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Capítulo 22. El omega ideal (pt.1)

Sus manos temblaban, en ese punto no sabía si eran las secuelas de las feromonas de Minsook o su propio nerviosismo, pero su cuerpo se sentía frágil y débil, sin ánimos, había sido difícil levantarse de la cama ese día y subirse al auto para llegar al hotel. Y desde la mañana la gente iba y venía de su habitación, dejaban cosas allí que ni siquiera necesitaba pero que servían para abarrotar la habitación. Así que, rodeado de cajas frente a un espejo, intentando abotonarse la camisa con las manos temblando. Se miró al espejo sintiéndose un poco avergonzado por el maquillaje y el peinado.

Odiaba el maquillaje, por alguna razón odiaba lo exagerado que se veía en él, sus ojos eran pequeños y nada de lo que hicieran los iba a agradar, pero claro, las personas que lo maquillaron tuvieron que presumir lo bueno y quieto que había estado Seungcheol cuando lo maquillaron a él. Le dio pena seguirse quejando, y le dio pena no dejarles terminar. Así que ahora estaba frente a un espejo apenas reconociéndose.

Se veía ridículo. Y no podía dejar de temblar.

Dio un largo suspiro dejando su camisa caer de nuevo y se llevó ambas manos al rostro respirando el humificador en la esquina. No estaba bien, quería estar en la escuela, quería saber lo que estaba pasando porque cuando salió de ella estaban llegando cajas y cajas de camiones que entraban al estacionamiento, y apenas iban a descargar las cajas cuando él tuvo que irse. Entonces Minsook estaba haciendo algo.

Los chicos ya deberían saberlo, Jeonghan los mantenía informados y Kyungsoo estaba allí para ayudar, pero aun así le preocupaba. Le preocupaba tanto como le preocupaba que Minsook se atreviera a acercarse a los alumnos. Ella siendo una jodida arma mortal por sí misma. Aunque esa mujer prometió dejarlos en paz hasta el día de la graduación. ¿Cumpliría?

Se le revolvió el estómago casi de golpe. Quizás por los recuerdos de la noche anterior.

Aun sentía el aroma cítrico de la alfa dentro de sus pulmones.

Alguien tocó la puerta y casi saltó sorprendido, pero contuvo su reacción cuando entraron. Solo una persona, una persona que le sonreía con amabilidad y que entraba directo a él para acercarse con confianza y abotonar la camisa. Se quedó en silencio y aspiró la feromona tranquila que esparcía aquella mujer.

—Sus padres quieren verlo antes de la boda.— Dijo su nana Melody terminando de abotonar la camisa. —¿Dónde está el saco?

—Puedo hacerlo solo.

Melody solo sonrió como si no lo entendiera y tomó la cadena y las joyas colocándolas alrededor de él. Era incómodo y no le gustaba, pero la familia Choi era un poco tradicional, lo suficientemente tradicional como para hacer todo grande y escandaloso, porque su familia, su padre en realidad, solo hubiera hecho una junta para firmar un contrato y ya. No habría boda, no habría fiesta, ni siquiera tendrían que estar todos presentes. Ni siquiera Jihoon.

—Sus amigos ya llegaron.— Habló la beta. —Seungkwan es ciertamente agradable. Minghao es bastante cortes. Le trajeron un regalo.

—¿Y Wonwoo?

—Sabe que siempre dejo mi favorito al final.— Su nana sonrió. —Trajo a su novio Mingyu y a su hija Jeongkwan.

—¿Por qué trajo a Jeongkwan? Es...

—Bueno, Wonwoo la tuvo que presentar como hija de su novio. No exactamente como su hija, pero esa cachorra huele exactamente como a él. Aunque es una pequeña copia de Mingyu. No me sorprende que en unos años ella también sea modelo.

Sonrió en respuesta.

—Quizás sí.

En cuanto se colocó el saco la beta se puso frente a él de nuevo, su melancólica sonrisa haciendo un pequeño hueco en su pecho. Ah. Claro. En cuanto se casara con Seungcheol ya no volvería a verla, se iría lejos, así como se iría lejos de los chicos y probablemente no estaría allí para ver crecer a Jeongkwan. Sabía que era absurdo pensar que podría verla día con día, Wonwoo también iba a irse, pero una parte de él tenía ese pensamiento. Y no solo eso.

Una parte de Jihoon tenía el pensamiento de que regresaría a la escuela para dar el tercer golpe, y esa misma parte pensaba que estaría allí para ver a Seungkwan casarse o fracasar con su relación de tres, o que vería a Minghao frecuentemente a pesar de que este regresaría con sus padres. O que seguiría en contacto con los demás, como Jun, a quien le había prometido semanas antes leer con él los artículos que sacaban de Minghao y su carrera sin Jun. Ah. ¿Por qué había hecho planes con Jun si se supone que ya no regresaría?

No solo con Jun.

"No nos llevamos tan bien, así que tenemos que conocernos más. Y tienes que hablar con Vernon también, o no me sentiré cómodo contigo."

"Mi hermano trabaja en un restaurante llamado Jun, deberíamos ir a ver sus películas malas."

"¿te dejan comer dulces? Hay una tienda muy grande donde venden de todo, podría llevarlos, venden coca-cola de algodón de azúcar. No iría como profesor así que podría dejarlos comer todo lo que quieran."

Era un poco absurdo si se detenía a pensarlo, así que no iba a hacerlo. Regresó su cabeza a su nana quien ya no lo estaba mirando, ella tenía casi la mirada perdida, hasta que reaccionó y volvió a ese gesto amable de siempre. Ella colocó una mano en su mejilla.

—No he visto al joven Jeonghan por ninguna parte.— Ah. Jihoon estuvo a punto de explicar, pero no fue necesario. —Pero... un amigo suyo me pidió que le entregara algo de su parte. Dijo que la abriera... an...— Ella inclinó un poco la cabeza como si estuviera confundida. —No recuerdo si dijeron antes o despues de la boda... Lo lamento...

Tomó el pequeño sobre de las manos de la beta y lo observó por algunos segundos antes de ver el nombre. Solo decía Woozi, con caligrafía descuidada de Jeonghan. ¿Cuándo escribió esto?

Sacudió la cabeza solo para disipar cualquier pensamiento.

—Gracias, nana.

—Fue un placer cuidar de ti. Cuando te vayas y tengas tus propios hijos... quizás puedas contratarme.

Y ella volvió a sonreír de una forma tan linda que el pinchazo que surgió en su pecho se desvaneció. Claro. Algún día tendría a sus propios hijos.

Era uno de sus pocos pasos de vida despues de todo.



El aroma de Minsook aún estaba en su sistema, sus piernas temblaban y parte de su cabeza no estaba conectada, era como si aun siguiera dormido o ajeno a la situación, incluso cuando caminaba sentía solo un poco de vértigo y su cabeza comenzaba a doler. Y era una mierda. Esa mujer se había podido incrustar tan al fondo en su pecho que con cada respiración la traía de vuelta. Aunque en la noche no fue así. Durante la noche el aroma de los chicos sustituyó el de Minsook. El aroma de Minghao casi podía sentirse aun, y solo cuando se cambió de ropa esto desapareció.

Se sintió acompañado durante todo ese tiempo solo con tener el aroma de los chicos en su ropa. Llevó una mano en su pecho, pero lo encontró vacío. Bien, revoloteó la mano como si no importara y terminó de arreglarse.

No podía ver a Seungcheol porque él estaba ocupado, lo vería unos minutos antes de la boda porque lo acordaron, pero sin él se sentía mucho más perdido que en otras ocasiones, fuera de lugar, las personas que iban y venían lo saludaban cortésmente pero la mayoría era gente que apenas lo había visto una vez en su vida. De hecho, si Jihoon no tuviera las molestas joyas y el molesto traje ninguno de las personas con las que se topó lo hubieran reconocido.

Y a pesar de todo su desagrado le tenía que agradecer a sus padres, la boda, la pequeña ceremonia de firmar el contrato se haría en un diminuto salón con las personas más importantes, el salón donde entraba tanta luz que era casi cegador y donde todo estaba decorado con flores blancas y detalles plateados. Un pésimo color para una boda pero tenía que ser tradicional. Si hubiera sido verdaderamente tradicional habría sido de noche.

No importaba, era solo firmar un papel.

Cuando se detuvo en seco su mente procesó que había llegado al lugar que quería, una habitación amplia que sería la recepción, las mesas y los adornos puestos ya, todas grabadas para que la gente supiera su lugar. No, para que los meseros llevaran a la gente a su lugar, con el piano en el centro y un diminuto escenario para dar ridículos discursos y poco más. Todo limpio y preparado. Incluso él.

Jimin estaba sentado junto al piano, tocando teclas al azar con el dedo. Y cuando Jihoon dio un paso enfrente emitiendo un pequeño sonido su padre alzó la mirada, sus ojos grises encontrándolo.

—¿Yoongi?

Tardó en reaccionar. Ambos tardaron en reaccionar. Los ojos de su padre no se apagaron, pero algo hizo clic dentro de ellos.

—Papá...

—Jihoon... Lo siento.— murmuró su padre bajando de nuevo la mirada. —A veces eres parecido a él. No siempre.

—¿a mi padre?— Preguntó solo para confirmar que hablaban de la misma persona. Jihoon siempre se sintió infinitivamente inferior a ese hombre. Aun así se acercó más hasta que estuvo a un par de metros de Jimin. —Quizás solo físicamente.

—No solo físicamente.— Jimin se encogió en hombros. —Vas a irte hoy...Vas a casarte hoy.— Se corrigió a si mismo. —Cuando tenía tu edad... estabas naciendo. Naciste en un hospital. No en la escuela Pledis. Tu padre no quería que Jaebeom te tocara... o que no me tocara a mí. No lo recuerdo bien.

Jihoon entendió incluso antes que su padre estaba en aquel estado mental que lo hacía consciente del tiempo y de su verdad, no era necesario preguntarse ni meter más problemas en la cabeza de este hombre, asi que solo lo dejó ser, como siempre, quizás. La mayoría del tiempo Jihoon solo dejaba a su padre fluir a donde quisiera, a donde le era mejor, porque rebuscar en sus heridas solo lo lastimaba más.

—Aun si no nací en la escuela soy producto de ella.— murmuró solo para confirmarlo.

—No. Yo soy producto de la Pledis. Tú eres su trofeo. Eres su omega ideal, Jihoon.— Jimin volvió a mirarlo, no había emoción en su rostro, ni siquiera una pisca de tristeza o melancolía. —Es difícil mantener mi mente clara, pero no imposible. Kibum decía que había de tres a cinco estados en los que la mente del omega podría entrar, el primero es la inconciencia, la luna menguante, cuando la escuela nos rompe, cuando nuestros pensamientos mueren y no hay nada más que un telón negro. El segundo es...

—Papá... no es necesario. Aun si me lo dices no tengo forma de decirle a los demás, si se lo dices directamente a Wonwoo él va a...

—¿crees que tu padre me dejará hablar sin supervisión? Cállate y escúchame.— Oh. Bueno. —El segundo es la luna llena es el estado ideal que Pledis quiere en los omegas. Es un estado de sumisión y adormecimiento. El tercer estado es la etapa de recuerdos, la luna creciente, cuando el omega intenta asimilar lo que ha pasado en todo ese tiempo, cuando se da cuenta de su verdad pero no puede asimilarlo por lo que entra en un estado de alerta y miedo. Y el ultimo es el verdadero...

—Gibosa creciente. — Jimin asintió.

—Taemin dijo que sería más fácil entenderlo así.— Jimin apretó un poco los labios. —Jihoon... si no quieres que a tus amigos les pase eso... si no quieres que a tu omega le pase...

—Shh...— Levantó sus manos como si quisiera cubrir los labios de su padre pero no lo tocó, estaba un poco lejos como para tocarlo. —No... No es mi omega... Es... es un buen amigo.

—Eso no importa. Jihoon. Si no quieres que a tu omega le pase tienes que ir a la habitación de Kibum, no puedes casarte, tienes que...

Ah. La habitación que Jeonghan había encontrado.

—Papá. Ya la encontramos.— Le aclaró intentando al menos darle un pequeño consuelo. —Jeonghan la encontró.

Pero Jimin no pareció contento, al contrario, su mirada cambió de repente como si estuviera decepcionado de algo, algo que no podía comprender ¿no era bueno haber encontrado esa habitación? Aun sin la información adicional de su padre... jun había dicho que trabajaría en ello y encontró una forma de hacerse cargo, pero eso sería dar demasiada información, así que... Llevó una mano a su pecho intentando encontrar algo.

—¿Por qué lo saben?

—El anillo que encontramos en la oficina de Park... Jeonghan encontró la habitación con ayuda de Seungkwan. No tienes que...

Entonces Jimin rió un poco, una risa casi melancólica.

—¿ahora que usaré de excusa para que no te cases? Jihoon...

¿era una excusa? ¿una excusa para que tuviera que regresar a la escuela? ¿para que fuera con sus amigos y no regresara? Era una excusa para que Jihoon intentara huir a cualquier costo, porque su padre, en ese momento lucido, y aun si no lo estuviera, sabría que Jihoon haría cualquier cosa para mantener a sus amigos a salvo. Aun si su padre no sabía de su acuerdo con Seungcheol quería darle una razón para huir, una razón para regresar con los otros. Llevó una mano a su pecho, pero estaba vacío.

—¿Por qué no querrías que me casara? Papá...

Jimin lo miró.

—Si te casas perderías tu aroma a fresas.— Su padre se inclinó cerca. —Jihoon, sé lo que pasa. Una parte del tiempo se lo que pasa. ¿Quién querría casarse en una situación asi? Sabiendo que dejara a sus amigos... solo ignorando lo que pasa... lo que siente... Tú no quieres a tu prometido.

—¿y tú si querías al tuyo?

Jimin de pronto se quedó tan callado que el silencio pesó físicamente. Jihoon se arrepintió de preguntar.

—¿quieres seguir mis pasos, Jihoon? Entonces cásate, ten un cachorro para ellos, y muere. Porque ni siquiera tu hijo será libre.

La puerta principal se abrió de golpe.

—Wow, te dije que era enorme.— Wonwoo.

Giró de golpe encajando su mirada en Wonwoo y Mingyu quienes parecieron congelarse en el acto, y la pequeña Jeongkwannie estaba allí, caminando por si misma y corriendo. Y ella lo vio.

—¡Udi! ¡abazo!— Ella le alzó los brazos mientras caminaba hacia él.

No tenía tiempo para quedarse, así que solo caminó hacia ellos pasando a su lado, ignorándolos, incluso ignorando a la pequeña cachorra. No, no era solo por falta de tiempo. Ni siquiera se despidió de Jimin.

—Lo siento...— gritó Wonwoo. —Vamos, hija de Mingyu, tenemos que ir con los demás.

El cumpleaños de Jeongkwannie había sido discreto, ella cumplió dos años hace días, fue al templo, un diminuto pastel bajo en azucares y poco más, regalos, solo pocos y Wonwoo abrazándola todo el tiempo. En su cumpleaños apenas habían podido hablar, todos intentaban ignorar lo que pasaba en la escuela y el inminente matrimonio de Jihoon, así que se dedicaron a jugar con ella y a celebrarla en silencio. Y Mingyu rebeló que tenía una hija, lo hizo porque con los ojos sobre él la escuela Pledis no se atrevería a hacer un movimiento arriesgado.

Jeongkwannie apenas tenía dos años. Una bebé de dos años que al crecer lo olvidaría por completo, y no sabía porque eso estaba quemándole profundo, aun cuando se convenció de que lo mejor era ignorarla, no quería tener su saliva por todo su traje... o sí, de hecho, pensó que la ultima vez que la había cargado había sido en esa pequeña reunión, y ella le jaló el cabello, solo que ahora ella tenía suficiente cabello como para que Woozi pudiera defenderse.

Fue una pelea justa aunque Seungkwan se metió dándole la victoria a la bebé.

"¡Udi! ¡abazo!"

Kimbap crecía cada vez más rápido y él ya no podría verlo. Bien, una parte suya imaginaba una posibilidad de verla crecer, de no apartarse de sus amigos, pero siendo realistas era poco probable, aun si no se casaba con Seungcheol el verla era... Suspiró con fuerza llevarse las manos al rostro, estaba casi encogido en una esquina de su habitación.

Los minutos pasaban. Pasaban y podía escuchar cada clic del reloj.

No había llorado únicamente porque eso arruinaría el maquillaje. Y de cualquier forma quizás no podría, porque llorar era aún más difícil.

—Mierda... Wonsik...

Murmuró al recordar que había estado planeando mencionar a Wonsik frente a su padre, pero con la intromisión de Wonwoo su mente solo se quedó en blanco. Wonsik era el supuesto hermano menor de Jimin, una parte de una familia que desconocía por completo porque su padre había sido vendido al mejor postor, y en consecuencia nació él, el supuesto omega ideal de la escuela Pledis. ¿Qué iba a hacer ahora? ¿volverlo a buscar? ¿y si su padre volvía a encontrarse en la luna llena?

Tenía que buscarlo de nuevo.

—Si vuelves a ignorar así a Jeongkwannie tú le pagarás la terapia independientemente de donde estés.— Casi saltó en sorpresa cuando Minghao entró por su ventana ¿este omega podía entrar por todas las ventanas del mundo? Lo miró desde el suelo y se apresuró a levantarse. —Seguridad no me dejaba pasar a las habitaciones, tuvimos que improvisar. Seungkwan me odia por hacerle decir "cagar" tantas veces.

—¿Qué?

Contuvo el impulso de ir hacia Minghao y se cruzó de brazos.

—Se que no deberíamos buscarte pero pasa esto... Jeonghan dijo que llegaron un montón de cajas ¿las recuerdas? Las vimos en la mañana.— Asintió. —Pues la escuela insiste en que son artículos para la graduación, llevan las cajas al salón grande y las dejan allí apiladas. Pero Jeonghan hizo a los de primero revisar las cajas, solo algunas, según estos chicos algunas cajas si tienen cosas para la graduación como platos, mantas, y adornos, pero algunas cajas tienen otras cajas adentro que ellos no pueden revisar. Podemos creer que son más cosas de decoraciones o pensar lo peor. Seungkwan podría olfatearlas pero tenemos a Seungkwan aquí. Y justo ahora están transportando las cajas y cuidando de ellas en ese salón, los de primero solo pueden revisar las cajas que no se han llevado aun.

—Váyanse.— Dijo en seco. —Los tres, vayan a la escuela. Que los lleve Seokmin de regreso.

Minghao hizo una pequeña mueca pero Woozi fue firme, si no se iban ahora no tendrían oportunidad de saber lo que estaba dentro de ellas, ya sospechaba que Minsook, o Park, habían planeado esto, con Seungkwan fuera ellos podrían hacer un par de cosas fuera del radar. Lo mejor era que los tres regresaran juntos y ayudaran a Jeonghan y Kyungsoo con ello.

Aun si eso significaba dejarlo solo.

—¿estás seguro? Planeábamos dejar a Wonwoo para...

—No van a separarse, vayan los tres juntos.

Minghao comenzó a asentir.

—Si, hay que hacer eso... y...— ¿y que? Woozi esperó a que tuviera algo más que decir, pero tan pronto Minghao cerró los labios nada salió de ellos por varios segundos, hasta que se acercó casi de golpe y lo abrazó. —Detesto las despedidas. Pero Seungkwan me pidió que me despidiera por él.

Minghao se apartó solo para tomarle de las mejillas y darle un pequeñísimo beso sobre los labios. Claro. Fue solo un tacto y sintió que el sonrojo subía hasta sus orejas.

Lista de omegas a los que había besado; Yoon Jeonghan, Xu Minghao. Uno era simplemente el omega más jodidamente hermoso que hubiera conocido y el otro era solo el omega del momento según la tv.

—Cuídate, Woozi.

Fue lo ultimo que dijo Minghao antes de acercarse a la ventana. Woozi aun continuaba sonrojado y sonriente. Incluso cuando Minghao se fue dejándolo solo, incluso cuando la carta de Jeonghan cayó de entre su ropa, incluso cuando la tomó de vuelta y la abrió por fin sin pensar, porque faltaban pocos minutos.

Su sonrisa solo se deshizo cuando el aroma de Minsook lo atacó de nuevo. Como si ella volviera a estar frente a él.

Sus rodillas fallaron y cayó al suelo sintiendo nuevamente su garganta quemar.

Cuando Seungcheol entró a la habitación todo estaba en orden, la habitación limpia, su ropa ordenadamente cuidada y Jihoon estaba deshaciéndose el maquillaje frente al espejo, había escuchado que era anti-agua o algo así por lo que buscó un desmaquillante entre los cajones, y encontró algo parecido, servía porque ya tenía un ojo libre de toda la pintura y se veía chiquito como siempre.

—¿Qué haces?— Preguntó Seungcheol al verlo.

Woozi lo miró de reojo. Seungcheol estaba vestido igual de elegante que él, las joyas en su cuerpo relucían en rojo y plata, su cabello ordenado y el maquillaje en su rostro resaltaba detalles lindo, Seungcheol ya era apuesto pero ahora parecía algo así como un príncipe, mucho mejor que Woozi quien ya estaba quitándose todo rastro de maquillaje. Y cuando logró hacerlo llevó sus dos manos a su cabeza y se sacudió el cabello.

Con una mano tomó la falsa carta de Jeonghan y se la extendió a Seungcheol.

—Ábrela.— Pidió quitándose el saco de encima en cuanto el alfa tomó el sobre.

—¿Qué es? ¿es de Jeonghan?

—Ábrela.

Seungcheol lo pensó por unos segundos hasta que se decidió por abrir la carta, no tuvo que esperar mucho para ver su reacción, tan pronto tomó lo que venía adentro se llevó una mano al rostro y comenzó a toser, la avalancha de feromonas llenando la habitación, solo que Seungcheol pudo contrarrestarlas con su aroma a canela, y Woozi lo hizo con su aroma a fresas. El cítrico desapareció poco a poco una vez más mientras que el alfa lanzaba dentro del sobre la carta. Una carta que solo tenía una palabra.

"Felicitaciones."

Era la letra de Jeonghan, pero no era Jeonghan. Woozi supuso que había sido alguien quien imitaba bastante bien la caligrafía de otros.

—¿Qué mierda es eso?!— Preguntó Cheol mientras alejaba el sobre con el pie y corría a las ventanas. —Demonios...

Seungcheol comenzó a toser de nuevo mientras Woozi desabotonaba su camisa.

—Un regalo de Minsook.— Aclaró. —Ella es la más emocionada por nuestra boda. Me mandó una especie de carta bomba. Diría que es creativo pero las cartas se perfumaban antiguamente, solo que eran cartas de amor o algo así.

—Esa mujer no sabe cuando detenerse...— Seungcheol se llevó ambas manos al rostro comenzando a caminar en círculos. —Me dijiste que les diera espacio, pero no pudo dejarlo así, tengo que...

—¿tienes que intervenir para protegernos? Minsook tiene más control sobre nosotros del que tú tienes sobre ella.— Se quitó la camisa colocándose la del uniforme. —Podemos hacerlo solos, Cheol. Solo asegúrate de que ella esté en tu vista.

Seungcheol estuvo a punto de protestar, pero su mirada se concentró en Woozi, y podía sentirlo, a donde quiera que se moviera Woozi sentía la mirada de Seungcheol, pero le restó importancia mientras terminaba de cambiarse de ropa, el uniforme poco a poco ordenándose en él. Originalmente iba a ponerse su propia ropa, pero pensó que ahorrar tiempo era lo idóneo, solo se vestiría y ya.

Y cuando terminó de arreglarse miró a Cheol, este un poco confundido quizás por la falta de explicaciones, pero Woozi se mantuvo calmado.

Aun si el dolor era fuerte dentro de su cuerpo. Quemaba. Quemaba hasta la última parte de su mente y se esparcía por todos lados, sus pulmones sintiéndose calcinados al igual que el resto de sus órganos. Como la noche anterior. La feromona de Minsook era mortal.

Caminó hasta el alfa.

—Acabo de decidirlo.— Le dijo mirándolo a los ojos, levantando un poco la cabeza. —Aun si ya se acabó el tiempo límite. Decidí no casarme, Cheol.

La mirada de Seungcheol nunca podría asustarlo, aun si estuviera furioso, este alfa miraba con cariño y preocupación, miraba como si no pudiera lastimarlo, así que no le temía, no le parecía incomodo ni lo odiaba, de hecho, sentía ternura al ver un gesto levemente infantil en esos ojos, algo juguetón e inocente como un niño pequeño, y ahora podía entender porque Jeonghan llegaba a preocuparse tanto por este alfa "aterrador" porque este alfa tenía una parte suave y pequeñita que siempre tenía miedo.

—Pudiste tardarte menos, me maquillaron por tu culpa. Ellos me dijeron que tú te dejaste maquillar así que no pude quejarme.

Sonrió.

—Apuesto a que te seguiste quejando.

—Pero no me queje tanto.

Seungcheol hizo un mísero puchero que consiguió sacarle una risa.

No podía romper esto. Miró la carta en el suelo y despues sintió los brazos de Seungcheol a su alrededor, abrazándolo y atrayéndolo a su cuerpo. Antes pensaba que no era bueno abrazando, y quizás era así, no sabía abrazar a nadie porque sus padres nunca lo ayudaron a aprender, Jimin por razones fuera de su alcance. Pero ahora... Ahora estaba aprendiéndolo. Aprendiendo a recibir los abrazos y aprendido a aceptarlos. Solo aprendiendo de nuevo. O por primera vez. Respiró el aroma a canela limpiando sus pulmones del cítrico.

Seungcheol olía a canela. Era un aroma un poco extraño para un alfa, por lo general ciertos aromas estaban ligados con los alfas y otros con los omegas, pero el de Seungcheol siempre parecía especial, siempre era especial. Era como el de Jeonghan, tenían la misma base dulce y amable, la misma base que limpiaba desde el fondo hasta salir. Era amable, como Seungcheol, y agradable, y a veces suave y a veces fuerte. Como Cheol.

Miró el anillo en su mano y tomó la de Seungcheol.

—Tómalo de vuelta.

Seungcheol por fin se apartó negándose a recibir el anillo.

—No, quédatelo, al menos por ahora, aun tienes que cancelar una boda frente al montón de invitados... la boda comienza en cinco minutos. Suerte.

Suerte. Claro ¿ahora como mierda iba a hacer esto?



El pequeño salón estaba lleno, todos los asientos ocupados por la familia de Seungcheol y los conocidos de sus padres, muchos de ellos haciendo acto de presencia más como formalidad que por gusto. Y había un asiento vacío en el lugar de Jeonghan, Sarang se había negado a que alguien ocupara ese lugar como protesta al parecer, pero aun así había algo allí, lo que parecía ser un peluche de un ángel. ¿Por qué? Solo consiguió soltarle una sonrisa.

Podía ver todo el lugar desde su penoso escondite, mientras tomaba fuerzas para ir y dar la noticia de que no iba a casarse. Frente todas estas personas que estarían molestas por el contratiempo, frente a los padres de Cheol, y frente a los suyos. Dudaba que entre la multitud por muy escasa que fuera, hubiera alguien que realmente le tuviera aprecio.

Hasta que los vio.

Wonwoo, Minghao y Seungkwan estaban allí, hasta el fondo del lugar callados y casi escondidos, en los lugares donde originalmente iban a estar. Ellos no se habían ido por más que Woozi les dijera. Y estaba aliviado. No lo habían dejado solo.

Ellos no lo dejaron. Y la pequeña Jeongkwan estaba en el regazo de Seungkwan, llevándose una mano a la boca y mirando alrededor con su lindo vestido azul. Y Wonwoo llevaba a Byul quien tenía un vestido rosa haciéndole juego a la cachorra. De nuevo otra sonrisa. Estos chicos...

Wonwoo, si pensaba en Wonwoo podía sentirse un poco mejor, si pensaba en su cachorra, si pensaba en el hecho de que Wonwoo podía parecer agresivo de vez en vez pero que era sumamente cuidadoso con su hija y su novio, en que era especialmente suave con los chicos que estaban en problemas y se acercaban indefensos. Pero Wonwoo también era indefenso de vez en cuando, y se hacia pequeño, a veces parecía pequeño y necesitado y era esas veces donde Woozi quería cuidarlo más. A él y a Jeongkwan. El ardor en su pecho comenzó a disminuir.

Llevó una mano a su pecho, y despues llevó la otra sosteniendo el anillo. Ahora llevaba el anillo en su dedo, porque estaba seguro de que no lo perdería esta vez.

Respiró profundo recibiendo los aromas nuevos y desconocidos, y despues el aroma a mandarinas de Seungkwan, el dulce de Minghao y el bosque de Wonwoo y Jeongkwan. Y el pomelo de Byul. El aroma floral de su padre. Miró a Jimin.

Jimin tenía de nuevo esa mirada perdida y baja, casi viva. Sus ojos grises apenas perceptibles en el pequeño salón.

Escuchó una campana. Fue un sonido estridente pero grueso, una campana o un reloj, no importaba, pero marcaba la hora de la boda, lo que hizo a todos levantar la cabeza y mirar al frente, mirar a la persona que esperaba a que Seungcheol o él llegaran. En el ensayo siempre iban juntos, entraban y saludaban a la persona y despues solo agachaban la cabeza esperando, no era difícil de hacer ni de memorizar, pero en todas esas ocasiones Woozi había tenido miedo.

Ahora no era distinto. Tenía miedo.

Minghao era valiente en casi todos los sentidos, quizás por eso no se llevaba bien con las cosas que no podía enfrentar, aunque se parara enfrente y lo retara había batallas que simplemente no eran para ganarse. Pero aun así, aun despues de correr y esconderse se esforzaba por enmendar eso y encontrar una forma de seguir. La admiración que sentía por Minghao no lo nublaba de ver sus imperfecciones, y era lo que más le gustaba de poder estar cerca suyo. Le gustaba lo real que podía ser Minghao.

Estaba temblando. Sus piernas temblaban y fue inevitable no mirar sus manos las cuales temblaban de igual forma, no era ridículo, en esta situación no, porque estaba a punto de pararse frente a personas desconocidas, y frente a sus padres, que también contaban como personas desconocidas. Aun si sus amigos estaban allí... Ellos no estarían a su lado, estarían viéndolo, quizás viéndolo morirse de nervios y tartamudear, sintiéndose un poco apenados por él.

Estuvo a punto de llevarse las manos al rostro hasta que se detuvo a verlas más detenidamente. El anillo estaba allí. Y las cicatrices.

Miró a Seungkwan y como este comenzaba a negociar con la bebé para que se mantuviera callada. Sonrió.

Sus pulmones ardían, estaba ahogándose de nuevo con la feromona de Minsook, su veneno entrando como la vez pasada, haciéndolo incapaz de levantarse del suelo, su cabeza nublada concentrándose en el dolor. Si seguía haciendo eso jamás sería capaz de regular su propia feromona y terminaría hundido en Minsook. Llevó sus manos con dificultas y las encontró borrosas. Pero aun podía distinguir las cicatrices.

Seungkwan le había ayudado a curarlas a pesar de no tenerle paciencia, a veces le gritaba, a veces lo regañaba pero despues se arrepentía y se disculpaba para arreglarlo, y era suave con él, era amable, Seungkwan ya era amable por naturaleza, algo en él solo conectaba así, pero cuando ayudaba tenía cierta luz en su aroma, algo reconfortante que lo hacía ir hacia él todo el tiempo. Seungkwan lo leía con facilidad y le respondía, hablaba sin palabras y aliviaba cualquier daño. ¿no podía hacer lo mismo en ese momento?

Respiró profundo mirando hacia enfrente. Tenía que ir.

Había una pregunta al fondo de su mente. Una pregunta que salió a la luz.

El primer paso se sintió pesado y agitó su corazón, de pronto solo era capaz de escuchar sus propios latidos, y si pudiera contarlos rompería algo en él. Respiró profundo manteniendo una postura recta mientras daba el segundo paso.

Aun si pensaba en sus amigos y pudiera salir de esa situación...

Al tercer paso las miradas giraron al unísono, no las contó ni las miró, solo mantuvo su rostro en alto mientras caminaba al altar, las flores adornaban el pasillo y la plata reflejaba la luz. No le importó, no le importó saber que llevaba el uniforme de la escuela Pledis ¿Qué más iba a llevar?

Aun si alguien llegaba y lo ayudaba a salir de ese mar de feromonas...

Sintió la mirada de su padre en todo momento, pero por suerte la mirada de Wonwoo siempre era pesada, porque con los lentes rotos tenía que enfocar demasiado, de hecho, Woozi dudaba que Wonwoo pudiera ver que llevaba el uniforme. Y estaba bien. Si Wonwoo lo estaba viendo sin verlo, estaba bien.

Aun con todo eso...

Escuchó sus propios pasos, su propio corazón y su respiración. Por un segundo solo existía él, y estaba levemente mareado. ¿eso había sentido Jeonghan cuando estaba a punto de casarse? No. Lo había sentido peor.

¿Cómo podría vivir despues de esto?

¿Cómo podría vivir sin su felicidad?

No. No era la pregunta correcta.

Miró al hombre frente a él, quien tenía los papeles que debían firmar, y miró el bolígrafo adornado en plata. Cuando se detuvo algo retumbó. Y volvió a alzar el rostro encajando su mirada en ese hombre, y despues giró hacia su padre.

Quizás fue la primera vez que lo miró a los ojos en realidad. Eran como los suyos.

¿Al menos quería vivir despues de esto?

Sería fácil solo morir por las feromonas de Minsook. Si dejaba que su cuerpo cediera... solo era cuestión de tomar la carta y detener el dolor. Porque aun si lo detenía ¿Qué iba a pasar despues?

Solo se iría.

Pero no quería irse.

Habló fuerte y claro para que se escuchara en cada rincón del lugar, su voz alzándose y siendo lo único que se escuchó como un eco. Aun debajo de la vista de todos. Aun debajo de la vista de su padre, y como este por fin lo miraba decidió hablarle directamente a él.

—He decidido que no me casaré.



...

Uff... por un segundo pensé que se casaría, este hombre estaba tan convencido en un principio y el tiempo se acababa ahhhh, me desesperó, incluso llegó a un punto donde dije; si a pesar de la carta sigue igual este hombre se nos casa. afortunadamente recapacitó. 

Cada vez falta menos para el final. Le tengo miedo al capítulo 23, acabo de caer en cuenta que lo tengo que escribir :)

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