo lugar que tú. Y sospecho a dónde quieres llegar.
No solía hacer preguntar a menos de que fueran necesarias. Y casi nunca lo eran, porque Kyungsoo prefería ir directo a las respuestas. Esta vez no era la excepción. Lo que buscaba Park estaba muy profundo dentro de la escuela Pledis.
Y tenían que destruirlo. Miró el anillo que le había dado Jeonghan días atrás, y la marca que había dejado este.
3B.
...
Uff lo que sigue... va a doler.
Del capítulo 23 creo que son cuatro partes. Estas dos y dos más. Creo, podría solo ser una.
...
O-Me-Ga
El teléfono estaba sonando.
Respondió.
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