Capítulo 2.1
El cabello rojizo destellaba como una cereza, lacio y un poco más largo que el año anterior, Jihoon se sentía fascinado por él, por la forma en la que enmarcaba el rostro de Jeonghan y como resaltaba sus ojos. Extendió una mano hasta tocar un mechón que se escapaba a su mejilla y lo acomodó detrás de su oreja, y Jeonghan solo lo miró de reojo, su sonrisa extendiéndose tierna mientras que Jihoon sentía sus mejillas calentarse. Llevó una mano hasta su pecho y tomó el collar.
—¿cambiamos lo que hay dentro?— Preguntó Jeonghan tomando uno de sus mechones rojizos. —¿o prefieres el rubio?
Jihoon quiso reírse. La pregunta no era precisamente acerca del guardapelo, podía sentir su aroma a vainilla tornarse nervioso y tímido, como si quisiera ocultarse debajo de otros aromas. Así que sonrió apartando la mirada hacia la puerta. Los chicos no tardarían en regresar, era de noche y habían tenido que huir a sus cuartos por órdenes de los maestros, Jihoon lo hizo igual y dejó que Jeonghan lo siguiera "disimuladamente" No importaba, de cualquier forma acordaron en reunirse en su habitación lo más pronto posible.
—Me gustan ambos.— Respondió por fin regresando su mirada a Jeonghan.
—Uno tiene que gustarte más.— Murmuró su omega casi como un puchero. Jihoon volvió a sonreír. —Es el rubio ¿cierto? Seungcheol me lo dijo.
Ah. Ensanchó su sonrisa al escuchar el nombre de Seungcheol. Lo había visto esa misma tarde, habló con él y pudo percibir el aroma suave y tranquilo que no presentaba ninguna molestia, y era un alivio, porque Seungcheol lo trató con amabilidad, aunque Jihoon no lo mereciera, el alfa fue paciente y le habló con sinceridad presentándole opciones. Y despues... Despues habló con él, habló de cosas triviales que ya no podía recordar pero que aun así le venían a la cabeza. El sentimiento de culpa se había desvanecido gracias a ello. Ya no le mentía a Seungcheol, no del todo.
Le agradaba el alfa. De hecho, le gustaba mantenerse cerca y sería mentir pensar que no le emocionaba hablar con él de vez en cuando.
—¿Cuál te gusta más a ti?— Regresó a la conversación cuando el aroma a vainilla se hizo tímido. Jeonghan miró a otro lado con los labios formando una línea.
—¿rojo?
Soltó una pequeña carcajada por la duda de Jeonghan. ¿realmente estaban hablando de su cabello? Extendió una mano hasta su mejilla y su pálida piel resaltó la sonrojada de Jeonghan. La sensación de calma que se extendió dentro fue suficiente para hacerlo suspirar, tan largo y silencioso que debió confundirse con el sonido del viento entrando por la ventana. Había extrañado a Jeonghan en todos los sentidos. Desde su aroma, su rostro, su piel, todo. Su omega había llamado por él.
—Rojo.— Asintió Jihoon.
Si Seungkwan hubiera estado allí entonces se habría percatado de la necesidad que gritaba su aroma, del sentimiento profundo y extraño que había estado atacando a Woozi desde hacía días. Con solo pensar en que vería a Jeonghan días antes nacía esa extraña emoción en su pecho. De pronto era consiente de todo a su alrededor, del aire y de los aromas, del tacto. El sentimiento era nuevo y desconocido, pero comenzaba a sospechar que solo lo era para él. Había algo mal con Jihoon y quería comenzar a arreglarlo.
"Escuchar a su omega" comenzaba a tomar sentido, porque ahora que este le hablaba, que le pedía y que le recordaba, Jihoon era capaz de escucharlo como un sensación muy en el fondo.
No podía mantenerse callado más tiempo, ni él, ni su omega.
Se inclinó cerca para besar a Jeonghan. Y justo cuando tocó sus labios la puerta se abrió de golpe. No supo quién empujó a quien, pero tuvo que sostenerse para no ir directo al suelo.
—¡Jeonghan, suelta a tu cuñado!— Gritó Wonwoo lanzándose adentro. Seungkwan se asomó con curiosidad y despues Minghao lo empujó.
Sorprendentemente la habitación era más espaciosa que las demás y no se veía diminuta con los cinco allí. Woozi solo los miró uno por uno; desde los lentes rotos y el maquillaje de Wonwoo hasta el vestido azul y pomposo de Byul. Seungkwan parecía un poco más pálido y la zona del supresor estaba levemente hinchada, y Minghao... De hecho Minghao parecía normal, aun así lo escudriñó de pies a cabeza para comprobarlo.
—¿tu padre te lastimó?— Le preguntó a Wonwoo directamente, sin poder detener las palabras que fueron de su cabeza a su boca como si se tratase de agua. —¿por eso volviste?
Wonwoo abrió los ojos con sorpresa pero Jihoon no retrocedió. Bien, también estaba ese detalle, ahora no podía controlar ninguna de sus palabras, lo comprobó con Seungcheol, él solo hablaba lo que su mente decía. No le pasaba con sus padres o con otros, en esos casos aun pensaba en lo que tenía que decir, pero cuando los aromas conocidos y agradables llegaban a él solo escupía todo con tranquilidad. Casi sin darse cuenta. Sin rodeos. A menos de que quisiera decir algo muy idiota.
"Las palabras que sientes" y "las palabras que piensas" Se convirtieron solo en palabras. Y pensó que estaba mal en un principio, sin embargo ¿no era el primer paso para arreglarlo? Saber que estaba allí, explorar porque y despues corregirlo. Aprender incluso de lo que no le gustaba. Estaba cansado de esconder todo lo que estaba mal.
Wonwoo le mostró la lengua.
—Sí, ya todos saben que mi padre me golpeó. Es un idiota ¿recuerdan?— Respondió el omega quitándose los lentes para mirarlos. —Pero no regrese solo por eso.
—¿es porque nos amas?— Preguntó Woozi sin interés en sus propias palabras despues de un largo silencio. Todos estaban preocupados por Wonwoo. Y por Jeongkwan. —Escuche que estabas buscando a Jiaozi. Los alumnos de primero se amontonaron en frente de cada habitación en este piso.
—Claro que los amo.— Wonwoo le lanzó un beso a Jeonghan quien hizo una mueca. No respondió lo demás.
—Ni si quiera yo encontré a Jiaozi.— Dijo Seungkwan tomando asiento sobre el escritorio. —Hay demasiados aromas y la escuela es demasiado grande... pero Minghao y yo le preguntamos a Seokmin sobre él. Dijo que no lo había visto llegar.
—¿Entonces no regresó a la escuela?— Jeonghan se puso de pie cruzándose de brazos.
—Nunca se fue.— Respondió Wonwoo con la mirada seria. Sus ojos puestos en alguna parte de la habitación. —La escuela Pledis les dio a ciertos alumnos clases de verano. Es por eso que regresé.
Oh. Malas noticias. El ambiente se hizo pesado de pronto, Minghao quien había estado intentando acercarse a Jeonghan de pronto se quedó inmóvil, su rostro cayendo al igual que su aroma. Fue un golpe dulce que le provocó escalofríos y cierto dolor en la nariz.
Los recuerdos de aquella noche en los cuartos del sótano llegaron a él. Minghao estuvo en peligro, en medio de una fiesta en el piso de arriba, con sus padres a un par de metros, y a la escuela no le importó. Eso les dejaba en claro que tan vulnerables eran, y con la muerte de Hyejin... Tenían que ir con cuidado si no querían terminar en las habitaciones del sótano. Respiró profundo sintiendo su nariz cosquillar por el incómodo aroma de Minghao.
—Estoy seguro que se encuentran en el sótano.— Dijo Jeonghan rompiendo el silencio. —¿Dónde más los pondrían?
—¿Cuántos estudiantes pusieron allí en vacaciones?— Preguntó Minghao con un largo suspiro.
—¿y cómo lo sabes?— Le preguntó a Wonwoo, de nuevo sus palabras escapando de su mente. —¿Tu padre...?
—Hey, hablemos de lo tuyo.— Respondió Wonwoo con media sonrisa. —Hablé con el abuelo de Seokmin. Pensaba decirles esto antes, pero eran demasiados problemas. Al parecer hace veinte años cierto "omega real" comenzó a hacer un alboroto entre los alumnos. Robó un montón de documentos y puso a todos en alerta.
Oh. Woozi alzó la mirada y pudo ver el rostro preocupado y sorprendido de Jeonghan. ¿Cuántas personas lo sabían entonces? Miró a Minghao y a Seungkwan quienes se mantenían atentos a Wonwoo.
—Es el omega de la carta.— Concluyó Minghao como si fuera obvio. —¿fue un escándalo entonces? ¿Qué pasó con él? ¿Por eso lo atraparon?
Wonwoo abrió la boca como si fuera a responder, y Woozi esperó a Jeonghan. Porque lo sabía. Con solo mirarlo pudo saberlo. Despues de todo era su omega. Y despues de todo Jeonghan no tuvo el valor para decírselo directamente el año pasado.
—Lo vendieron al mejor postor. Con los medicamentos suministrados por la escuela consiguió olvidar la mayoría. No fue el único.— Explicó sin alterarse buscando entre sus cosas la fotografía que lanzó a la cama. Todos se inclinaron a verla. —Eran cuatro omegas. Y solo uno sobrevivió.
—¡Se parece a...!— Seungkwan casi gritó señalando a una persona en la fotografía. Minghao le cubrió la boca con una mano.
—Es...— Jeonghan habló sin terminar su frase.
—Mi padre.— Señaló Woozi con calma. Como si eso no lo hiciera colapsar. —Park Jimin.
No esperó el silencio abrumador que llegó despues de eso. Y era lo que más odiaba. Jihoon había estado tanto tiempo consigo mismo que estaba cansado de ese silencio. Alzó la mirada con tranquilidad intentando calmar a los chicos, como si no le afectara, incluso respiró profundo y pudo esparcir sus feromonas. Había estado practicando eso, porque quería comunicarse en todos los sentidos.
Hablando con palabras, o con su aroma. Lo que sea, lo que fuera para evitar ese horrible silencio que se extendía a su alrededor. Respiró profundo sintiendo el aroma cítrico de Seungkwan. Y fue como un espejo; si su aroma a fresas llevaba seguridad entonces el aroma a mandarinas se lo regresaba de la misma forma. Y cuando sus ojos se encontraron con el chico este los abrió de par a par sosteniendo firme a Byul.
—¡¿lo hiciste?!— Preguntó Seungkwan lanzándose enfrente. —¡¿realmente lo hiciste?!— Escuchó como lo olfateaba. Y el ambiente era más tranquilo, los chicos respondiendo bien. —¡Oh! ¡Oh! ¡Woozi! ¡Realmente eres genial! ¡Asombroso! ¡¿Cómo aprendiste tan rápido?! ¡¿puedes hacerlo siempre?!
La emoción de Seungkwan lo hizo sonreír mientras se alejaba un poco. El chiquillo tan emocionado que parecía explotar. Extendió una mano y le apartó el cabello del rostro.
—¿Qué hizo?— Preguntó Minghao. —Hay demasiadas cosas aquí... Primero hay vacaciones de verano, despues el padre de Woozi es el omega real lo que podría significar algo peor, y ahora Seungkwan se le lanza encima... Ah, y el padre de Wonwoo sigue siendo un idiota. Y Jeonghan es pelirrojo ¿Por qué? Tienes que cambiar tu guardarropa, si tu armario es tan grande como el de Woozi puedo hacer algo contigo.
—¿Cómo sabes del armario de Woozi?— Fue lo único que preguntó Jeonghan.
Seungkwan extendió sus brazos atrapándolo en un parpadeo. Woozi se mantuvo quieto, con las manos alrededor de Seungkwan pero sin abrazarlo realmente, la pequeña risa burbujeante saliendo de su garganta. ¿realmente le hacia feliz algo como eso? ¿no era normal controlar las feromonas al llegar a la adultez? Aun así Jihoon sabía que no era del todo normal, porque sus feromonas se hicieron más aceptables cuando eso llegó.
—¿Por qué rojo?— Le preguntó Minghao a Jeonghan en respuesta. —Me gusta pero tendrás que cambiar algunas cosas para que funcione.
—¿eh?
—¡Ah!— Wonwoo gritó. —¡No hemos hablado de las habitaciones! ¡Nos separaron lo más posible!
—Culpa de MinSook.— Respondió Seungkwan soltándolo poco a poco. —Ella está más entrometida ahora. No dudo que los cambios sean peores.
—¡Esa maldita me hizo desempacar y volver a empacar!— Volvió a gritar Wonwoo.
—A mi me dio una habitación en un pasillo repleto de profesores.— Suspiró Jeonghan. —Creo que no tengo compañero.
—¡A mi me dio una en el séptimo piso!— Reclamó Seungkwan. —Nos separó a todos.
Antes de que pudieran continuar quejándose alguien tocó la puerta con calma haciendo a todos girar, Seungkwan soltó a Woozi y fue él quien dio el permiso para abrir, no importaba que los vieran juntos, de cualquier forma ya habrían escuchado el alboroto. Seokmin se asomó con un rostro preocupado y despues hizo un gesto con la mano, colocándose un dedo frente a la boca.
—Chicos, tienen que regresar a sus habitación.— Les dijo como si fuera un secreto. —Desde ahora todo será un poco más estricto, así que... tienen que buscar una manera de juntarse sin que nadie sepa, desde mañana será difícil que se paseen entre pisos.
Seokmin dijo eso para despues girar hacia el pasillo y despues acomodarse como si no hubiera pasado nada, el sonido de pasos acercándose.
—¿hay algún problema?— La voz desconocida apareció.
—No. yo me ocuparé.— Respondió Seokmin. Hubo un asentimiento y despues aquella persona, a la que no habían podido ver pero que tenía un aroma extraño, se fue.
Se mantuvieron en silencio y solo obedecieron la orden de regresar a sus habitaciones. Y justo antes de que Jeonghan se fuera este le susurró al oído.
"Sé cómo"
¿A qué se refería? La puerta se cerró dejándolo allí. Solo.
Miró los pasillos mientras caminaba hasta su habitación, las paredes rugosas, las columnas, los balcones, cada aula y cada cuarto, cada puerta y ventana, Jeonghan estaba seguro que había una forma de caminar dentro de la escuela sin ser visto, entre atajos y trampas, porque la escuela era un castillo diseñado para huir, para escapar en cualquier caso de peligro. Y los amigos del padre de Jihoon lo sabían, o al menos uno de ellos.
Cuando perdió el diario pensó que su buena suerte terminó, pensó que ya no podría ayudarlos más, pero recordaba puntos importantes, recordaba los atajos y pasadizos, todos hechos para huir, pero no solo eso, hechos para que una persona, sabiendo sus secretos, pudiera encontrarlos con facilidad sin necesidad de memorizar cada detalle o cada escondite. Tenían una lógica, un lenguaje secreto que Jeonghan había descifrado. Y aquel omega también. Aun si no tenía el diario podía usar lo que aprendió de este.
Miró cada una de las habitaciones enumeradas; 501, 502, 503... Todas parecían ser iguales, las puertas viejas y marcadas por los años les daban un toque distintivo, y había un detalle ¿Por qué las puertas con números pares eran levemente más bajas? Nada estaba hecho al azar dentro de esa escuela. Todo tenía una razón. Llegó hasta su cuarto y miró el numero; 511. Impar, abrió la puerta y pisó ese pequeño escaloncito que solo era una delgada línea. Algo tan trivial que todos pasarían por alto.
Entró en silencio encendiendo la luz y...
—Apaga la luz.— La orden llegó por sorpresa y lo hizo gritar. —¿es tu intención despertar a todo el pasillo? Apaga la luz.
Miró al chico frente a él, parecía ocupar una cama a lado de la suya, solo había un escritorio y había dos armarios. Jeonghan se asomó para ver el número de la puerta comprobando que era la 511, su habitación ¿no se suponía que tendría una para él solo? Regresó su mirada al chico que ya había desempacado y tenía puesto un pijama azul oscuro, sus ojos entrecerrados por la luz. Estaba a punto de meterse a la cama.
—Se supone que no tendría compañero.— Mencionó sacudiendo la cabeza.
—Me cambiaron de habitación. Ahora compartimos esta.— Respondió el chico apartándose de la cama y acercándose a Jeonghan. Tenía los pies descalzos. Le extendió la mano. —Saluda.
Jeonghan lo miró de pies a cabeza. Tenía sentimientos encontrados, compartir habitación no sonaba mal, Jeonghan no disfrutaba dormir solo y al menos era un consuelo saber que alguien se encontraba en el mismo cuarto, pero, este chico, que lo miraba entre una mezcla de amabilidad e irritación y que le extendía la mano tenía algo extraño en él. No malo, no bueno, solo algo que levantó la curiosidad de Jeonghan. Al parecer tardó en dar una respuesta porque el omega le arrebató la mano para estrecharla, pero fue un acto extraño, literalmente tomó los dedos de Jeonghan por debajo, como si tomara a una princesa.
—Cha kyungsoo.— Dijo el omega con los ojos clavados en Jeonghan. —Tu nombre.
—Choi Jeonghan.— Respondió aun sin saber que hacer.
Kyungsoo lo soltó. No fue desagradable ni brusco, simplemente lo soltó y dio un par de pasos hacia atrás, sus ojos sin apartarse de Jeonghan mientras que la incomodidad subía por su estómago. ¿Qué iba a hacer?
—Apaga la luz y ve a tu cama.— Ordenó el omega acercándose para cerrar la puerta detrás de Jeonghan. Aprovechó la cercanía para olfatearlo. Kyungsoo se detuvo allí, cerca. Sin decir una sola palabra alzó la mano y colocó el dorso a centímetros de la nariz de Jeonghan. Era manzanilla. Y despues se apartó lanzándose a su cama.
¿Qué demonios?
Cuando sonreía por todo era mejor, al menos así sabía que hacer; solo sonreír, aun si la gente se enojaba porque podría darse cuenta de que era falso, al menos así tendría una reacción, ahora no tenía nada. Su rostro y su cabeza estaban en blanco mientras veían a Kyungsoo alzando las sabanas y metiéndose entre ellas.
Apagó la luz y caminó hasta su cama metiéndose en ella. Y todo estuvo blanco, hasta que pensó en ello ¿Por qué Kyungsoo hablaba como si le diera ordenes? Apaga la luz, saluda, ve a tu cama. Miró al omega y este parecía tranquilo, dándole la espalda.
—Kyungsoo.— Lo llamó. —¿eres de tercer año?
—Si.— Para su sorpresa Kyungsoo respondió.
—¿nos habíamos visto antes?
—Tú a mí no. Es la segunda vez que curso tercer año.— Kyungsoo giró la cabeza asomándose de entre las sabanas. —Eres de los omegas escandalosos del prefecto Seokmin. — Jeonghan estuvo a punto de hablar. —Duérmete.
El silencio que llegó despues de eso fue escalofriante.
La mañana llegó de golpe, Jeonghan despertó con el sonido de una alarma ajena y tuvo que sentarse en la cama. El sol aun no salía por completo, pero alguien había tocado su puerta y despues se había ido, dejando una caja que su compañero recibió. Tenía su nombre, y la otra, que ya estaba sobre el escritorio, tenía el nombre de Kyungsoo. Jeonghan miró con curiosidad como su compañero abría la caja oscura y sacaba de allí un par de prendas de colores opacos.
—Levántate.— Dijo Cha tomando la caja con ambas manos. —Hay que ducharse antes de que los demás despierten.
—¿no es demasiado temprano?— Preguntó Jeonghan poniéndose de pie y mirando su caja. Era un uniforme, la camisa blanca y un listón enrollado como un moño. Los zapatos, las medias, el pantalón. Todo.
Kyungsoo Salió del cuarto sin decir más, pero dejó la puerta abierta como si esperara a Jeonghan. Bien, tomó sus cosas para baño y salió de allí lo más rápido que pudo. Ni siquiera pensó, se dirigía a los baños mirando el pasillo y escuchando esa extraña alarma que retumbaba entre las paredes. Era demasiado temprano como para sus clases, y la escuela jamás los despertaba así, por lo general si llegaban tarde o no era su problema.
Miró las puertas abrirse y un par de alumnos curiosos se asomaron al pasillo, y no solo alumnos. También profesores.
¿era todo causa de MinSook? Todo parecía nuevo. Pero no pudo pensarlo claramente aun cuando sintió el agua correr al meterse a la ducha. Si MinSook era la responsable entonces las cosas serían diferente en todo, Seungkwan lo advirtió, al parecer ella usó el año anterior para conocer como trabajaba la escuela, y usó a HyeJin, ahora que ya tenía lo necesario comenzaba a actuar. Aun así ¿Por qué de esta forma? ¿Por qué darles un nuevo uniforme y despertarlos con una alarma por toda la jodida escuela? Ah, y el agua estaba fría, Jeonghan intentó encontrar el agua caliente pero despues de cinco minutos desperdiciando se dio por vencido.
Se colocó el uniforme, pero dejó de lado el molesto listón, nunca lo llevaba porque le era incomdo, y la mayoría del tiempo era ignorado, nadie le prestaba atención al detalle y Jeonghan podía seguir pasando por los pasillos con tranquilidad, así que lanzó ese molesto hilo y se colocó el saco. Cuando encontró a Kyungsoo en el pasillo este se miraba pulcro y perfecto, con el listón amarrado al cuello sin moño, y es que siempre tenía que caer como una molesta correa.
Jeonghan trataba de recordar si los demás chicos solían llevarlo, estaba seguro de que Wonwoo no.
—Colócate el listón. — Ordenó Kyungsoo.
—Ah, no.— Respondió con calma mirando el ancho listón. —No me gusta.
—Colócate el listón.— Ordenó Kyungsoo de nuevo, esta vez más fuerte. Jeonghan sintió la incomoda sensación bajando por su cuerpo, a través de su nariz. —Hazlo.
Ah. Suspiró con molestia sin soportar más la horrible sensación en su pecho y lo colocó alrededor, no lo amarró, solo lo enredó allí sin interés.
—¿siempre eres tan mandón? También eres un omega.
—Eres de tercer año, deberías intuir que algo no es normal.— Respondió el omega. —Lo mejor es obedecer, actuar como ellos quieren pero no esperan que hagamos.
—¿a qué te refieres?
—Cuídate tu solo.— Cha tan solo ignoró su pregunta y se fue.
Jeonghan estaba confundido.
Para cuando bajó a los primeros pisos la alarma ya había pasado, los alumnos se amontonaban en los pasillos y algunos ya se dirigían a sus clases, todo en un perfecto caos. Jeonghan intentó cruzar a varios de ellos pero se mantuvo de pie sobre la base de un pilar, intentando ver sobre las cabezas de los alumnos. No sabía donde se encontraban los demás chicos, buscó a Woozi en su habitación, no lo encontró, decidió buscar a Wonwoo y despues a Minghao, tampoco los encontró, Seungkwan estaba pisos arriba. En ese punto solo quería llegar a clase.
¿Por qué había más alumnos ese año?
—Baja de allí.— Alguien lo jaló por detrás casi tirándolo, por suerte Minghao lo sostuvo. —¿estás buscando problemas? Los malditos prefectos ya castigaron a tres alumnos por tonterías.
—¿tonterías?
Minghao asintió comenzando a caminar, lo sostenía del brazo casi como un niño, su mirada puesta enfrente mientras que los demás alumnos le abrían paso. Muchos eran de primer año, y todos miraban de un lado a otro pareciendo confundidos, su uniforme un poco diferente, de un color guindo mientras que el de Jeonghan era de un azul oscuro. Al igual que el de Minghao y el de Kyungsoo.
—El uniforme está incompleto.— Escuchó a sus espaldas y Minghao lo arrastró cerca de la pared, para poder escuchar. Jeonghan encontró con la vista a uno de los prefectos de segundo año, y un alumno que intentaba explicar. —Falta el listón. Acompáñame.
Y el adulto se llevó al omega. ¿Qué demonios? ¿Desde cuándo hacían eso? No era normal. Bien, lo era, con el aterrador alfa que ya no existía, pero no en todos los prefectos. No era normal con los profesores. Pero tampoco era normal que hubiera tantas personas alrededor. ¿Qué carajos estaba haciendo Seo MinSook?
Cuando llegaron al aula Jeonghan pudo respirar.
—Cualquier falta y te llevan castigado.— Dijo Minghao. —Los colocan en un aula y los mantienen allí, arrodillados.
—¡¿arrodillados?! ¡¿Cómo...?!
—Como un castigo, Jeonghan, los obligan a pegar sus cabezas contra el suelo y los mantienen así. No los golpean ni les gritan, pero estoy seguro de que no es correcto.
Eso nunca había pasado antes. No tenía sentido, ¿Por qué la escuela de pronto se había tornado así? Tan extraño que parecía ridículo. Minghao alzó una mano y tomó el listón de Jeonghan alzándolo, el color blanco brillando en él. Y despues alzó el suyo, de color negro. ¿Por qué llevaban colores distintos? El de Cha era blanco, estaba seguro.
—¿Qué significa?— Preguntó sosteniéndolo.
—Que pueden joderte con más fuerza si llevas un listón negro.— Dijo Wonwoo apareciendo de la nada, su listón negro colgando en su cabeza. —Es una mierda. Me obligaron a arrodillarme por jodidos treinta minutos hasta que decidí escaparme, ese idiota ni siquiera era nuestro prefecto.
—¡Me duele la frente!— Seungkwan apareció, con la frente roja y Byul sobresaliendo de su mochila. —¡Ellos dijeron que estaba corriendo pero no es cierto! Solo me tropecé.
Jeonghan los miró y el pequeño susto corrió por su pecho ¿Dónde estaba Woozi?
—¿escapaste también?— Le preguntó Minghao a Seungkwan.
—Wonwoo me rescató. Creo que a ellos realmente no les importa si nos quedamos o no. Ni siquiera saben nuestros nombres, tampoco los preguntan.
—¿Dónde está Woozi?— Consiguió preguntar.
—Aquí.— Sintió su cálida mano tomar la suya, así que giró de golpe encontrándose con los pequeños ojos. Suspiró, su listón gris ondeó con el viento que entró por las ventanas ¿Por qué gris? Woozi se acercó extendiendo la mano para acomodar su cabello, y Jeonghan casi se deja caer por la sensación tranquila que le invadió el pecho.
Sostuvo su mano con la pregunta en la mente. ¿Por qué no llevaba su anillo? El profesor Hoshi entró de pronto y les dedicó una gran sonrisa.
—Solo denme diez minutos y los dejaré libres.
Oh. Qué alivio.
...
Los nombres los pone mi hermana, yo no, solo digo, yo solo describo al personaje y ella lo nombra. Porque cuando yo le puse nombre a uno dijeron que estaba muy feo (Jeongkwan) así que ni me esfuerzo. Les recuerdo que soy only carat.
...
O-Me-Ga (Primer año)
Había una pelea. Kyungsoo intentó ignorarla, pero realmente era una pelea grande, con gritos tontos y exagerados. Miró con indiferencia mientras llevaba sus libros en la mano. En realidad no quería acercarse, los alumnos de primer año parecían realmente molestos entre sí, con sus aromas todos alterados y poco más. Era curioso, por lo general nadie peleaba en la escuela, y cuando lo hacían era algo tan infantil y trivial que quedaba en nada.
—Ja, vulgares— había escuchado y despues la pelea comenzó.
Ahora, mirándolos desde su aula puede reconocer los rostros levemente más infantiles, solo son niños peleando, nada de que preocuparse. Eso hasta que una manzana salió volando de la mano de uno de ellos y otro atinó una patada en uno de los chicos. Entonces sí comenzó una pelea de verdad.
—Vámonos de aquí antes de que esto se haga más grande— Dijo uno de ellos que era un poco más bajo que todos. Uno de los otros alumnos lo tomó del hombro y lo jaló con fuerza y de nuevo otro lo golpeo.
Habían dos bandos; los de las frutas y los abusadores, o algo así. Realmente no le importaba. Regresó su mirada a su cuaderno y escuchó todo el alboroto. Incluso cuando uno de los profesores tuvo que intervenir. Entonces todo se detuvo. Llevaron a los abusadores a la enfermería y al equipo frutas a dirección. Miró la hora y se puso de pie dispuesto a irse.
Había sido lo más interesante que le pasó dentro de la escuela. Y hasta gracioso, tuvo que contener la risa un par de veces. Y caminando por el pasillo su pie golpeo contra la dichosa manzana, la miró sin interés.
Se inclinó para tomarla y esta brilló.
—¿eres la manzana de la discordia?— Le preguntó a la fruta. Y despues se encogió en hombros dándole una mordida.
Cualquier cosa era mejor que la comida de la escuela. Solo se dirigió a su clase.
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